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miércoles, 12 de abril de 2017

EL PAPA FRANCISCO RECORDARÁ A LOS MÁRTIRES DE LOS 2 ÚLTIMOS SIGLOS


El Papa Francisco recordará a los mártires de los 2 últimos siglos en celebración especial
Por Miguel Pérez Pichel
 Foto: Joaquín Peiro Pérez (ACI Prensa)




VATICANO, 12 Abr. 17 / 11:28 am (ACI).- El próximo sábado 22 el Papa Francisco celebrará, en la Basílica de San Bartolomé, en Roma, la Liturgia de la Palabra en memoria de los “Nuevos Mártires” de los siglos XX y XXI.

La celebración, que tendrá lugar a las 17.00, hora de Roma, se realizará junto con la Comunidad de San Egidio. Consistirá en un momento de oración por las víctimas de las persecuciones contra los cristianos en los distintos lugares del planeta.

La Basílica de San Bartolomé, que se encuentra en la isla Tiberina, en medio del río Tíber, y que acoge la tumba del Apóstol San Bartolomé, tiene un especial significado en la conservación de la memoria de los mártires.

Fue el Papa San Juan Pablo II quien, tras el jubileo del año 2000, quiso que la Basílica de San Bartolomé fuera un lugar de memoria de aquellos fieles que dieron su vida por la fe. En octubre de 2002 tuvo lugar una Misa ecuménica por los mártires y se le encargó a este templo la custodia de un icono de los mártires.

La Comunidad de San Egidio nació en Roma en el año 1968 tras el Concilio Vaticano II. Su carisma se centra en la comunicación del evangelio y en la caridad. Realizan su labor principal en Roma, pero están presentes en distintas ciudades de Italia y en varios países del mundo.

Oración, comunicación del Evangelio, solidaridad con los pobres, diálogo y ecumenismo son los pilares de su labor evangelizadora.

ORACIÓN A SAN GIUSEPPE MOSCATI POR LA SANACIÓN DE UN ENFERMO


Oración a San Giuseppe Moscati 
por la sanación para un enfermo




Oh San José Moscati,
sincero seguidor de Jesús, médico de gran corazón,
hombre de ciencia y fe, sincero y virtuoso que en el ejercicio de tu profesión
curabas el cuerpo y el espíritu de tus pacientes,
míranos a los que recurrimos con fe solicitando tu intercesión.

Danos la salud física y espiritual,
para que podamos servir con generosidad a los hermanos, 
alivia las penas de los que padecen, conforta a los enfermos.

Consuela a los afligidos,
otorga esperanza a los que necesitan ser sanados.

Santo médico, tú que luchaste sin cesar por los que sufren
pide por los que ahora están padeciendo 
para que encuentren fuerzas y ánimos
cuando el dolor y la desesperanza les abatan;
intercede para que Jesús nuestro Salvador 
ponga su bendita y milagrosa mano sobre ellos,
como lo hizo con los que tenían graves enfermedades 
durante su estancia en la tierra,
y les alivie en sus sufrimientos,
para que puedan vencer a la enfermedad
y que pronto recuperen la salud perdida,
en especial, glorioso san José Moscati,
pide un milagro para que… (nombre de la persona enferma)
sea sanado de la enfermedad que hoy tanto le aqueja.

Haz que los cuidados que reciba sean los mejores,
que los médicos y enfermeras que lo atienden
encuentren rápida y efectiva solución para curarle,
que no pierda las ganas de luchar, que ansíe vivir, 
que no tenga padecimientos por sus dolores y el malestares,
solicita un milagro para que...
sea liberado de todo el mal físico que afecta su cuerpo.

Gracias san José Moscati, por escuchar nuestras súplicas,
tú que te entregaste total e incansablemente
a la cotidiana asistencia de los enfermos,
asiste en esta ocasión a...
te lo pedimos con inmensa confianza y fe,
préstale ayuda y conforta su cuerpo y alma.

Tú que fuiste un médico entregado y generoso 
y nos demostraste que se puede ser santo en el trabajo, 
sé un guía para todos nosotros:
enséñanos tener honestidad y caridad
a confiar en Dios todo bondad y amor
aun en las más duras pruebas,
y a cumplir cristianamente nuestros deberes cotidianos.

¡San José Moscati, ruega por nosotros!

Rezar el Credo, Padrenuestro y Gloria.

SAN GIUSEPPE MOSCATI, 12 DE ABRIL


Hoy 12 de abril se conmemora a San Giuseppe Moscati, “el médico de los pobres”


 (ACI).- San Giuseppe Moscati fue un investigador científico y profesor universitario que atendía gratis a los necesitados, especialmente niños y ancianos. Es conocido como el “médico de los pobres” y su devoción es notoria en Nápoles, la segunda ciudad más poblada de Italia.

