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viernes, 20 de noviembre de 2020

HOY LA IGLESIA CELEBRA A LA BEATA ANNA KOLESÁROVÁ



Hoy la Iglesia celebra a la Beata Anna Kolesárová
Redacción ACI Prensa



La Beata Anna Kolesárová fue una joven laica nacida en Vysoka nad Uhom, distrito de Michalovce, Checoslovaquia (Hoy Eslovaquia) en 1928. Es considerada patrona de de la juventud, de las víctimas de violación y de las víctimas de abuso.

Anna creció en el seno de una familia católica, en la que le inculcaron la piedad y el cuidado de la vida espiritual, especialmente a través de la comunión frecuente. Su vida fue muy breve -fue asesinada a los 16 años- pero llena de intensidad espiritual, pureza y mansedumbre; tal y como lo evidencian los numerosos testimonios que fueron recogidos para su causa de beatificación.


Anna fue la menor de los hijos de la familia. Sus hermanos mayores fueron María, su media hermana, y Michal, su hermano. La familia llevaba una vida sencilla y modesta, dedicada a las labores del campo. Lamentablemente, a los 10 años, Anna perdió a su madre y con eso recayeron sobre ella las responsabilidades del cuidado de la casa. Anna, sin embargo, reservaría su mejor tiempo para Dios. La pequeña niña adoptó la bella costumbre de ir todos los días a misa con sus amigos, cuando los quehaceres ya estaban terminados.

En el otoño de 1944, durante la cruenta campaña en el frente de Europa oriental, Michalovce se convirtió en uno de los escenarios de la confrontación, obligando a los granjeros a refugiarse en los sótanos de sus casas para protejerse de los intensos bombardeos.

El 22 de noviembre de aquel año, una columna del Ejército Rojo (Unión Soviética) ingresó al pueblo. Jan, el padre de Anna, y sus hermanos se encontraban escondidos en el sótano de su casa, cuando de pronto un soldado soviético en estado de ebriedad ingresó en dirección a la cocina. Después de que este hiciese un recorrido por las habitaciones, encontró escondida a la familia. Fue entonces que el padre de Anna, intentando que la situación no se saliese de control, le pidió a la jovencita que le acerque algo de agua y comida al soldado. Lejos de tomar el ofrecimiento como un gesto de amistad, el militar tuvo una reacción violenta y deshonesta: se abalanzó contra Anna con la intención de ultrajarla. Ella, siguiendo el consejo de sus vecinas, se había vestido de negro con la intención de no despertar inquietud alguna en la soldadesca, pero de poco le sirvió. En medio del forcejeo, la joven logró zafarse de los brazos de su agresor, pero éste, sintiéndose rechazado, la persiguió hasta el sótano -rifle en mano- y la asesinó de dos disparos. Uno le cayó en el rostro y el otro en el pecho. Enfrente de la cruel escena quedaron de pie, impotentes, su padre y su hermano.

Antes de morir, Anna, sujeta en los brazos de su padre, alcanzó a decir: “Adiós papá... Jesús, María y José”. Luego expiró en paz. Solo unas horas antes, Anna había ido a la Iglesia, se había confesado y había recibido la Eucaristía.

El proceso de beatificación de Anna Kolesárová fue abierto en 2004, año en el que se le otorgó el título de “Sierva de Dios”. Dicho proceso terminó en marzo de 2018, cuando el Papa Francisco declaró que Anna había muerto "in defensum castitatis" (“En defensa de la castidad”), es decir, en condición de “mártir de la virginidad”. Anna Kolesárová fue beatificada el 1 de septiembre de 2018.

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 20 DE NOVIEMBRE DEL 2020


Lecturas de hoy Viernes de la 33ª semana del Tiempo Ordinario

Hoy, viernes, 20 de noviembre de 2020



Primera lectura

Lectura del libro del Apocalipsis (10,8-11):

Yo, Juan, escuché la voz del cielo que se puso a hablarme de nuevo diciendo:

«Ve a tomar el librito abierto de la mano del ángel que está de pie sobre el mar y la tierra».

Me acerqué al ángel y le pedí que me diera el librito. Él me dice:

«Toma y devóralo; te amargará en el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel».

Tomé el librito de mano del ángel y lo devoré; en mi boca sabía dulce como la miel, pero, cuando lo comí, mi vientre se llenó de amargor.

Y me dicen:

«Es preciso que profetices de nuevo sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reinos».


Palabra de Dios



Salmo

Sal 118,14.24.72.103.111.131


R/. ¡Qué dulce al paladar tu promesa, Señor!


V/. Mi alegría es el camino de tus preceptos,

más que todas las riquezas. R/.


V/. Tus preceptos son mi delicia,

tus enseñanzas son mis consejeros. R/.


V/. Más estimo yo la ley de tu boca

que miles de monedas de oro y plata. R/.


V/. ¡Qué dulce al paladar tu promesa:

más que miel en la boca! R/.


V/. Tus preceptos son mi herencia perpetua,

la alegría de mi corazón. R/.


V/. Abro la boca y respiro,

ansiando tus mandamientos. R/.


Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (19,45-48):


EN aquel tiempo, Jesús entró en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles:

«Escrito está: “Mi casa será casa de oración”; pero vosotros la habéis hecho una “cueva de bandidos”».

Todos los días enseñaba en el templo.

Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los principales del pueblo buscaban acabar con él, pero no sabían qué hacer, porque todo el pueblo estaba pendiente de él, escuchándolo.


Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy viernes, 20 de noviembre de 2020

uan Carlos Martos, cmf


Queridos amigos y amigas:


La historia que se cuenta en el evangelio de hoy se desarrolla en los patios del Templo de Jerusalén, lugar que visitó Jesús antes de su pasión. Allí purifica y predica: Su furioso gesto va seguido de una explicación. La reacción de los testigos, como suele ocurrir en las páginas del evangelio, varía entre las autoridades y el pueblo. Resaltemos tres detalles de esta página.

Los motivos de la condena de Cristo. Los cuatro evangelios registran la expulsión de los vendedores del Templo, aunque Juan no lo emplaza en la misma víspera de su pasión. Los cuatro coinciden en que la relevancia del relato se funda en contener el motivo que dio pie a las autoridades religiosas del tiempo para condenar a muerte a Jesús: Su actuación pública y blasfema contra la institución más augusta de la religión judía: El Templo.

La razón de un gesto profético. Lo denuncia Jesús con claridad: Haber convertido un espacio de encuentro con Dios en antro de turbios negocios. Lo más sagrado se puede depravar. Ocurre cuando se corrompen las intenciones y los intereses que mueven la conducta religiosa: No se ama ni se sirve a Dios, sino que se le utiliza para conseguir sórdidos bienes. Esto para Jesús fue inaguantable.

El estupor de la gente. No pasó desapercibida esa actuación de Jesús, atrevida y escandalosa. Tampoco pasa desaperciba para nosotros. Pero no deberíamos dedicar mucho espacio a debatir si se trató o no de un acto violento de Cristo. El meollo consiste en entender que una reacción tan vehemente del Príncipe de la Paz, del manso y humilde de corazón, debía deberse a una causa grave en extremo.

Nos toca a nosotros repasar -y acaso reparar- la intención y orientación de nuestra vida cristiana. Porque puede convertirse en algo parecido a un negocio. Cuando falta el amor, inevitablemente se ambicionan ganancias, ventajas o privilegios. Dios no se presta a compraventas. ¡Así no!


Vuestro hermano en la fe


Juan Carlos Martos cmf