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domingo, 26 de abril de 2020

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 26 DE ABRIL


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
26 abril




Jesús ha de ser tu Modelo y tu Ejemplo; a él debes mirar, para que tu vida se parezca a la suya; has de copiar sus sentimientos y hacerlos tuyos, para ir adquiriendo semejanza con él.

Para alcanzar esa semejanza, deberás desprenderte de muchas cosas, que son tuyas y que no pueden ser de Jesús, de muchas formas de obrar, de reaccionar, de actitudes que tendrán mucho de humano, pero no tanto de evangélico, y por lo tanto muy poco de Jesús.

En la Comunión recibes a Jesús, te transformas en él; tus ojos son los ojos por los que ve Jesús, tus manos... tu lengua... tu memoria... tu corazón... no lo debes emplear sino en aquello y de la forma que Jesús los emplearía.

Él es el Maestro, el Modelo y tú debes aprender de él, imitarlo a él. En cada uno de tus actos debe aparecer el sello de Jesús.


P. Alfonso Milagro

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY TERCER DOMINGO DE PASCUA, 26 DE ABRIL DE 2020


Lecturas de hoy Domingo 3º de Pascua - Ciclo A
Hoy, domingo, 26 de abril de 2020



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (2,14.22-33):

EL día de Pentecostés Pedro, poniéndose en pie junto a los Once, levantó su voz y con toda solemnidad declaró:
«Judíos y vecinos todos de Jerusalén, enteraos bien y escuchad atentamente mis palabras.
A Jesús el Nazareno, varón acreditado por Dios ante vosotros con los milagros, prodigios y signos que Dios realizó por medio de él, como vosotros mismos sabéis, a este, entregado conforme al plan que Dios tenía establecido y previsto, lo matasteis, clavándolo a una cruz por manos de hombres inicuos. Pero Dios lo resucitó, librándolo de los dolores de la muerte, por cuanto no era posible que esta lo retuviera bajo su dominio, pues David dice, refiriéndose a él:
“Veía siempre al Señor delante de mí,
pues está a mi derecha para que no vacile.
Por eso se me alegró el corazón,
exultó mi lengua,
y hasta mi carne descansará esperanzada.
Porque no me abandonarás en el lugar de los muertos,
ni dejarás que tu Santo experimente corrupción.
Me has enseñado senderos de vida,
me saciarás de gozo con tu rostro”.
Hermanos, permitidme hablaros con franqueza: el patriarca David murió y lo enterraron, y su sepulcro está entre nosotros hasta el día de hoy. Pero como era profeta y sabía que Dios “le había jurado con juramento sentar en su trono a un descendiente suyo”, previéndolo, habló de la resurrección del Mesías cuando dijo que “no lo abandonará en el lugar de los muertos” y que “su carne no experimentará corrupción”. A este Jesús lo resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
Exaltado, pues, por la diestra de Dios y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, lo ha derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 15,1-2.5.7-8.9-10.11

R/. Señor, me enseñarás el sendero de la vida

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Yo digo al Señor: «Tú eres mi Dios».
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa,
mi suerte está en tu mano. R/.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R/.

Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa esperanzada.
Porque no me abandonarás en la región de los muertos,
ni dejarás a tu fiel ver la corrupción. R/.

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. R/.


Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro (1,17-21):

QUERIDOS hermanos:
Puesto que podéis llamar Padre al que juzga imparcialmente según las obras de cada uno, comportaos con temor durante el tiempo de vuestra peregrinación, pues ya sabéis que fuisteis liberados de vuestra conducta inútil, heredada de vuestros padres, pero no con algo corruptible, con oro o plata, sino con una sangre preciosa, como la de un cordero sin defecto y sin mancha, Cristo, previsto ya antes de la creación del mundo y manifestado en los últimos tiempos por vosotros, que, por medio de él, creéis en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria, de manera que vuestra fe y vuestra esperanza estén puestas en Dios.

