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lunes, 30 de abril de 2018

DECÁLOGO DE SANTA CATALINA DE SIENA


Decálogo de Santa Catalina de Siena
Conjunto de reglas básicas para ser un buen cristiano


Por: P. Nelson Medina OP | Fuente: InfoCatolica.com 




01 No existe paz fuera de la verdad.

02 La vida cristiana empieza su camino en serio a partir del conocimiento de sí mismo a la luz de Dios.

03 O escogemos el Puente, que es Cristo, o nos devora el río, que es el torrente de las promesas falsas y amenazas falsas del mundo.

04 El que no arde de amor por la Iglesia que no piense que ama mucho a Cristo.

05 Todos han de tener inmenso aprecio por la celebración cotidiana, digna y fervorosa, de la Eucaristía.

06 Aprendemos a orar como aprendimos a hablar: oyendo a otros y repitiendo con sabiduría y amor.

07 Rechazar el camino de la obediencia es elegir el camino del capricho, y de ahí lo que sigue es muerte.

08 La vida de los consagrados es como el avance de un bote; quienes no tienen comunidad nadan solos.

09 Nuestra voluntad es tan débil como la distancia que nos separa de la voluntad de Dios: a mayor distancia, mayor debilidad.

10 La santidad es el fruto propio del bautismo, y por consiguiente, la meta natural de todo bautizado.

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 30 ABRIL 2018


Lecturas de hoy Lunes de la 5ª semana de Pascua
 Hoy, lunes, 30 de abril de 2018




Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (14,5-18):

EN aquellos días, cuando en Iconio se produjeron conatos de violencia de parte de los gentiles y de los judíos, con sus autoridades, para maltratar a Pablo y a Bernabé y apedrearlos; al darse cuenta de la situación, huyeron a las ciudades de Licaonia, a Listra y Derbe y alrededores, donde se pusieron a predicar el Evangelio.
Había en Listra, sentado, un hombre impedido de pies; cojo desde el seno de su madre, nunca había podido andar. Estaba escuchando las palabras de Pablo, y este, fijando en él la vista y viendo que tenía una fe capaz de obtener la salud, le dijo en voz alta:
«Levántate, ponte derecho sobre tus pies».
El hombre dio un salto y echó a andar. Al ver lo que Pablo había hecho, el gentío exclamó en la lengua de Licaonia:
«Los dioses en figura de hombres han bajado a visitarnos».
A Bernabé lo llamaban Zeus, y a Pablo, Hermes, porque se encargaba de hablar. El sacerdote del templo de Zeus que estaba a la entrada de la ciudad trajo a las puertas toros y guirnaldas y, con la gente, quería ofrecerles un sacrificio.
Al oírlo los apóstoles Bernabé y Pablo, se rasgaron el manto e irrumpieron por medio del gentío, gritando y diciendo:
«Hombres, ¿qué hacéis? También nosotros somos humanos de vuestra misma condición; os anunciamos esta Buena Noticia: que dejéis los ídolos vanos y os convirtáis al Dios vivo “que hizo el cielo, la tierra y el mar y todo lo que contienen”. En las generaciones pasadas, permitió que cada pueblo anduviera su camino; aunque no ha dejado de dar testimonio de sí mismo con sus beneficios, mandándoos desde el cielo la lluvia y las cosechas a sus tiempos, dándoos comida y alegría en abundancia».
Con estas palabras, a dura penas disuadieron al gentío de que les ofrecieran un sacrificio.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 113B,1-2.3-4.15-16

R/. No a nosotros, Señor, no a nosotros,
sino a tu nombre da la gloria

No a nosotros, Señor, no a nosotros,
sino a tu nombre da la gloria,
por tu bondad, por tu lealtad.
¿Por qué han de decir las naciones:
«Dónde está su Dios»? R/.

Nuestro Dios está en el cielo,
lo que quiere lo hace.
Sus ídolos, en cambio, son plata y oro,
hechura de manos humanas. R/.

