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miércoles, 23 de noviembre de 2016

SAN COLUMBANO, ABAD, 23 DE NOVIEMBRE

Columbano, Santo
Memoria Litúrgica, 23 de noviembre


Por: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net 



Abad

Martirologio Romano: San Columbano, abad, irlandés de nacimiento, que por Cristo se hizo peregrino para evangelizar a las gentes de las Galias. Fundó, entre otros muchos, el monasterio de Luxeuil, que él mismo rigió con estricta observancia, y obligado después a exiliarse, atravesó los Alpes y construyó el cenobio de Bobbio, en la Liguria, famoso por su disciplina y estudios, en el cual se durmió en paz, lleno de méritos para con la Iglesia. Su cuerpo recibió sepultura en este día († 615).
Etimológicamente Columbano = “paloma”. Viene de la lengua latina.
Breve Biografía

Nació en Irlanda en el 543. Desde pequeño mostró una clara inclinación para la vida consagrada.

Al salir de Irlanda en compañía del monje y San Galo, recorrió Europa Occidental. Unas veces era rechazado, otras acogido, pero de lo que no cabe duda es que fue el fundador de monasterios y abadías desde las cuales salía un resplandor cultural y religioso dignos de toda loa.

Fueron el foco para culturización y cristianización de la época merovingia. Su estilo de vida fue austero y así se lo exigía a los monjes, pues gracias a ella, encontraron un camino para la santidad al menos trece santos que no es el caso de enumerar.

El monasterio más célebre fue el de Luxeuil, al que confluyeron monjes francos, galos y burgondes. Fue durante dos siglos el centro de vida monástica más importante en todo el Occidente.

En el año 610 tuvo que salir pitando de Francia porque la cruel reina Brunehaut lo perseguía, porque le había echado en cara todos sus vicios y sus crímenes.

Pensaba volver a Irlanda pero se quedó en Nantes. También que tuvo que huir por los Alpes hasta que encontró acogida y refugio en Bobio, al norte de Italia, en la región de la Emilia Romagna, provincia de Piacenza.

Aquí fundó su último monasterio y en él murió en el año 615. La regla monástica original que dio a sus monasterios tuvo una influencia por toda Europa durante más de dos siglos.

Muchos pueblos, regiones y lugares están bajo su patrocinio.

También tuvo dificultades con los obispos franceses. Estos mandan en su diócesis pero no en los monasterios que desde siempre han estado exentos, es decir, no dependen del obispo.

Hubo alguien que lo trató bien. Fue el rey Aguilulfo. Menos mal que los cuatro últimos años de su vida pudo vivir tranquilo.

¡Felicidades a los que lleven este nombre!

BEATO P. MIGUEL PRO, MÁRTIR DE LA GUERRA CRISTERA EN MÉXICO


Hoy 23 de noviembre se recuerda al Beato P. Miguel Pro, mártir de la Guerra Cristera en México


 (ACI).- Miguel Agustín Pro nació en 1891, en Zacatecas, México, en una familia acomodada. Creció recorriendo las minas y compartiendo con los trabajadores. Tenía un gran sentido del humor y talento para hacer caricaturas.

Cuando sus dos hermanas entraron a la vida religiosa, su madre, al ver que Miguel se sintió muy triste, lo invitó a un retiro y de allí salió decidido a ser sacerdote jesuita.

A sus 20 años ingresó al seminario y con el paso del tiempo, ante la situación cada vez más difícil que vivían los católicos, él y sus compañeros fueron enviados a estudiar a California. Posteriormente partieron a España y fue ordenado sacerdote en 1925.

Cuando retornó a México, encontró un país devastado en el que los cristianos resistían los abusos del gobierno. Entonces inició un trabajo pastoral parecido al de la Iglesia primitiva.


Organizó estaciones ocultas de comunión, que los primeros viernes sobrepasaban los 1200. Se celebraban Misas y adoraciones Eucarísticas secretas, en la que participaban ricos y pobres.

El presidente Calles y la policía buscaban acabar con estas organizaciones. Arrestaban a los líderes y practicantes católicos, los torturaban y mataban. Pero el P. Pro se las ingeniaba para escabullirse.

Un día, mientras la policía lo buscaba por las casas para matarlo, él dictaba conferencias espirituales en un teatro a más de un centenar de muchachas del servicio y ninguna de ellas dijo dónde estaba el presbítero.

Otra ocasión, el P. Pro iba en un taxi y se dio cuenta que lo seguían, entonces pidió al taxista que siga avanzando, mientras él disimuladamente se lanzaba a la calle. Luego se puso a caminar como borracho para despistar a las autoridades, quienes lo reconocieron cuando el Beato ya se les había escapado.

El P. Pro se convirtió en el líder principal del movimiento, que tenía como lema “Viva Cristo Rey”. Por ello, el Presidente Calles lo mandó a arrestar con acusaciones falsas. Finalmente, para evitar que se matara a católicos presos, el sacerdote se entregó.


