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martes, 7 de febrero de 2017

BEATO IUSTUS TAKAYAMA UKON, MÁRTIR JAPONES, 5 DE FEBRERO


Iustus Takayama Ukon, Beato
Justo Takayama


Mártir, 5 de febrero


Por: Varios | Fuente: ACI Prensa // Religión en Libertad 



El Samurái de Cristo

En Manila, Filipinas, Iustus Takayama Ukon, japonés, que renunció a su alta posición social y a sus riquezas por amor a Cristo y que a causa de los maltratos que sufrió en su patria, por quienes odiaban su fe, murió en el exilio en 1615.
Breve Biografía

Takayama nació en 1552, tres años después que el misionero jesuita San Francisco Javier introdujera el cristianismo en Japón.

Los Takayama eran daimio, miembros de la clase gobernante de los señores feudales que secundaban a los shogun entre la época medieval hasta el inicio de la etapa moderna en Japón. Como daimio poseían varias propiedades y tenían derecho a formar ejércitos y contratar samuráis.
Takayama tenía 12 años cuando trajo al castillo de Sawa al P. Gaspare di Lella, un sacerdote católico, lo hizo por petición de su padre, el señor Tomoteru, un hombre con inquietudes religiosas, que quería debatir las virtudes del budismo con un sabio cristiano.
Tomoteru analizó en profundidad y con detenimiento la propuesta cristiana y le gustó, por lo que se bautizó él y su casa: su hijo, el joven Takayama (cuyo nombre real era Hikogoro Shigetomo) recibió como nombre de bautismo el de “Iustus” (Justo).


Los Takayama ayudaban en las actividades misioneras en Japón y eran protectores de los cristianos y de los misioneros jesuitas.
En 1576, con el sacerdote italiano Gnecchi Soldo, Ukon Takayama hizo construir la primera iglesia de Kyoto, que durante 11 años sería un centro misionero de Japón. De ella hoy sólo queda la campana.
En 1587, cuando el samurái tenía 35 años, Toyotomi Hideyoshi el gran unificador de Japón, era ya el nuevo Canciller de Japón, pronto fue evidente que no sólo quería un Japón unido, sino absolutamente dominado bajo su poder.
Según algunos relatos, una noble chica cristiana se negó a ser una más de sus concubinas, debido a su fe, y eso le enfadó mucho, inició una persecución contra los cristianos: expulsó a los misioneros e instó a los católicos japoneses a abandonar la fe.
Mientras que muchos daimio optaron por renunciar al catolicismo, Takayama y su padre optaron por abandonar sus tierras y sus honores para mantener la fe. Muchas personas trataron de convencerlo de renegar de su catolicismo. Sin embargo él se negó y eligió vivir como un cristiano hasta la muerte.
El P. Anton Witwer, postulador general de la Compañía de Jesús, indicó que el samurái "no quería luchar contra otros cristianos. Por lo tanto prefirió una vida pobre, ya que cuando un samurái no obedece a su 'jefe' pierde todo lo que tiene".
"Eligió la pobreza para ser fiel a la vida cristiana y durante años, vivió bajo la protección de amigos aristocráticos, llevando así una vida digna, (…) era un noble, una persona conocida”.
En 1597, el Canciller ordenó la ejecución de 26 católicos japoneses y extranjeros que fueron crucificados el 5 de febrero.
Cuando, en 1614, el nuevo shogun Ieyasu Tokugawa prohibió definitivamente el cristianismo Takayama fue al exilio y lideró un grupo de 300 católicos japoneses que partieron al extranjero en tres barcos. Dos iban a la portuguesa Macao. Otro, en el que viajaban Ukon Takayama, su esposa, hija y nietos, y unos 100 laicos japoneses, fue a Manila, Filipinas.
“Dios dice que quien toma la espada se arruina con ella. Formad familias en Filipinas y regresad a Japón como enviados para la paz”, dijo el daimio en el puerto de Nagasaki a su pueblo que se exiliaba con él.
Su esperanza es que aquellos cristianos volverían a Japón, más numerosos, como un puente entre culturas. Ya no pensaba en ejércitos, sino en algo más poderoso, que vive de generación en generación: pensaba en familias.
No podía saber que Japón se iba a cerrar a toda influencia extranjera durante más de 250 años, un fenómeno cultural y político realmente singular en la historia.
Llegaron a Filipinas en diciembre de ese año y se establecieron en Manila, la capital del país. donde fueron recibidos por una multitud de curiosos y los españoles le trataron con todo respeto. Incluso se habló de preparar una expedición militar española a Japón bajo su mando o consejo, pero él se negó.
Murió el 3 de febrero, 40 días después de su llegada a Filipinas, debilitado por los estragos de la persecución
Para el postulador de la causa, el padre Kawamura, este daimio puede ser un modelo para los políticos actuales, porque vivió en un entorno hostil, de políticas siempre cambiantes, pero “nunca se dejó extraviar por los que le rodeaban y vivió una vida según su conciencia, de forma persistente, una vida adecuada para un santo, que sigue dando ejemplo a muchos hoy”.
El 21 de enero de 2016, el Santo Padre Francisco autorizó la promulgación del decreto reconociendo como martirio la muerte del Siervo de Dios. Iustus Takayama Ukon.
Fuentes bibliográficas:
ACI Prensa
Religión en Libertad

