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viernes, 12 de enero de 2018

EL EVANGELIO DEL DOMINGO 14 ENERO 2018


Lecturas del Domingo 2º del Tiempo Ordinario - Ciclo B
 Domingo, 14 de enero de 2018



Primera lectura
Lectura del primer libro de Samuel (3,3b-10. 19):

En aquellos días, Samuel estaba acostado en el templo del Señor, donde estaba el arca de Dios. El Señor llamó a Samuel, y él respondió: «Aquí estoy.»
Fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo: «Aquí estoy; vengo porque me has llamado.» 
Respondió Elí: «No te he llamado; vuelve a acostarte.» 
Samuel volvió a acostarse. Volvió a llamar el Señor a Samuel. 
Él se levantó y fue a donde estaba Elí y le dijo: «Aquí estoy; vengo porque me has llamado.» 
Respondió Elí: «No te he llamado, hijo mío; vuelve a acostarte.» 
Aún no conocía Samuel al Señor, pues no le había sido revelada la palabra del Señor. 
Por tercera vez llamó el Señor a Samuel, y él se fue a donde estaba Elí y le dijo: «Aquí estoy; vengo porque me has llamado.» 
Elí comprendió que era el Señor quien llamaba al muchacho, y dijo a Samuel: «Anda, acuéstate; y si te llama alguien, responde: "Habla, Señor, que tu siervo te escucha."» 
Samuel fue y se acostó en su sitio. 
El Señor se presentó y le llamó como antes: «¡Samuel, Samuel!» 
Él respondió: «Habla, que tu siervo te escucha.»
Samuel crecía, y el Señor estaba con él; ninguna de sus palabras dejó de cumplirse.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 39,2.4ab.7.8-9.10

R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad

Yo esperaba con ansia al Señor; 
él se inclinó y escuchó mi grito; 
me puso en la boca un cántico nuevo, 
un himno a nuestro Dios. R/.

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, 
y, en cambio, me abriste el oído; 
no pides sacrificio expiatorio. R/.

Entonces yo digo: «Aquí estoy 
–como está escrito en mi libro– 
para hacer tu voluntad.» 
Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas. R/.

He proclamado tu salvación 
ante la gran asamblea; 
no he cerrado los labios; 
Señor, tú lo sabes. R/.

Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (6,13c-15a.17-20):

El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor; y el Señor, para el cuerpo. Dios, con su poder, resucitó al Señor y nos resucitará también a nosotros. ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? El que se une al Señor es un espíritu con él. Huid de la fornicación. Cualquier pecado que cometa el hombre queda fuera de su cuerpo. Pero el que fornica peca en su propio cuerpo. ¿O es que no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo? Él habita en vosotros porque lo habéis recibido de Dios. No os poseéis en propiedad, porque os han comprado pagando un precio por vosotros. Por tanto, ¡glorificad a Dios con vuestro cuerpo!

Palabra de Dios

Evangelio
Evangelio según san Juan (1,35-42), del domingo, 14 de enero de 2018
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Lectura del santo evangelio según san Juan (1,35-42):

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: «Éste es el Cordero de Dios.» 
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. 
Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?» 
Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?» 
Él les dijo: «Venid y lo veréis.» 
Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice: «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).»
Y lo llevó a Jesús. 
Jesús se le quedó mirando y le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro).»

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio del domingo, 14 de enero de 2018
Fernando Torres cmf


Todos estamos llamados a seguir a Jesús

      Hoy se habla mucho de las vocaciones. O mejor, de la falta de vocaciones. Seminarios y noviciados de las congregaciones religiosas, tanto masculinas como femeninas, parecen estar casi vacíos. ¿Es que no hay vocaciones como antes? ¿Es que no hay chicos y chicas que escuchen la llamada de Dios?