Benditos seáis del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
El cielo pertenece al Señor,
la tierra se la ha dado a los hombres. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (14,21-26):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; al que me ama será amado mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él».
Le dijo Judas, no el Iscariote:
«Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?»
Respondió Jesús y le dijo:
«El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.
El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho».

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy lunes, 30 de abril de 2018
Pepe Lillo, cmf


“No a nosotros, Señor, sino a tu nombre da la gloria”

San Pio V:      https://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/pio_v.htm

La misión de la comunidad de discípulos es el anuncio Pascual, la gran noticia de un acontecimiento que desborda la realidad histórica de la humanidad, que acaba con la limitación y esclavitud de la muerte – “dónde está muerte tu victoria” – La muerte ha quedado reducida a una mascada carnavalesca, eso sí capaz de amenazar, atemorizar y hacer sufrir a este ser humano que en su contingencia no le queda más remedio que pasar por la cruz del viernes santo para alcanzar la mañana de luz plena en el resucitado.

De esta certeza, son testigos aquellos discípulos; y su testimonio se vuelve para los auditorios tan desconcertante como una locura, y con aquello que rompe nuestro orden rutinario como con lo absurdo “hay que acabar”. La resurrección de Jesús, se torna blasfemia en un mundo que prefiere la noticia de un “dios” poco relevante, que adormece el dolor de la cultura de muerte de la humanidad.

¿Qué prueba nos dais de esta locura que anunciáis? ¿Qué pruebas nos dais para que creamos? El primer argumento de credibilidad es siempre la vida misma del testigo, pero no sólo en la entrega martirial –y aquellos apóstoles lo fueron- sino también y en muchas más ocasiones en la vida misma del testigo, en su día a día, en sus obras: “A quienes crean les acompañarán estos signos…” (Mc15,18). De hecho todo el evangelio resulta un aval de la persona y misión de Jesús, con sus obras. “Id a decirle a Juan, los ciegos ven, los cojos…”(Lc 7,22)

Que alguien en este mundo de muerte sea expresión real de sanación, de vida, de alegría contra toda esperanza… es tan relevante que no es de extrañar que aquellos habitantes de Licaonia confundieran a Pablo y Bernabé con dioses bajados a la tierra.

Hoy, en este planeta lleno igualmente de imágenes de dolor y cruces insufribles, nosotros que comulgamos y confesamos la fe en el Señor Resucitado y nos decimos sus testigos, ¿Qué signos acompañan nuestra vida (tuya y mía) para hacer creíble la mañana de Luz a quien vive en un viernes cualquiera de muerte? ¿A quiénes ponemos en pie y sacamos de su postración?

Que tengáis buen día: 
Pepe Lillo cmf.

SANTORAL DE HOY LUNES 30 ABRIL 2018

Gualfardo, SantoGualfardo, Santo
Monje Camaldulense, Abril 30
Benito de Urbino, BeatoBenito de Urbino, Beato
Presbítero Capuchino, Abril 30
Paulina von Mallinckrodt, BeataPaulina von Mallinckrodt, Beata
Fundadora, Abril 30
María de la Encarnación Guyart, SantaMaría de la Encarnación Guyart, Santa
Viuda y Religiosa, Abril 30
Ventura de Spello, SantoVentura de Spello, Santo
Confesor, 30 de abril
José Benito Cottolengo, SantoJosé Benito Cottolengo, Santo
Presbítero y fundador, 30 de abril
Pío V, SantoPío V, Santo
Memoria Litúrgica, 30 de abril

domingo, 29 de abril de 2018

SANTA CATALINA DE SIENA, DOCTORA DE LA IGLESIA, 29 ABRIL


Hoy 29 de abril es fiesta de Santa Catalina de Siena, de analfabeta a Doctora de la Iglesia
Redacción ACI Prensa





“Si somos lo que debemos ser, prenderemos fuego al mundo entero”, decía Santa Catalina de Siena, Doctora de la Iglesia perteneciente a la tercera orden de Santo Domingo, gran defensora del Papado y proclamada Copatrona de Europa por San Juan Pablo II.

