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viernes, 19 de junio de 2020

DR. JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ CISNEROS, NUEVO BEATO, EL MÉDICO DE LOS POBRES


Beato Dr. José Gregorio Hernández Cisneros
"El Médico de los pobres"
 de Venezuela entre nuevos beatos


En su audiencia con el Cardenal Angelo Becciu el Papa autorizó los decretos que darán a la Iglesia cuatro beatos que representan el continente sudamericano y Europa, con su anhelo de servicio a los pobres, la nación y los jóvenes.



Los Decretos promulgados hoy por la Congregación para las Causas de los Santos con la autorización del Papa Francisco, llevarán a la beatificación a tres Venerables Siervos de Dios que vivieron en el siglo XIX, por el reconocimiento de un milagro atribuido a su intercesión.

Doctor y laico de Venezuela
La Iglesia de Venezuela, de Latinoamérica y del mundo se alegra por la próxima beatificación de uno de sus hijos más célebres. Se trata del laico venezolano, José Gregorio Hernández Cisneros, nacido el 26 de octubre de 1864 en Isnotú, en el estado andino de Trujillo, y fallecido en 1919 en Caracas tras un accidente de coche a la edad de 54 años. José fue el primero de seis hermanos. Se graduó en medicina en Caracas y profundizó sus estudios en París, Berlín, Madrid, Nueva York. Se convirtió en profesor universitario y científico: fue uno de los primeros en introducir el microscopio en el país y fundó la cátedra de bacteriología en la universidad de la capital venezolana. Una fe viva lo acompañaba siempre: para él la medicina era una misión, sobre todo para los más necesitados. A menudo compraba medicinas para sus pacientes y en lugar de pedirles dinero por la consulta, se la daba. De hecho, en su Venezuela natal es conocido como el "médico de los pobres".

José Gregorio tenía una fuerte vocación religiosa: en un principio quería ser monje y se fue a Italia en 1908, donde entró en la comunidad de Certosa di Farneta, en la provincia de Lucca. Sin embargo, tuvo que volver a casa por razones de salud. Lo intentó de nuevo algunos años más tarde, comenzando los estudios teológicos en el Colegio Pío Latinoamericano en Roma, pero se enfermó nuevamente. Así, comprendió que Dios lo estaba llamando a la vida laical, y se convirtió en Terciario Franciscano, de modo que, como san Francisco de Asís, reconoció el rostro de Jesús en cada enfermo. Trató a los pacientes con valentía durante la epidemia de fiebre española. El 29 de junio de 1919, mientras iba a la farmacia a comprar medicinas para una anciana, fue atropellado por un coche y llevado al hospital donde recibió la Unción de los Enfermos. Murió diciendo estas palabras: "¡Oh, Virgen Santa!".

Un obispo con sentido social
El argentino Mamerto Esquiú perteneció a la Orden de los Frailes Menores y fue nombrado obispo de Córdoba tres años antes de su muerte en 1880. Había nacido el 11 de mayo de 1826 en San José de Piedra Blanca y falleció el 10 de enero de 1883 en La Posta de El Suncho. Los testimonios sobre él son unánimes en destacar su compromiso con la armonía social y la unidad del pueblo argentino durante los difíciles años de la guerra que llevó a la constitución del país moderno en pleno siglo XIX. El milagro reconocido por su intercesión se refiere a la curación, científicamente inexplicable, de una niña que padecía osteomielitis.

El gozo de la santidad
También será beatificado el alemán Francisco María de la Cruz, nacido Juan Bautista Jordán, sacerdote fundador de la Sociedad del Divino Salvador y de la Congregación de las Hermanas del Divino Salvador. Nacido en una familia pobre el 16 de junio de 1848 en Gurtweil, en la Selva Negra, Juan Bautista trabajó durante mucho tiempo como pintor y decorador para ayudar a su familia económicamente y sólo gracias a la generosidad de benefactores pudo realizar sus votos religiosos. Durante sus años de estudio y luego durante un viaje a Tierra Santa, desarrolló una idea muy antigua de fundar una organización que uniera a los católicos de todos los niveles para defender y propagar la fe. Esta misión lo llevó a la India, a distintas partes de Europa y a América, hasta su muerte el 8 de septiembre de 1918 en Suiza.

Entre los decretos promulgados está otro relativo al reconocimiento del martirio de la Sierva de Dios María Laura Mainetti. Esta religiosa italiana, nacida en Colico en la provincia de Lecco el 20 de agosto de 1939, profesa por la Congregación de las Hijas de la Cruz, Hermanas de San Andrés, fue asesinada por odio a la fe por tres jóvenes, en un ritual satánico, en Chiavenna el 6 de junio de 2000. Ahora será proclamada Beata. Fue la décima hija de una pareja de Valtellina y quedó tempranamente huérfana de madre. Teresina interpretó como el plan de Dios para su vida las palabras de un sacerdote durante una confesión, que la llevaron a desear una "vida toda entregada en el amor". Así, en 1957 comunicó a su familia que quería ser monja y se dedicó a la educación, la formación y la asistencia espiritual y material de niños y adolescentes. Y precisamente para ayudar a una chica que la había llamado por teléfono y le había dicho que había quedado embarazada después de una violación, salió del convento sola la noche del 6 de junio de 2000. Fue un engaño que la llevó a la muerte, pero no sin antes haber pronunciado palabras de perdón para sus tres jóvenes verdugos.

Otro decreto también ha reconocido las virtudes heroicas de quien ahora podrá ser llamada Venerable Sierva de Dios Gloria María de Jesús Elizondo García, nacida Esperanza, Superiora General de la Congregación de los Misioneros Catequistas de los Pobres. Nació en Durango, México, el 26 de agosto de 1908 y murió en Monterrey.