      Las lecturas de este domingo nos plantean el itinerario más básico de la vocación cristiana. No de la vocación al sacerdocio o a la vida religiosa sino a la vida cristiana. Sólo el que escucha la voz de Dios que le llama a la vida cristiana podrá luego pensar si tendrá que vivir esa vida como laico casado o casada o como sacerdote diocesano o como religioso o religiosa. Pero lo básico será siempre ponerse a la escucha y no confundir la voz de Dios con las muchas voces que en nuestro mundo nos ofrecen caminos aparentemente hermosos y llenos de buenas perspectivas pero que, quizá, a la larga, no terminan de dar todo lo que prometen. Esa necesidad de escuchar bien y de identificar las diversas voces que nos llaman se pone de manifiesto en la primera lectura. El pequeño Samuel escucha la voz de Dios que le llama, pero, quizá por su juventud, cree que es su maestro Elí el que le llama. Necesita enseñanza, orientación y ayuda para discernir y darse cuenta de que la voz que le llama es el mismo Dios. 

      La siguiente etapa de la vocación cristiana es seguir a Jesús y escucharle. Mejor todavía, entrar en su casa y quedarnos con él, convivir con él, sentir con él, compartir sus sentimientos e ideales. Hasta hacerlos nuestros. Eso es lo que hicieron aquellos discípulos de Juan que vieron pasar a Jesús. “Maestro, ¿dónde vives?”. La respuesta es clara: “Venid y lo veréis”. No hay más camino que ir por nosotros mismos y experimentar. Conocer a Jesús de cerca es una experiencia personal que nadie puede hacer por nosotros. 

      Sólo cerca de él, sentiremos que cambia nuestra vida y que ésta toma una nueva y definitiva dirección porque el Evangelio se convierte en su centro. Es lo que en el Evangelio se simboliza con el cambio de nombre de Simón. Su nuevo nombre “Cefas-Pedro” tiene que ver con la misión que se le encarga al servicio del Evangelio. O lo que en la lectura de la primera de Corintios se sugiere al decir que ahora el cristiano es templo del Espíritu Santo. ¡Ojala todos escuchemos la voz de Dios que nos llama a vivir al servicio del Reino que Jesús predicó! Porque lo otro, ser sacerdotes, vivir en matrimonio o comprometerse en la vida religiosa, vendrá como consecuencia.



Para la reflexión

      ¿Has escuchado alguna vez la voz de Dios que te llama y te invita a seguirle? ¿Has preferido cerrar los oídos porque sentías que escucharle te iba a exigir demasiado? ¿Qué crees que Dios te pide que cambies en tu vida?

EL EVANGELIO DEL DÍA SÁBADO 13 ENERO 2018


Lecturas del Sábado de la 1ª semana del Tiempo Ordinario
Sábado, 13 de enero de 2018



Primera lectura
Lectura del primer libro de Samuel (9,1-4.17-19; 10,1a):

Había un hombre de Loma de Benjamín, llamado Quis, hijo de Abiel, hijo de Seror, hijo de Becorá, hijo de Afiaj, benjaminita, de buena posición. Tenía un hijo que se llamaba Saúl, un mozo bien plantado; era el israelita más alto: sobresalía por encima de todos, de los hombros arriba. 
A su padre Quis se le habían extraviado unas burras; y dijo a su hijo Saúl: «Llévate a uno de los criados y vete a buscar las burras.»
Cruzaron la serranía de Efraín y atravesaron la comarca de Salisá, pero no las encontraron. Atravesaron la comarca de Saalín, y nada. Atravesaron la comarca de Benjamin, y tampoco.
Cuando Samuel vio a Saúl, el Señor le avisó: «Ése es el hombre de quien te hablé; ése regirá a mi pueblo.»
Saúl se acercó a Samuel en medio de la entrada y le dijo: «Haz el favor de decirme dónde está la casa del vidente.»
Samuel le respondió: «Yo soy el vidente. Sube delante de mí al altozano; hoy coméis conmigo, y mañana te dejaré marchar y te diré todo lo que piensas.»
Tomó la aceitera, derramó aceite sobre la cabeza de Saúl y lo besó, diciendo: «El Señor te unge como jefe de su heredad. Tú regirás al pueblo del Señor y lo librarás de la mano de los enemigos que lo rodean.»