ORACIÓN A SAN TOBÍAS PARA PEDIR AYUDA Y PROTECCIÓN


Oración a San Tobías para pedir ayuda y protección


Santo Señor, Oh Dios Padre de Misericordia,
Por tu nombre santísimo que todo lo puede, 
te elevo esta humilde alabanza 
al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo Trino

Oh Señor, 
Tú que hiciste acompañar a tu siervo Tobías hijo 
por la presencia divina del arcángel Rafael, 
para emprender el largo viaje,
que lo llevaron a la victoria contra el enemigo de Sara, 
para dejarla libre del demonio que la atormentaba 
líbrame de todo enemigo que me aceche.

Oh Señor que devolviste la vista a Tobías 
con las vísceras del enorme pez 
abre mis ojos para ver todo lo que debo ver.

Señor que estas siempre dispuesto a ayudar, 
que nos bendices con tu infinita misericordia, 
alíviame en la necesidad 
como hiciste con Tobías, y su hijo 
y mediante su intercesión 
dame tu auxilio para remediar esta gran necesidad. 

(hacer la petición) 

Haz que yo también reciba tu asistencia celestial 
para que te hagas presente al lado mío, 
en todos los caminos 
y especialmente a la hora de la prueba,
para que mi fe sea inquebrantable 
y me conduzca a la victoria.

Te lo pido por Jesucristo, 
nuestro señor y nuestro hermano.

Amén 

Hacer el Acto de Contrición (Señor mío Jesucristo)
y rezar tres padrenuestro, tres avemarías, tres glorias

SAN TOBÍAS, PERSONAJE BÍBLICO, 7 DE FEBRERO


Hoy 7 de febrero es la fiesta de San Tobías, personaje bíblico asistido por el arcángel Rafael


(ACI).- La historia de San Tobías se encuentra en el libro de la Biblia que lleva su nombre, el mismo que significa: "Dios es bueno".

Según las Sagradas Escrituras Tobías siempre cumplió con sus deberes religiosos. Siendo todavía muy joven, cuando sus familiares se apartaron de la verdadera religión y empezaron a adorar al becerro de oro, él nunca quiso adorar aquel ídolo y fue el único que en su familia iba en las grandes fiestas a Jerusalén a adorar al único Dios.


Siempre daba la décima parte de lo que ganaba para el templo y para los pobres.

Se casó con una mujer de su propia religión, llamada Ana, y tuvo un hijo al cual le puso también el nombre de Tobías.

Fue exilado con los judíos pero llegó a tener una alta posición en el gobierno en Nínive. Más tarde vino el nuevo rey, Senaquerib, que persiguió a los judíos, y Tobías perdió su puesto quedando en la miseria.

Tiempo después quedó ciego al caerle estiércol en los ojos de un nido, mientras dormía. Su esposa le reprochaba por su condición pero él se mantuvo fiel al Señor.

