Páginas

lunes, 7 de agosto de 2017

SAN CAYETANO, PATRONO DEL PAN Y DEL TRABAJO, 7 DE AGOSTO


San Cayetano
Patrono del Pan y del Trabajo
7 de agosto



Su padre, militar, murió defendiendo la ciudad contra un ejército enemigo. El niño quedó huérfano, al cuidado de su santa madre que se esmeró intensamente por formarlo muy buen.

Estudió en la Universidad de Padua donde obtuvo dos doctorados y allí sobresalía por su presencia venerable y por su bondad exquisita que le ganaba muchas amistades.

Se fue después a Roma, y en esa ciudad capital llegó a ser secretario privado del Papa Julio II, y notario de la Santa Sede.

A los 33 años fue ordenado sacerdote. El respeto que tenía por la Santa Misa era tan grande, que entre su ordenación sacerdotal y su primera misa pasaron tres meses, tiempo que dedicó a prepararse lo mejor posible a la santa celebración.

En Roma se inscribió en una asociación llamada "Del Amor Divino", cuyos socios se esmeraban por llevar una vida lo más fervorosa posible y por dedicarse a ayudar a los pobres y a los enfermos.

Viendo que el estado de relaajación de los católicos era sumamente grande y escandaloso, se propuso fundar una comunidad de sacerdotes que se dedicaran a llevar una vida lo más santa posible y a enfervorizar a los fieles. Y fundó los Padres Teatinos (nombre que les viene a Teati, la ciudad de la cual era obispo el superior de la comunidad, Msr. Caraffa, que después llegó a ser el Papa Pablo IV).

San Cayetano le escribía a un amigo: "Me siento sano del cuerpo pero enfermo del alma, al ver cómo Cristo espera la conversión de todos, y son tan poquitos los que se mueven a convertirse". Y este era el más grande anhelo de su vida: que las gentes empezaran a llevar una vida más de acuerdo con el santo Evangelio.

Y donde quiera que estuvo trabajó por conseguirlo.

En ese tiempo estalló la revolución de Lutero que fundó a los evangélicos y se declaró en guerra contra la Iglesia de Roma. Muchos querían seguir su ejemplo, atacando y criticando a los jefes de la santa Iglesia Católica, pero San Cayetano les decía: "Lo primero que hay que hacer para reformar a la Iglesia es reformarse uno a sí mismo".

San Cayetano era de familia muy rica y se desprendió de todos sus bienes y los repartió entre los pobres. En una carta escribió la razón que tuvo para ello: "Veo a mi Cristo pobre, ¿y yo me atreveré a seguir viviendo como rico?" Veo a mi Cristo humillado y despreciado, ¿y seguiré deseando que me rindan honores? Oh, que ganas siento de llorar al ver que las gentes no sienten deseos de imitar al Redentor Crucificado".

En Nápoles un señor rico quiere regalarle unas fincas para que viva de la renta, junto con sus compañeros, diciéndole que allí la gente no es tan generosa como en otras ciudades. El santo rechaza la oferta y le dice: "Dios es el mismo aquí y en todas partes, y El nunca nos ha desamparado, si siquiera por un minuto".

Fundó asociaciones llamadas "Montes de piedad" (Montepíos) que se dedicaban a prestar dinero a gentes muy pobres con bajísimos intereses.

Sentía un inmenso amor por Nuestro Señor, y lo adoraba especialmente en la Sagrada Hostia en la Eucaristía y recordando la santa infancia de Jesús. Su imagen preferida era la del Divino Niño Jesús.

La gente lo llamaba: "El padrecito que es muy sabio, pero a la vez muy santo".

Los ratos libres los dedicaba, donde quiera que estuviera, a atender a los enfermos en los hospitales, especialmente a los más abandonados y repugnantes.

Un día en su casa de religioso no había nada para comer porque todos habían repartido sus bienes entre los pobres. San Cayetano se fue al altar y dando unos golpecitos en la puerta del Sagrario donde estaban las Santas Hostias, le dijo con toda confianza: "Jesús amado, te recuerdo que no tenemos hoy nada para comer". Al poco rato llegaron unas mulas trayendo muy buena cantidad de provisiones, y los arrieros no quisieron decir de dónde las enviaban.