Palabra de Dios

Salmo
Sal 20,2-3.4-5.6-7

R/. Señor, el rey se alegra por tu fuerza

Señor, el rey se alegra por tu fuerza,
¡y cuánto goza con tu victoria!
Le has concedido el deseo de su corazón,
no le has negado lo que pedían sus labios. R/.

Te adelantaste a bendecirlo con el éxito,
y has puesto en su cabeza una corona de oro fino.
Te pidió vida, y se la has concedido,
años que se prolongan sin término. R/.

Tu victoria ha engrandecido su fama,
lo has vestido de honor y majestad.
Le concedes bendiciones incesantes,
lo colmas de gozo en tu presencia. R/.


Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Marcos (2,13-17):

En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del lago; la gente acudía a él, y les enseñaba. 
Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme.»
Se levantó y lo siguió. Estando Jesús a la mesa en su casa, de entre los muchos que lo seguían un grupo de publicanos y pecadores se sentaron con Jesús y sus discípulos. 
Algunos escribas fariseos, al ver que comía con publicanos y pecadores, les dijeron a los discípulos: «¡De modo que come con publicanos y pecadores!»
Jesús lo oyó y les dijo: «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.»

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio del sábado, 13 de enero de 2018
Luis Manuel Suárez CMF


Queridos amigos:

La llamada de Jesús es personal, concreta y gratuita.

Jesús llama personalmente. No lo dice en general, ni a ver si alguien se da por aludido. De entre todo el gentío, al pasar Jesús ve a Leví y le llama. Es una llamada personal e intransferible. En este momento es a él a quien llama. Por eso la respuesta sólo puede ser personal, aunque sea junto a otros.

Jesús llama concretamente. No llama para nada, ni para algo abstracto. “Sígueme”. Ahí está el contenido de la llamada: seguir sus huellas, caminar sus caminos… hacer lo que Él hace, decir como Él dice, sanar como Él sana, anunciar como Él anuncia… amar como Él ama… y todo esto en movimiento, porque no será lo mismo hacerlo en Cafarnaún que en Jerusalén… en el siglo I que en el XXI…

Jesús llama gratuitamente. Porque Leví no era precisamente un modelo de conducta para sus paisanos. Y puestos a pensar en alguien influyente, podía haber habido otros muchos.

Pero Jesús llama de forma gratuita, porque quiere. Y se ha fijado en él. Porque no ve las apariencias, sino el corazón. Y sabe que en ese hombre aparentemente indigno, hay escondido un hijo de Dios y un apóstol que puede salir a la luz a lo largo del camino. “No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”. Para evitar cualquier tentación de “dignidad” mal entendida.

Señor Jesús, Tú me llamas
por el nombre,
de manera concreta,
por pura gracia.
Que yo te pueda responder
desde lo que tú vas generando en mi.
Gracias por tu confianza.
Tu confianza me construye.

Vuestro hermano en la fe:
Luis Manuel Suárez CMF (@luismanuel_cmf)

SANTORAL DEL DOMINGO 14 DE ENERO 2018

Félix de Nola, Santo
Confesor de la fe, Enero 14
Dacio de Milán, Santo
Obispo, Enero 14
Macrina La Mayor, Santa
Confesora de la fe, 14 de enero
Odón de Novara, Beato
Monje Cartujo, Enero 14
Pedro Donders, Beato
Presbítero Redentorista, Enero 14
Potito, Santo
Mártir Adolescente, Enero 14
Fulgencio de Écija, Santo
Obispo, 14 de enero
Odorico de Pordenone, Beato
Misionero Franciscano, Enero 14
Devasahayam (Lázaro) Pillai, Beato
Mártir Laico, 14 de enero
Alfonsa Clerici, Beata
Religiosa, 14 de enero

SANTA MARGARITA BOURGEOYS, VIRGEN FUNDADORA, 12 ENERO


Margarita Bourgeoys, Santa
Margarita Bourgeoys, Santa


Virgen Fundadora, Enero 12 


Por: P. Ángel Amo. | Fuente: Catholic.net 



Fundadora de la Congregación
de las Hermanas de Nuestra Señora

Martirologio Romano: En Montreal, en la provincia de Quebec, en Canadá, santa Margarita Bourgeoys, virgen, que prestó gran ayuda a los colonos y a los soldados, y trabajó para asegurar la formación cristiana de las jóvenes, fundando para ello la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora (1700).

