Páginas

lunes, 31 de julio de 2017

SAN IGNACIO DE LOYOLA, 31 DE JULIO

San Ignacio de Loyola 
31 de Julio
Año 1556



San Ignacio: ruégale a Dios por todos los que como tí 
deseamos extender el Reino de Cristo,
y hacer amar más a nuestro Divino Salvador.

"Todo para mayor Gloria de Dios" (San Ignacio)

Haga click en la imagen para ver la oración de Ignacio de Loyola: El Alma de CristoSan Ignacio nació en 1491 en el castillo de Loyola, en Guipúzcoa, norte de España, cerca de los montes Pirineos que están en el límite con Francia.

Su padre Bertrán De Loyola y su madre Marina Sáenz, de familias muy distinguidas, tuvieron once hijos: ocho varones y tres mujeres. El más joven de todos fue Ignacio.

El nombre que le pusieron en el bautismo fue Iñigo.

Entró a la carrera militar, pero en 1521, a la edad de 30 años, siendo ya capitán, fue gravemente herido mientras defendía el Castillo de Pamplona. Al ser herido su jefe, la guarnición del castillo capituló ante el ejército francés.

Los vencedores lo enviaron a su Castillo de Loyola a que fuera tratado de su herida. Le hicieron tres operaciones en la rodilla, dolorosísimas, y sin anestesia; pero no permitió que lo atasen ni que nadie lo sostuviera. Durante las operaciones no prorrumpió ni una queja. Los médicos se admiraban. Para que la pierna operada no le quedara más corta le amarraron unas pesas al pie y así estuvo por semanas con el pie en alto, soportando semejante peso. Sin embargo quedó cojo para toda la vida.

A pesar de esto Ignacio tuvo durante toda su vida un modo muy elegante y fino para tratar a toda clase de personas. Lo había aprendido en la Corte en su niñez.

Mientras estaba en convalecencia pidió que le llevaran novelas de caballería, llenas de narraciones inventadas e imaginarias. Pero su hermana le dijo que no tenía más libros que "La vida de Cristo" y el "Año Cristiano", o sea la historia del santo de cada día.

Y le sucedió un caso muy especial. Antes, mientras leía novelas y narraciones inventadas, en el momento sentía satisfacción pero después quedaba con un sentimiento horrible de tristeza y frustración . En cambio ahora al leer la vida de Cristo y las Vidas de los santos sentía una alegría inmensa que le duraba por días y días. Esto lo fue impresionando profundamente.

Y mientras leía las historias de los grandes santos pensaba: "¿Y por qué no tratar de imitarlos? Si ellos pudieron llegar a ese grado de espiritualidad, ¿por qué no lo voy a lograr yo? ¿Por qué no tratar de ser como San Francisco, Santo Domingo, etc.? Estos hombres estaban hechos del mismo barro que yo. ¿Por qué no esforzarme por llegar al grado que ellos alcanzaron?". Y después se iba a cumplir en él aquello que decía Jesús: "Dichosos los que tienen un gran deseo de ser santos, porque su deseo se cumplirá" (Mt. 5,6), y aquella sentencia de los psicólogos: "Cuidado con lo que deseas, porque lo conseguirás".

Mientras se proponía seriamente convertirse, una noche se le apareció Nuestra Señora con su Hijo Santísimo. La visión lo consoló inmensamente. Desde entonces se propuso no dedicarse a servir a gobernantes de la tierra sino al Rey del cielo.

Apenas terminó su convalecencia se fue en peregrinación al famoso Santuario de la Virgen de Monserrat. Allí tomó el serio propósito de dedicarse a hacer penitencia por sus pecados. Cambió sus lujosos vestidos por los de un pordiosero, se consagró a la Virgen Santísima e hizo confesión general de toda su vida.

Y se fue a un pueblecito llamado Manresa, a 15 kilómetros de Monserrat a orar y hacer penitencia, allí estuvo un año. Cerca de Manresa había una cueva y en ella se encerraba a dedicarse a la oración y a la meditación. Allá se le ocurrió la idea de los Ejercicios Espiritales, que tanto bien iban a hacer a la humanidad.

