Páginas

martes, 18 de abril de 2017

DEJO TODO POR DIOS: EX SELECCIONADO DE RUGBY EN URUGUAY PRONTO SERÁ SACERDOTE


Dejó todo por Dios: Ex seleccionado de rugby a un paso de ser sacerdote en Uruguay
Por Giselle Vargas






MONTEVIDEO, 17 Abr. 17 / 10:00 pm (ACI).- Juan Andrés Verde Gaudiano, conocido como el “Gordo Verde” en Uruguay, es el ex jugador de la selección juvenil de rugby que dejó el deporte, sus estudios, la familia y a su novia para convertirse en sacerdote.

En la Solemnidad de San José (19 de marzo), Jorge Cuevas de la congregación salesiana y  Juan Andrés Verde recibieron la ordenación diaconal de manos del Arzobispo de Montevideo, Cardenal Daniel Sturla y en compañía del Obispo Auxiliar, Mons. Milton Tróccoli; el Inspector de los Salesianos, P. Néstor Castell; otros sacerdotes, seminaristas familiares y amigos.


El carismático seminarista de 27 años fue destinado a la Parroquia Stella Maris en Montevideo, comunidad que crece en participación juvenil. 

Luego de la ceremonia de ordenación en la Catedral de Montevideo, Verde expresó: “Estoy muy agradecido de Dios, muy contento, agradecido de la Iglesia de este inmenso regalo que nos hace".

"A todos los jóvenes que se cuestionan la vocación les digo que todavía no arrancamos. Y nada me dio tanta felicidad y alegría como esto, ni siquiera una cancha de rugby al representar a la celeste. Así que los invito a preguntarse qué es lo que quiere Dios de cada uno de ustedes y encontrar la respuesta”, agregó.

Verde es el segundo de cuatro hermanos en una familia católica. Su gran pasión fue siempre el rugby. Carrasco Polo fue su primer equipo e incluso conformó la selección uruguaya.

Participó en los mundiales de Irlanda 2007 y Japón 2009 y otros sudamericanos. Era estudiante de Veterinaria en Facultad de Teología Monseñor Mariano Soler de la Universidad de Montevideo y estuvo de novio durante tres años.

Para el “Gordo Verde”, todo lo que tenía en la vida no era suficiente. “El hecho de haber nacido en una familia católica me hizo cuestionar muchas veces la existencia de Dios. ¿Si Dios existe, dónde está? Todo muy bien con la fe de mis padres, ¿Pero, cuál es mi fe?”, relató a la revista Para ti.

A los 19 años, esa inquietud lo impulsó a ser misionero durante un año en el Instituto Paiva, obra de la congregación salesiana en Sarandí del Yi. Por esa decisión, dejó de lado el mundial de Chile y repartió el dinero que había juntado con sus amigos para aquel viaje. Asimismo, dejó a su novia y regaló sus queridas remeras (camisetas) de rugby.

“Dejé todo: rugby, novia, facultad, plata, amigos y me fui al medio del campo a una obra salesiana donde vivían 70 jóvenes hijos de peones rurales que aprendían oficios, gente muy sencilla”.

Verde explicó a Montevideo Portal que su labor era servir en lo que fuera. “Esa experiencia me transformó por completo, fue un antes y un después. Pero no fue mágico, fue un proceso. Dije: Bueno, Dios, basta de todo lo que aprendí y lo que me enseñaron los viejos, quiero ver dónde estás y qué tenés que ver conmigo. Y si verdaderamente estás”.

“Cuando volví de esa experiencia descubrí que, entre comillas, Dios me devolvió mucho más de lo que yo le había dado en camisetas, en todo. Sentí que fue el año que más disfruté de mi vida, estando en el medio del campo al servicio de unos curas que estaban a su vez al servicio de gurises”, agregó.

El recién ordenado diácono confesó que lo hace feliz “poder estar, cuando la gente está pasando momentos difíciles, con una palabra de esperanza. Que para mí no es una palabra inventada, yo experimenté concretamente en mi vida la acción de Dios. Poder decirle a alguien que perdió la esperanza que todavía puede seguir luchando, que se puede, que esto no terminó acá, que no está solo”.

El ex rugbista comentó que con Dios tiene “una relación profunda”. A él “le hablo, le pido, experimento sus respuestas. Veo las huellas de Dios en la gente humilde, pero también en la generosidad de gente que muchas veces de manera anónima apoya heroica y silenciosamente a otras personas, sin que se enteren. Eso lo admiro. En esos detalles veo la mano de Dios”.

También, se refirió al aborto y dijo comprender “que hay un drama detrás de cada situación y sea cual sea la decisión que adopte una mujer, nunca voy a dudar en acompañarla y aconsejarla. Yo estoy a favor de la vida y siempre voy a pelear por la vida y voy a estar del lado del más indefenso”.