Palabra de Dios


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (24,13-35):


AQUEL mismo día (el primero de la semana), dos de los discípulos de Jesús iban caminando a una aldea llamada Emaús, distante de Jerusalén unos sesenta estadios;
iban conversando entre ellos de todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.
Él les dijo:
«¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?».
Ellos se detuvieron con aire entristecido, Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le respondió:
«Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabes lo que ha pasado allí estos días?».
Él les dijo:
«¿Qué?».
Ellos le contestaron:
«Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él iba a liberar a Israel, pero, con todo esto, ya estamos en el tercer día desde que esto sucedió. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado, pues habiendo ido muy de mañana al sepulcro, y no habiendo encontrado su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles, que dicen que está vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron».
Entonces él les dijo:
«¡Qué necios y torpes sois para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto y entrara así en su gloria?».
Y, comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras.
Llegaron cerca de la aldea adonde iban y él simuló que iba a seguir caminando; pero ellos lo apremiaron, diciendo:
«Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída».
Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron.
Pero él desapareció de su vista.
Y se dijeron el uno al otro:
«¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?».
Y, levantándose en aquel momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo:
«Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón».
Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy domingo, 26 de abril de 2020
Fernando Torres cmf


De como unos que iban a Emaús volvieron a Jerusalén

      Para todo cristiano que quiera vivir seriamente su fe, Emaús ha sido en algún momento de su vida el destino de sus pasos. ¿Quién no ha sentido el fracaso en su vida? ¿Quién no ha tenido la tentación de dejarlo todo y de buscar otros caminos? Son muchas las razones que nos han podido llevar a querer abandonar, a dejar Jerusalén, para buscarnos un lugar más cómodo y menos comprometido para vivir. Pero, y ésa es también una experiencia común, de algún modo en el camino de Emaús nos hemos encontrado con el Señor, hemos sentido que nuestro corazón ardía con su Palabra y le hemos terminado reconociendo al partir el pan. Y hemos vuelto a Jerusalén. 

      La historia de los discípulos que, desesperanzados, dejan Jerusalén y se vuelven a sus casas es nuestra historia. Cada uno podría contar su propia experiencia. Las veces que hemos experimentado el desamor, el egoísmo, incluso la traición, y totalmente abatidos hemos pensado que lo mejor era abandonar, retirarnos, dejarlo todo. Nos hemos dicho: “¡Qué luchen los otros, yo ya he tenido bastante!” Pero también podemos contar cómo en ese mismo camino del abandono, del dejarlo todo, nos hemos encontrado con la fuerza que nos ha invitado a empezar de nuevo, a volver a Jerusalén y creer que, con la ayuda del Señor, todo es posible. Muchos matrimonios han vuelto así a vivir con renovada ilusión su amor, muchos cristianos han descubierto de esa manera la fuerza y el poder de la oración, muchos que no esperaban ya nada de la vida se han levantado y han vuelto a caminar.

      El camino de Jerusalén a Emaús y de Emaús a Jerusalén es, pues, nuestro mismo camino. Pero hay algunos elementos en este relato que nos pueden ayudar a reconocer mejor a Jesús en nuestros próximos Emaús –los momentos de abandono, de huida, de pocos ánimos–, que vendrán. Primero, hay que estar atentos a los caminantes desconocidos. En ellos, puede estar presente el Señor. De ellos nos puede llegar la Palabra que ilumine nuestro corazón, que lo haga arder con nueva ilusión. 

      Segundo, la Eucaristía es el momento privilegiado para reconocer al Señor y descubrir el sentido de nuestra vida como cristianos. En torno al altar nos sabemos hermanos que compartimos el mismo pan. No en vano el momento de partir el pan fue cuando a los discípulos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. ¿No tenemos muchos de nosotros una experiencia parecida de la Eucaristía?

      Y, tercero, no hay que tener miedo en compartir con los demás nuestras experiencias de Emaús tal y como hicieron estos dos discípulos. Todos estamos en camino y todos experimentamos cansancio, desilusión y desesperanza. Quizá, en más de una ocasión, simplemente compartiendo nuestra experiencia y ayudando al que está cansado y a punto de abandonar, podemos ser el caminante desconocido que ilusione de nuevo el corazón de un hombre o de una mujer. ¿No es eso ser misionero?

CORONAVIRUS: LA IGLESIA TIENES UN SANTO PARA LOS TIEMPOS DE DESEMPLEO


Coronavirus: La Iglesia tiene un santo para los tiempos de desempleo
Redacción ACI Prensa






Frente estos tiempos, donde la tasa de desempleo ha aumentado, la Iglesia Católica tiene a San Cayetano, el santo patrono de los desempleados que experimentó la pobreza y la peste.