Después de unos días en los cuales sentía mucho gozo y consuelo en la oración, empezó a sentir aburrimiento y cansancio por todo lo que fuera espiritual. A esta crisis de desgano la llaman los sabios "la noche oscura del alma". Es un estado dificultoso que cada uno tiene que pasar para que se convenza de que los consuelos que siente en la oración no se los merece, sino que son un regalo gratuito de Dios.

Luego le llegó otra enfermedad espiritual muy fastidiosa: los escrúpulos. O sea el imaginarse que todo es pecado. Esto casi lo lleva a la desesperación.

Pero iba anotando lo que le sucedía y lo que sentía y estos datos le proporcionaron después mucha habildad para poder dirigir espiritualmente a otros convertidos y según sus propias experiencias poderles enseñar el camino de la santidad. Allí orando en Manresa adquirió lo que se llama "Discreción de espíritus", que consiste en saber determinar qué es lo que le sucede a cada alma y cuáles son los consejos que más necesita, y saber distinguir lo bueno de lo malo. A un amigo suyo le decía después: "En una hora de oración en Manresa aprendí más a dirigir almas, que todo lo que hubiera podido aprender asistiendo a universidades".

En 1523 se fue en peregrinación a Jerusalén, pidiendo limosna por el camino. Todavía era muy impulsivo y un día casi ataca a espada a uno que hablaba mal de la religión. Por eso le aconsejaron que no se quedara en Tierra Santa donde había muchos enemigos del catolicismo. Después fue adquiriendo gran bondad y paciencia.

A los 33 años empezó como estudiante de colegio en Barcelona, España. Sus compañeros de estudio eran mucho más jóvenes que él y se burlaban mucho. El toleraba todo con admirable paciencia. De todo lo que estudiaba tomaba pretexto para elevar su alma a Dios y adorarlo.

Después pasó a la Universidad de Alcalá. Vestía muy pobremente y vivía de limosna. Reunía niños para enseñarles religión; hacía reuniones de gente sencilla para tratar temas de espiritualidad, y convertía pecadores hablandoles amablemente de lo importante que es salvar el alma.

 San Ignacio de LoyolaLo acusaron injustamente ante la autoridad religiosa y estuvo dos meses en la cárcel. Después lo declararon inocente, pero había gente que lo perseguía. El consideraba todos estos sufrimientos como un medio que Dios le proporcionaba para que fuera pagando sus pecados. Y exclamaba: "No hay en la ciudad tantas cárceles ni tantos tormentos como los que yo deseo sufrir por amor a Jesucristo".

Se fue a Paris a estudiar en su famosa Universidad de La Sorbona. Allá formó un grupo con seis compañeros que se han hecho famosos porque con ellos fundó la Compañía de Jesús. Ellos son: Pedro Fabro, Francisco Javier, Laínez, Salnerón, Simón Rodríguez y Nicolás Bobadilla. Recibieron doctorado en aquella universidad y daban muy buen ejemplo a todos.

Los siete hicieron votos o juramentos de ser puros, obedientes y pobres, el día 15 de Agosto de 1534, fiesta de la Asunción de María. Se comprometieron a estar siempre a las órdenes del Sumo Pontífice para que él los emplease en lo que mejor le pareciera para la gloria de Dios.

Se fueron a Roma y el Papa Pablo III les recibió muy bien y les dio permiso de ser ordenados sacerdotes. Ignacio, que se había cambiado por ese nombre su nombre antiguo de Íñigo, esperó un año desde el día de su ordenación hasta el día de la celebración de su primera misa, para prepararse lo mejor posible a celebrarla con todo fervor.

San Ignacio se dedicó en Roma a predicar Ejercicios Espirituales y a catequizar al pueblo. Sus compañeros se dedicaron a dictar clases en universidades y colegios y a dar conferencias espirituales a toda clase de personas.

Se propusieron como principal oficio enseñar la religión a la gente.

En 1540 el Papa Pablo III aprobó su comunidad llamada "Compañía de Jesús" o "Jesuitas". El Superior General de la nueva comunidad fue San Ignacio hasta su muerte.

En Roma pasó todo el resto de su vida.