Etimología: Margarita = Aquella de belleza poco común, es de origen latino.

Margarita era la sexta hija de los doce del matrimonio de Abraham Bourgeoys y Guillermina Garnier. Nació en Troyes (Francia), el 17 de abril de 1620. A los veinte años quiso ingresar con las carmelitas y las clarisas, sin ser aceptada. El padre Gendret, al ver que los dos conventos la rechazaron, vio la señal para fundar una congregación sin clausura, pero dicha fundación también fracasó.

En 1652 el gobernador de la pequeña colonia francesa Villa María, en Canadá, la invitó como maestra. Troyes, París, Orléans, Nantes fueron las primeras etapas de su viaje a Canadá. Salió del puerto de San Nazario y, después de cuatro meses, el 16 de noviembre de 1653, llegó a Canadá y, al mes, a Villa María, la pequeña colonia que luego se convertiría en la ciudad de Montreal, y que en ese momento se reducía a un fuerte en el que habitaban unas dos mil personas, con un pequeño hospital y una capilla atendida ocasionalmente por algún misionero. Ahí Margarita enseñaba el catecismo, curaba enfermos, socorría a los soldados heridos y ayudaba a los necesitados. Hizo restaurar la gran cruz de Montreal que había sido destruida por los indios iroqueses y se las arregló para construir una nueva capilla dedicada a Nuestra Señora en 1667. Al año siguiente inauguró la primer escuela de Montreal en un antiguo establo con una docena de alumnos. Los años siguientes fueron agitados y difíciles a causa de la guerra contra los iroqueses. Al terminar la guerra, Montreal se convirtió en una verdadera ciudad. En su escuela Margarita acogió también a los hijos de los indios.

Viajó ocho veces a Francia para buscar a jóvenes que quisieran ayudarle en la tarea de la educación. En esas ocasiones llevaba consigo a muchachas huérfanas campesinas que deseaban educarse en el Nuevo Mundo y formar más tarde su hogar, pues había muchos soldados y comerciantes pero las hijas de los colonos eran pocas y no se podían formar hogares cristianos. Cuando estuvo en Francia de 1670 a 1672 consiguió la aprobación del rey Luis XIV para sus planes de fundación de la Congregación de Nuestra Señora, el año 1676.
En 1683 el convento se incendió y dos hermanas murieron, entre ellas su sobrina. Fue entonces cuando monseñor Laval quiso fusionarlas con las ursulinas ya que era difícil aceptar la idea de una comunidad religiosa misionera sin clausura...

Finalmente el año 1698 las veinticuatro hermanas pudieron hacer la profesión religiosa. Desde el momento en que Margarita renunció al cargo de superiora a los setenta y tres años, su salud comenzó a declinar. Pero el fin llegó de una manera inesperada. El último día del año 1699 la fundadora ofreció su vida para salvar la de una religiosa que estaba gravemente enferma. Habiendo recobrado ella la salud, la madre murió el 12 de enero de 1700. Algunos años más tarde, en 1768, en un nuevo incendio se quemó la capilla donde se conservaba el corazón de la madre Margarita y, al rescatarlo de las llamas, notaron que salía sangre. Fue beatificada por el papa Pío XII el 12 de noviembre de 1950 y canonizada por el papa Juan Pablo II el 31 de octubre de 1982.