Tobías, lleno de tristeza, retiró a llorar y rezaba diciendo: "Dios mío, todos estos sufrimientos nos llegan por los pecados que hemos cometido. Señor, apiádate de mí, y si he de seguir sufriendo tantas humillaciones, más bien acuérdate de mí, y llévame hacia Ti".

Tobías, el hijo, fue a una ciudad lejana a buscar un dinero que se le debía a su padre. Le acompañaba un joven que resultó ser el Arcángel Rafael.

En la ciudad distante se enamoró de Sara pero le advirtieron que ella se había casado 7 veces y sus maridos siempre morían por causa de un demonio.  Rafael le dijo que no temiera y que la tomase por esposa.

Tobías y Sara rezaron fervorosamente en la noche de bodas poniéndose al amparo de Dios. Después regresaron a Nínive donde vivía Tobias.

Por mandato de Rafael, el joven Tobías restregó los ojos de su padre con la hiel de un pescado que había tomado en el río.  Se cayeron entonces las escamas de sus ojos y recobró la vista. Cuando Tobías se disponía para darle a Rafael la mitad del dinero que tenía como agradecimiento, Rafael se identificó como el ángel del Señor y desapareció.

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Biografía de San Tobías
7 de febrero


Uno de los libros más agradables de la Sagrada Escritura es el de Tobías. Si abrimos nuestra Biblia, allá donde el índice nos dice que está el Libro de Tobías y nos dedicamos a leerlo, pasaremos ratos verdaderamente agradables en esta lectura. Allí se cuenta lo siguiente:

Tobías fue siempre un exacto cumplidor de sus deberes religiosos. Siendo todavía muy joven, cuando sus familiares se apartaron de la verdadera religión y empezaron a adorar al becerro de oro, él en cambio nunca quiso adorar ese ídolo y era el único que en su familia iba en las grandes fiestas a Jerusalén a adorar al verdadero Dios. Y siempre daba la décima parte de lo que ganaba para el templo y para los pobres.

Se casó con una mujer de su propia religión, llamada Ana, y tuvo un hijo al cual le puso también el nombre de Tobías.

Cuando el pueblo de Israel fue llevado cautivo a Nínive, Tobías tuvo que ir también allá en destierro, pero allá le concedió Dios la simpatía de los gobernantes y llegó a ocupar un alto puesto en la administración del gobierno. Aprovechó el buen sueldo que tenía para hacer sus buenos ahorros y prestó a un amigo suyo, que vivía en una ciudad lejana, los dineros que había logrado conseguir.

Después hubo cambio de gobierno y el nuevo rey, llamado Senaquerib, atacó a Jerusalén, pero por milagro de Dios no pudo tomarla, y volvió lleno de rabia a Nínive y empezó a perseguir a los israelitas que allí había. Quitó el cargo a Tobías y éste quedó en pobreza.

El rey hizo morir a muchos israelitas y prohibió que los sepultaran, pues quería que los dejaran en los campos para que los devoraran los cuervos. Pero Tobías, que era muy piadoso y muy caritativo, se dedicó de noche a sepultar los cadáveres de sus paisanos. Y un día volvió a casa muy cansado de estos trabajos y se sentó junto a una pared y se quedó dormido. Y arriba había un nido de golondrinas y de allá le cayó estiércol caliente en los ojos y quedó ciego. Y así estuvo por 4 años.

Como Tobías estaba ciego, su esposa tuvo que emplearse en una fábrica de tejidos, para ganar el sustento. Y un día a ella le regalaron un cabrito. Tobías al oír balar al animalito le dijo a la mujer: "Cuidado, no sea que te hayas robado ese cabrito. Si es ajeno hay que devolverlo, porque preferimos ser totalmente pobres a tener que quitar a alguien nada". La esposa al oírle esto lo insultó y le dijo: "¿De qué le han servido tantas limosnas que regalaba y tantas oraciones que rezaba? Mire a qué estado tan desdichado ha llegado".

