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viernes, 21 de septiembre de 2018

ORACIONES A SAN MATEO APÓSTOL



Oración a San Mateo por la prosperidad en el negocio

Glorioso San Mateo,
miembro de la santa familia de los Apóstoles,
que con la ayuda de la Misericordia del Altísimo 
lograste ganar paz en la tierra y gloria el cielo;
tu que siendo recaudador de impuestos 
no dudaste en abandonar todo
y seguiste al Maestro hasta el final de tu vida terrena;
que inspirado por el Espíritu Santo
después de la Ascensión del Señor a los Cielos
proclamaste la Buena Nueva de su Palabra
y nos dejaste escrito en los Evangelios:
"según sea tu fe, así serán las cosas que te sucederán",
(Mt. 8, 15)
te pido de corazón intercedas por mí y ruegues a Dios que todo lo puede
me ayude en mi negocio.......

(nombrar el negocio que ya se tiene o que se va a emprender),

yo pongo toda mi fe en ti,
deposito mis esperanzas e ilusiones 
y confío en la misericordia del Señor, 
para que fructifiquen pronto las inversiones que he realizado.

Yo sé que es posible salir de esta mala situación,
para ello necesito que aumente la clientela y las ventas
para acrecentar los ingresos de dinero
y así poder hacer frente a los pagos que se acumulan,
solucionar los problemas económicos de mi familia
y generar otros empleos para personas que lo precisan.

Te pido ayuda para que pueda obtener:
(decir lo que se quiere conseguir para el negocio)

San Mateo, glorioso Evangelista,
en tus manos dejo la buena marcha de mi negocio,
devuélveme la alegría de verlo prosperar,
yo me esforzaré en todo lo que de mi dependa,
y pondré todo mi esfuerzo y entusiasmo
para que funcione perfectamente,
ofreceré muy buena calidad en mis productos,
seré animoso, atento, paciente y cortes
con los que vengan a comprar
para que se vayan satisfechos y regresen pronto.

San Mateo, dame tus bendiciones,
despeja y abre mis caminos laborales al progreso,
haz que la suerte me acompañe,
aleja de mi negocio las envidias y los problemas,
haz que no haya disgustos ni reclamaciones,
que toda persona que en él entre
se sienta bien atendido y dichoso de su compra,
y sientan la necesidad de volver a mi negocio;
haz que prospere y tenga buenos beneficios
para salir de la ruina, vivir dignamente
y tener tranquilidad y sosiego
y para que pueda dar una parte a los más necesitados.

Te lo pido por Jesucristo, nuestro hermano y Señor.

Amén.

Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias.




Oración a San Mateo

Dios, que por la boca de tu bendito Hijo llamaste a Mateo del banco de los tributos, para que de publicano se convirtiese en apóstol y evangelista, danos gracia para renunciar a toda avaricia y desordenado deseo de riquezas y para seguir al mismo Jesucristo, tu Hijo, que en unidad del Espíritu Santo, vive y reina contigo eternamente.

Amén.

SAN MATEO EVANGELISTA, 21 SEPTIEMBRE


Hoy la Iglesia Católica celebra a San Mateo el Evangelista
Redacción ACI Prensa





Cada 21 de septiembre la Iglesia Católica recuerda la figura de San Mateo, Apóstol y Evangelista, que vivió en Cafarnaún junto al lago de Galilea, y fue elegido por el mismo Señor para ser uno de los Doce que lo acompañó durante su vida pública. 

El Evangelista fue un publicano que recolectaba los impuestos para los romanos y quien al encontrarse realizando esta función, pasó Jesús y lo llamó, este sin dudarlo siguió el llamado de Dios.

Al subir el Señor a los cielos Mateo predicó durante años en Judea y en países cercanos.

A San Mateo se le atribuye ser patrono de los banqueros y se le representa con un libro. San Jerónimo fijó la figura de un hombre alado como símbolo de su Evangelio.

En una fecha como hoy en el año 1953, Jorge Mario Bergoglio, hoy Papa Francisco,  tenía 17 años de edad, y experimentó después de la confesión la llamada a la vida religiosa en la Compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola, incluso su escudo pontificio lleva el lema "Lo miró con misericordia y lo eligió" como se describe el encuentro de Jesús con el Apóstol.