Verde, que tiene experiencia en talleres de rugby para menores infractores, expresó que el “el Papa Francisco nos invita a tener ojos de Buen Pastor”.

“Como cura, mañana me va a tocar acompañar tanto al asesinado como al asesino. Es todo un desafío, porque detrás de cada uno hay una historia. Es difícil, pero yo creo que el cambio es posible”, concluyó.

ORACIONES A SAN FRANCISCO SOLANO


Oración de San Francisco Solano


Mi buen Jesús, mi Redentor y amigo
¿Qué tengo yo que tú no me hayas dado?
¿Qué se yo qué tú no me hayas enseñado?
¿Qué valgo yo si no estoy contigo?
¿Qué puedo yo si tú no estás conmigo?

Señor, mi Dios, sin vanidad me hiciste,
sin que te lo pidiera me creaste;
en crearme y redimirle mucho hiciste,
y menos obraras de lo que obraste
en perdonar la obra que tú hiciste.

Pon tus ojos, Señor, en mí,
y ten misericordia de mí,
porque yo soy solo y pobre.



¿Quién sois vos, Señor? 
(Oración de San Francisco Solano)



Luce el cielo su manto de estrellas
en la noche callada y serena;
cuando todos descansan y duermen,
fray Francisco absorto está en vela.

Y sus ojos, al cielo elevados,
son plegaria de amor y de entrega,
y su voz, un susurro de rezos,
convertidos en dulces poemas.

"¡Quién sois Vos, Señor mío y Dios mío!
¡Quién soy yo, vil gusano en la tierra!..."
Y así pasan las horas volando,
y Francisco, extático, sueña:

¡Es heraldo del Rey de la gloria,
y la Dama Pobreza es su dueña!
Ya no cuentan dolores ni gozos,
sufrimientos y dichas no cuentan.

Demos gloria al Dios increado,
Trino y Uno en personas y esencia,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
alabanzas y glorias eternas. Amén.

SAN FRANCISCO SOLANO, 18 DE ABRIL



San Francisco Solano
18 de abril



Estudió con los Jesuitas, pero entró a la comunidad Franciscana porque le atraían mucho la pobreza y la vida tan sacrificada de los religiosos de San Francisco. Los primero años de sacerdocio los dedicó a predicar con gran provecho en el sur de España. Sus sermones no tenían nada de rebuscado ni de elegante, pero llegaban hasta el fondo del corazón de los pecadores y conseguían grandes conversiones. Es que rezaba mucho antes de cada predicación.

Primer contagio. Llegó a Andalucía la peste del tifo negro y Francisco y su compañero Fray Buenaventura se dedicaron a atender a los enfermos más abandonados. Buenaventura se contagió y murió (y ahora es santo también) luego se contagió también Francisco y creyó que ya le había llegado la hora de partir para la eternidad, pero luego, de la manera más inesperada, quedó curado. Con eso se dio cuenta de que Dios lo tenía para obras apostólicas todavía más difíciles.

Pidió a sus superiores que lo enviaran de misionero al África, y no le fue aceptada su petición. Pero poco después el rey Felipe II pidió a los franciscanos que enviaran misioneros a Sudamérica y entonces sí fue enviado Francisco a extender la religión por estas tierras. Fue una gran alegría para su corazón.

Y sucedió que una terrible tempestad lanzó el barco contra unas rocas frente a Panamá y se partió en dos. No había sino una embarcación para volver a tierra firme, y el misionero prefirió aguardar allá en esos escollos con los esclavos negros que él había venido instruyendo durante el viaje y acompañarlos hasta que llegara otra barca a salvarlos. Y aprovechó esos tres días de terror y peligro, para acabar de instruirlos y bautizarlos allí mismo. Varios de ellos perecieron luego entre aquellas olas pero ya habían sido bautizados.

La pequeña embarcación los llevó a unas costas inhospitalarias y allá pasaron días terribles de hambre y peligros. Cuando los marineros se desesperaban lo único que podía calmarlos era la intervención del Padre Francisco. Cuando había peleas, al único que le hacían caso para dejar de pelear, era el Padre Solano. Al fin lograron que un barco los recogiera y los llevara a la ciudad de Lima.

Fray Francisco Solano recorrió el continente americano durante 20 años predicando, especialmente a los indios. Pero su viaje más largo fue el que tuvo que hacer a pie, con incontables peligros y sufrimientos, desde Lima hasta Tucumán (Argentina) y hasta las pampas y el Chaco Paraguayo. Más de 3,000 kilómetros y sin ninguna comodidad. Sólo confiando en Dios y movido por el deseo de salvar almas.