A nivel mundial, la economía ha sufrido un duro golpe a causa de la paralización del comercio, debido a las cuarentenas que muchos gobiernos han declarado para frenar los contagios de coronavirus.

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se estima un aumento del desempleo a escala mundial, llegando a superar la crisis financiera del 2008 – 2009.

La OIT indicó que para 2019 existían 188 millones de desempleados a nivel mundial, cifra que aumentaría a más de 24 millones de personas si la pandemia del coronavirus sigue impidiendo la reactivación del comercio.

Como en la mayoría de los casos, la Iglesia Católica tiene un santo para estos tiempos. San Cayetano era hijo de un noble, trabajó para un Papa, se convirtió en sacerdote, realizó curaciones milagrosas, fundó un banco y fue amigo de los pobres.

San Cayetano nació el 1 de octubre de 1487 en Vicenza (Italia). Era el menor de tres hijos nacidos de Gaspar, Conde de Thiene, y María Porto, una mujer devota que consagró a Cayetano a la Santísima Virgen María a una temprana y se ocupó de que recibiera educación religiosa.

A los 20 años, Cayetano recibió títulos en Derecho Civil y Canónico de la Universidad de Padua, y poco después se mudó a Roma, donde trabajó en la corte del Papa Julio II y asistió al Quinto Concilio de Letrán.

Cuando el Papa murió, Cayetano renunció a su cargo para estudiar para el sacerdocio y fue ordenado en 1516 a la edad de 36 años.


Poco después de convertirse en sacerdote, con un pequeño grupo de sacerdotes fundó la Congregación de Clérigos Regulares, una comunidad que buscaba vivir como los apóstoles.

Al igual que su contemporáneo Martín Lutero, Cayetano y sus compañeros buscaban reformar la Iglesia, y especialmente al clero, pero a diferencia de Lutero, creían que esta reforma podría tener lugar dentro de la misma Iglesia.

San Cayetano pidió que la orden viva la pobreza tan estrictamente que ni siquiera pedían limosna, sino que confiaban totalmente en la providencia de Dios.

El sacerdote fue particularmente severo consigo mismo, observó el P. Francis Xavier Weninger en sus escritos de 1876, siempre vistiendo una camisa de pelo y participando en oraciones y devociones a altas horas de la noche y temprano en la mañana con un breve descanso en una cama de paja.

También se sabía que tenía visiones de la Virgen María. En particular en una víspera de Navidad, Cayetano tuvo una visión de la Madre de Dios llevando al Niño Jesús y colocándolo en los brazos del santo.

Cayetano también era conocido por algunas curaciones milagrosas, incluida la sanación del pie que iba a ser amputado de un sacerdote de su orden.

A los 42 años, Cayetano fundó un hospital para “incurables” en Venecia, y trabajó para consolar y sanar a los enfermos en tiempos de la peste, escribió el P. Weninger.

Probablemente, muchos de los enfermos que atendió fueron víctimas de la peste bubónica, que resurgió con frecuencia en la ciudad de Venecia, un centro de comercio internacional.

En 1533, el Papa envió a Cayetano a Nápoles, donde fundó otro oratorio. La iglesia San Paolo Maggiore se convirtió en un importante centro de reforma católica.

Mientras estaba en Nápoles, Cayetano se enfermó gravemente y ofreció sus sufrimientos por la conversión de la gente de Nápoles. Al parecer se negó a ser transferido de las tablas de madera que servían como cama, de modo que tenía más sufrimiento que ofrecer. Murió el 6 de agosto de 1547, en la fiesta de la Transfiguración, y está enterrado en la Basílica de San Paolo Maggiore en Nápoles.

Según algunos relatos, la lucha espiritual, política y social en la ciudad de Nápoles cesó poco después de la muerte de Cayetano, lo que confirma a muchos la santidad de su vida.

Antes de ser un santo canonizado, fue invocado cuando la peste golpeó con fuerza a Nápoles en 1656.

Según un testimonio escrito por el líder de un hospital en Nápoles en ese momento, entre 600 y 700 personas morían de la peste diariamente en la ciudad. Por lo que se celebró la fiesta del entonces Beato Cayetano, que logró que ese día no se registraran muertes, y la peste pronto desapareció de la ciudad.

