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martes, 31 de enero de 2017
EL EVANGELIO DE HOY MARTES 31 DE ENERO DEL 2017
Basta que tengas fe - dices
Marcos 5, 21-43. IV Martes de Tiempo Ordinario. Ciclo A.
Por: H. Adrián Olvera de la Cruz LC | Fuente: www.missionkits.org
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Creo, Señor peroaumenta mi fe…
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 5, 21-43
En aquel tiempo, cuando Jesús regresó en la barca al otro lado del lago, se quedó en la orilla y ahí se le reunió mucha gente. Entonces se acercó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo. Al ver a Jesús, se echó a sus pies y le suplicaba con insistencia: “Mi hija está agonizando. Ven a imponerle las manos para que se cure y viva”. Jesús se fue con él, y mucha gente lo seguía y lo apretujaba.
Entre la gente había una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho a manos de los médicos y había gastado en eso toda su fortuna, pero en vez de mejorar, había empeorado. Oyó hablar de Jesús, vino y se le acercó por detrás entre la gente y le tocó el manto, pensando que, con sólo tocarle el vestido, se curaría. Inmediatamente se le secó la fuente de su hemorragia y sintió en su cuerpo que estaba curada.
Jesús notó al instante que una fuerza curativa había salido de él, se volvió hacia la gente y les preguntó: “¿Quién ha tocado mi manto?”. Sus discípulos le contestaron: “Estás viendo cómo te empuja la gente y todavía preguntas: ‘¿Quién me ha tocado?’ ”. Pero él seguía mirando alrededor, para descubrir quién había sido. Entonces se acercó la mujer, asustada y temblorosa, al comprender lo que había pasado; se postró a sus pies y le confesó la verdad. Jesús la tranquilizó, diciendo: “Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y queda sana de tu enfermedad”.
Todavía estaba hablando Jesús, cuando unos criados llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle a éste: “Ya se murió tu hija. ¿Para qué sigues molestando al Maestro?”. Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: “No temas, basta que tengas fe”. No permitió que lo acompañaran más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.
Al llegar a la casa del jefe de la sinagoga, vio Jesús el alboroto de la gente y oyó los llantos y los alaridos que daban. Entró y les dijo: “¿Qué significa tanto llanto y alboroto? La niña no está muerta, está dormida”. Y se reían de él.
Entonces Jesús echó fuera a la gente, y con los padres de la niña y sus acompañantes, entró a donde estaba la niña. La tomó de la mano y le dijo: “¡Talitá, kum!”, que significa: “¡Óyeme, niña, levántate!”. La niña, que tenía doce años, se levantó inmediatamente y se puso a caminar. Todos se quedaron asombrados. Jesús les ordenó severamente que no lo dijeran a nadie y les mandó que le dieran de comer a la niña.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Hoy me pregunto, Señor… ¿Qué es la fe? Parece, Señor, que muchas veces te busco y no estás. Grito y pareces no escuchar. Toco pero no logro llamar tu atención…, ¿qué es la fe, Señor?
Muchas veces te he pedido y no has respondido…,muchas veces he sufrido y mi llanto no ha encontrado descanso…, qué es la fe…
Creo, Jesús, que si hoy estoy aquí, si hoy sigo creyendo en Ti, no es por mí, es por Ti. Creo que estás aquí, que siempre estás conmigo. Creo que cuando callas, lo único que quieres es que escuche… cuando sufro… lo único que quieres es que llore… pero todo esto contigo.
Creo, Jesús, que ésta es la fe. Aquella que sabe que eres amor… que nunca me abandonas… que siempre estás pendiente…, pues estando contigo es la única manera en la que puedo entender el dolor, en la que puedo ver la luz cuando no hay ningún esplendor. Creo, Jesús, que la fe es aquella que tiene sus ojos en la eternidad; a la luz de ella todo lo demás puede pasar.
Gracias, Señor, por ayudarme a entender que la fe consiste en saber que me amas y que ese amor va más allá de lo que pueda suceder. Sólo a la luz de ese amor… aquello que no entienda de esta vida… de mi propia vida… lo podré entender. Aumenta mi fe.
«En esta oración escuchamos la preocupación de todo padre por la vida y por el bien de sus hijos. Pero escuchamos también la gran fe que ese hombre tiene en Jesús. Y cuando llega la noticia de que la niña está muerta, Jesús le dice: “No temas; basta que tengas fe”. Da aliento esta palabra de Jesús, y también nos lo dice a nosotros muchas veces. ‘No temas, basta que tengas fe’. Al entrar en la casa, el Señor echa a la gente que llora y grita y se dirige a la niña muerta diciendo: “Niña, yo te digo: ¡álzate!”. Y en seguida la niña se alzó y se puso a caminar. Aquí se ve el poder absoluto de Jesús sobre la muerte que para Él es como un sueño del cual poder despertarse. Jesús ha vencido a la muerte, también tiene poder sobre la muerte física.»
(Ángelusde S.S. Francisco, 28 de junio de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy haré una visita a Jesús Eucaristía para pedirle que aumente mi fe.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Amén.
FRASES DE SAN JUAN BOSCO
Frases de San Juan Bosco
• Entre vosotros jóvenes, es donde me encuentro bien.