Y le sucedió en aquel gran viaje misionero, que lograba aprender con extraordinaria facilidad los dialectos de aquellos indios a las dos semanas de estar con ellos. Y le entendían todos admirablemente sus sermones. Sus compañeros misioneros se admiraban grandemente de este prodigio y lo consideraban un verdadero milagro de Dios. Pero lo más admirable es que las tribus de indios, aun las más belicosas, y opuestas a los blancos, recibían los sermones del santo con una docilidad y un provecho que parecían increíbles. Dios le había concedido la eficacia de la palabra y la gracia de conseguir la simpatía y buena voluntad de sus oyentes.

Fray Francisco llegaba a las tribus más guerreras e indómitas y aunque al principio lo recibían al son de batalla, después de predicarles por unos minutos con un crucifijo en la mano, conseguía que todos empezaran a escucharle con un corazón dócil y que se hicieran bautizar por centenares y miles.

Un Jueves Santo estando el santo predicando en La Rioja (Argentina) llegó la voz de que se acercaban millares de indios salvajes a atacar la población. El peligro era sumamente grande, todos se dispusieron a la defensa, pero Fray Francisco salió con su crucifijo en la mano y se colocó frente a los guerreros atacantes y de tal manera les habló (logrando que lo entendieran muy bien en su propio idioma) que los indígenas desistieron del ataque y poco después aceptaron ser evangelizados y bautizados en la religión católica.

El Padre Solano tenía una hermosa voz y sabía tocar muy bien el violín y la guitarra. Y en los sitios que visitaba divertía muy alegremente a sus oyentes con sus alegres canciones. Un día llegó a un convento donde los religiosos eran demasiado serios y recordando el espíritu de San Francisco de Asís que era vivir siempre interior y exteriormente alegres, se puso a cantarles y hasta a danzar tan jocosamente que aquellos frailes terminaron todos cantando, riendo y hasta bailando en honor del Señor Dios.

San Francisco Solano misionó por más de 14 años por el Chaco Paraguayo, por Uruguay, el Río de la Plata, Santa Fe y Córdoba de Argentina, siempre a pie, convirtiendo innumerables indígenas y también muchísimos colonos españoles. Su paso por cada ciudad o campo, era un renacer del fervor religioso. Un día en el pueblo llamado San Miguel, estaban en un toreo, y el toro feroz se salió del corral y empezó a cornear sin compasión por las calles. Llamaron al santo y éste se le enfrentó calmadamente al terrible animal. Y la gente vio con admiración que el bravísimo toro se le acercaba a Fray Francisco y le lamía las manos y se dejaba llevar por él otra vez al corral.

A imitación de su patrono San Francisco de Asís, el padre solano sentía gran cariño por los animalillos de Dios. Las aves lo rodeaban muy frecuentemente, y luego a una voz suya, salían por los aires revoloteando, cantando alegremente como si estuvieran alabando a Dios.

Por orden de sus superiores, los últimos años los pasó Fray Francisco en la ciudad de Lima predicando y convirtiendo pecadores. Entraba a las casas de juegos y hacía suspender aquellos vicios y llevaba a los jugadores a los templos. En los teatros, en plena función inmoral hacía suspender la representación y echaba un fogoso sermón desde el escenario, haciendo llorar y arrepentirse a muchos pecadores. En plena plaza predicaba al pueblo anunciando terribles castigos de Dios si seguían cometiendo tantos pecados y esto conseguía muchas conversiones.

Un día estando predicando en una misa empezó a temblar. Las gentes quisieron salir huyendo, pero él les dijo: "Si piden perdón a Dios, no les sucederá nada malo". Todos pidieron perdón y nada malo sucedió aquel día allí. Otro día en pleno sermón exclamó: "Por las maldades de estas gentes, todo lo que está a mi alrededor será destruido y no quedará sino el sitio desde donde estoy predicando". Y así sucedió años después. Llegó un terremoto y destruyó el templo y todos los alrededores, y el único sitio que quedó sin que le pasara nada, fue aquel desde donde el santo había predicado.

En mayo de 1610 empezó a sentirse muy débil. Los médicos que lo atendían se admiraban de su paciencia y santidad. El 14 de julio, una bandada de pajaritos entró cantando a su habitación y el Padre Francisco exclamó: "Que Dios sea glorificado", y expiró. Desde lejos las gentes vieron una rara iluminación en esa habitación durante toda la noche. San Francisco Solano: pídele a Dios muchas bendiciones para América.