Tras la muerte de su hermano empezó a madurar su pasión por la medicina y por ello decidió matricularse en la Universidad de Nápoles Federico II en 1897. Al término de sus estudios se graduó con honores con una tesis sobre "Urogénesis de Hígado".


Por aquel entonces Giuseppe solía levantarse muy temprano para ir a Misa y recibir la comunión. Después se dirigía a las colonias pobres para ver algunos enfermos y a las 8:30 a.m. iniciaba el trabajo en el hospital. Nunca cobró dinero a los pobres, a los que ayudaba siempre con una sonrisa y sin hacerse notar.

Falleció el 12 de abril de 1927 cerca de cumplir los 47 años tras una vida de servicio a los necesitados. El pueblo de Nápoles inmediatamente lo reconoció como “el médico santo” y los pobres lloraron su pérdida.

Entre los primeros que acudieron a rezar ante su cadáver estuvo el Cardenal Ascalesi, quien ante los presentes dijo: “el doctor pertenecía a la Iglesia; no a aquella de quienes sanó el cuerpo, sino de la de quienes salvó el alma y que salieron a su encuentro mientras subía al cielo”.

Fue beatificado en 1975 por el Beato Papa Pablo VI y canonizado gracias al milagro de la curación de leucemia del joven Giuseppe Montefusco en 1979. Fue canonizado por San Juan Pablo II el 25 de octubre de 1987.

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Biografía de San Giuseppe Moscati



En 1892 su hermano Alberto, desafortunadamente, el murió tras una caída de su caballo durante el ejercicio de su servicio militar: a partir de este episodio empezó a madurar su pasión por la medicina. Después de la escuela secundaria, se matriculó en 1897 en la Facultad de Medicina, en el mismo año de la muerte de su padre, que sufrió una hemorragia cerebral.

Ingresó en la universidad para estudiar medicina y con 22 años se graduó con las mejores calificaciones de su promoción. Cada día se levantaba muy temprano para ir a misa y recibir la comunión. Después se dirigía a las colonias pobres para ver algunos enfermos y a las 8:30 a.m. iniciaba el trabajo en el hospital.

Sus pacientes predilectos eran los pobres, algo de lo que dan fe muchas personas que lo conocieron. Es conocida una anécdota suya con un anciano pobre al que visitaba cada día. El anciano le pidió en una ocasión que fuera con él desayunar al café que estaba junto a la iglesia a la que acudía a misa. El día en el que el anciano no iba a desayunar, el doctor se acercaba preocupado hasta su domicilio para asistirlo.

Nunca cobró dinero a los pobres, a los que ayudaba siempre con una sonrisa y sin hacerse notar.

Su muerte llegó el 12 de abril de 1927, casi a los 47 años, mientras esperaba en el despacho de su casa la visita de los enfermos y sentado en un sillón.

La noticia de su fallecimiento se difundió rápidamente por toda la ciudad con las palabras “ha muerto el médico santo” y fueron los pobres quienes más lloraron la pérdida de su amigo y doctor.

Entre los primeros que acudieron a rezar ante su cadáver estuvo el Cardenal Ascalesi, quien ante los presentes dijo: “el doctor pertenecía a la Iglesia; no a aquella de quienes sanó el cuerpo, sino de la de quienes salvó el alma y que salieron a su encuentro mientras subía al cielo”.

Fue beatificado en 1975 por el Papa Pablo VI y canonizado gracias al milagro de la curación de leucemia del joven Giuseppe Montefusco en 1979. Precisamente fue en la Iglesia de Jesús Nuevo donde la madre del joven pidió la intercesión del entonces beato.

Algunos días antes, por la noche, vio en sueños la foto de un médico en batín blanco. Contó el sueño a su párroco, quien le habló del Beato Moscati. La señora fue a la Iglesia de Jesús Nuevo y enseguida reconoció el rostro de la imagen que vio en sueños. Desde ese momento rezó a Moscati y consiguió que se le unieran parientes y amigos. Su hijo Giuseppe se curó totalmente en pocos días y regresó a su trabajo como herrero.

Moscati fue canonizado por Juan Pablo II el 25 de octubre de 1987.

