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jueves, 14 de diciembre de 2017

SAN NEMETALA AL-HARDINI, MONJE LIBANÉS, 14 DICIEMBRE


Hoy 14 de diciembre es la fiesta de San Nemetala Al-Hardini, monje libanés




 (ACI).- San Nemetala Al-Hardini fue un monje del Líbano perteneciente a la Iglesia Católica maronita que se destacó por su incansable vida de oración y penitencia, y por su ferviente devoción a Cristo, la Virgen María y la Eucaristía.

Nació en Hardin, en el norte del Líbano, el año 1808. Su familia maronita lo educó junto a sus cinco hermanos en un profundo amor a Dios y a la Iglesia, por tal motivo, tres de sus hermanos siguieron también la vida monástica o sacerdotal.

Entre 1816 y 1822 inició sus estudios en la escuela católica de los monjes de San Antonio Abad en el pueblo de Houb. En 1828 ingresó al monasterio de San Antonio Ishaia donde adoptó el nombre de P. Nimatullah Kassab Al-Hardini y aprendió el oficio de encuadernación de libros y manuscritos.


Fue ordenado sacerdote en 1833.

Era severo y duro consigo mismo, pero misericordioso e indulgente con sus hermanos. Radical en su opción, concebía la santidad en términos de comunión. Afirmaba: “La primera preocupación de un monje debe ser, día y noche, no herir o afligir a sus hermanos”.

Se hizo miembro del Consejo General de la Orden Maronita tres veces. Aun siendo miembro del Consejo nunca dejó el humilde oficio de la encuadernación. Además, fue también instructor monástico en Kfifan.

Murió en su monasterio de Kfifan en 1858, a la edad de 50 años. Fue beatificado en 1998 y canonizado en 2004. Sus restos incorruptos yacen en el monasterio de Kfifan.

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 14 DICIEMBRE 2017


Lecturas de hoy Jueves de la 2ª semana de Adviento
Hoy, jueves, 14 de diciembre de 2017



Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (41,13-20):

YO, el Señor, tu Dios,
te tomo por la diestra y te digo:
«No temas, yo mismo te auxilio».
No temas, gusanillo de Jacob,
oruga de Israel,
yo mismo te auxilio
-oráculo del Señor-,
tu libertador es el Santo de Israel.
Mira, te convierto en trillo nuevo,
aguzado, de doble filo:
trillarás los montes hasta molerlos;
reducirás a paja las colinas;
los aventarás y el viento se los llevará,
el vendaval los dispersará.
Pero tú te alegrarás en el Señor,
te gloriarás en el Santo de Israel.
Los pobres y los indigentes
buscan agua, y no la encuentran;
su lengua está reseca por la sed.
Yo, el Señor, les responderé;
yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.
Haré brotar ríos en cumbres desoladas,
en medio de los valles, manantiales;
transformaré el desierto en marisma
y el yermo en fuentes de agua.
Pondré en el desierto cedros,
acacias, mirtos, y olivares;
plantaré en la estepa cipreses,
junto con olmos y alerces,
para que vean y sepan,
reflexionen y aprendan de una vez,
que la mano del Señor lo ha hecho,
que el Santo de Israel lo ha creado.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 144,1.9.10-11.12-13ab

R/. El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad.

V/. Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;
bendeciré tu nombre por siempre jamás.
El Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R/.

V/. Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles.
Que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.

V/. Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,11-15):

EN aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«En verdad os digo que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él.
Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora el reino de los cielos sufre violencia y los violentos lo arrebatan. Los Profetas y la Ley han profetizado hasta que vino Juan; él es Elías, el que tenía que venir, con tal que queráis admitirlo.
El que tenga oídos, que oiga».

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio 
de hoy jueves, 14 de diciembre de 2017
 José Mª Vegas, cmf



Más grandes que el más grande

Las enigmáticas palabras de Jesús sobre la violencia y el Reino de Dios puede desconcertarnos. ¿Acaso está Jesús justificando la violencia por el Reino de los Cielos, incluso exhortando a ella? Desde luego son múltiples los testimonios evangélicos que desautorizarían tal interpretación: desde el rechazo de Jesús a adorar a Satanás para conquistar (para Dios, a eso había venido) todos los reinos del mundo (cf. Mt 4, 8-9), es decir, la renuncia a conseguir buenos fines con malos medios; pasando por las bienaventuranzas (cf. Mt 5, 9), y hasta las palabras que le escuchamos ayer, en que se define como manso y humilde de corazón. No hay, pues, excusas para el uso de la violencia por el Reino de los Cielos. Los episodios violentos de la historia de la Iglesia habrá que entenderlos en su contexto histórico, pero como desviaciones del verdadero espíritu del Evangelio.

Pueden entenderse también esas palabras en sentido contrario: los violentos se alían contra el Reino de los cielos e intentan acabar con él. El contexto inmediato, la prisión e inminente muerte de Juan el Bautista, permiten esta lectura. También Jesús sufrirá una violencia similar, y avisa de que sus discípulos no deben esperar un destino distinto (Jn 15, 20).

