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jueves, 28 de mayo de 2020

LAICA PAULINA MARÍA JARICOT ES DECLARADA BEATA


Esta laica que impulsó sostenimiento de misioneros será declarada beata
Redacción ACI Prensa
 Crédito: Obras Misionales Pontificias.




El Papa Francisco aprobó ayer 27 de mayo el decreto necesario para la beatificación de Paulina María Jaricot, la iniciadora de la Obra de la Propagación de la Fe, una de las Obras Misionales Pontificias (OMP) conocida especialmente por el Domingo dedicado a las Misiones (DOMUND).

La Congregación para las Causas de los Santos confirmó la curación de una niña de 3 años por su intercesión, lo que abre el camino a los altares de esta joven laica, “que implicó a todos los cristianos en el cuidado de la misión universal de la Iglesia, con la oración y la colaboración económica”, precisan desde OMP en un comunicado.

Paulina María Jaricot “dedicó su vida a que la preocupación por la misión fuera responsabilidad de todos los bautizados. Su gran inspiración fue crear un sistema de ayuda “en red”, que manifestara la universalidad y la comunión de la Iglesia”.

El P. José María Calderón, director de OMP España aseguró que “Paulina es un regalo para la Iglesia”, “el Papa Francisco pedía en el mensaje a las OMP del pasado jueves que la misión no buscara el autobombo, sino la discreción y el servicio: ¡parece que habla de la fundadora de la más importante Obra Misional Pontificia: Propagación de la Fe!”, explicó.

Por eso destacó que “Paulina Jaricot pasó desapercibida en su tiempo, siendo la promotora más eficaz del amor a la misión y de la ayuda a los misioneros. El milagro que ahora reconoce la Iglesia va a ayudar a poner en valor esa preciosa espiritualidad que ella vivió y transmitió”.

Su Obra fue reconocida por el Papa Pio XI como un instrumento valioso para toda la Iglesia, y fue asumida como pontificia en 1922. De su legado destaca la Jornada del Domund, con la que la Iglesia sostiene a los 1.111 territorios de misión que se extienden por todo el mundo.


Una curación milagrosa

El milagro aprobado por el decreto del Papa Francisco tuvo lugar en 2012, en el 150 aniversario del nacimiento de Paulina. La pequeña Mayline Tran, de tres años, perdió el conocimiento debido a la asfixia por un mal tránsito de alimentos.

La niña fue hospitalizada en un estado desesperado tras la asfixia y una parada cardiovascular de 20 minutos y se consideraba perdida. A pesar de que se suspendió el tratamiento médico, la familia se negó a que se le retirara la asistencia vital artificial.

Se hizo una novena a Paulina Jaricot, poco después, la niña se despertó, pero con daños cerebrales, y el pronóstico de estado vegetativo. Aún así, contra toda esperanza, se curó totalmente.

La curación fue sometida a un Tribunal Eclesiástico de la Archidiócesis de Lyon, del 20 de julio de 2018 al 28 de febrero de 2019. Sus actuaciones fueron envidadas la Congregación para las Causas de los Santos. La comisión médica validó la naturaleza inexplicable de la curación.

Breve biografía

Paulina Jaricot fue una mujer laica francesa que nunca sintió la vocación a la vida consagrada, en un contexto en el que parecía que quienes deseaban seguir a Jesucristo necesariamente tenían que emprender el camino de la consagración religiosa.

Nació en Francia el 22 de julio de 1799 en una familia de ricos industriales, Paulina recibió una buena educación cristiana.

Tras varios acontecimientos personales y escuchar una predicación en la cuaresma de 1816, sufrió una transformación interior que cambiaría su vida, decidiendo vestirse como las obreras de Lyon por solidaridad con su pobreza.


Movida por el deseo de ayudar a su hermano Fileas, seminarista que se preparaba para ser misionero en China, decide dedicarse a las misiones, informando de las necesidades de los misioneros y buscando su sostenimiento.

Se empeñó en la tarea de formar grupos de diez en diez personas, que se comprometían a rezar por las misiones, y a dar un pequeño donativo.

Esta iniciativa, que comenzó con mujeres obreras, pronto se fue extendiendo entre gente humilde por toda Francia. Así, en 1822 nació oficialmente la Obra de la Propagación de la Fe, que pronto llegó a otros países.

El impulso del Papa León XIII contribuyó de manera especial a su difusión universal. En 1922 Pío XI le concedió el título de Pontificia y, en España, es más conocida como DOMUND, en referencia al Domingo Mundial dedicado a las misiones que la Iglesia instituyó gracias a Paulina.