Tobías, lleno de tristeza ante estas palabras, se retiró a llorar y rezaba diciendo: "Dios mío, todos estos sufrimientos nos llegan por los pecados que hemos cometido. Señor, apiádate de mí, y si he de seguir sufriendo tantas humillaciones, más bien acuérdate de mí, y llévame hacia Ti".

Mientras tanto, allá, en una ciudad lejana, una joven estaba también siendo humillada terriblemente. Se llamaba Sara. Se había casado siete veces, pero cada vez que se casaba, antes de que su esposo se le acercara llegaba el demonio Asmodeo y mataba al hombre. Y un día Sara regañó justamente a una sirvienta, y ésta, para desquitarse, le dijo: "Que nadie vea hijos tuyos, porque eres una asesina de siete maridos". Al oír semejante infamia, la joven Sara se fue a la azotea a llorar y hasta le llegó el deseo de suicidarse, pero rechazó este mal pensamiento porque aquello traería muchos sufrimientos a sus padres. Entonces oró a Dios diciendo: "Señor, tú sabes que yo he hecho siempre lo mejor posible por tener un buen comportamiento. Oh Señor, si he de seguir escuchando semejantes insultos de la gente, prefiero más bien que me lleves a Ti y me saques de esta vida. Pero si crees que lo mejor es que yo siga viviendo en esta tierra, te suplico que me libres de esta pena tan grande".

Y las dos oraciones llegaron al mismo tiempo al cielo. La de Tobías, que había sido humillado, y la de Sara, que había sido insultada. Y Dios dispuso responder a estas dos plegarias enviándoles un ángel a ayudarlos.

En aquel tiempo se acordó Tobías de que el amigo Gabael que vivía en una ciudad lejana le debía dinero que él le había prestado. Y llamó a su hijo Tobías y le dijo: "Vaya a la plaza y busque un buen hombre que lo quiera acompañar durante el largo y peligroso viaje, y dígale que le pagaremos el sueldo debido durante todo el tiempo que dure el viaje".

Y entonces envió Dios al ángel San Rafael disfrazado de hombre, el cual se le ofreció a Tobías para acompañarlo en el largo recorrido. Tobías padre lo aceptó porque parecía ser muy buena persona.

Antes de que su hijo se despidiera para partir, Tobías le dio estos consejos: "Tu mejor tesoro será siempre tener temor de ofender a Dios, y alejarte de todo pecado. Te conviene pedir siempre consejo a los que son prudentes y bien instruidos. Debes bendecir a Dios en toda circunstancia. Pídele que sean buenos todos tus comportamientos y que lleguen a buen fin tus proyectos. Te aconsejo que compartas tus alimentos con los hambrientos y tus comodidades con los que no las tienen. Todo cuanto no necesites debes darlo a los pobres. No hagas nunca a nadie lo que no quieres que te hagan a ti. Jamás se te vaya a ocurrir casarte con una mujer que no sea de nuestra santa religión. No pierdas el tiempo, porque la ociosidad es la madre de la miseria. Haz limosnas con generosidad, pero con alegría y sin echar en cara lo que regalas. Recuerda que el dar limosna libra de muchos males. Trata siempre con mucho cariño a tu madre. Recuerda lo mucho que ella ha sufrido por ti. Recuerda que si te esfuerzas por pórtate bien, el Señor Dios te concederá muchos éxitos".

Bendecido por su padre emprendió Tobías a la lejana ciudad de Ragués, acompañado por el ángel Rafael. La mamá lloraba mucho y estaba desconsolada, pero Tobías le decía: "No te afanes tanto, que Dios, que nos ama y nos protege, hará que nuestro hijo logre ir y volver sin que le suceda nada malo".

Y al llegar al río Tigris, Tobías entró al agua, pero un enorme pez se le lanzó a morderlo. El ángel le gritó: "Agarre fuerte al pez y láncelo fuera". Así lo hizo. Y en seguida Rafael le dijo: "Ábralo y sáquele la hiel, y el corazón, que nos van a ser muy útiles". Tobías sacó la hiel y el corazón del pez y los envolvió y los guardó.