Era tanto el deseo que tenía de salvar almas que exclamaba: "Estaría dispuesto a perder todo lo que tengo, y hasta que se acabara mi comunidad, con tal de salvar el alma de un pecador".

Fundó casas de su congregación en España y Portugal. Envió a San Francisco Javier a evangelizar el Asia. De los jesuitas que envió a Inglaterra, 22 murieron martirizados por los protestantes. Sus dos grandes amigos Laínez y Salmerón fueron famosos sabios que dirigieron el Concilio de Trento. A San Pedro Canisio lo envió a Alemania y este santo llegó a ser el más célebre catequista de aquél país. Recibió como religioso jesuita a San Francisco de Borja que era rico político, gobernador, en España. San Ignacio escribió más de 6 mil cartas dando consejos espirituales.

El Colegio que San Ignacio fundó en Roma llegó a ser modelo en el cual se inspiraron muchísimos colegios más y ahora se ha convertido en la célebre Universidad Gregoriana.

Los jesuitas fundados por San Ignacio llegaron a ser los más sabios adversarios de los protestantes y combatieron y detuvieron en todas partes al protestantismo. Les recomendaba que tuvieran mansedumbre y gran respeto hacia el adversario pero que se presentaran muy instruidos para combatirlos. El deseaba que el apóstol católico fuera muy instruido.

El libro más famoso de San Ignacio se titula: "Ejercicios Espirituales" y es lo mejor que se ha escrito acerca de como hacer bien los santos ejercicios. En todo el mundo es leído y practicado este maravilloso libro. Duró 15 años escribiéndolo.

Su lema era: "Todo para mayor gloria de Dios". Y a ello dirigía todas sus acciones, palabras y pensamientos: A que Dios fuera más conocido, más amado y mejor obedecido.

En los 15 años que San Ignacio dirigió a la Compañía de Jesús, esta pasó de siete socios a más de mil. A todos y cada uno trataba de formarlos muy bien espiritualmente.

Como casi cada año se enfermaba y después volvía a obtener la curación, cuando le vino la última enfermedad nadie se imaginó que se iba a morir, y murió subitamente el 31 de julio de 1556 a la edad de 65 años.

En 1622 el Papa lo declaró Santo y después Pío XI lo declaró Patrono de los Ejercicios Espirituales en todo el mundo. Su comunidad de Jesuitas es la más numerosa en la Iglesia Católica.

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 31 DE JULIO DEL 2017


Un día colocaste una semilla muy pequeña en mí, Señor
Santo Evangelio según San Mateo 13,31-35. XVII Lunes de Tiempo Ordinario.


Por: H. Iván González, L.C. | Fuente: missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Tu gracia me basta, Señor. Si no me siento capaz de orar, capaz de ponerme en este instante en tu presencia, me basta tu gracia. La acojo con mi corazón sincero, sencillo y lleno de confianza en Ti.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Mateo 13,31-35
En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la muchedumbre: "El Reino de los cielos es semejante a la semilla de mostaza que un hombre siembra en su huerto. Ciertamente es la más pequeña de todas las semillas, pero cuando crece, llega a ser más grande que las hortalizas y se convierte en un arbusto, de manera que los pájaros vienen y hacen su nido en las ramas".
Les dijo también otra parábola: ‘El Reino de los cielos se parece a un poco de levadura que tomó una mujer y la mezcló con tres medidas de harina, y toda la masa acabó por fermentar".
Jesús decía a la muchedumbre todas estas cosas con parábolas, y sin parábolas nada les decía, para que se cumpliera lo que dijo el profeta: Abriré mi boca y les hablaré con parábolas; anunciaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo.
Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Un día colocaste una semilla muy pequeña en mí, Señor.
Muchos sembradores han pasado por mi vida. Tantas semillas han caído en mi corazón. Algunas han crecido sin yo darme cuenta. Otras las he cultivado yo mismo. Otras más han sido otros quienes las han hecho crecer. A veces son semillas de virtud, semillas de ilusiones, semillas de miedos, de traumas, de deseos. Unas han dado árboles frondosos, otras espinas. Algunas han muerto ya, otras están naciendo. De entre todas las semillas, sin embargo, hay una especial. Es la mejor. Incluso si aún es pequeña. Se llama la semilla del Reino. De un Reino de amor. Del Reino de Cristo. Ella no es sólo deseo, no es sólo ilusión, no es sólo incertidumbre; es todo eso y mucho más. Es aquella que da vida. Es aquella que pide mucha agua, mucho esfuerzo, mucho espacio en el corazón... pues es la única que lo llenará plenamente. La semilla es verdadera. Existe en mí, Dios la ha colocado.
Señor, ¿cómo la he cultivado?, ¿cómo te he dejado cultivarla? Una vez más renuevo mi confianza en Ti y me entrego nuevamente a Ti sabiendo que harás fructificar la semilla del Reino que has sembrado en mí.
"Somos pecadores, viene de ahí, pero tenemos un horizonte grande- [esta actitud] es precisamente el acto de fe en la potencia del Señor: el Señor puede, el Señor es capaz. Y nuestra pequeñez es la semilla, la pequeña semilla, que después germina, crece, el Señor la riega y sale adelante. Pero el sentido de pequeñez es precisamente el primer paso de confianza en la potencia de Dios. Id, seguid adelante por este camino."
(Homilía de S.S. Francisco, 18 de febrero de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy haré una revisión de mis actitudes ante la gracia de Dios para descubrir algún deseo en mi corazón que quizá no corresponde al Amor. Si descubro en mí algún deseo noble y bueno, ¿lo puedo llevar adelante y hacer crecer? Te pido la gracia, Señor, de poder mirar mi corazón con sinceridad y confianza.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