Sin embargo, tal vez la clave correcta de interpretación nos la dé precisamente la alabanza que Jesús dirige a Juan, el más grande de entre los nacidos de mujer. Juan se había presentado ante Israel como un profeta fuerte y vigoroso, similar al gran profeta del Antiguo Testamento, Elías. Por eso, Jesús considera que en Juan se cumple la profecía de Malaquías (3, 23), sobre la vuelta de Elías para preparar el día del Señor. El Reino de los cielos no es cosa de débiles, sino de fuertes. Pero existe una fortaleza mayor que la mostrada por Juan, hasta el punto de que el menor en el Reino de los cielos, en los tiempos mesiánicos, es mayor que los más grandes profetas. Es la fortaleza del amor, la compasión y la misericordia, que realiza y cumple las profecías que anunciaron aquellos: “los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, y una Buena Nueva llega a los pobres” (Mt 11, 5). Somos más grandes que ellos, no por nuestros méritos, sino porque nos es dado vivir en el tiempo de la gracia, en la cercanía inmediata del Mesías, el Hijo, que ellos sólo anunciaron: somos los ciegos que ven los sordos que oyen, los leprosos limpiados, somos los renacidos a una vida nueva. La humildad y mansedumbre del Mesías, que se ha hecho pequeño y servidor, y de las que tenemos que aprender nosotros, no tienen nada que ver con un espíritu débil, sino, al contrario, es signo de la fortaleza del que es capaz de entregar su propia vida por el bien de sus hermanos. También nosotros, en Cristo, estamos llamados a realizar los signos que avivan la esperanza y revelan que se cumplen las antiguas profecías, y que consisten en las obras del amor, de la sanación por el perdón y la misericordia.



Saludos cordiales
José M.ª Vegas cmf

SANTORAL DE HOY JUEVES 14 DICIEMBRE 2017

Buenaventura de Pistoya, BeatoBuenaventura de Pistoya, Beato
Siervo de María, 14 Diciembre
Francisca Schervier, BeataFrancisca Schervier, Beata
Fundadora, 14 Diciembre
Espiridión de Tremitunte, SantoEspiridión de Tremitunte, Santo
Obispo y Confesor, 14 Diciembre
Nimattullah Al-Hardini, SantoNimattullah Al-Hardini, Santo
Sacerdote Maronita, 14 de diciembre
Venancio Fortunato, SantoVenancio Fortunato, Santo
Obispo de Poitiers, 14 Diciembre
Juan de la Cruz, SantoJuan de la Cruz, Santo
Memoria Litúrgica, 14 de diciembre

SAN JUAN DE LA CRUZ, 14 DICIEMBRE

Juan de la Cruz, Santo
Memoria Litúrgica, 14 de diciembre


Fuente: Archidiócesis de Madrid 




Presbítero y Doctor de la Iglesia

Martirologio Romano: Memoria de san Juan de la Cruz, presbítero de la Orden de los Carmelitas y doctor de la Iglesia, el cual, por consejo de santa Teresa, fue el primero de los hermanos que emprendió la reforma de la Orden, empeño que sostuvo con muchos trabajos, obras y ásperas tribulaciones, y, como demuestran sus escritos, buscando una vida escondida en Cristo y quemado por la llama de su amor, subió al monte de Dios por la noche oscura, descansando finalmente en el Señor, en Úbeda, de la provincia de Jaén (1591).

Fecha de beatificación: 25 de enero de 1675 por el Papa Clemente X
Fecha de canonización: 27 de diciembre de 1726 por el Papa Benedicto XIII

Etimológicamente: Juan = Dios es misericordioso, es de origen hebreo.

Breve Biografía
Ávila y concretamente Fontiveros fue su patria chica. Luego lo será Castilla y de modo principal Andalucía la tierra de sus amores.

Se llamó Juan Yepes. Nació en 1542 del matrimonio que formaban Gonzalo y Catalina; eran pañeros y vivían pobres. Su padre muere pronto y la viuda se ve obligada a grandes esfuerzos para sacar adelante a sus tres hijos: Francisco, Luis y Juan. Fue inevitable el éxodo cuando se vio que no llegaba la esperada ayuda de los parientes toledanos; Catalina y sus tres hijos marcharon primero a Arévalo y luego a Medina del Campo que es el centro comercial de Castilla. Allí malviven con muchos problemas económicos, arrimando todos el hombro; pero a Juan no le van las manualidades y muestra afición al estudio.

Entra en el Colegio de la Doctrina, siendo acólito de las Agustinas de la Magdalena, donde le conoció don Alonso Álvarez de Toledo quien lo colocó en el hospital de la Concepción y le costea los estudios para sacerdote. Los jesuitas fundan en 1551 su colegio y allí estudió Humanidades. Se distinguió como un discípulo agudo.

Juan eligió la Orden del Carmen; tomó su hábito en 1563 y desde entonces se llamó Juan de Santo Matía; estudia Artes y Teología en la universidad de Salamanca como alumno del colegio que su Orden tiene en la ciudad. El esplendor del claustro es notorio: Mancio, Guevara, Gallo, Luis de León enseñan en ese momento.