Santa Catalina nació en Siena (Italia) en 1347 en una familia de padres piadosos. Gustaba mucho de la oración, las cosas de Dios, y a los siete años hizo un voto privado de virginidad. Más adelante, su familia trató de persuadirla para que se casara, pero ella se mantuvo firme y sirvió generosamente a los pobres y enfermos.

A los 18 años recibió el hábito de la tercera orden de Santo Domingo, viviendo la espiritualidad dominica en el mundo secular y siendo la primera mujer soltera en ser admitida. Tuvo que superar muchas tentaciones del diablo que buscaban hacer que desistiera, pero ella seguía confiando en Dios.

En 1366, Santa Catalina vivió un “matrimonio místico”. Se encontraba en su habitación orando cuando vio a Cristo acompañado de su Madre y un cortejo celestial.


La Virgen tomó la mano de Catalina y la llevó hasta Cristo, quien le puso un anillo, la desposó consigo y le manifestó que ella estaba sustentada por una fe que podría superar todas las tentaciones. Después de ello, solamente Catalina podía ver el anillo.

Por aquel tiempo brotó una peste y la Santa siempre se mantuvo con los enfermos, los preparaba para la muerte y llegó incluso a enterrarlos ella misma con sus propias manos. Además, tenía el don de reconciliar hasta a los peores enemigos, más con sus oraciones a Dios que con sus palabras.

En esta época los Papas vivían en Avignon (Francia) y los romanos se quejaban de haber sido abandonados por sus Obispos, amenazando con realizar un cisma.

Gregorio XI hizo un voto secreto a Dios de regresar a Roma y al consultarle a Santa Catalina, ella le dijo: “Cumpla con su promesa hecha a Dios”. El Pontífice se quedó sorprendido porque no le había dicho del voto a nadie y más adelante el Santo Padre cumplió su promesa y volvió a la Ciudad Eterna.

Posteriormente, en el pontificado de Urbano VI, los cardenales se distanciaron del Papa por su temperamento y declararon nula su elección, designando a Clemente VII que fue a residir a Avignon. Santa Catalina envió cartas a los cardenales presionándolos para reconocer al auténtico Pontífice.

"Aunque era hija de artesanos y analfabeta por no haber tenido estudios ni instrucción, comprendió, sin embargo, las necesidades del mundo de su tiempo con tal inteligencia que superó con mucho los límites del lugar donde vivía, hasta el punto de extender su acción hacia toda la sociedad de los hombres; no había ya modo de detener su valentía, ni su ansia por la salvación de las almas", escribió de ella San Juan Pablo II en 1980 por el VI centenario de su muerte. 

La Santa también escribió a Urbano VI exhortándolo a llevar con temple y gozo los problemas, controlando el temperamento. Santa Catalina fue a Roma, a pedido del Papa, quien siguió sus instrucciones. La Santa también escribió a los reyes de Francia y Hungría para que dejen el cisma. Toda una muestra de la defensa del papado.

En otra ocasión Jesús se le vuelve a aparecer y le enseñó dos coronas, una de oro y otra de espinas, para que escoja. Ella le dijo: "Yo deseo, oh Señor, vivir aquí siempre conforme a tu pasión, y encontrar en el dolor y en el sufrimiento mi reposo y deleite". Luego tomó la corona de espinas y se la puso sobre la cabeza.

Santa Catalina murió el 29 de abril de 1380 en Roma con tan solo 33 años y de un ataque súbito. El Papa Pablo VI la nombró Doctora de la Iglesia en 1970 y fue proclamada Copatrona de Europa por San Juan Pablo II en 1999 junto a Santa Brígida de Suecia y Santa Teresa Benedicta de la Cruz. Su fiesta es cada 29 de abril.