LOS SANTOS DE HOY LUNES 31 DE JULIO DEL 2017

Francis Solanus Casey, VenerableFrancis Solanus Casey, Venerable
Sacerdote, 31 de julio
Elena (Elin) de Skövde, SantaElena (Elin) de Skövde, Santa
Viuda, 31 de julio
Fabio el Portaestandarte, SantoFabio el Portaestandarte, Santo
Mártir, 31 de julio
Elena (Elin) de Skövde, SantaElena (Elin) de Skövde, Santa
Viuda, 31 de julio
Andrés de Palazuelo y 31 compañeros, BeatosAndrés de Palazuelo y 31 compañeros, Beatos
Capuchinos Mártires, 31 de julio
Miguel Goñi Áriz, BeatoMiguel Goñi Áriz, Beato
Sacerdote y Mártir, 31 de julio
Ciriaco Olarte Pérez de Mendiguren, BeatoCiriaco Olarte Pérez de Mendiguren, Beato
Sacerdote y Mártir, 31 de julio
Jaime Buch Canals, BeatoJaime Buch Canals, Beato
Mártir, 31 de julio
Miguel Ozieblowski, BeatoMiguel Ozieblowski, Beato
Sacerdote y Mártir, 31 de julio
Francisco Stryjas, BeatoFrancisco Stryjas, Beato
Padre de Familia, 31 de julio
Sidonia (Zdenka) Cecilia Schelingová, BeataSidonia (Zdenka) Cecilia Schelingová, Beata
Virgen y Mártir, 31 de julio
Justino de Jacobis, SantoJustino de Jacobis, Santo
Obispo, 31 de julio
Juan Colombini, BeatoJuan Colombini, Beato
Fundador, 31 de julio
Germán de Auxerre, SantoGermán de Auxerre, Santo
Obispo, 31 de julio
Ignacio de Loyola, SantoIgnacio de Loyola, Santo
Memoria Litúrgica, 31 de julio

domingo, 30 de julio de 2017

SANTA MARÍA DE JESÚS SACRAMENTADO, SANTA MEXICANA, 30 DE JULIO


Hoy 30 de julio se conmemora a la Santa mexicana María de Jesús Sacramentado



 (ACI).- María de Jesús Sacramentado nació en Zapotlanejo, Jalisco (México), el 8 de septiembre de 1868. En su juventud quedó huérfana de padre y madre y sintiendo una gran inquietud vocacional, ingresó a la Asociación de Hijas de María.

En 1905 asistió a una jornada de ejercicios espirituales y decidió formar parte de las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús, fundada por el Sr. Canónigo Atenógenes Silva, para atender a los enfermos en el Hospital del Sagrado Corazón.