• Cuando estoy lejos de vosotros me falta algo.
• Iría hasta Superga arrastrando la lengua con tal de salvar un alma.
• Estad siempre unidos al Señor.
• Aquí hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres.
• Ahora hemos de trabajar, ya descansaremos en el paraíso.
• Quien deja una casa por seguir la vocación encuentra ciento.
• Dadme almas y quedaos el resto.
• Hemos de hacer buenos cristianos y honrados ciudadanos.
• Salud, sabiduría, santidad (son las tras « S» en las que insistía Don Bosco).
• Nunca hay que decir «no me toca», sino «¡Voy yo!».
• Mi sistema se basa en la religión, la razón y el amor.
• Al dar cultura y principios religiosos prevenimos a los delincuentes.
• Más moscas se cazan con una gota de miel que con un barril de vinagre.
• Vosotros jóvenes sois los responsables de vuestro futuro.
• La Eucaristía y la Virgen son las dos columnas que han de sostener nuestras vidas.
• Sed devotos del Papa, es una de nuestras principales devociones.
• Tristeza y melancolía fuera de la casa mía.
• Como padres amorosos corrijamos siempre con amabilidad.
• Por los jóvenes hemos de estar dispuestos a soportar cualquier contratiempo y fatiga.
• Los jóvenes no sólo deben ser amados, sino que deben notar que se les ama.
• Amemos lo que aman los jóvenes.
• Procurad siempre vivir en la amistad de Dios.
SAN JUAN BOSCO, PADRE Y MAESTRO DE LA JUVENTUD, 31 DE ENERO
Hoy celebramos a San Juan Bosco, padre y maestro de la juventud - 31 de enero
¡Feliz Fiesta de San Juan Bosco! ¡Viva Don Bosco!
(ACI).- “Uno solo es mi deseo: que sean felices en el tiempo y en la eternidad”, dejó escrito a sus jóvenes el gran San Juan Bosco, fundador de la Familia Salesiana y declarado “padre y maestro de la juventud” por San Juan Pablo II.
Don Bosco nació un 16 de agosto de 1815 en I Becchi, Castelnuovo D’ Asti (Italia). A sus dos años murió su padre y su mamá, la “Sierva de Dios” Margarita Occhiena, siendo analfabeta y pobre, se encargó de sacar adelante a sus hijos.
A los nueve años Juanito tuvo un sueño profético en el que vio una multitud de chiquillos que se peleaban y blasfemaban. Él trató de hacerlos callar con los puños, pero se apareció Jesús y le dijo que debía ganarse a los muchachos con la mansedumbre y la caridad. Asimismo, Cristo le mostró a la que sería su maestra: la Virgen María.
Luego, la Madre de Dios le indicó que mirara donde estaban los muchachos y Juan vio a muchos animales que después se transformaron en mansos corderos. Al final, la Virgen le dijo estas memorables palabras: “A su tiempo lo comprenderás todo”.
Poco a poco fue creciendo en Juan un gran interés por los estudios, así como su deseo de ser sacerdote para aconsejar a los pequeños. No obstante, para lograrlo, muchas veces tuvo que abandonar su casa y trabajar en diferentes oficios que, en el futuro, él enseñaría a sus muchachos para que se ganen un sustento.
Ingresó al seminario de Chieri y conoció a San José Cafasso, quien le mostró las prisiones y los barrios bajos donde había jóvenes necesitados. Recibió el orden sacerdotal en 1841 y buscando prevenir que los muchachos se pierdan en malos pasos, entonces inició el oratorio salesiano que desde sus inicios reunió a cientos de jóvenes.
Al principio esta obra no tenía lugar fijo hasta que logra establecerse en el barrio periférico de Valdocco. En una ocasión cayó gravemente enfermo, pero al recuperarse Don Bosco prometió dar hasta su último aliento por los jóvenes.
San Juan Bosco se entregó de lleno a consolidar y extender su obra. Brindó alojamiento a chicos abandonados, ofreció talleres de aprendizaje y, siendo un sacerdote pobre, construyó una iglesia en honor a San Francisco de Sales, el santo de la amabilidad.
En 1859 fundó a los Salesianos con un grupo de jóvenes y más adelante cofunda las Hijas de María Auxiliadora con Santa María Mazzarello. Luego también dio inicio a los Salesianos Cooperadores. Además, sólo con donaciones, construyó la Basílica de María Auxiliadora de Turín y la Basílica del Sagrado Corazón en Roma.
San Juan Bosco partió a la Casa del Padre un 31 de enero de 1888, día que la Iglesia celebra su fiesta, y después de haber hecho vida aquella frase que le dijo a su alumno Santo Domingo Savio: “Aquí hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres”.
SANTORAL DE HOY MARTES 31 DE ENERO DEL 2017
Marcela de Roma, Santa
Viuda, 31 de enero
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Ludovica Albertoni, Beata
Viuda, 31 de enero
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Francisco Javier María Bianchi, Santo
Presbitero Barnabita, 31 de enero
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Candelaria de San José, Beata
Fundadora, 31 de enero
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María Cristina de Saboya, Beata
Laica, 31 de enero
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Juan Bosco, Santo
Memoria Litúrgica, 31 de enero
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