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 29 ABRIL 2018


Lecturas de hoy Domingo 5º de Pascua - Ciclo B
 Hoy, domingo, 29 de abril de 2018




Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (9,26-31):

En aquellos días, llegado Pablo a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos, pero todos le tenían miedo, porque no se fiaban de que fuera realmente discípulo. Entonces Bernabé se lo presentó a los apóstoles. Saulo les contó cómo había visto al Señor en el camino, lo que le había dicho y cómo en Damasco había predicado públicamente el nombre de Jesús. Saulo se quedó con ellos y se movía libremente en Jerusalén, predicando públicamente el nombre del Señor. Hablaba y discutía también con los judíos de lengua griega, que se propusieron suprimirlo. Al enterarse los hermanos, lo bajaron a Cesarea y lo enviaron a Tarso. La Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Se iba construyendo y progresaba en la fidelidad al Señor, y se multiplicaba, animada por el Espíritu Santo.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 21,26b-27.28.30.31-32

R/. El Señor es mi alabanza en la gran asamblea

Cumpliré mis votos delante de sus fieles.
Los desvalidos comerán hasta saciarse,
alabarán al Señor los que lo buscan:
viva su corazón por siempre. R/.

Lo recordarán y volverán al Señor
hasta de los confines del orbe;
en su presencia se postrarán las familias de los pueblos.
Ante él se postrarán las cenizas de la tumba,
ante él se inclinarán los que bajan al polvo. R/.

Me hará vivir para él, mi descendencia le servirá,
hablarán del Señor a la generación futura,
contarán su justicia al pueblo que ha de nacer:
todo lo que hizo el Señor. R/.


Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (3,18-24):

Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras. En esto conoceremos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestra conciencia ante él, en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo. Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios. Y cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó. Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.

Palabra de Dios


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (15,1-8):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.»

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy domingo, 29 de abril de 2018
Fernando Torres cmf


La vid y los sarmientos

      Todos tenemos la experiencia de la amistad. Hay personas con las que nos relacionamos todos los días, a veces podemos incluso salir a dar un paseo juntos o a divertirnos. Pero eso no significa que seamos amigos. Con el amigo hay una relación más profunda, hay algo que nos une más allá incluso del hecho de que nos podamos ver con frecuencia o no. Es como si entre los amigos se estableciera un vínculo profundo. Ser amigos quiere decir algo más que divertirse un rato juntos. Esos serían los amigotes que sirven sólo para irse de juerga pero nada más. Recordemos que el hijo pródigo, cuando se fue con su parte de la herencia, tuvo muchos amigos pero, en cuanto se terminó el dinero, se quedó sólo. Los amigos son otra cosa. Los amigos contactan y comparten sus más profundos sentimientos, los buenos y los malos. Entre los amigos a veces no hacen falta palabras. Se entienden con una mirada. 

      El Evangelio de hoy nos habla de nuestra relación con Jesús. Nos pone un ejemplo concreto para hablar de ella: la vid y sus ramas, los sarmientos. Los sarmientos sólo tienen vida si están unidos a la vid. Pero también podemos mirar lo que Jesús dice desde otro punto de vista: sin los sarmientos, la vid nunca dará fruto. Lo que une a la vid y a sus ramas, los sarmientos, es la corriente de savia que lleva la vida continuamente de la una a las otras. Cuando miramos a la vid, la savia no se ve. Corre por dentro del tronco y de las ramas. Ni siquiera cuando se corta una rama, se ve la savia a simple vista. Hace falta una mirada más profunda, quizá con el microscopio, para verla. Y, sin embargo, está ahí. Un sarmiento que se separa de la vid, se seca y muere. Como dice Jesús, es echado al fuego. 

      Hoy Jesús nos pide que mantengamos esa relación profunda con él. Como la vid y los sarmientos. Como los buenos amigos. No nos pide que pasemos el día entero en la Iglesia rezando. Los amigos no lo son más por estar todo el día juntos. Pero sí que mantengamos ese vínculo profundo, que dejemos que su savia nos llegue adentro y nos de la vida que necesitamos para dar fruto. ¿Qué frutos? Pues, como dice la segunda lectura, los frutos van a ser cumplir su mandato, es decir, que nos amemos unos a otros. Ése es el fruto que tenemos que dar: “frutos de amor para la vida del mundo”, como dijo el Concilio Vaticano II. Que los demás se sientan apreciados y valorados, acogidos con misericordia y comprensión, que sembremos la paz y la serenidad a nuestro alrededor, que renunciemos a la violencia, que seamos honrados en nuestro trabajo. Esos son los frutos que daremos si permanecemos unidos a Jesús. Pero, como también dice la segunda lectura, que “no amemos con puras palabras y de labios para afuera, sino de verdad y con hechos.”