En 1921 fue elegida Superiora General. Años después, durante la cruel persecución religiosa en México, mantuvo con firmeza la vida espiritual y la disciplina del instituto a ella confiado. Redactó las constituciones de su congregación, las cuales fueron aprobadas en 1930.

Durante su servicio como superiora fundó varias casas para atender a los necesitados, prodigó cuidados verdaderamente maternales a los enfermos y a las religiosas puestas bajo su tutela. Su fortaleza la atribuía a la comunión de la Sagrada Eucaristía.

En los últimos años de vida su salud fue decayendo, pero siguió dando ejemplo de abnegación y entereza. Partió a la Casa del Padre el 30 de julio de 1959.

El milagro reconocido para su Canonización fue la sanación de Anastasio Ledezma Mora, que fue llevado al Hospital del Sagrado Corazón para someterlo a una operación quirúrgica.

Después de la anestesia, se manifestó una lentitud cardíaca, que siguió avanzando hasta finalizar en un paro total del corazón y de las arterias. Enseguida se intentaron terapias de reanimación aunque en vano, por lo que el enfermo cayó en coma profundo.

Los médicos que estaban en el quirófano, así como la esposa del enfermo y las hermanas (Hijas del Sagrado Corazón), invocaron la intercesión de la Beata María de Jesús Sacramentado.

Luego de 10 o 12 minutos, las palpitaciones se restablecieron y más allá de lo que los médicos esperaban, el enfermo no sufrió ningún daño en el cerebro. A los pocos días fue sometido a una hemicolectomía con colostomía definitiva sin complicación alguna. Se tuvo como admirable la reanudación de los latidos del corazón gravemente interrumpidos.

DE LOS SERMONES DE SAN PEDRO CRISÓLOGO, OBISPO, 30 DE JULIO


De los sermones de San Pedro Crisólogo, Obispo
30 de julio 



(Sermón 160: PI, 52, 620-622)

El que por nosotros quiso nacer no quiso ser ignorado por nosotros

Aunque en el mismo misterio del nacimiento del Señor se dieron insignes testimonios de su divinidad, sin embargo, la solemnidad que celebramos manifiesta y revela de diversas formas que Dios ha asumido un cuerpo humano, para que nuestra inteligencia, ofuscada por tantas obscuridades, no pierda por su ignorancia lo que por gracia ha merecido recibir y poseer.

Pues el que por nosotros quiso nacer no quiso ser ignorado por nosotros; y por esto se manifestó de tal forma que el gran misterio de su bondad no fuera ocasión de un gran error.

Hoy el mago encuentra llorando en la cuna a aquel que, resplandeciente, buscaba en las estrellas. Hoy el mago contempla claramente entre pañales a aquel que, encubierto, buscaba pacientemente en los astros.

Hoy él mago discierne con profundo asombro lo que allí contempla: el cielo en la tierra, la tierra en el cielo; el hombre en Dios, y Dios en el hombre; y a aquel que no puede ser encerrado en todo el universo incluido en un cuerpo de niño. Y, viendo, cree y no duda; y lo proclama con sus dones místicos: el incienso para Dios, el oto para el Rey, y la mirra para el que morirá.

Hoy el gentil, que era el último, ha pasado a ser el primero, pues entonces la fe de los magos consagró la creencia de las naciones.

Hoy Cristo ha entrado en el cauce del Jordán para lavar el pecado del mundo. El mismo Juan atestigua que Cristo ha venido para esto: Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Hoy el siervo recibe al Señor, el hombre a Dios, Juan a Cristo; el que no puede dar el perdón recibe a quien se lo concederá.

Hoy, como afirma el profeta, la voz del Señor sobre las aguas. ¿Qué voz? Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto.

Hoy el Espíritu Santo se cierne sobre las aguas en forma de paloma, para que, así como la paloma de Noé anunció el fin del diluvio, de la misma forma ésta fuera signo de que ha terminado el perpetuo naufragio del mundo. Pero a diferencia de aquélla, que sólo llevaba un ramo de olivo caduco,, ésta derramará la enjundia completa del nuevo crisma -en la cabeza del Autor de la nueva progenie, para que se cumpliera aquello que predijo el profeta: Por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido con aceite de júbilo entre todos tus compañeros.

