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jueves, 9 de agosto de 2018

ORACIONES A SANTA EDITH STEIN


Plegaria a Santa Edith Stein



Amada Santa Teresa Benedicta de la Cruz
Hija del Día del Perdón
Mártir de Auschwitz 
Maestra de la Iglesia. 
Abrazadora de la Cruz con un amor como el de Cristo, 
Descendiente de Abraham, 
Hija de Nuestra Señora del Monte Carmelo, 
Tú que profundamente te gozas en los corazones del Mesías y de su Madre, 
por favor intercede por mi.  

Amén.




Oración a Santa Edith Stein


Señor, Dios de nuestros padres, 
Tú condujiste a Santa Edith Stein
a la plenitud de la ciencia de la Cruz
al momento de su martirio. 
Llénanos con el mismo conocimiento; 
y, por su intercesión, 
permítenos siempre seguir en búsqueda de ti, que eres la suprema Verdad, 
y permanecer fieles hasta la muerte
a la alianza de amor ratificada por la sangre de tu Hijo 
por la salvación de todos los hombres y mujeres. 
Te lo pedimos por nuestro Señor, 

¡Amén!




SANTA EDITH STEIN O SANTA TERESA BENEDICTA DE LA CRUZ, 9 AGOSTO

Teresa Benedicta de la Cruz, Santa
(Santa Edith Stein)

Memoria Litúrgica, 9 de agosto


Edith Stein nació en Breslau, Alemania, (hoy Broklaw, Polonia) el 12 de octubre de 1891. Fue la última de 11 hermanos de una familia judía devota. Ella murió en una cámara de gas de Auschwitz el 9 de agosto de 1942.

Fue una estudiante brillante, quien en un comienzo se incorporó a la Universidad de Breslau en 1911 y luego se trasladó a la Universidad de Göttingen para continuar sus estudios bajo la tutela del famoso fundador de la fenomenología Edmund Husserl. El filósofo escogió a Edith Stein para ser su asistente de cátedra en la Universidad de Freiburg y declaró que ella era la mejor estudiante de doctorado que nunca había tenido, incluso fue más capaz que Heidegger quien también fue su pupilo al mismo tiempo que Edith. En 1916, culminó su tesis y obtuvo el Doctorado en Filosofía con el grado de summa cum laude.

Luego de que muchos de sus amigos fueran enrolados para servir en la Primera Guerra Mundial, Edith se enroló de voluntaria junto con otras estudiantes mujeres para trabajar en hospitales militares. Así, obtuvo trabajo en hospitales de enfermedades infecciosas y cuidó caritativamente del ejército austríaco, donde campeaba la tifoidea, la disentería y el cólera. Al término de su período como voluntaria en el hospital militar obtuvo la medalla de valor en reconocimiento a su servicio generoso.

Tras retornar de la experiencia de la guerra, retomó su vida de estudiante, pero las dudas profundas, el insaciable hambre de verdad volcado a la filosofía y el testimonio de muchos cristianos comenzaron a socavar en ella su hasta entonces radical ateísmo. Los diálogos con el filósofo Max Scheller -que paradójicamente se había apartado de la Iglesia-, pero sobre todo la lectura de la vida de Santa Teresa de Jesús, terminaron completando la obra que Dios había iniciado en ella: su conversión al catolicismo. El 1 de enero de 1922 recibió el bautismo.

Por este tiempo, Edith dejó su carrera como estudiante y aceptó el puesto de profesora de Alemán en el Colegio de las Hermanas Dominicas en Speyer. Allí, trabajó por 8 años como profesora y dividía su día entre el trabajo y la oración. Era conocida por ser una benévola y servicial profesora que trabajaba duro por trasmitir su material de manera clara y sistemática y su preocupación iba más allá de trasmitir conocimientos, incluía la formación a toda la persona, pues estaba convencida que la educación era un trabajo apostólico.