El 23 de noviembre de 1927 le dijeron que expusiera su último deseo. El P. Pro negó los cargos de complot que se le imputaban, pidió unos momentos para rezar, se arrodilló y, entre otras cosas, dijo: Señor, Tú sabes que soy inocente. Perdono de corazón a mis enemigos". 

Antes de ser fusilado, extendió los brazos en cruz con el Santo Rosario en una mano y el crucifijo en la otra. Luego gritó: “¡Viva Cristo Rey!” Le dispararon y cayó por tierra el cuerpo del valiente mártir de la guerra cristera. Fue beatificado por San Juan Pablo II en 1988.

SANTORAL DE HOY MIÉRCOLES 23 DE NOVIEMBRE DEL 2016

María Cecilia Cendoya y Araquistain, Beata
Virgen y Mártir, 23 de noviembre
Margarita de Saboya, BeataMargarita de Saboya, Beata
Viuda, 23 Noviembre
Miguel Agustín Pro, BeatoMiguel Agustín Pro, Beato
Mártir México, 23 Noviembre
Felicidad y sus siete Hijos, SantaFelicidad y sus siete Hijos, Santa
Mártires, 23 Noviembre
Teresa de Jesús, BeataTeresa de Jesús, Beata
Niña Mercedaria, 23 Noviembre
Cecilia Yu So-Sa, SantaCecilia Yu So-Sa, Santa
Viuda y mártir, 23 Noviembre
Gregorio II de Agrigento, SantoGregorio II de Agrigento, Santo
Obispo, 23 Noviembre
Columbano, SantoColumbano, Santo
Memoria Litúrgica, 23 de noviembre
Clemente I, SantoClemente I, Santo
IV Papa, 23 de Noviembre
Lucrecia de Merida, SantaLucrecia de Merida, Santa
Mártir, 23 de noviembre

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 23 DE NOVIEMBRE DEL 2016


No me dejes olvidar…
Lucas 21, 12-19. Miércoles XXXIV. Tiempo ordinario. Ciclo C. Persecución de los discípulos


Por: H. Adrián Olvera de la Cruz LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor Jesús, simplemente quiero estar un tiempo contigo, pues me ha llegado la pregunta de cómo sería mi vida si sólo viviera en tu presencia.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Lucas 21, 12-19
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Los perseguirán y los apresarán, los llevarán a los tribunales y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Con esto ustedes darán testimonio de mí.
Grábense bien que no tienen que preparar de antemano su defensa, porque yo les daré palabras sabias, a las que no podrá resistir ni contradecir ningún adversario de ustedes.
Los traicionarán hasta sus propios padres, hermanos, parientes y amigos. Matarán a algunos de ustedes, y todos los odiarán por causa mía. Sin embargo, ni un cabello de su cabeza perecerá. Si se mantienen firmes, conseguirán la vida". 
Palabra del Señor
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
El simple hecho de ir caminando por la senda de la vida nos va mostrando la fugacidad de las cosas. Los momentos que más hemos esperado y, también los que más hemos temido, se vuelven fieles compañeros del tiempo que pasa y no vuelve. Los brindis y abrazos quedan sólo en fotos plasmados; los llantos y la misma muerte se convierten en moralejas o en recuerdos muy presentes. La fidelidad encuentra su sentido en la traición y la vida en la persecución.
Señor, a pesar de llevarme por caminos donde no hay más que flores, montañas y horizontes, también he recorrido caminos en donde sólo hay oscuridad y el cansancio me ha propuesto ya no caminar más. Ayúdame a no detenerme y nunca olvidar que, aunque es verdad que todo cambia, todo pasa… tanto el bien como el mal… Sólo Tú permaneces, sólo Tú estás.
Me has hecho valorar las más grandes alegrías y también me has ayudado a vivir aquello que pensé nunca soportar. Ahí has estado y te repito, Señor, no me hagas olvidar que has cumplido tus promesas. No permitas que olvide que estoy bajo tu cuidado, bajo tu defensa.
Las copas se podrán romper, los abrazos se podrán olvidar, las lágrimas tienden siempre a secar, pero sé que en mi vida tu amor por mí nunca terminará. No me dejes olvidar…
«El poder del amor que no retrocede ante nada, ni frente al cielo en convulsión, ni frente a la tierra en llamas, ni frente al mar embravecido. Dios es más fuerte que cualquier otra cosa. Esta convicción da al creyente serenidad, valor y fuerza para perseverar en el bien frente a las peores adversidades. Incluso cuando se desatan las fuerzas del mal, los cristianos han de responder al llamado de frente, listos para aguantar en esta batalla en la que Dios tendrá la última palabra. Y será una palabra de amor.»
(Homilía de S.S. Francisco, 29 de noviembre de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Invitaré a un pequeño grupo de amistades a una hora eucarística, mañana jueves, para preparar nuestro corazón para el inicio del nuevo año litúrgico.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.