En su última enfermedad el médico aconsejó que lo acostaran sobre un colchón de lana y el santo exclamó: "Mi Salvador murió sobre una tosca cruz. Por favor permítame a mí que soy un pobre pecador, morir sobre unas tablas". Y así murió el 7 de agosto del año 1547, en Nápoles, a la edad de 67 años, desgastado de tanto trabajar por conseguir la santificación de las almas.

En seguida empezaron a conseguirse milagros por su intercesión y el Sumo Pontífice lo declaró santo en 1671.

8 LECCIONES DE SAN CAYETANO, PATRONO DEL PAN Y DEL TRABAJO


Lo que no sabías de San Cayetano, el patrono del pan y del trabajo tan querido por el Papa
Por Liliana Montes



 (ACI).- Hoy celebramos a San Cayetano de Thiene, el sacerdote italiano fundador de la Orden de Clérigos Regulares Teatinos, conocido como patrono del pan y del trabajo, muy querido por el Papa Francisco y millones de argentinos.

Aquí algunos aspectos de su vida que no debes dejar de conocer:

1.- Se inspiró en los apóstoles para fundar su orden

En 1524, San Cayetano fundó la Orden de Clérigos Regulares o Teatinos, junto a Juan Pedro Carafa (que después sería el Papa Pablo IV), Bonifacio de Colle y Pablo Consiglieri. Se propuso renovar al clero en su vida apostólica, espiritual y en la prédica de la doctrina, tomando como modelo la vida de los Apóstoles.

2.- Se preparó 3 meses para celebrar su primera Misa

El amor y respeto que tenía por la Santa Misa fue tan grande, que para celebrarla por primera vez, desde su ordenación pasó tres meses preparándose lo mejor posible. Cuando el día llegó, quedó sobrecogido por el don tan maravilloso del que no se consideraba digno.


3.- Promovió la comunión frecuente

Su amor por el Cristo Eucaristía era muy profundo, estableció la bendición con el Santísimo Sacramento y promovió la comunión frecuente. En uno de sus escritos señaló: "No estaré satisfecho sino hasta que vea a los cristianos acercarse al Banquete Celestial con sencillez de niños hambrientos y gozosos, y no llenos de miedo y falsa vergüenza".

4.- Impulsó una reforma la Iglesia comenzando por los mismos católicos

La crisis en la Iglesia que se vivió en la época de Lutero, motivó a San Cayetano a impulsar una verdadera reforma de vida y costumbres dentro de la Iglesia, pero sin dividirla. Cuando muchos querían atacar y criticar a la Iglesia Católica, San Cayetano les decía: "Lo primero que hay que hacer para reformar a la Iglesia es reformarse uno a sí mismo".

5.- Tuvo una gran confianza en la providencia divina

Los miembros de su orden solían repartir todos sus bienes entre los más pobres, al punto de muchas veces quedarse sin que comer. Un día San Cayetano se acercó hasta el altar y dio unos pequeños golpes a la puerta del Sagrario donde estaban las Hostias consagradas, y con mucha confianza le dijo al Señor: “Jesús amado, te recuerdo que no tenemos hoy nada para comer”. Luego de un momento unas mulas llegaron con alimentos, y los arrieros no quisieron decir de dónde las enviaban.

6.- Eligió morir en un madero como Cristo

Muy enfermo y desgastado de tanto dedicar su vida al trabajo por la santificación de las almas, los médicos aconsejaron que en su cama de tablas, donde dormía San Cayetano, sea colocado un colchón de lana, a lo que el santo se negó diciendo: “Mi salvador murió en la cruz; dejadme pues morir también sobre un madero”.

Y es así, que siendo superior de su orden, el 7 de agosto de 1547 San Cayetano fue llamado a la Casa del Padre. Sus reliquias se encuentran en la iglesia de Santo Paolo, en Nápoles.