Para la reflexión



      ¿Qué significa en la práctica para mí permanecer unido a la vid que es Cristo? ¿Siento que mantengo esa relación profunda con Jesús que me permite dar frutos de amor? ¿Cómo expreso mi amor a los que me rodean? ¿He renunciado, por lo menos, a la violencia en mi vida?

SANTORAL DE HOY DOMINGO 29 ABRIL 2018

Ana (Hanna) Chrzanowska, BeataAna (Hanna) Chrzanowska, Beata
Laica, 29 de abril
Itala Mela, BeataItala Mela, Beata
Laica, 29 de abril
Torpetes, SantoTorpetes, Santo
Mártir, 29 de abril
Acardo de Avranches, SantoAcardo de Avranches, Santo
Abad y Obispo, 29 de abril
Severo de Nápoles, SantoSevero de Nápoles, Santo
Obispo, 29 de abril
Hugo de Cluny, SantoHugo de Cluny, Santo
Abad, 29 de abril
Antonio Kim Song-u, SantoAntonio Kim Song-u, Santo
Catequista y Mártir, 29 de abril
Cristino, SantoCristino, Santo
Mártir, 29 de abril
Catalina de Siena, SantaCatalina de Siena, Santa
Memoria Litúrgica, 29 de abril

sábado, 28 de abril de 2018

MILAGRO APROBADO PARA LA BEATIFICACIÓN DE ANA CHRZANOWSKA

Milagro aprobado para la beatificación de Ana Chrzanowska
Zofia sufrió un derrame cerebral acompañado de un leve infarto


Por: Xavier Villalta A. | Fuente: Catholic.net 



El milagro del que hablaremos tuvo lugar en Cracovia, en el 2001 cuando, una mujer de 66 años, llamada Zofia -enfermera de profesión- sufrió un derrame cerebral acompañado de un leve infarto de miocardio. La consecuencia de este accidente cerebro vascular fue: parálisis de ambas piernas y en una de las manos. Su estado era tan catastrófico que no era apto para la cirugía. Es por eso que, en estado de coma, fue transportada a una unidad de cuidados continuos.
Allí, el personal médico, no tuvo contacto alguno con la paciente, ellos solo controlaban sus actividades vegetativas: respiración, latidos del corazón, etc.
No había ninguna posibilidad de que la mujer sobreviviera. Y si llegaba a hacerlo, tendría daño cerebral permanente por la apoplejía y el infarto, a lo que había que sumar el ya mencionado daño en sus piernas y mano, la perdida de fuerza y además posibles trastornos del habla... dolencias que la harían vivir una hospitalización incesante.
Sin embargo, todo terminó con un "final feliz". Durante el coma Zofia soñó con Ana Chrzanowska quien le sonrió y dijo: "Todo estará bien".
Pronto, la mujer desperto del coma, y los médicos sorprendidos descubrieron que su paciente no sólo hablaba normalmente, sino que también movía las extremidades que deberían estar permanentemente paralizadas. La paciente permaneció internada un tiempo más, pero su recuperación fue completa.