A lo largo de este período, Edith continuó sus escritos y traducciones de filosofía y asumió el compromiso de dar conferencias, que la llevó a Heidelberg, Zurich, Salzburg y otras ciudades. En el transcurso de sus conferencias, frecuentemente abordaba el papel y significado de la mujer en la vida contemporánea, hablando de temas como: "Ethos de las mujeres que trabajan", "Diferentes vocaciones de hombres y mujeres de acuerdo con Dios y la naturaleza" , "La Espiritualidad de la mujer cristiana", "Los principios fundamentales de la Educación de la mujer", "Problemas en la Educación de la Mujer", "La Iglesia, la mujer y la juventud" " y "El significado intrínseco del valor de la mujer en la vida nacional". Una lectura de sus textos revela claramente su oposición radical al feminismo y su fuerte compromiso al reconocimiento y desarrollo de la mujer, así como al valor de la madurez de la vida cristiana en la mujer como una respuesta para el mundo.

En 1931, Edith deja la escuela del convento para dedicarse a tiempo completo a la escritura y publicación de sus trabajos. En 1932, aceptó la cátedra en la Universidad de Münster, pero un año después le dijeron que debería dejar su puesto por su antecedente judío. Una caritativa universidad de administración le sugirió que trabajase en sus proyectos hasta que la situación de Alemania mejore, pero ella se negó. También recibió otra oferta de América del Sur, pero después de pensar bien la situación, Edith se convenció que había llegado el tiempo de entrar al convento. El 14 de octubre de 1933, a la edad de 42 años, Edith Stein ingresa al convento carmelita en Cologne tomando el nombre de Teresa Benedicta y reflejando su especial devoción a la pasión de Cristo y su gratitud a Teresa de Avila por su amparo espiritual.

En el convento, Edith continuó sus estudios y escritos completando los textos de su libro "La Finitud y el Ser", su obra cumbre.

En 1938 la situación en Alemania empeoró, y el ataque de las temidas S.S. el 8 de noviembre a las sinagogas (la Kristallnacht o "Noche de los Cristales") despejó toda duda acerca del estado verdadero de los ciudadanos judíos. El convento de los priores preparó el traslado de Edith al convento de Dutch en Echt y en Año Nuevo, el 31 de diciembre de 1938, Edith Stein fue llevada a Holanda. Allá en el convento de Echt, Edith compuso 3 hermosos actos de oblación, ofreciéndolos por el pueblo judío, por el evitamiento de la guerra y por la santificación de la Familia Carmelita. Después, reorganizó su vida enseñando Latín a las postulantes y escribiendo un libro acerca de San Juan de la Cruz.

Como la incineración y los cuartos de gas aumentaron en el Este, Edith, como miles de judíos en Holanda, empezó a recibir citaciones de la S.S. en Maastricht y del Consejero para los Judíos en Amsterdam.

Edith pidió una visa a Suiza junto con su hermana Rosa, con quien había vivido en Echt, para ser transferidas al Convento de Carmelitas de Le Paquier. La comunidad de Le Paquier informó a la Comunidad de Echt que podía aceptar a Edith pero no a Rosa.

Para Edith fue inaceptable y por eso se rehusó ir a Suiza y prefirió quedarse con su hermana Rosa en Echt. Decidida a terminar "La Ciencia de la Cruz", Edith usó todo momento para investigar, incluso hasta quedar exhausta.

En la Comunidad Holandesa de Echt, la protección de Edith Stein en contra de la persecución de los judíos fue temporal. Mientras la policía nazi que exterminaba a los judíos era rápidamente implementada cuando Holanda fue ocupada, los judíos que profesaban la fe católica fueron inicialmente dejados en paz. Sin embargo, cuando el Obispo de Netherlands redactó una carta pastoral en donde protestaban severamente en contra de la deportación de los judíos, las reglas nazis reaccionaron ordenando la exterminación de los bautizados judíos.

Por esa razón, el domingo 2 de agosto a las 5 p.m., después de que Edith Stein había pasado su día como siempre, rezando y trabajando en su interminable manuscrito de su libro sobre San Juan de la Cruz, los oficiales de la S.S. fueron al convento y se la llevaron junto con Rosa. Asustada por la multitud y por no poder hacer nada ante la situación, Rosa se empezó a desorientar. Un testigo relató que Edith tomó de la mano a Rosa y le dijo tranquilamente: "Ven Rosa, vamos a ir por nuestra gente". Juntas caminaron hacia la esquina y entraron en el camión de la policía que las esperaba.