Hoy Cristo, al convertir el agua en vino, comienza los signos celestes. Pero el agua había de convertirse en el misterio de la sangre, para que Cristo ofreciese a los que tienen sed la pura bebída del vaso de su cuerpo, y se cumpliese lo que dice el profeta: Y mí copa rebosa.

LOS SANTOS DE HOY DOMINGO 30 DE JULIO DEL 2017

Godeleva, SantaGodeleva, Santa
Mártir, 30 de julio
Godeleva, SantaGodeleva, Santa
Mártir, 30 de julio
Esteban Vicente (Luis Herrero Arnillas), BeatoEsteban Vicente (Luis Herrero Arnillas), Beato
Religioso y Mártir, 30 de julio
Crisólogo (Juan Sanz y Palanca), BeatoCrisólogo (Juan Sanz y Palanca), Beato
Religioso y Mártir, 30 de julio
Oseas (Guillermo Álvarez Quemada), BeatoOseas (Guillermo Álvarez Quemada), Beato
Religioso y Mártir, 30 de julio
Braulio José (Alejandro González Blanco), BeatoBraulio José (Alejandro González Blanco), Beato
Religioso y Mártir, 30 de julio
Anselmo Pablo (Miguel Solas del Val), BeatoAnselmo Pablo (Miguel Solas del Val), Beato
Religioso y Mártir, 30 de julio
Luis Aguirre Bilbao, BeatoLuis Aguirre Bilbao, Beato
Religioso y Mártir, 30 de julio
Agustín María (Eugenio García Tribaldos), BeatoAgustín María (Eugenio García Tribaldos), Beato
Religioso y Mártir, 30 de julio
Sebastián Llorens Telarroja, BeatoSebastián Llorens Telarroja, Beato
Laico Martir, 30 de julio
Jaime (Jaume) Puig Mirosa, BeatoJaime (Jaume) Puig Mirosa, Beato
Sacerdote y Mártir, 30 de julio
Abdón y Senén, SantosAbdón y Senén, Santos
Mártires, 30 de julio
Manés de Guzmán y Aza, BeatoManés de Guzmán y Aza, Beato
Sacerdote Dominico, 30 de julio
Zósimo Izquierdo Gil, BeatoZósimo Izquierdo Gil, Beato
Presbítero y Mártir, 30 de julio
Joaquín Prats Baltueña, BeatoJoaquín Prats Baltueña, Beato
Mártir Dominico, 30 de julio
José María Muro Sanmiguel, BeatoJosé María Muro Sanmiguel, Beato
Mártir Dominico, 30 de julio
Sergio Cid Pazo, BeatoSergio Cid Pazo, Beato
Sacerdote y Mártir, 30 de julio
Pedro Crisólogo, SantoPedro Crisólogo, Santo
Memoria Litúrgica, 30 de julio

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY DOMINGO 30 DE JULIO 2017


Lecturas de hoy Domingo 17º del Tiempo Ordinario - Ciclo A





Primera lectura
Lectura del primer libro de los Reyes (3,5.7-12):

En aquellos días, el Señor se apareció en sueños a Salomón y le dijo: «Pideme lo que quieras.»
Respondió Salomón: «Señor, Dios mío, tú has hecho que tu siervo suceda a David, mi padre, en el trono, aunque yo soy un muchacho y no sé desenvolverme. Tu siervo se encuentra en medio de tu pueblo, un pueblo inmenso, incontable, innumerable. Da a tu siervo un corazón dócil para gobernar a tu pueblo, para discernir el mal del bien, pues, ¿quién sería capaz de gobernar a este pueblo tan numeroso?» 
Al Señor le agradó que Salomón hubiera pedido aquello, y Dios le dijo: «Por haber pedido esto y no haber pedido para ti vida larga ni riquezas ni la vida de tus enemigos, sino que pediste discernimiento para escuchar y gobernar, te cumplo tu petición: te doy un corazón sabio e inteligente, como no lo ha habido antes ni lo habrá después de ti.»