Pero el genio espiritual de la venerable Paulina Jaricot fue más allá de la fundación de la Obra Misional de la Propagación de la Fe. De hecho, ella sabía que la oración es el fundamento de la misión de la Iglesia y estaba decidida a hacer que el rezo del Rosario se conociera y se practicara por el mayor número de personas posibles para sostener la proclamación del Evangelio en los territorios de misión.

Así, en 1826, alentada por el éxito de su enfoque personal en la organización de la Obra Misional a través de la creación de pequeños grupos, Paulina utilizó el mismo criterio para iniciar y organizar el Rosario Viviente, una iniciativa que también se extendió por todo el mundo.

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO


Oración al Espíritu Santo



¡Oh Espíritu Santo!, alma de mi alma, te adoro; ilumíname, guíame, fortifícame, consuélame, dime que debo hacer, ordéname.

Concédeme someterme a todo lo que quieras de mí, y aceptar todo lo que permitas que me suceda. Hazme solamente conocer y cumplir tu voluntad.

Amén

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY JUEVES 28 DE 2020


Lecturas de hoy Jueves de la 7ª semana de Pascua
Hoy, jueves, 28 de mayo de 2020



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (22,30;23,6-11):

En aquellos días, queriendo el tribuno poner en claro de qué acusaban a Pablo los judíos, mandó desatarlo, ordenó que se reunieran los sumos sacerdotes y el Sanedrín en pleno, bajó a Pablo y lo presentó ante ellos.
Pablo sabía que una parte del Sanedrín eran fariseos y otra saduceos y gritó: «Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo, y me juzgan porque espero la resurrección de los muertos.»
Apenas dijo esto, se produjo un altercado entre fariseos y saduceos, y la asamblea quedó dividida. (Los saduceos sostienen que no hay resurrección, ni ángeles, ni espíritus, mientras que los fariseos admiten todo esto.) Se armó un griterío, y algunos escribas del partido fariseo se pusieron en pie, porfiando: «No encontramos ningún delito en este hombre; ¿y si le ha hablado un espíritu o un ángel?»
El altercado arreciaba, y el tribuno, temiendo que hicieran pedazos a Pablo, mandó bajar a la guarnición para sacarlo de allí y llevárselo al cuartel.
La noche siguiente, el Señor se le presentó y le dijo: «¡Ánimo! Lo mismo que has dado testimonio a favor mío en Jerusalén tienes que darlo en Roma.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 15

R/. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano. R/.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R/.

Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R/.

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (17,20-26):

En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo: «Padre santo, no sólo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también lo sean en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. También les di a ellos la gloria que me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y los has amado como me has amado a mí. Padre, éste es mi deseo: que los que me confiaste estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo. Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté con ellos, como también yo estoy con ellos.»

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy jueves, 28 de mayo de 2020
Enrique Martínez de la Lama-Noriega, cmf



UNIDOS PARA QUE EL MUNDO CREA


           Buena parte del tiempo y de las energías de Jesús estuvieron dedicadas a formar un grupo con los discípulos que eligió para que le acompañaran en su misión. No era suficiente el vínculo individual con él, el estar cerca de él y vivir juntos muchas cosas. Jesús quería que ese grupo fuese por sí mismo un mensaje y un testimonio de comunión, una «visibilización»  o «parábola viviente» de lo que podía ser el mundo, las relaciones humanas, vividas a partir del Evangelio. Qué quería decir que todos éramos hijos de un mismo Padre, y por lo tanto, hermanos. Cómo ese Reino del que hablaba tenía que irse haciendo realidad por el modo de tratarse unos a otros. No era nada fácil, porque los Doce eran muy diferentes entre sí. Los evangelios nos cuentan sus envidias, sus ansias de poder, su torpeza y sus miedos, su incomprensión... Los Hechos de los Apóstoles nos han dejado ver los primeros conflictos en la Comunidad Primitiva. Podemos afirmar sin duda, que el seguimiento de Jesús, el aceptarle como Salvador... implica aceptar a otros, implica una vida de comunidad, implica vivir fraternalmente.

       Y así se comprende su inquietud y su deseo, pues al orar por ellos en su despedida, pide al Padre: «Que sean uno, como nosotros somos uno». El listón lo pone muy alto: no es simplemente que se organicen bien, que distribuyan tareas, que trabajen en lo mismo. Se trata del esfuerzo que necesitamos para que nuestro seguimiento de Jesús sea reflejo, imagen de la unidad en el Amor que reina entre el Padre y el Hijo..., ayudados, eso sí, por la fuerza y el don del Espíritu. Sin este don, esa unidad se vuelve tarea imposible para nuestras pobres fuerzas.