San Mateo, hijo de Alfeo, vivió en Cafarnaún, en el lago de Galilea. Es llamado Leví por los evangelistas San Marcos y San Lucas. Fue un publicano, es decir, un colector de impuestos para los romanos. Cuando Jesús lo ve sentado a la mesa de recaudación de impuestos lo llama para que sea uno de los Doce (Mt 9,9ss). El mismo episodio lo narran también los otros Evangelios sinópticos (Mc 2, 14ss, Lc 5, 27ss). San Mateo es el octavo en la enumeración de los Hechos de los Apóstoles (Hch 1, 13) y en la del mismo Mateo (Mt 10,3), que cuando se nombra a sí mismo se llama "Mateo, el publicano", y el séptimo en la lista de San Marcos y San Lucas (Mc. 3, 13; Lc 6, 12). Debido a su profesión provienen los atributos con los cuales se le representan: una bolsa de dinero o un tablero de contar.

Después de la ascensión del Señor, San Mateo predicó varios años en Judea y en los países cercanos hasta la dispersión de los apóstoles. Poco antes de esta dispersión escribe su Evangelio, siendo el primero de los cuatro, tal como lo atestigua Papías, obispo de Hierápolis, el cual es citado en la Historia Eclesiástica por Eusebio: "Mateo ordenó (compuso) las palabras (logia) del Señor en lengua hebrea, y cada uno las interpretó (tradujo) luego como pudo". Su Evangelio fue escrito en arameo y dirigido sobre todo a los judíos. El Apóstol San Bartolomé llevó una copia a la India y la dejó ahí.

Según varias fuentes apócrifas, que no siempre coinciden en todos los detalles, luego de predicar en Judea, fue a predicar entre los partos y los persas, pero sobre todo en Etiopía, donde venció a dos magos que se hacían adorar como dioses y a los dragones que los acompañaban. Después resucitó a la hija del rey Egipo (o Hegesipo). Fue martirizado por oponerse al matrimonio del rey Hirciaco con su sobrina Ifigenia, la cual se había convertido al cristianismo por la predicación del Apóstol. Fue muerto a filo de espada cuando estaba orando al pie del altar después de misa, lo cual le vale otro de los atributos de su iconografía: la espada, que a veces se cambia por alabarda o hacha.

San Mateo, en cuanto evangelista, es representado con un libro o rollo de modo genérico. Pero cada uno de los cuatro evangelistas tiene un símbolo especial, inspirado en la visión de los "Cuatro Vivientes" que nos trae el profeta Ezequiel (Ez. 1, 5ss) y que recoge el Apocalipsis (Ap. 4, 6-11) en el Nuevo Testamento. Por comenzar a narrar la genealogía humana de Jesús, a Mateo le corresponde el "rostro humano" del tercer Viviente (Ap. 4, 7), por ello un hombre alado es el símbolo de su Evangelio. Este simbolismo fue fijado por San Jerónimo.

La Liturgia aplica a San Mateo las siguientes palabras del libro de Esdras: "Este maestro, muy instruido en la Ley dada a Moisés por Yavé, Dios de Israel (...) sobre él estaba la bondadosa mano de su Dios. (...) se había dedicado con todo su corazón a poner por obra la Ley de Yavé y a enseñar a Israel sus mandamientos y preceptos." (cfr. Esd. 7, 6-10).

El hecho de haber tenido como invitado al Señor a su mesa, y el trabajo al que se dedicaba cuando fue llamado por el Señor se aluden en la liturgia de su fiesta. En la oración colecta se señala que Dios, "inexpresable misericordia", se dignó "elegir a san Mateo para convertirlo de recaudador de impuestos en un apóstol". En la oración postcomunión se hace referencia al "gozo salvífico que experimentó san Mateo cuando recibió en su casa como comensal al Salvador". Y en el himno de Laudes, "Præclara Qua", rezamos: "Oh Mateo, ¡qué riquezas tan grandes te prepara el Señor, que te llamó cuando estabas (...) apegado a las monedas! / A impulsos de tu amor ardiente te apresuras a recibir al Maestro (...)".

San Mateo es patrono de los banqueros, y su fiesta se celebra el 21 de septiembre.