En 1567 lo ordenaron sacerdote. Entonces tiene lugar el encuentro fortuito con la madre Teresa en las casas de Blas Medina. Ella ha venido a fundar su segundo "palomarcico", como le gustaba de llamar a sus conventos carmelitas reformados; trae también con ella facultades del General para fundar dos monasterios de frailes reformados y llegó a convencer a Juan para unirlo a la reforma que intentaba salvar el espíritu del Carmelo amenazado por los hombres y por los tiempos. Llegó a exclamar con gozo Teresa ante sus monjas que para empezar la reforma de los frailes ya contaba con "fraile y medio" haciendo con gracia referencia a la corta estatura de Juan; el otro fraile, o fraile entero, era el prior de los carmelitas de Medina, fray Antonio de Heredia.

Inicia su vida de carmelita descalzo en Duruelo y ahora cambia de nombre, adoptando el de Juan de la Cruz. Pasa año y medio de austeridad, alegría, oración y silencio en casa pobre entre las encinas. Luego, la expansión es inevitable; reclaman su presencia en Mancera, Pastrana y el colegio de estudios de Alcalá; ha comenzado la siembra del espíritu carmelitano.

La monja Teresa quiere y busca confesores doctos para sus monjas; ahora dispone de confesores descalzos que entienden -porque lo viven- el mismo espíritu. Por cinco años es Juan el confesor del convento de la Encarnación de Ávila. La confianza que la reformadora tiene en el reformador -aunque posiblemente no llegó a conocer toda la hondura de su alma- se verá de manifiesto en las expresiones que emplea para referirse a él; le llamará "senequita" para referirse a su ciencia, "santico de fray Juan" al hablar de su santidad, previendo que "sus huesecicos harán milagros".

No podía faltar la cruz; llegó del costado que menos cabía esperarla. Fueron los hermanos calzados los que lo tomaron preso, lo llevan preso a Toledo donde vivió nueve meses de durísima prisión. Es la hora de Getsemaní, la noche del alma, un periodo de madurez espiritual del hombre de Dios expresado en sus poemas. Logra escapar en 1578 del encierro de forma dramática, poniendo audacia y ganando confianza en Dios, con una cuerdecilla hecha con pedazos de su hábito y saliendo por el tragaluz.

En los oficios de dirección siempre aparece Juan de la Cruz como un segundón; serán los padres Gracián y Doria quienes se encarguen de la organización, Juan llevará la doctrina y cuidará del espíritu.

Se le ve presente en la serranía de Jaén, confesor de las monjas en Beas de Segura, donde se encuentra la religiosa Ana de Jesús. Después en Baeza; funda el colegio para la formación intelectual de sus frailes junto a la principal universidad andaluza. Y en Granada, en el convento de los Mártires, continuará su trabajo de escritor. En 1586 funda los descalzos de Córdoba, como los de Mancha Real.

Consiliario del padre Doria, en Segovia, por tres años. ¡Cómo no recordar su deseo-exponente de amor rendido- ante la contemplación de un Cristo doliente! "Padecer, Señor, y ser menospreciado por Vos".

En 1591 la presencia de fray Juan de la Cruz empieza a ser non grata ante el padre Doria. La realidad es que está quedando arrinconado y hasta llega a tramarse su expulsión del Carmelo.

Marcha a la serranía de Jaén, en la Peñuela, para no estorbar y se plantea la posibilidad de marchar a las Indias; allí estará más lejos. Es otro tiempo de oración solitaria y sabrosa. La reforma carmelitana vive agitada por el modo de proceder de Doria; a Juan le toca orar, sufrir y callar. Quizá tenga Dios otros planes sobre él y está preparándolo para una etapa mejor.

Aquella inapetencia tan grande provocada por las calenturas persistentes provocó un mimo de Dios haciendo que aparecieran espárragos cuando no era su tiempo para calmar el antojadizo deseo de aquel fraile que iba de camino, sin fuerzas y medio muerto de cansancio, buscando un médico.

Pasó dos meses en Úbeda. No acertó el galeno. Se presentó la erisipela en una pierna; luego vino la septicemia. Y en medio andaban los frailes con frialdad y era notoria la falta de consideración por parte del superior de la casa. Hasta que llegó el 13 de diciembre, cuando era de noche, que marchó al cielo desde el "estercolero del desprecio". Llovía.

Al final de este resumen-recuerdo de un fraile místico que supo y quiso aprovechar el mal para sacar bien, el desprecio de los hombres para hacerse más apreciado de Dios, y el mismo lenguaje para expresar lo inefable de la misteriosa intimidad con Dios con lírica palabra estremecida, pienso que será buen momento para hacer mención de algunas de las obras que le han hecho figura de la cultura hispana del siglo XVI. Subida al Monte Carmelo y Noche oscura del alma que bien pueden considerarse tanto una obra como dos; el Cántico espiritual, Llama de amor viva y algunos poemas y avisos.

Lo canonizaron en 1726. Pío XI lo hizo doctor de la Iglesia en 1926. Su gran conocedor y admirador Juan Pablo II, lo nombró patrono de los poetas

Un fraile de cuerpo entero.