Al llegar a la ciudad de Ecbatana, se hospedaron en casa del israelita Raguel, padre de Sara, la joven que había orado con tanta tristeza. Tobías se enamoró de Sara, pero Raguel le contó que el demonio había matado a los otros siete que habían tratado de casarse con ella. Rafael le dijo a Tobías que podía casarse tranquilamente, pues él alejaría al demonio Asmodeo. Se celebraron las bodas muy festivamente y Tobías y Sara rezaron con mucha fe pidiendo a Dios que bendijera su matrimonio. Tobías dijo: "Señor: tú sabes que no me caso por satisfacer mis pasiones, sino por formar un hogar donde se honre al verdadero Dios y se practique la verdadera religión". Y Sara también rezó encomendando a Dios su nuevo hogar. Y el ángel Rafael ató al demonio Asmodeo y lo llevó a un desierto y no permitió que les hiciera daño a los esposos.

Mientras en la familia se celebraban fiestas en honor de los desposados, el ángel Rafael fue hasta donde vivía Gabael y presentándole el recibo de Tobías, cobró el dinero que le debía y lo trajo. Y con este dinero y con toda la herencia que los papás de Sara le dieron a su hija se dispusieron a regresar a Nínive.

Tobías y su esposa Sara volvieron a Nínive, donde los ancianos padres estaban ya muy angustiados por su ausencia. El ángel le dijo: "Tan pronto te encuentres con tu padre, refriégale en los ojos la hiel del pescado". Así lo hizo el joven, y apenas su padre lo abrazó, él le refregó por los ojos la hiel, y se le cayeron unas escamas y recobró la vista y empezó a bendecir a Dios delante de todos.

Tobías le dijo a su hijo: ¿qué le daremos a este compañero tan bueno que tantos favores nos ha hecho? Démosle la mitad de todo lo que hemos conseguido. Pero el ángel les dijo: "Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están siempre delante de Dios. El Señor me envió a ayudarlos, porque Él ha escuchado todas las oraciones que ustedes le han dirigido. Porque eras aceptable a Dios por eso te permitió sufrimientos para que consiguieras mayores premios. Pero cuando ustedes rezaban angustiados, yo llevaba sus oraciones ante el Trono de Dios".

Y continuo diciendo: "No sientan nunca vergüenza de contar a todos los favores que Dios les ha hecho. Recuerden que la limosna borra muchos pecados. La oración y el hacer sacrificios hacen inmenso bien. Los que se dedican a pecar son enemigos de la propia felicidad. Pero los que se dedican a repartir limosnas consiguen muchos favores de Dios".

Ellos se arrodillaron para venerar al ángel, y éste desapareció.

Y así la familia de Tobías gozó en adelante de mucha paz y felicidad porque Dios los bendecía mucho y los ayudaba siempre, y ellos siguieron todos siendo fieles a la santa y verdadera religión.

Familias como ésta, sí en verdad merecen ser imitadas por todas nuestras familias.

SANTORAL DE HOY MARTES 7 DE FEBRERO DEL 2017

Gil María de San José, Santo
Religioso Franciscano, 7 de febrero
Clara Szczesna (Ludovica), BeataClara Szczesna (Ludovica), Beata
Religiosa, 7 de febrero
Ricardo, SantoRicardo, Santo
Laico, 7 de febrero
Ana María Adorni, BeataAna María Adorni, Beata
Fundadora, 7 de febrero
Anselmo Polanco y Felipe Ripoll, BeatosAnselmo Polanco y Felipe Ripoll, Beatos
Wacerdotes y Mártires, 7 de febrero
Pio IX, BeatoPio IX, Beato
CCLV Papa, 7 de febrero
Rosalía Rendu, BeataRosalía Rendu, Beata
Virgen, 7 de febrero
Nivardo, SantoNivardo, Santo
Hermano de San Bernardo de Claraval, 7 de febrero
Lucas el Joven, SantoLucas el Joven, Santo
Eremita, 7 de febrero
Tobias el Viejo, SantoTobias el Viejo, Santo
Personaje bíblico, 7 de febrero

EL EVANGELIO DE HOY MARTES 7 DE FEBRERO DEL 2017


Amar con todo el corazón.
Marcos 7, 1-13. V Martes de Tiempo Ordinario. Ciclo A.