HOY HACE 100 AÑOS EL PADRE PÍO RECIBIÓ LOS ESTIGMAS


Hoy hace 100 años el Padre Pío recibió los estigmas
POR WALTER SÁNCHEZ SILVA | ACI Prensa
Padre Pío. Foto: Isabel Díaz / ACI Prensa




El 20 de septiembre de 1918, exactamente hace 100 años, el Santo Padre Pío de Pietrelcina recibió los estigmas de Cristo.

El relato de la aparición de los estigmas lo hizo el mismo Padre Pío un año después, en 1921, y está contenido en un libro escrito por el italiano Francesco Castelli titulado “El Padre Pío bajo interrogatorio: La autobiografía secreta”.

"El 20 de septiembre de 1918 luego de la celebración de la Misa mientras estaba en el debido agradecimiento en el Coro repentinamente fui presa de un temblor, luego me llegó la calma y vi a Nuestro Señor en la actitud de quien está en la cruz, pero no vi si tenía la cruz, lamentándose de la mala correspondencia de los hombres, especialmente de los consagrados a Él que son sus favoritos".

En esto, continuó el Padre Pío "se manifestaba que Él sufría y deseaba asociar las almas a su Pasión. Me invitaba a compenetrarme en sus dolores y a meditarlos: y al mismo tiempo ocuparme de la salud de los hermanos. En seguida me sentí lleno de compasión por los dolores del Señor y le pregunté qué podía hacer. Oí esta voz: 'te asocio a mi Pasión'. Y en seguida, desaparecida la visión, he vuelto en mí, en razón, y vi estos signos de los que salía sangre. No los tenía antes".

El relato del Padre Pío se dio en respuesta a algunas de las 142 preguntas que le hizo Mons. Carlo Raffaelle Rossi en 1921 por encargo del Santo Oficio, un dicasterio vaticano que años después se convertiría en la actual Congregación para la Doctrina de la Fe.

Mons. Rossi, explica Castelli, también examinó cada una de las heridas del Padre Pío y le iba preguntando algunos detalles.

El Obispo, que años después se convertiría en cardenal, pudo apreciar cómo la llaga del costado, por ejemplo, "cambiaba frecuentemente de aspecto y en ese momento había asumido una forma triangular, nunca observada antes. Sobre las llagas el Padre Pío me daba respuestas precisas y detalladas explicando además que las llagas de los pies y del costado tenían un aspecto iridiscente".

Tras el examen, el Prelado escribió que “los estigmas en cuestión no son ni obra del demonio ni un grueso engaño, ni un fraude, ni un arte malicioso o malvado; menos producto de la sugestión externa, ni tampoco las considero efecto de sugestión".

La investigación de Mons. Rossi comenzó el 14 de junio de 1921 y duró ocho días, tras lo cual pudo comprobar que los elementos distintivos "de los verdaderos estigmas se encontrarían en los del Padre Pío".

Además el Prelado pudo oler un perfume especial que emanaban las heridas, hecho que ayudaba a comprobar el hecho como cierto.

Mons. Rossi escribió también que el Padre Pío era muy gentil; muy amado por sus superiores por ser "gran ejemplo y no murmurador"; dedicaba entre 10 y 12 horas al día a confesar y celebraba Misa "con extraordinaria devoción".


Los estigmas

Los estigmas son las llagas que Cristo sufrió en la crucifixión: dos en los pies, dos en las manos y una en el costado; que han aparecido en algunos místicos.

Si bien los estigmas son heridas, el punto de vista médico difiere con esta definición ya que no cicatrizan, ni siquiera cuando son curados; no se infectan ni se descomponen, no degeneran en necrosis, no tienen mal olor, y sangran constante y profusamente.

Los estigmas, además, son la reproducción exacta de las llagas de Jesús, según los estudios de la Sábana Santa o Síndone que según la tradición habría envuelto el cuerpo de Cristo.

Para reconocer los estigmas como válidos o reales, la Iglesia exige algunas condiciones precisas: deben aparecer todos al mismo tiempo, deben provocar una importante modificación en los tejidos, deben mantenerse inalterados y deben carecer de infecciones o cicatrización.

