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jueves, 25 de febrero de 2021
CINCO CAMINOS DE PENITENCIA EN CUARESMA
AÑO DE SAN JOSÉ - DÍA 25 DE FEBRERO
Año de San José
San José, hombre justo y modelo de virtudes, es el Patrono Universal de la santa Iglesia, y por lo tanto de todos nosotros. Es el santo que tuvo en la tierra la misión más grande y noble: proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
Febrero 25
San José, tú que eres el padre adoptivo del dueño de la mies, danos jóvenes partícipes de esa redención que se renueva en cada misa. Descúbreles el nuevo horizonte del mundo entero donde está la silenciosa súplica de otros hermanos que piden constantemente la luz de la verdad y el calor del verdadero amor. Así sea.
(P. Florentín Brusa, cmf)
SANTORAL DE HOY JUEVES 25 DE FEBRERO DEL 2020
Rani María Vattalil, Beata Virgen y Mártir, 25 de febrero |
Luis Versiglia, Santo Obispo y Mártir, 25 de febrero |
Diego Yuki Ruosetsu, Beato Sacerdote y Mártir, 25 de febrero |
Gerlando de Agrigento, Santo Obispo, 25 de febrero |
Toribio Romo González, Santo. El santo protector de los |
Aldetrudis, Santa Abadesa, 25 de febrero |
Ciriaco María Sancha y Hervás, Beato Cardenal, 25 de febrero |
Roberto de Arbrissel, Beato Presbítero y Fundador, 25 de febrero |
Néstor de Magido, Santo Obispo y Mártir, 25 de febrero |
Waldburgis de Heidenheim, Santa Abadesa, 25 de febrero |
María Ludovica de Angelis, Beata Religiosa Misionera, 25 de febrero |
María Adeodata Pisani, Beata Abadesa Benidictina, 25 de febrero |
Domingo (Doménico) Lentini, Beato Presbítero, 25 de febrero |
Romeo de Lucca, Beato Religioso Carmelita, 25 de febrero |
Calixto Caravario, Santo Presbítero y Mártir, 25 de febrero |
Cesáreo de Nazianzo, Santo Médico, 25 de febrero |
Avertano de Lucca, Beato Religioso Carmelita, 25 de febrero |
Sebastián de Aparicio, Beato Religioso Franciscano, 25 de febrero |
Valerio, Santo Eremita, 25 de febrero |
CELEBRARÁN EN EL VATICANO PRIMERA MEMORIA DE SAN GREGORIO DE NAREK, DOCTOR DE LA IGLESIA
Celebrarán en el Vaticano primera memoria de San Gregorio de Narek, doctor de la Iglesia
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa
Foto: Bohumil Petrik / ACI Prensa
Con motivo de la primera vez en que en el calendario litúrgico se podrá celebrar la memoria de San Gregorio de Narek, doctor de la Iglesia, el próximo 27 de febrero será recordado solemnemente en el Vaticano.
San Gregorio de Narek, fue un sacerdote y monje del Siglo X. Nació alrededor del 950 en la entonces localidad armenia de Andzevatsij (actual Turquía), y falleció cerca al 1005 en Narek (entonces también Armenia y actual Turquía).
Fue llamado el “San Agustín de los armenios” por el influjo que tuvo entre los fieles.
San Gregorio es un considerado un insigne teólogo y uno de los más importantes poetas de la literatura armenia. Fue un gran devoto de la Virgen, quien, según la tradición, se le habría aparecido. Entre sus composiciones destacan el “Discurso panegírico a la Beata Virgen María” y “Del fondo del corazón, coloquio con la Madre de Dios”.
El programa de las celebraciones del próximo 27 de febrero iniciará con una Misa Solemne presidida por el prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, Cardenal Leonardo Sandri, y será celebrada en el Altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro.
Posteriormente, se llevará a cabo una oración ecuménica en los Jardines Vaticanos que será presidida por el Arzobispo Khajag Barsamian quien es el representante de la Iglesia Apostólica Armenia ante la Santa Sede.
El Arzobispo Barsamian fue Primado de la Diócesis de Estados Unidos de la Iglesia Apostólica Armenia desde 1990 hasta 2018 y es muy conocido por su experiencia en el diálogo ecuménico. El título oficial de su actual cargo es “Legado Pontificio de Europa Occidental y Representante de la Iglesia Armenia ante la Santa Sede”.
En abril de 2018 fue colocada una estatua de bronce de San Gregorio de Narek en los Jardines Vaticanos, como símbolo del ecumenismo entre cristianos católicos y ortodoxos.
En esa ceremonia, presidida por el Papa Francisco, estuvieron presentes el presidente de la República de Armenia, Serzh Sargsyan; el Patriarca Supremo y Catholicos de todos los Armenios, Su Santidad Karekin II, y el Catholicos de la Gran Casa de Cilicia, Su Santidad Aram I.
Doctor de la Iglesia
El Papa Francisco nombró Doctor de la Iglesia a San Gregorio de Narek el 12 de abril de 2015 durante una Misa celebrada en el Vaticano en memoria de todas las víctimas del genocidio armenio, perpetrado por el Imperio Otomano contra los cristianos hace más de cien años.