Por: H. Rubén Tornero, LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, graciaspor este momento que me regalas para poder estar contigo. Tú bien sabes lo que hay en mi corazón. En tus manos pongo todo lo que soy y todo cuanto tengo. Sé muy bien que Tú me recibes y me amas tal cual soy; lo creo, pero sé Tú mismo el soporte de mi fe. A Ti te confío todos mis planes y temores, todas mis risas y mis lágrimas, sé muy bien que nunca me abandonarás, pero concédeme la esperanza que necesito para jamás abandonarte. Sólo Tú puedes llenar toda la sed de amor que mi corazón tiene. Concédeme que nunca me detenga, que mi corazón te desee cada día más y que nunca me canse de buscarte hasta el día en que te pueda amar de manera plena en el cielo. Amén.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Marcos 7, 1-13
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén. Viendo que algunos de los discípulos de Jesús comían con las manos impuras, es decir, sin habérselas lavado, los fariseos y los escribas le preguntaron: “¿Por qué tus discípulos comen con manos impuras y no siguen la tradición de nuestros mayores?” (Los fariseos y los judíos, en general, no comen sin lavarse antes las manos hasta el codo, siguiendo la tradición de sus mayores; al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones, y observan muchas otras cosas por tradición, como purificar los vasos, las jarras y las ollas).
Jesús les contestó: “Qué bien profetizó Isaías sobre ustedes, hipócritas, cuando escribió: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mi. Es inútil el culto que me rinden, porque enseñan doctrinas que no son sino preceptos humanos. Ustedes dejan a un lado el mandamiento de Dios, para aferrarse a las tradiciones de los hombres”.
Después añadió: “De veras son ustedes muy hábiles para violar el mandamiento de Dios y conservar su tradición. Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre. y: El que maldiga su padre o a su madre, morirá. Pero ustedes dicen: ‘Si uno dice a su padre o a su madre: Todo aquello con que yo te podría ayudar es corbán (es decir, ofrenda para el templo), ya no puede hacer nada por su padre o por su madre’. Así anulan la palabra de Dios con esa tradición que se han transmitido. Y hacen muchas cosas semejantes a ésta”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Jesús mío, en mi corazón todavía resuena el reproche que Tú les diriges a los fariseos: «este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí». A primera vista me puede parecer que tus palabras son muy duras, pero que al final los fariseos se lo merecían. Podría quedarme con esa idea y pasar de largo sin prestar atención a la verdadera invitación que Tú le haces a los fariseos: ámenme con todo el corazón.
A veces se me olvida que Tú también amabas a los fariseos. No los considerabas tus enemigos, sino personas amadas por Ti que merecían tanto amor de parte tuya como yo. Si los corriges no es porque quieras fastidiarlos, sino para que ellos también puedan corresponder a tu infinito amor.
Les haces ver, Jesús, que Tú los amas no por lo que hacen, sino por lo que son: Tus hijos. Intentas mostrarles que es importante hacer cosas (purificar las jarras, lavarse hasta el codo...) pero que estas cosas no sirven para nada si no son la respuesta de un corazón que se sabe amado por Ti.
Esto es lo que también me quieres decir a mí. Quieres en primer lugar que yo me sepa amado por Ti, y que en mi corazón se grabe a fuego estas palabras: «Te amo y nada puede hacer que deje de hacerlo».
En segundo lugar, quieres que todo lo que yo haga (ir a la Iglesia, ayudar a los pobres...) sea una amorosa respuesta al infinito amor que me tienes.
«Pidamos al Señor, por intercesión de la Virgen Santa, de darnos un corazón puro, libre de toda hipocresía, este es el adjetivo que Jesús dice a los fariseos: 'hipócritas', porque dicen una cosa y hacen otra. Libres de toda hipocresía para que así seamos capaces de vivir según el espíritu de la ley y alcanzar su fin, que es el amor».
(Ángelus de S.S. Francisco, 30 de agosto de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy voy a ofrecer todos mis actos por la persona que más lo necesite y trataré de recordarla durante el día.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.