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viernes, 8 de junio de 2018

SOLEMNIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, 8 JUNO


Hoy  8 de junio la Iglesia celebra al Sagrado Corazón de Jesús
Redacción ACI Prensa






La Iglesia universal celebra hoy la Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, a pedido explícito del mismo Cristo a Santa Margarita María de Alacoque.

San Juan Pablo II decía que “esta fiesta recuerda el misterio del Amor que Dios alberga por los hombres de todos los tiempos”.

“Te pido que el primer viernes después de la octava del Corpus se celebre una fiesta especial para honrar a mi Corazón, y que se comulgue dicho día para pedirle perdón y reparar los ultrajes por él recibidos durante el tiempo que ha permanecido expuesto en los altares”, expresó el Señor a Santa Margarita en junio de 1675.

“También te prometo que mi Corazón se dilatará para esparcir en abundancia las influencias de su divino amor sobre quienes le hagan ese honor y procuren que se le tribute”, añadió.


Más adelante Santa Margarita con el jesuita San Claudio de la Colombiere, su director espiritual, propagarían los mensajes del Sagrado Corazón de Jesús.

Posteriormente, el Beato Pío IX en 1856 extendió oficialmente la Fiesta del Sacratísimo Corazón de Jesús a toda la Iglesia. En 1899, el Papa León XIII publicó la encíclica “Annum Sacrum” sobre la consagración del género humano al Sagrado Corazón de Jesús, que se realizó ese mismo año.

Asimismo Pío XI en 1928 escribió la “Miserentissimus Redemptor”, encíclica que trata de la reparación que todos debemos al Sagrado Corazón. Mientras que el Papa Pío XII en 1956 publicó la encíclica “Haurietis Aquas” en referencia al culto al Sagrado Corazón.

San Juan Pablo II en su pontificado estableció que en la Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús se realice la Jornada Mundial de Oración por la santificación de los sacerdotes.

Muchos grupos, movimientos, órdenes y congregaciones religiosas, desde antiguo, se han puesto bajo la protección del Sagrado Corazón de Jesús. En Roma se encuentra la Basílica del “Sacro Cuore” (Sagrado Corazón) construida por San Juan Bosco por encargo del Papa León XIII y con donaciones de fieles y devotos de varios países.

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 8 JUNIO, SOLEMNIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


Lecturas de hoy Sagrado Corazón de Jesús
Hoy, viernes, 8 de junio de 2018



Primera lectura
Lectura de la profecía de Oseas (11,1b.3-4.8c-9):

Así dice el Señor: «Cuando Israel era joven, lo amé, desde Egipto llamé a mi hijo. Yo enseñe a andar a Efraín lo alzaba en brazos; y él comprendía que yo lo curaba. Con cuerdas humanas, con correas de amor lo atraía; era para ellos como el que levanta el yugo de la cerviz, me inclinaba y le daba de comer. Se me revuelve el corazón, se me commueven las entrañas. No cederé al ardor de mi cólera, no volveré a destruir a Efraín; que soy Dios, y no hombre; santo en medio de ti, y no enemigo a la puerta.»

Palabra de Dios
Salmo
Is 12,2-3.4bcd.5-6

R/. Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación

El Señor es mi Dios y Salvador:
confiaré y no temeré, porque mi fuerza
y mi poder es el Señor, él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación. R/.

Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso. R/.

Tañed para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
«Qué grande es en medio de ti el santo de Israel.» R/.
Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (3,8-12.14-19):

A mí, el más insignificante de todos los santos, se me ha dado esta gracia: anunciar a los gentiles la riqueza insondable que es Cristo, y aclarar a todos la realización del misterio, escondido desde el principio de los siglos en Dios, creador de todo. Así, mediante la Iglesia, los Principados y Potestades en los cielos conocen ahora la multiforme sabiduría de Dios, según el designio eterno, realizado en Cristo Jesús, Señor nuestro, por quien tenemos libre y confiado acceso a Dios, por la fe en él. Por esta razón, doblo las rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra, pidiéndole que, de los tesoros de su gloria, os conceda por medio de su Espíritu robusteceros en lo profundo de vuestro ser, que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, que el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento; y así, con todos los santos, lograréis abarcar lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo, comprendiendo lo que trasciende toda filosofía: el amor cristiano. Así llegaréis a vuestra plenitud, según la plenitud total de Dios.

Palabra de Dios
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (19,31-37):

En aquel tiempo, los judíos, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día solemne, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.
El que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad, para que también vosotros creáis. Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura: «No le quebrarán un hueso»; y en otro lugar la Escritura dice: «Mirarán al que atravesaron.»

Palabra del Señor





Comentario al Evangelio de hoy viernes, 8 de junio de 2018
 Rosa Ruiz, rmi



Sin carne, no es el Corazón de Jesús

Hoy celebra la Iglesia el Corazón de Jesús, su humanidad latiendo al ritmo de Dios. Sin desajustes. Sin arritmias. Puro compás. Eso que a nosotros, también humanos, nos resulta a veces tan costoso (latir al ritmo de Dios y no de otras cosas), es lo que ya Jesús ha realizado en su carne, para que nadie pueda decir: “¡es imposible!”. Puedes decir: “no sé si puedo, no sé si quiero…”, pero no podrás decir que es imposible. La plenitud que Él fue gestando día a día (no mágicamente) es la que se ha arraigado en nuestro propio corazón como fuerte raíz o fiel cimento. ¡No es imposible amar como Él, crecer como Él, tener sus mismos sentimientos y su sensibilidad!

Es un corazón quebrado, traspasado. Algo que nunca hubiera ocurrido con un corazón de piedra. No queremos la plenitud de una roca de granito impasible. Seguimos a un corazón tan débil como fracasado. Traspasado.

Quizá por eso el Corazón de Jesús sigue seduciendo a tantos hombres y mujeres débiles y fracasados como nosotros. ¿Acaso tú no te has sentido vencido en algún momento? ¿acaso nunca hubieras querido ser más fuerte para que no te quebraran? Yo sí.

Pero no es menos cierto que en esos momentos, si Dios quiere y nosotros nos dejamos hacer, descubrimos que “la gracia está en el fondo de la pena y la salud naciendo de la herida”. Y se obra el milagro de encontrar las personas más fuertes y dignas del mundo en medio de una fragilidad y pequeñez física y psíquica que sólo te empuja a arrodillarte y adorar.

Eso sí: adorar desde el corazón y al corazón. Desde la carne y en ella, en la humanidad. Si no, el Corazón que adoras no será el Corazón de Jesús.

Vuestra hermana en la fe, Rosa Ruiz