EL EVANGELIO DE HOY MARTES 18 DE ABRIL DEL 2017


¿A quién buscas?
San Juan 20,11-18. Martes de la Octava de Pascua


Por: H. Javier Castellanos LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
¡Qué gozo, Señor, saber que has resucitado! Has vencido a la muerte, mi propia muerte, y me has ganado una vida contigo. Tu Padre ahora es mi Padre. ¡Gracias, Jesús, por hacerte nuestro hermano!
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Juan 20,11-18
El día de la resurrección, María se había quedado llorando junto al sepulcro de Jesús. Sin dejar de llorar, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados en el lugar donde había estado el cuerpo de Jesús, uno en la cabecera y el otro junto a los pies. Los ángeles le preguntaron: "¿Por qué estás llorando, mujer?". Ella les contestó: "Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo habrán puesto".
Dicho esto, miró hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero no sabía que era Jesús. Entonces él le dijo: "Mujer, ¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?". Ella, creyendo que era el jardinero, le respondió: "Señor, si tú te lo llevaste, dime dónde lo has puesto". Jesús le dijo: "¡María!". Ella se volvió y exclamó: "¡Rabuní!", que en hebreo significa: maestro. Jesús le dijo: "Déjame ya, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: Subo a mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios".
María Magdalena se fue a ver a los discípulos y les anunció: "¡He visto al Señor!", y les contó lo que Jesús le había dicho.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
¡El Señor realmente ha resucitado! ¡Está vivo y se ha aparecido a María Magdalena! Busquemos nosotros también a Cristo en esta oración. Busquémoslo con el interés e impulso que la movía a ella. Vayamos al huerto donde hay un sepulcro vacío. Ese lugar ha sido testigo de la victoria de Cristo sobre el pecado y sobre la muerte.
A María este diálogo tan breve la cambió completamente. Antes, no paraba de llorar, y ahora sólo habla de una Buena Nueva; antes, sale de casa para estar sola, y ahora vuelve con una misión en el grupo de discípulos. Y es que buscaba al Señor con todo su corazón, y lo ha encontrado. Ahora no hay nadie que le quite el gozo de saber que el Maestro –su Salvador- está vivo.
Nosotros, ¿a quién buscamos? ¿Por qué lloramos? Es bueno en esta oración responderle al Señor estas preguntas. Él quiere que lo encontremos, quiere consolarnos, quiere llenar de gozo nuestra alma. Dejémonos encontrar por Él. Pongámonos ante Él tal cual somos y exactamente como estamos: tal vez desorientados, tal vez a oscuras, tal vez llenos de lágrimas, como María Magdalena. Escuchemos su voz dentro de nosotros, que nos llama por nuestro nombre. ¡El Señor realmente ha resucitado! ¡Está vivo y quiere que lo busquemos, aquí y ahora!
Dejemos que el estupor gozoso del Domingo de Pascua se irradie en los pensamientos, miradas, actitudes, gestos y palabras... Ojalá seamos tan luminosos. ¡Pero esto no es un maquillaje! Viene desde dentro, de un corazón sumergido en la fuente de esta alegría, como el de María Magdalena, que lloró por la pérdida de su Señor y no creía a sus ojos viéndolo resucitado. Quien realiza esta experiencia se convierte en un testigo de la resurrección, porque en cierto sentido ha resucitado él mismo, ha resucitado ella misma. Entonces es capaz de llevar un "rayo" de la luz del Resucitado en las diferentes situaciones: en las felices, haciéndolas más bellas y preservándolas del egoísmo; en las dolorosas, llevando serenidad y esperanza.
En esta semana, nos hará bien tomar el libro del Evangelio y leer aquellos capítulos que hablan de la resurrección de Jesús.
(Homilía de S.S. Francisco, 21 de abril de 2014).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Buscaré hoy tener un rostro alegre para los demás, para que encuentren en mí el gozo de la resurrección.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

SANTORAL DE HOY MARTES 18 DE ABRIL DEL 2017

Ursmaro de Lobbes, Santo
Obispo y Abad, 18 de abril
Atanasia o Anastasia, SantaAtanasia o Anastasia, Santa
Abadesa, 18 de abril
Lucas Passi, BeatoLucas Passi, Beato
Sacerdote y Fundador, 18 de abril
Laisren de Leighlin, SantoLaisren de Leighlin, Santo
Abad, 18 de abril
Antusa, SantaAntusa, Santa
Virgen, 18 de abril
Idesbaldo, BeatoIdesbaldo, Beato
Abad, 18 de abril
Galdino de Milán, SantoGaldino de Milán, Santo
Obispo, 18 de abril
Savina Petrilli, BeataSavina Petrilli, Beata
Fundadora, 18 de abril
Román Archutowski, BeatoRomán Archutowski, Beato
Sacerdote y Mártir, 18 de abril
Andrés de Montereale, BeatoAndrés de Montereale, Beato
Presbítero Agustino, 18 de abril
Andrés Hibernón, BeatoAndrés Hibernón, Beato
Religioso Franciscano, 18 de abril
María de la Encarnación Avrillot, BeataMaría de la Encarnación Avrillot, Beata
Madre y fundadora del Carmelo Teresiano en Francia, 18 de abril
Perfecto de Córdoba, SantoPerfecto de Córdoba, Santo
Presbítero y Mártir, 18 de abril