Durante su visita a Armenia en junio de 2016, el Santo Padre destacó que San Gregorio de Narek podría ser definido también “Doctor de la paz” porque durante su vida quiso “identificarse incluso con los débiles y los pecadores de todo tiempo y lugar, para interceder en favor de todos”.
“Su solidaridad universal con la humanidad es un gran mensaje cristiano de paz, un grito vehemente que implora misericordia para todos”, dijo entonces el Papa.
Finalmente, a principios de 2021 el Pontífice inscribió en el Calendario Romano General la memoria ad libitum (celebración opcional) de San Gregorio de Narek a través de un decreto de la Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los Sacramentos.
En aquella ocasión, el Papa Francisco estableció que el 27 de febrero de cada año sea la celebración opcional de San Gregorio de Narek, abad y doctor de la Iglesia, y en ese mismo decreto, el Santo Padre definió también que San Juan De Ávila, presbítero y doctor de la Iglesia, podrá ser celebrado el día 10 de mayo y que Santa Hildegarda de Bingen, virgen y doctora de la Iglesia, podrá ser celebrada el 17 de septiembre.
MEDITACIÓN DE CUARESMA - DÍA 9 - 25 DE FEBRERO
UNA REFLEXIÓN PARA CADA DÍA
DE LA CUARESMA 2021
ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA
Señor mío, Jesucristo, creo firmemente que estás aquí; en estos pocos minutos de oración que empiezo ahora quiero pedirte y agradecerte.
PEDIRTE la gracia de darme más cuenta de que Tú vives, me escuchas y me amas; tanto, que has querido morir libremente por mí en la cruz y renovar cada día en la Misa ese sacrificio.
Y AGRADECERTE con obras lo mucho que me amas: ¡ Tuyo soy, para ti nací ! ¿Qué quieres, Señor, de mí?
ORACIÓN FINAL PARA CADA DÍA
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor; muéveme el verte
clavado en la Cruz y escarnecido.
Muéveme ver tu cuerpo tan herido
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, de tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera;
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
Texto del P. José Pedro Manglano Castellary
EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 25 DE FEBRERO DEL 2021
Lecturas de hoy Jueves de la 1ª semana de Cuaresma
Hoy, jueves, 25 de febrero de 2021
Primera lectura
Lectura del libro de Ester (14,1.3-5.12-14):
EN aquellos días, la reina Ester, presa de un temor mortal, se refugió en el Señor.
Y se postró en tierra con sus doncellas desde la mañana a la tarde, diciendo:
«¡Bendito seas, Dios de Abrahán, Dios de Isaac y Dios de Jacob! Ven en mi ayuda, que estoy sola y no tengo otro socorro fuera de ti, Señor, porque me acecha un gran peligro.
Yo he escuchado en los libros de mis antepasados, Señor, que tú libras siempre a los que cumplen tu voluntad. Ahora, Señor, Dios mío, ayúdame, que estoy sola y no tengo a nadie fuera de ti. Ahora, ven en mi ayuda, pues estoy huérfana, y pon en mis labios una palabra oportuna delante del león, y hazme grata a sus ojos. Cambia su corazón para que aborrezca al que nos ataca, para su ruina y la de cuantos están de acuerdo con él.
Líbranos de la mano de nuestros enemigos, cambia nuestro luto en gozo y nuestros sufrimientos en salvación».
Palabra de Dios
Salmo
Sal 137,1-2a.2bc.3.7c-8
R/. Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor
V/. Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
porque escuchaste las palabras de mi boca;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario. R/.
V/. Daré gracias a tu nombre:
por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera tu fama.
Cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. R/.
V/. Tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo.
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (7,7-12):
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.
Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden!
Así, pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la Ley y los Profetas».
Palabra del Señor
«Todo el que pide recibe; el que busca, halla»
Rev. D. Joaquim MESEGUER García
(Rubí, Barcelona, España)
Hoy, Jesús nos habla de la necesidad y del poder de la oración. No podemos entender la vida cristiana sin relación con Dios, y en esta relación, la oración ocupa un lugar central. Mientras vivimos en este mundo, los cristianos nos encontramos en un camino de peregrinaje, pero la oración nos acerca a Dios, nos abre las puertas de su amor inmenso y nos anticipa ya las delicias del cielo. Por esto, la vida cristiana es una continua petición y búsqueda: «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá» (Mt 7,7), nos dice Jesús.
Al mismo tiempo, la oración va transformando el corazón de piedra en un corazón de carne: «Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan!» (Mt 7,11). El mejor resumen que podemos pedir a Dios se encuentra en el Padrenuestro: «Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo» (cf. Mt 6,10). Por tanto, no podemos pedir en la oración cualquier cosa, sino aquello que sea realmente un bien. Nadie desea un daño para sí mismo; por esto, tampoco no lo podemos querer para los demás.
Hay quien se queja de que Dios no le escucha, porque no ve los resultados de manera inmediata o porque piensa que Dios no le ama. En casos así, no nos vendrá mal recordar este consejo de san Jerónimo: «Es cierto que Dios da a quien se lo pide, que quien busca encuentra, y a quien llama le abren: se ve claramente que aquel que no ha recibido, que no ha encontrado, ni tampoco le han abierto, es porque no ha pedido bien, no ha buscado bien, ni ha llamado bien a la puerta». Pidamos, pues, en primer lugar a Dios que haga bondadoso nuestro corazón como el de Jesucristo.