SANTORAL DE HOY MIÉRCOLES 12 DE ABRIL DEL 2017

Basilio de Pario, Santo
Obispo y Confesor, 12 de abril
Constantino de Gap, SantoConstantino de Gap, Santo
Obispo, 12 de abril
Vissia de Fermo, SantaVissia de Fermo, Santa
Virgen y Mártir, 12 de abril
Erkembodone, SantoErkembodone, Santo
Obispo y Abad, 12 de abril
Alferio, SantoAlferio, Santo
Abad, 12 de abril
David Uribe Velasco, SantoDavid Uribe Velasco, Santo
Mártir, 12 de abril
Sabas Godo, SantoSabas Godo, Santo
Mártir, 12 de abril
Zenón de Verona, SantoZenón de Verona, Santo
Obispo, 12 de abril
José Moscati, SantoJosé Moscati, Santo
El médico santo, 12 de abril
Teresa de Jesús de los Andes, SantaTeresa de Jesús de los Andes, Santa
Monja Carmelita, 12 de abril
Julio I, SantoJulio I, Santo
XXXV Papa, 12 de abril

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 12 DE ABRIL DEL 2017


¿Acaso soy yo,Señor?
San Mateo 26, 14-25. Miércoles Santo.


Por: H. Hiram Galán LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, quiero dejarme amar, estoy cansado de buscar fuera de Ti, Me rindo ante Ti, lléname con tu amor para que yo sea capaz de renunciar a todo por Ti
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Mateo 26, 14-25
En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes y les dijo: "¿Cuánto me dan si les entrego a Jesús?". Ellos quedaron en darle treinta monedas de plata. Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para entregárselo.
El primer día de la fiesta de los panes Ázimos, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: "¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?". Él respondió: "Vayan a la ciudad, a casa de fulano y díganle: ‘El Maestro dice: Mi hora está ya cerca. Voy a celebrar la Pascua con mis discípulos en tu casa’". Ellos hicieron lo que Jesús les había ordenado y prepararon la cena de Pascua.
Al atardecer, se sentó a la mesa con los Doce y mientras cenaban, les dijo: "Yo les aseguro que uno de ustedes va a entregarme". Ellos se pusieron muy tristes y comenzaron a preguntarle uno por uno: "¿Acaso soy yo, Señor?". Él respondió: "El que moja su pan en el mismo plato que yo, ése va a entregarme. Porque el Hijo del hombre va a morir, como está escrito de él; pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre va a ser entregado! Más le valiera a ese hombre no haber nacido". Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: "¿Acaso soy yo, Maestro?". Jesús le respondió: "Tú lo has dicho".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Es la pregunta que resuena en cada uno de nuestros corazones al escuchar este Evangelio. Y si no es así, es porque algo no está del todo bien. Es decir, ¿me siento tan seguro de mi amor a Dios que creo ilusoriamente que jamás podría traicionarlo? De hecho, afirmar esto es ya una traición; nuestra vida, tristemente, es un continuo traicionar el amor de Dios al poner otras cosas por delante de su amor.
Traicionamos al Señor por menos que treinta monedas de plata: un buen puesto de trabajo, una buena reputación,un amor desordenado o prohibido, un mejor automóvil, etc. Debemos tener esta conciencia de pobres y débiles pecadores necesitados de la gracia y amor de Dios, pero no con un sentido pesimista y negativo, sino como el niño consciente de su incapacidad para subir las escaleras, que le extiende los brazos a su amado padre para que le cargue y le suba.
Es esto lo que nos pide el Señor, Él conoce el barro del que estamos hechos. Si bien ama nuestro esfuerzo por alcanzar la santidad, ama aún más nuestra miseria cuando, confiando plenamente en Él, la abandonamos en el infinito mar de su Divina Misericordia.
Judas es una oveja descarriada, también nosotros debemos entender a las ovejas descarriadas. También nosotros tenemos alguna cosilla, pequeña o no tan pequeña, de la oveja descarriada. Debemos entender que no es un error lo que hizo la oveja descarriada: es una enfermedad, es una enfermedad que tenía en el corazón. Cuando fue al templo para realizar su doble vida, cuando dio el beso al Señor en el huerto, y después las monedas que recibió de los sacerdotes... No es un error. Lo hizo... estaba en la tiniebla. Tenía el corazón dividido, disociado. Por ello se puede decir que él es la imagen perfecta de la oveja descarriada. Jesús, el pastor, va a buscarlo: "haz lo que debes hacer, amigo", y lo besa. Pero Judas no entiende.
(Homilía de S.S. Francisco, 6 de diciembre de 2016, en santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Trataré de contemplar una imagen del Sagrado Corazón recordando todas las gracias y bendiciones que ha derramado a lo largo de mi vida y pidiéndole perdón por las veces que he rechazado su amor.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.