¿Por qué se obtuvo esta intercesión? Bueno, Zofia tenía una amiga, también enfermera que, el día en que se produjeron los desafortunados eventos descritos (ataque e infarto), participó en una misa que mensualmente se celebraba para pedir la pronta beatificación de Ana Chrzanowska. Al finalizar la misma solicitó a los asistentes y amigos que rezaran una novena pidiendo, a la Sierva de Dios, por la salud de aquella enferma cracoviana de 66 años.
La novena comenzó inmediatamente y fue eficaz, como lo demuestra la mejoría inesperada en la condición de Zofia. Dado que Ana Chrzanowska también era enfermera, se puede decir que con su intercesión hizo un favor a su colega

SANTA GIANNA BERETTA MOLLA, 28 ABRIL


Santa Gianna Beretta Molla, 28 abril 



Durante los años de Liceo y de Universidad, en los que se dedica con diligencia a los estudios, traduce su fe en fruto generoso de apostolado en la Acción católica y en la Sociedad de San Vicente de Paúl, dedicándose a los jóvenes y al servicio caritativo con los ancianos y necesitados. Habiendo obtenido el título de Doctor en Medicina y Cirugía en 1949 en la Universidad de Pavía, abre en 1950 un ambulatorio de consulta en Mésero, municipio vecino a Magenta. En 1952 se especializa en Pediatría en la Universidad de Milán. En la práctica de la medicina, presta una atención particular a las madres, a los niños, a los ancianos y a los pobres.

Su trabajo profesional, que considera como una «misión», no le impide el dedicarse más y más a la Acción católica, intensificando su apostolado entre las jovencitas.

Se dedica también a sus deportes favoritos, el esquí y el alpinismo, encontrando en ellos una ocasión para expresar su alegría de vivir, recreándose ante el encanto de la creación.

Se interroga sobre su porvenir, reza y pide oraciones, para conocer la voluntad de Dios. Llega a la conclusión de que Dios la llama al matrimonio. Llena de entusiasmo, se entrega a esta vocación, con voluntad firme y decidida de formar una familia verdaderamente cristiana.

Conoce al ingeniero Pietro Molla. Comienza el período de noviazgo, tiempo de gozo y alegría, de profundización en la vida espiritual, de oración y de acción de gracias al Señor. El día 24 de septiembre de 1955, Gianna y Pietro contraen matrimonio en Magenta, en la Basílica de S. Martín. Los nuevos esposos se sienten felices. En noviembre de 1956, Gianna da a luz a su primer hijo, Pierluigi. En diciembre de 1957 viene al mundo Mariolina y en julio de 1959, Laura. Gianna armoniza, con simplicidad y equilibrio, los deberes de madre, de esposa, de médico y la alegría de vivir.

En septiembre de 1961, al cumplirse el segundo mes de embarazo, es presa del sufrimiento. El diagnóstico: un tumor en el útero. Se hace necesaria una intervención quirúrgica. Antes de ser intervenida, suplica al cirujano que salve, a toda costa, la vida que lleva en su seno, y se confía a la oración y a la Providencia. Se salva la vida de la criatura. Ella da gracias al Señor y pasa los siete meses antes del parto con incomparable fuerza de ánimo y con plena dedicación a sus deberes de madre y de médico. Se estremece al pensar que la criatura pueda nacer enferma, y pide al Señor que no suceda tal cosa.

Algunos días antes del parto, confiando siempre en la Providencia, está dispuesta a dar su vida para salvar la de la criatura: «Si hay que decidir entre mi vida y la del niño, no dudéis; elegid -lo exijo- la suya. Salvadlo».

La mañana del 21 de abril de 1962 da a luz a Gianna Emanuela. El día 28 de abril, también por la mañana, entre indecibles dolores y repitiendo la jaculatoria «Jesús, te amo; Jesús, te amo», muere santamente. Tenía 39 años.

Sus funerales fueron una gran manifestación llena de emoción profunda, de fe y de oración. La Sierva de Dios reposa en el cementerio de Mésero, a 4 kilómetros de Magenta.

«Meditada inmolación», Pablo VI definió con esta frase el gesto de la beata Gianna recordando, en el Ángelus del domingo 23 de septiembre de 1973: «una joven madre de la diócesis de Milán que, por dar la vida a su hija, sacrificaba, con meditada inmolación, la propia». Es evidente, en las palabras del Santo Padre, la referencia cristológica al Calvario y a la Eucaristía.

Fue beatificada el 24 de abril de 1994, durante el Año Internacional de la Familia; y canonizada el 16 de mayo de 2004 por Juan Pablo II.