San Cayetano fue canonizado por el Papa Clemente X en 1671. Es el santo patrono de los que buscan empleo y los desempleados, así como de múltiples países, incluidos Italia, Argentina, Brasil y El Salvador.

En Argentina, Cayetano es muy querido y desde 1970 miles de devotos acuden a su fiesta en el Santuario de Liniers, Buenos Aires. Muchos cambian las tradicionales velas y flores, por alimentos y ropa para ser distribuidos en las regiones más necesitadas del país.



Oración a San Cayetano:

Glorioso San Cayetano, aclamado por todos los pueblos padre de providencia porque socorres con grandes milagros a cuantos te invocan en sus necesidades: acudo a tu altar, suplicando que presentes al Señor los deseos que confiadamente deposito en tus manos.

(Aquí se expresan las gracias que se desea obtener)

Haz que estas gracias, que ahora te pido, me ayuden a buscar siempre el Reino de Dios y su Justicia, sabiendo que Dios (que viste de hermosura las flores del campo y alimenta con largueza las aves del cielo) me dará las demás cosas por añadidura.

Amén


EL PAPA FRANCISCO OFRECE LA MISA EN SANTA MARTA POR QUIENES SUFREN TRISTEZA POR EL CORONAVIRUS


El Papa ofrece la Misa en Santa Marta por quienes sufren tristeza por el coronavirus
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media


El Papa Francisco rezó en la Misa de este domingo 26 de abril celebrada en la Casa Santa Marta por las personas que, ante la situación de incertidumbre causada por la pandemia de coronavirus, sufren la tristeza.

“Rezamos hoy, en esta Misa, por todas las personas que sufren la tristeza porque están solas o porque no saben qué futuro les espera, o porque no pueden sacar adelante a la familia porque no tienen dinero, porque no tienen trabajo. Hay mucha gente que sufre tristeza. Por ellos, rezamos hoy”, dijo el Pontífice.


En los últimos días, el Santo Padre ofreció la Misa que celebra todos los días en su residencia de Casa Santa Marta por los profesionales de los servicios fúnebres “que sienten el dolor de esta pandemia muy cerca”.

Ofreció la Misa también por los profesores, los maestros que deben impartir sus lecciones a distancia por medio de internet, y también por los estudiantes, que deben enfrentarse a los exámenes en esta situación.

Asimismo, rezó también por las familias necesitadas, las más expuestas a las consecuencias del deterioro económico como consecuencia de la pandemia, y que, en muchos lugares, son además víctimas de los usureros que se aprovechan del drama causado por el coronavirus para obtener más beneficios explotando a los más vulnerables.

SANTORAL DE HOY DOMINGO 26 DE ABRIL DE 2020

Domingo y Gregorio de Aragón, BeatosDomingo y Gregorio de Aragón, Beatos
Sacerdotes, 26 de abril
Ladislao (Wladyslaw) Goral, BeatoLadislao (Wladyslaw) Goral, Beato
Obispo y Mártir, 26 de abril
Ramón Oromí Sullà, BeatoRamón Oromí Sullà, Beato
Sacerdote y Mártir, 26 de abril
Estanislao Kubista, BeatoEstanislao Kubista, Beato
Sacerdote y mártir, 26 de Abril
Marcelino, SantoMarcelino, Santo
XXIX Papa, 26 de Abril
Julio Junyer Padern, BeatoJulio Junyer Padern, Beato
Sacerdote y Mártir, Abril 26
Anacleto (Cleto), SantoAnacleto (Cleto), Santo
III Papa, 26 de abril
Basilio de Amasea, SantoBasilio de Amasea, Santo
Obispo, Abril 26
Alda de Siena, SantaAlda de Siena, Santa
Viuda, 26 de abirl
Esteban de Perm, SantoEsteban de Perm, Santo
Obispo, Abril 26
Pascasio, SantoPascasio, Santo
Abad y Escritor, Abril 26
Ricario de Celles, SantoRicario de Celles, Santo
Sacerdote, 26 de abril
Fray María Rafael Arnáiz Barón, SantoFray María Rafael Arnáiz Barón, Santo
Religioso Cisterciense, 26 de abril