Hay muchos testigos que cuentan del comportamiento de Edith durante esos días de prisión en Amersfoort y Westerbork, el campamento central de detención en el norte de Holanda; cuentan de su silencio, su calma, su compostura, su autocontrol, su consuelo para otras mujeres, su cuidado para con los más pequeños, lavándolos y cepillando sus cabellos y cuidando de que estén alimentados.

En medio de la noche, antes del amanecer del 7 de agosto de 1942, los prisioneros de Westerbork, incluyendo a Edith Stein, fueron llevados a los trenes y deportados a Auschwitz. En 1950, la Gazette Holandesa publicó la lista oficial con los nombres de los judíos que fueron deportados de Holanda el 7 de agosto de 1942. No hubo sobrevivientes. He aquí lo que decía lacónicamente la lista de los deportados:Número 44070 : Edith Theresa Hedwig Stein, Nacida en Breslau el 12 de Octubre de 1891, Muerta el 9 de Agosto de 1942.

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 9 AGOSTO 2018

No separar la gloria de la cruz
Santo Evangelio según San Mateo 16, 13-23. Jueves XVIII de Tiempo Ordinario.


Por: H. Jesús Salazar, L.C. | Fuente: missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, dame la gracia para poder descubrir quién eres para mí.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 16, 13-23
En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?" Ellos le respondieron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas".
Luego les preguntó: "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?" Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".
Jesús le dijo entonces: "¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre, que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo". Y les ordenó a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías.
A partir de entonces, comenzó Jesús a anunciar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén para padecer allí mucho de parte de los ancianos, de los sumos sacerdotes y de los escribas; que tenía que ser condenado a muerte y resucitar al tercer día.
Pedro se lo llevó aparte y trató de disuadirlo, diciéndole: "No lo permita Dios, Señor. Eso no te puede suceder a ti". Pero Jesús se volvió a Pedro y le dijo: "¡Apártate de mí, Satanás, y no intentes hacerme tropezar en mi camino, porque tu modo de pensar no es el de Dios, sino el de los hombres!"
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Cuando invertimos estos minutos a la oración con la Palabra, lo hacemos porque estamos en búsqueda, porque tenemos el anhelo de profundizar y conocer realmente quién es Jesús en nuestra vida.
Todos tenemos una experiencia diferente de Dios. Algunos han sido católicos desde siempre, otros hemos redescubierto la fe, otros hemos tenido una conversión reciente, otros creen en Dios sólo como un ser superior. Sin importar cuál ha sido nuestro camino para buscar a Dios, hoy Jesús nos dice ¡Alto! Si dices que me conoces, ¿quién soy yo para ti? En una verdadera relación no valen las respuestas prefabricadas o los tópicos de lo que dicen los demás. Podríamos parar nuestra meditación aquí y dedicar unos minutos a la contemplación de esta pregunta que quizás nos lleve un tiempo responder; sin embargo, el Evangelio nos da unas luces para poder buscar una mejor respuesta.
En nuestra historia, con nuestros actos buenos y caídas nos puede suceder algo muy similar a Pedro. En ocasiones nos sentimos muy cerca de Dios y somos capaces de decir desde el corazón ¡Tú eres el mesías, el Hijo de Dios vivo! Esta respuesta interiorizada, aunque con otras palabras quizás, nos hacen vivir un pedazo de cielo en la tierra; es la revelación del Espíritu Santo en nuestra propia historia después de algún momento fuerte de oración, retiro o apostolado donde tocamos la carne de Cristo en el necesitado.
Por otro lado, debido a nuestra debilidad humana, también podemos tener una respuesta como Pedro cuando se lleva aparte a Jesús; le queremos huir a la cruz y al sufrimiento; nos escuchamos más a nosotros mismos que a Dios. La cruz tiene una razón de ser en nuestra historia de vida, porque ella nos permite ser uno con Cristo, y ayudar en el sacrificio de salvación para que nuestros seres más queridos y muchos más lleguen al cielo.
El cristiano que busca el rostro de Dios, conocer a Cristo profundamente, está afianzado en roca firme y los poderes del infierno no lo podrán vencer.
Pedro reacciona: "¡Lejos de ti tal cosa, Señor! Eso no puede pasarte", y se transforma inmediatamente en piedra de tropiezo en el camino del Mesías; y creyendo defender los derechos de Dios, sin darse cuenta se transforma en su enemigo (lo llama "Satanás"). Contemplar la vida de Pedro y su confesión, es también aprender a conocer las tentaciones que acompañarán la vida del discípulo. Como Pedro, como Iglesia, estaremos siempre tentados por esos "secreteos" del maligno que serán piedra de tropiezo para la misión. Y digo "secreteos" porque el demonio seduce a escondidas, procurando que no se conozca su intención, "se comporta como vano enamorado en querer mantenerse en secreto y no ser descubierto".
(Homilía de S.S. Francisco, 29 de junio de 2018).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Dedicaré un tiempo a la reflexión de cómo afronto las cruces en mi vida y qué lugar ocupa Cristo en ella.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