Palabra de Dios



Salmo
Sal 118,57.72.76-77.127-128.129-130

R/. ¡Cuánto amo tu voluntad, Señor!

Mi porción es el Señor; 
he resuelto guardar tus palabras. 
Más estimo yo los preceptos de tu boca 
que miles de monedas de oro y plata. R/. 

Que tu bondad me consuele, 
según la promesa hecha a tu siervo; 
cuando me alcance tu compasión, 
viviré, y mis delicias serán tu voluntad. R/. 

Yo amo tus mandatos 
más que el oro purísimo;
por eso aprecio tus decretos 
y detesto el camino de la mentira. R/. 

Tus preceptos son admirables, 
por eso los guarda mi alma; 
la explicación de tus palabras ilumina, 
da inteligencia a los ignorantes. R/.


Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,28-30):

Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio. A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos hermanos. A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.

Palabra de Dios


Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,44-52):

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra. El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Entendéis bien todo esto?» 
Ellos le contestaron: «Sí.» 
Él les dijo: «Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo.»




Comentario al Evangelio de hoy domingo, 30 de julio de 2017



      El Reino de los Cielos, dice Jesús, se parece a un hombre que encuentra un tesoro en el campo y vende todo lo que tiene para comprar el campo. Hace una comparación parecida con el comerciante de perlas finas. Tanto el hombre del campo como el comerciante de perlas finas andaban buscando algo. La cuestión que nos podemos plantear es: ¿estamos buscando nosotros algo? ¿Nos creemos de verdad que hay un tesoro escondido o una perla preciosa? Dicho en otras palabras, ¿estamos dispuestos a venderlo todo a cambio de ese tesoro o de esa perla?

      De nuestra sociedad se ha dicho muchas veces que vive en un tiempo de desencanto, de desilusión. Si hubo un tiempo en el que soñamos que otro mundo era posible, hoy parece que a muchos la perspectiva se nos ha hecho más corta y no pensamos sino en cómo sobrevivir, en cómo ir tirando. Nada más. Es como si hubiésemos descubierto que no hay nada por lo que valga la pena “venderlo todo”. Y de hecho no estamos dispuestos a sacrificar nada de lo poco que tenemos. No estamos seguros de que exista ningún tesoro escondido ni ninguna perla preciosa. No estamos seguros de que valga la pena luchar por el Reino de los cielos. ¿Qué reino es ése? Después de años de lucha y de esfuerzo, ¿qué hemos logrado? Nos hemos quedado decepcionados. No hay nada por lo que luchar. ¡Dejémonos de sueños!

      Pero Jesús sigue proponiendo un ideal absoluto. Por el Reino de los cielos vale la pena “dejarlo todo”. ¿Qué es todo? “Todo” es la seguridad económica, la buena fama, las expectativas de la familia. “Dejarlo todo” significa vivir al estilo de Jesús, tratar de actuar como Jesús lo haría, ser portadores y mensajeros del amor de Dios para con los pobres y necesitados de todo tipo. ”Dejarlo todo” significa no guiarse por los criterios egoístas de este mundo, dejar de acaparar y comenzar a compartir, relacionarse con los demás de forma gratuita y no ponerle precio a todo lo que hacemos. Para “dejarlo todo” no hace falta abandonar materialmente a la familia o meterse en un convento. Se puede seguir en el mismo trabajo y vivir en la misma casa. La diferencia es que uno se guía por los criterios del Evangelio para vivir. Entonces se empieza a ser ciudadano del Reino. Se adquiere una nueva identidad: la de hijo/hija de Dios Padre y hermanos en Jesús de todos los hombres y mujeres. 

      Pero para llegar ahí es necesario creer firmemente que hay un tesoro y que ese tesoro es lo mejor que nos podemos encontrar en la vida, que por ese tesoro vale la pena dejarlo todo. Que Dios nos dé discernimiento y sabiduría como a Salomón para conocer lo que es justo y bueno. 



Para la reflexión

      ¿Qué es lo que valoro más en mi vida? ¿De qué estaría hecho mi tesoro? ¿Es el Evangelio mi verdadero tesoro? ¿Qué es lo que me cuesta mas dejar para seguir a Jesús del todo?