Según la Enciclopedia Católica los estigmatizados son alrededor de 60, entre santos y beatos. Algunos de los más famosos son San Francisco de Asís, Santa Catalina de Siena (quien rezó a Dios para que no fueran visibles), Santa Catalina de Ricci, Santa Juan de Dios, la Beata Anne Catherine Emmerich, entre otros.

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 21 SEPTIEMBRE 2018

Lecturas de hoy San Mateo, apóstol y evangelista
 Hoy, viernes, 21 de septiembre de 2018


Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios
 (4,1-7.11-13):

Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo. A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia según la medida del don de Cristo. Y él ha constituido a unos, apóstoles, a otros, profetas, a otros, evangelizadores, a otros, pastores y maestros, para el perfeccionamiento de los santos, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 18,2-3.4-5 

R/. A toda la tierra alcanza su pregón

El cielo proclama la gloria de Dios, 
el firmamento pregona la obra de sus manos: 
el día al día le pasa el mensaje, 
la noche a la noche se lo susurra. R/.

Sin que hablen, sin que pronuncien, 
sin que resuene su voz, 
a toda la tierra alcanza su pregón 
y hasta los límites del orbe su lenguaje. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,9-13):

En aquel tiempo, vio Jesús al pasar a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme.»
Él se levantó y lo siguió. Y, estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: «¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?»
Jesús lo oyó y dijo: «No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa "misericordia quiero y no sacrificios": que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.»

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy viernes,
 21 de septiembre de 2018
CR


Hace ta algunos años escuchaba un programa de televisión con motivo de la beatificación de Escrivá de Balaguer. Como siempre en esos programas de debate, los responsables habían intentado que entre los participantes hubiese unos que estuviesen a favor y otros en contra. El programa se desarrollaba según lo previsto. Hasta que uno de los que estaban en contra comenzó a sacar algunas historias de juventud de Escrivá de Balaguer. Intentaba desautorizar así la beatificación. Si había hecho aquellas cosas, no merecía semejante premio.

Lo curioso fue que entonces intervino un teólogo, llamado allí precisamente por ser de los de en contra. Dijo, con muy buen tino, que lo que hubiese hecho Escrivá de Balaguer en su juventud tenía relativamente poca importancia, que la santidad no es algo con lo que se nace sino algo que se va haciendo poco a poco, a base de entrega, de encuentro con Jesús, de asimilar la buena nueva del Evangelio en la propia vida. Por eso decía aquel teólogo que era relativamente poco importante lo que hubiese hecho en su juventud Escrivá, que lo importante era ver el proceso y cómo había terminado.

Lo dicho se puede aplicar perfectamente a Mateo, el apóstol y evangelista que hoy celebramos. Era un publicano cuando Jesús se lo encontró. Para entendernos, uno que había hecho el juego a los romanos invasores y colaboraba con ellos en la recaudación de impuestos. Hoy cualquiera diría que los funcionarios de Hacienda no son necesariamente malos, que tienen una profesión que es un servicio a la sociedad. Un servicio necesario. Pero no era así en aquella época. Los romanos subcontrataban el cobro de los impuestos a los publicanos. Y no se preocupaban más. Estos abusaban del pueblo porque del mismo cobro de impuestos sacaban su beneficio. Mateo era uno de estos. Uno de los explotadores que se aprovechaban de la situación para hacerse ricos a costa de los demás. Pero Jesús vino a llamar a los pecadores. Cuando Mateo se encontró con Jesús, se le abrió la puerta a una vida nueva. Escuchó el “sígueme” de Jesús y lo siguió. ¿Y nosotros? ¿Estamos dispuestos a cambiar de vida? ¿O vamos a dejar que Jesús pasé de largo sin escucharle?

SANTORAL DE HOY VIERNES 21 SEPTIEMBRE 2018

José Vila Barri, BeatoJosé Vila Barri, Beato
Sacerdote y Mártir, 21 de septiembre
Maura de Troyes, SantaMaura de Troyes, Santa
Virgen, 21 de septiembre
Lorenzo Imbert y compañeros, SantosLorenzo Imbert y compañeros, Santos
Presbíteros y Mártires, 21 de septiembre
Mateo Apóstol, SantoMateo Apóstol, Santo
Apóstol y Evangelista, 21 de septiembre