SANTORAL DE HOY JUEVES 9 AGOSTO 2018

Michal Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski, BeatosMichal Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski, Beatos
Sacerdotes y Mártires, 9 de agosto
Juan de Fermo (o de la Verna), BeatoJuan de Fermo (o de la Verna), Beato
Presbítero, 9 de agosto
Teresa Benedicta de la Cruz, SantaTeresa Benedicta de la Cruz, Santa
Memoria Litúrgica, 9 de agosto
Narciso Sitjà Basté, BeatoNarciso Sitjà Basté, Beato
Sacerdote y Mártir, 9 de agosto
Gaspar (Luis Modesto) Páez Perdomo, BeatoGaspar (Luis Modesto) Páez Perdomo, Beato
Religioso y mártir, 9 de agosto
Melquíades (Ramón) Ramírez Zuloaga, BeatoMelquíades (Ramón) Ramírez Zuloaga, Beato
Religioso y mártir, 9 de agosto
Esteban (Gabriel) Maya Gutiérrez, BeatoEsteban (Gabriel) Maya Gutiérrez, Beato
Religioso y mártir, 9 de agosto
Eugenio (Alfonso Antonio) Ramírez Salazar, BeatoEugenio (Alfonso Antonio) Ramírez Salazar, Beato
Religioso y mártir, 9 de aggosto
Juan Bautista (José) Velásquez Peláez, BeatoJuan Bautista (José) Velásquez Peláez, Beato
Religioso y mártir, 9 de agosto
Arturo (Luis) Ayala Niño, BeatoArturo (Luis) Ayala Niño, Beato
Religioso y mártir, 9 de agosto
Julián Pozo Ruiz de Samaniego, BeatoJulián Pozo Ruiz de Samaniego, Beato
Sacerdote y Mártir, 9 de agosto
Florentino Asensio Barroso, BeatoFlorentino Asensio Barroso, Beato
Obispo y Mártir, 9 de agosto
Rubén de Jesús López Aguilar, BeatoRubén de Jesús López Aguilar, Beato
Religioso Mártir, 9 de agosto
Guillermo Plaza Hernández, BeatoGuillermo Plaza Hernández, Beato
Presbítero y Mártir, 9 de agosto
Germán (José María) Garrigues Hernández, BeatoGermán (José María) Garrigues Hernández, Beato
Presbitero y Mártir, 9 de agosto
Francisco (Franz) Jägerstätter, BeatoFrancisco (Franz) Jägerstätter, Beato
Mártir Laico, 9 de agosto
Cándida María de Jesús, SantaCándida María de Jesús, Santa
Fundadora, 9 de agosto
Román, SantoRomán, Santo
Abad, 28 de febrero
Faustino Oteiza, BeatoFaustino Oteiza, Beato
Presbítero y Mártir, 9 de agosto