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 12 ENERO 2018


Lecturas de hoy Viernes de la 1ª semana del Tiempo Ordinario
 Hoy, viernes, 12 de enero de 2018




Primera lectura
Lectura del primer libro de Samuel (8,4-7.10-22a):

En aquellos dias, los ancianos de Israel se reunieron y fueron a entrevistarse con Samuel en Ramá. 
Le dijeron: «Mira, tú eres ya viejo, y tus hijos no se comportan como tú. Nómbranos un rey que nos gobierne, como se hace en todas las naciones.»
A Samuel le disgustó que le pidieran ser gobernados por un rey, y se puso a orar al Señor.
El Señor le respondió: «Haz caso al pueblo en todo lo que te pidan. No te rechazan a ti, sino a mí; no me quieren por rey.»
Samuel comunicó la palabra del Señor a la gente que le pedía un rey: «Éstos son los derechos del rey que os regirá: a vuestros hijos los llevará para enrolarlos en sus destacamentos de carros y caballería, y para que vayan delante de su carroza; los empleará como jefes y oficiales en su ejército, como aradores de sus campos y segadores de su cosecha, como fabricantes de armamento y de pertrechos para sus carros. A vuestras hijas se las llevará como perfumistas, cocineras y reposteras. Vuestros campos, viñas y los mejores olivares os los quitará para dárselos a sus ministros. De vuestro grano y vuestras viñas os exigirá diezmos, para dárselos a sus funcionarios y ministros. A vuestros criados y criadas, vuestros mejores burros y bueyes, se los llevará para usarlos en su hacienda. De vuestros rebaños os exigirá diezmos. Y vosotros mismos seréis sus esclavos. Entonces gritaréis contra el rey que os elegisteis, pero Dios no os responderá.»
El pueblo no quiso hacer caso a Samuel, e insistió: «No importa. ¡Queremos un rey! Así seremos nosotros como los demás pueblos. Que nuestro rey nos gobierne y salga al frente de nosotros a luchar en la guerra.»
Samuel oyó lo que pedía el pueblo y se lo comunicó al Señor.
El Señor le respondió: «Hazles caso y nómbrales un rey.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 88,16-17.18-19

R/. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor

Dichoso el pueblo que sabe aclamarte:
caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro;
tu nombre es su gozo cada día,
tu justicia es su orgullo. R/.

Porque tú eres su honor y su fuerza,
y con tu favor realzas nuestro poder.
Porque el Señor es nuestro escudo
y el Santo de Israel nuestro rey. R/.



Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (2,1-12):

Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa. Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Él les proponía la palabra. Llegaron cuatro llevando un paralítico y, como no podían meterlo por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico.
Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico: «Hijo, tus pecados quedan perdonados.»
Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: «Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, fuera de Dios?»
Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo: «¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico "tus pecados quedan perdonados" o decirle "levántate, coge la camilla y echa a andar"? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados...»
Entonces le dijo al paralítico: «Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa.»
Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo: «Nunca hemos visto una cosa igual.»

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy viernes, 12 de enero de 2018
Luis Manuel Suárez CMF



Queridos amigos:

La Palabra de hoy pone en relación dos cosas que muchos no relacionaríamos: el perdón y el curarse de una parálisis. ¿Qué tienen que ver?

En la mentalidad judía, la enfermedad era consecuencia del pecado. Si uno tenía una enfermedad o una parálisis, era porque algo malo había hecho –él o sus antepasados-. Por eso Jesús aplica una sanación integral: le perdona y le levanta de su postración.

Eso es lo que viene a hace Jesús: quiere sanar la raíz para que todo el árbol esté sano; quiere reconciliar el corazón, para que toda la persona se levante.

Bien mirado, el perdón y el volver a caminar tienen mucho que ver. Porque vivir dividido, no-reconciliado, implica vivir postrado, empequeñecido, desde lo peor de uno mismo. Y eso se nota. En cambio, cuando uno puede llegar a re-conciliar aquello que estaba roto, quebrado, uno puede volver a levantarse y tomar la vida en sus manos. El rencor paraliza. El perdón levanta. Por eso Jesús hace las dos cosas.

Dos mil años después, Jesús sigue pudiendo sanar a quien se acerca a Él. Él es perdón que levanta de la postración. La cuestión es conseguir ponerse cerca... o lograr que alguien te acerque –como en el evangelio del hoy-.

Señor Jesús,
tú nos das la paz del corazón.
Gracias por tu perdón,
que reconcilia lo que en nosotros está roto.
Con tu perdón podremos levantarnos,
caminar,
y ayudar a caminar a otros.

Vuestro hermano en la fe:
Luis Manuel Suárez CMF (@luismanuel_cmf)