7.- Fue canonizado con Santa Rosa de Lima, San Luis Beltrán y San Francisco de Borja

El 12 de abril de 1671 San Cayetano fue canonizado junto a Santa Rosa de Lima, la primera santa de América; San Luis Beltrán, evangelizador en Colombia; y San Francisco de Borja. Fue así que San Cayetano comenzó a hacerse muy popular en América Latina.

8.- Su fiesta se celebra con solidaridad

San Cayetano es muy querido en Argentina, y desde 1970miles de devotos acuden desde la noche anterior a su fiesta al Santuario de Liniers, en Buenos Aires, aquí muchos cambian las tradicionales velas y flores, por alimentos y ropa que son llevados a las regiones más necesitadas del país.

El Papa Francisco le tiene un cariño muy especial y como Arzobispo de Buenos Aires, presidió durante varios años la Misa central de su fiesta en Liniers.

ORACIONES A SAN CAYETANO


Oraciones a San Cayetano


Oración I

¡Oh glorioso San Cayetano! Aclamado por todas las Naciones; Padre de Providencia, porque con portentosos milagros socorres a cuantos te invocan con fe en sus necesidades. Te suplico me obtengas del Señor oportuno Socorro en las angustias presentes y sea ello prueba de la bienaventuranza eterna. Amén.

Santísima Trinidad ¡Oh Divina Providencia! Concédeme tu clemencia, por tu infinita bondad, arrodillado a tus plantas, a Ti portento de toda caridad, te pido por los míos casa, vestido y sustento.

Concédenos la salud, llévanos por buen camino, que sea siempre la virtud que guie nuestro destino. Tú eres toda mi esperanza, eres el consuelo mío, en Ti creo, en Ti confío. Tu Divina Providencia se extienda a cada momento para que nunca nos falte casa, vestido, sustento y los Santos Sacramentos en el último momento.


Oración II

Glorioso San Cayetano, aclamado por todos los pueblos padre de providencia porque socorres con grandes milagros a cuantos te invocan en sus necesidades: acudo a tu altar, suplicando que presentes al Señor los deseos que confiadamente deposito en tus manos.

(Aquí se expresan las gracias que se desea obtener)

Haz que estas gracias, que ahora te pido, me ayuden a buscar siempre el Reino de Dios y su Justicia, sabiendo que Dios (que viste de hermosura las flores del campo y alimenta con largueza las aves del cielo) me dará las demás cosas por añadidura. Amén.


Oración III

¡Oh glorioso San Cayetano Padre de la Providencia!, no permitas que en mi casa me falte la subsistencia y de tu liberal mano una limosna te pido en lo temporal y humano.

¡Oh glorioso San Cayetano!, Providencia, Providencia, Providencia.

(Aquí se pide la gracia que se desea conseguir)

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

Jaculatoria. Glorioso San Cayetano, interceded por nosotros ante la Divina Providencia.

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 7 DE AGOSTO 2017


Una mirada de amor
Santo Evangelio según San Mateo 14,13-21. XVIII Lunes de Tiempo Ordinario.