       Jesús le expresa al Padre su profundo deseo de que también ellos (y los que creeremos en él por medio de ellos) experimenten el mismo amor que a él le ha sostenido, enviado, acompañado, guiado... y que es más fuerte que la muerte (Pascua). Y ya que los discípulos han conocido su Nombre (Padre-Amor), le ruega que «el amor que me tenías esté con ellos, como también yo estoy con ellos»... Precisamente ese Amor es la raíz y el impulso para ir al mundo, al que son enviados como él mismo fue enviado por el Padre. Es un amor que «lanza» hacia fuera. San Lucas describirá a las primeras comunidades diciendo  que tenían un solo corazón y una sola alma. Y Tertuliano comenta que los paganos, viéndoles, exclamaban:  «Mirad cómo se aman».

         Las tres culturas que rodeaban a Jesús en su tiempo, eran excluyentes. Para los judíos, la salvación de Dios era exclusivamente para los que cumplían la Ley y estaban circuncidados. Todos los demás eran paganos. No recibían la salvación de Dios. Los griegos, por su parte, despreciaban a los que no tenían sabiduría, y en cuanto a los romanos, diferenciaban muy bien quién tenía la «ciudadanía romana» y quién no. La historia es testigo de cómo las religiones, los grupos de cualquier identidad, los sistemas políticos, las empresas, las etnias, etc... tienden a afirmarse a base de excluir a «los otros» e incluso enfrentarse con ellos: procuran absorberlos, silenciarlos, ningunearlos, anularlos, manejarlos... Y así se multiplican los conflictos y violencias. 

       Jesús, en cambio, que quiere la paz, la fraternidad, la comunión entre los hombres, opta abiertamente por la «inclusión», la unión, el amor... teniendo como modelo su propia experiencia de comunión. Reconoce que «El Padre es más grande que yo», «Él me ha enviado», «hago su voluntad»... y no por ello pierde su libertad, ni su identidad personal. La Unidad de Dios es a la vez Trinidad de amor y fuente de Vida.

       El camino de la unidad y de la comunión, el camino de una integración no excluyente ni destructiva, está lleno de obstáculos. El egoísmo y la autoafirmación a ultranza acaba por destruir cualquier «nosotros» posible. La unidad que Jesús quiere para nosotros y para todos los hombres nunca será el resultado de imponernos por medio del poder, de la fuerza, de alianzas humanas... Sólo el poder del amor, del servicio, de la generosidad, de la humildad...

    Y cuando surjan las naturales e inevitables diferencias, seguir aquel consejo de San Agustín: «En las cosas necesarias debe reinar la unidad; en otros temas, la libertad; y siempre la caridad, o sea, el amor». 

         En todo caso, si tenemos que ser Uno para que el mundo crea en el enviado de Dios, tenemos que empeñarnos más a fondo en edificar comunidades fraternas, en vivir nuestro seguimiento «con otros», mostrar en nuestro estilo de vida que el «Príncipe de este mundo» ha quedado vencido. Y orar intensamente para que se cumpla en nosotros la oración de Jesús.

Enrique Martínez de la Lama-Noriega, cmf 

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 28 DE MAYO



Los cinco minutos de María 
Mayo 28


María oraba y escuchaba la voz de Dios.
Repetidas veces en el Salterio y en el libro del Cantar de los Cantares leemos la invitación de Yahvé: “Escucha, hija mía, mis palabras, abre tu corazón”.
María fue toda oídos, porque fue toda Corazón, fue toda silencio, porque fue toda oídos; fue toda Corazón, porque fue toda amor a su Dios y a los hombres, sus hermanos.
¡Qué importante es saber escuchar a Dios! Eso es orar.
Madre de todos los pueblos y naciones, que no pongamos barreras donde Dios abrió el camino.


* P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 28 MAYO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
28 mayo




 Las gentes quedaban cautivadas por las palabras de Jesús, por la santidad de su doctrina y por la bondad y ternura de su trato, no menos que por las maravillas que realizaba en bien de los necesitados o de los atribulados por cualquier enfermedad.

Tú eres discípulo de Jesús, tú lees su Palabra en el Evangelio; luego tú debes seguir al Señor, vivir conforme a su espíritu, cumpliendo celosamente cuanto él te dice en el Evangelio, siguiendo en tu vida los ejemplos que él da con su propia vida entre los hombres, brindando siempre amor a todos, como Jesús, que era tan bondadoso y amable que atraía a toda la gente.




P. Alfonso Milagro