HOY VIERNES 19 DE JUNIO LA IGLESIA CELEBRA LA SOLEMNIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


Hoy la Iglesia celebra al Sagrado Corazón de Jesús
Redacción ACI Prensa





La Iglesia universal celebra hoy la Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, a pedido explícito del mismo Cristo a Santa Margarita María de Alacoque.

San Juan Pablo II decía que “esta fiesta recuerda el misterio del Amor que Dios alberga por los hombres de todos los tiempos”.

“Te pido que el primer viernes después de la octava del Corpus se celebre una fiesta especial para honrar a mi Corazón, y que se comulgue dicho día para pedirle perdón y reparar los ultrajes por él recibidos durante el tiempo que ha permanecido expuesto en los altares”, expresó el Señor a Santa Margarita en junio de 1675.


“También te prometo que mi Corazón se dilatará para esparcir en abundancia las influencias de su divino amor sobre quienes le hagan ese honor y procuren que se le tribute”, añadió.

Más adelante Santa Margarita con el jesuita San Claudio de la Colombiere, su director espiritual, propagarían los mensajes del Sagrado Corazón de Jesús.

Posteriormente, el Beato Pío IX en 1856 extendió oficialmente la Fiesta del Sacratísimo Corazón de Jesús a toda la Iglesia. En 1899, el Papa León XIII publicó la encíclica “Annum Sacrum” sobre la consagración del género humano al Sagrado Corazón de Jesús, que se realizó ese mismo año.


Asimismo Pío XI en 1928 escribió la “Miserentissimus Redemptor”, encíclica que trata de la reparación que todos debemos al Sagrado Corazón. Mientras que el Papa Pío XII en 1956 publicó la encíclica “Haurietis Aquas” en referencia al culto al Sagrado Corazón.

San Juan Pablo II en su pontificado estableció que en la Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús se realice la Jornada Mundial de Oración por la santificación de los sacerdotes.

Muchos grupos, movimientos, órdenes y congregaciones religiosas, desde antiguo, se han puesto bajo la protección del Sagrado Corazón de Jesús. En Roma se encuentra la Basílica del “Sacro Cuore” (Sagrado Corazón) construida por San Juan Bosco por encargo del Papa León XIII y con donaciones de fieles y devotos de varios países.

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 19 DE JUNIO DE 2020 - SOLEMNIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


Undécima Semana del Tiempo Ordinario
Viernes 19 de junio de 2020
Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús


“ Hemos conocido el amor que Dios nos tiene ”



Primera lectura
Lectura del libro del Deuteronomio 7, 6-11

Moisés habló al pueblo diciendo:
«Tú eres un pueblo santo para el Señor, tu Dios; el Señor, tu Dios, te eligió para que seas, entre todos los pueblos de la tierra, el pueblo de su propiedad.
Si el Señor se enamoró de vosotros y os eligió, no fue por ser vosotros más numerosos que los demás, pues sois el pueblo más pequeño, sino que, por puro amor a vosotros y por mantener el juramento que había hecho a vuestros padres, os sacó el Señor de Egipto con mano fuerte y os rescató de la casa de esclavitud, del poder del faraón, rey de Egipto.
Reconoce, pues, que el Señor, tu Dios, es Dios; él es el Dios fiel que mantiene su alianza y su favor con los que lo aman y observan sus preceptos, por mil generaciones.
Pero castiga en su propia persona a quien lo odia, acabando con él. No se hace esperar; a quien lo odia, lo castiga en su propia persona.
Observa, pues, el precepto, los mandatos y decretos que te mando hoy que cumplas».


Salmo
Sal 102 R/.
 La misericordia del Señor dura siempre, para aquellos que lo temen

Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.

Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
el rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura. R/.

El Señor hace justicia
y defiende a todos los oprimidos;
enseñó sus caminos a Moisés
y sus hazañas a los hijos de Israel. R/.

El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia.
No nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas. R/.


Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 4, 7-16

Queridos hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios Y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Unigénito, para que vivamos por medio de él.
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación por nuestros pecados.
Queridos hermanos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros.
A Dios nadie lo ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud.
En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros:
en que nos ha dado de su Espíritu. Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo.
Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.
Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él. Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él.


Evangelio del día
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 25-30


En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».




Reflexión del Evangelio de hoy

Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él
De muchas maneras podemos denominar a nuestro Dios: El Todopoderoso, el Altísimo, el Creador del universo… pero la descripción más certera nos la da san Juan: “Dios es amor”. Y esa es también la mejor manera para saber quién es Jesús, el que es Hijo de Dios, el que es igual al Padre y, por lo tanto, también es amor. Dios Padre y Jesús no saben más que amar. La mejor manera de demostrarnos lo mucho que Dios Padre nos  quiere es “que mandó al mundo a su Hijo único”. El que también, después de su muerte y resurrección, nos envió al Espíritu Santo. Somos morada de Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo habitan en nosotros. Dios ha llenado nuestro corazón de su presencia y de su amor.

Jesús es para nosotros el más cercano de los tres, puesto que se ha hecho uno igual a nosotros, ha vivido como hombre, ha amado como hombre, ha sufrido como hombre, nos ha hablado como hombre… vivió su estancia terrena como uno de nosotros y pensando en nosotros gastó y desgastó su vida para indicarnos el camino del sentido, de la esperanza, de la felicidad tan deseada.

La lección que nos quiere dar Jesús en esta fiesta de su Sagrado Corazón es clara: Tenéis que amar a los demás como yo os he amado. Que vuestro corazón, al que he inundado de mi amor, no haga más que amar. Que todo lo que hagáis en la vida nazca del amor.”Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él”.


Fray Manuel Santos Sánchez O.P.
Convento de Santo Domingo (Oviedo)