Por: H. Rubén Tornero, L.C. | Fuente: missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, gracias por este momento que me regalas para estar en tu presencia. Tú me conoces. Sabes bien cuáles son los deseos, temores e ilusiones más profundos de mi corazón. Pongo todo en tus manos. Deseo sentirme y saberme amado por Ti. Dame la gracia de hacer una experiencia profunda y personal del infinito amor que me tienes. Quiero ser un instrumento de tu amor. Dame la gracia de llenarme tanto de Ti, que los que me rodean puedan encontrar reflejada en mí, al menos, una pequeña chispa del amor que nos tienes. Amén.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 14,13-21
En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, subió a una barca y se dirigió a un lugar apartado y solitario. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Cuando Jesús desembarcó, vio aquella muchedumbre, se compadeció de ella y curó a los enfermos.
Como ya se hacía tarde, se acercaron sus discípulos a decirle: "Estamos en despoblado y empieza a oscurecer. Despide a la gente para que vayan a los caseríos y compren algo de comer". Pero Jesús les replicó: "No hace falta que vayan. Denles ustedes de comer". Ellos le contestaron: "No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados". Él les dijo: "Tráiganmelos".
Luego mandó que la gente se sentara sobre el pasto. Tomó los cinco panes y los dos pescados, y mirando al cielo, pronunció una bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran a la gente. Todos comieron hasta saciarse, y con los pedazos que habían sobrado, se llenaron doce canastos. Los que comieron eran unos cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y a los niños.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Jesús, hoy en el Evangelio me dices que viste a la multitud y te compadeciste de ella. Quisiera detenerme a contemplar tu mirada. No es inquisitiva ni acusadora. Los que son mirados por Ti, no se sienten intimidados; al contrario, sienten que tu mirada les sirve de protección. Tu mirada hacia la multitud nos es como la del espectador que ve en el televisor una masa casi tan ingente como anónima. Para los discípulos era una multitud… para Ti, cada uno tenía un nombre; una historia única; un pasado concreto, repleto de colores, de luces y sombras; unas heridas reales que necesitaban ser sanadas. Miras a la multitud, miras a cada uno y te compadeces de él. Amas a cada uno y te duele ver sus heridas, sus desilusiones, sus pecados. Todo. Tu mirada amorosa llega hasta lo más profundo del corazón y lo sana desde dentro
Lo mismo quiero experimentar yo. Quiero sentirme mirado y amado por Ti. Deseo experimentar esa mirada cálida y acogedora que todos los días, a cada instante de mi vida me regalas. No me reprochas nada, tan sólo me miras y me amas. Miras mi interior: ese problema que tengo, esa situación que no deja ser feliz, esa herida que me lastima… todo lo sabes ya. Cúrame, Jesús, con tu mirada. Dame la gracia de mirarme como Tú me miras: aceptando lo bueno y lo malo que hay en mí, sin exagerar ni lo uno ni lo otro. Dame la gracia de mirarme como me miras y que esa experiencia del amor que me revela tu mirada sea tan fuerte que yo comience a ver todo y a todos con el mismo amor con que Tú los miras.
En efecto, Dios dirige su mirada de amor también a cada hombre y a cada mujer, ¡con nombre y apellidos! Su mirada de amor está sobre cada uno de nosotros.
(Homilía de S.S. Francisco, 8 de mayo de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy voy a tratar de ver todo lo que me pasa y a aquellos que me rodean como Dios los ve.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

LOS SANTOS DE HOY LUNES 7 DE AGOSTO 2017

Donato de Arezzo, Santo
Obispo y mártir, 7 de agosto
Leoncio (Ramón Rusell Laboria), BeatoLeoncio (Ramón Rusell Laboria), Beato
Religioso y Mártir, 7 de agosto
Jaime (Armando Oscar Valdés), BeatoJaime (Armando Oscar Valdés), Beato
Religioso y Mártir, 7 de agosto
Manuel Sancho Aguilar, BeatoManuel Sancho Aguilar, Beato
Sacerdote y Mártir, 7 de agosto
Francisco Gargallo Gascón, BeatoFrancisco Gargallo Gascón, Beato
Sacerdote y Mártir, 7 de agosto
Alberto degli Abbati, SantoAlberto degli Abbati, Santo
Presbítero Carmelita, 7 de agosto
Miguel de la Mora de la Mora, SantoMiguel de la Mora de la Mora, Santo
Sacerdote y Mártir, 7 de agosto
Afra de Augsburgo, SantaAfra de Augsburgo, Santa
Mártir, 7 de agosto
Edmundo Bojanowski, BeatoEdmundo Bojanowski, Beato
Fundador, 7 de agosto
Jordán Forzaté, BeatoJordán Forzaté, Beato
Abad, 7 de agosto
Vicente de L´Aquila, BeatoVicente de L´Aquila, Beato
Religioso Franciscano, 7 de agosto
Cayetano de Thiene, SantoCayetano de Thiene, Santo
Memoria Litúrgica, 7 de agosto