Páginas

jueves, 15 de septiembre de 2016

NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES, 15 DE SEPTIEMBRE


Hoy 15 de septiembre la Iglesia
 celebra a Nuestra Señora de los Dolores



 (ACI).- Un día después de la Fiesta de la Exaltación de la Cruz, la Iglesia conmemora a Nuestra Señora de los Dolores. Esta devoción viene desde muy antiguo y fue en 1814 que el Papa Pío VII estableció esta celebración para el 15 de septiembre.

En una ocasión la Virgen María le comunicó a Santa Brígida de Suecia (1303-1373) lo siguiente: “miro a todos los que viven en el mundo para ver si hay quien se compadezca de Mí y medite mi dolor, mas hallo poquísimos que piensen en mi tribulación y padecimientos”.


“Por eso tú, hija mía, no te olvides de Mí que soy olvidada y menospreciada por muchos. Mira mi dolor e imítame en lo que pudieres. Considera mis angustias y mis lágrimas y duélete de que sean tan pocos los amigos de Dios”.

La Madre de Dios prometió que concedería siete gracias a aquellas almas que la honren y acompañen diariamente, rezando siete Ave Marías mientras meditan en sus lágrimas y dolores.

Asimismo, según San Alfonso María de Ligorio (1696-1787), Jesucristo reveló a Santa Isabel de Hungría que Él concedería cuatro gracias a los devotos de los dolores de su Santísima Madre.




Historia de la Fiesta de Nuestra Señora de los Dolores



La devoción a Nuestra señora de los dolores viene desde muy antiguo. Ya en el siglo VIII los escritores eclesiásticos hablaban de la “Compasión de la Virgen” en referencia a la participación de la Madre de Dios en los dolores del Crucificado.

Pronto empezaron a surgir las devociones a los 7 dolores de María y se compusieron himnos con los que los fieles manifestaban su solidaridad con la Virgen dolorosa.

La fiesta empezó a celebrarse en occidente durante la Edad Media y por ese entonces se hablaba de la “Transfixión de María”, de la “Recomendación de María en el Calvario”, y se conmemoraba en el tiempo de Pascua.

En el siglo XII los religiosos servitas celebraban la memoria de María bajo la Cruz con oficio y Misa especial. Más adelante, por el siglo XVII se celebraba el domingo tercero de septiembre.

El viernes anterior al Domingo de Ramos también se hacía una conmemoración a la Virgen Dolorosa, festividad conocida popularmente como “Viernes de los Dolores”.

Benedicto XIII extendió universalmente la celebración del “Viernes de Dolores” en 1472 y en 1814 el Papa Pío VII fijó la Fiesta de Nuestra Señora de los Dolores para el 15 de septiembre, un día después a la Exaltación de la Santa cruz.



Oración a la Virgen de los Dolores

Señora y Madre nuestra: tu estabas serena y fuerte junto a la cruz de Jesús. Ofrecías tu Hijo al Padre para la redención del mundo.

Lo perdías, en cierto sentido, porque El tenía que estar en las cosas del Padre, pero lo ganabas porque se convertía en Redentor del mundo, en el Amigo que da la vida por sus amigos.

María, ¡qué hermoso es escuchar desde la cruz las palabras de Jesús: "Ahí tienes a tu hijo", "ahí tienes a tu Madre".

¡Qué bueno si te recibimos en nuestra casa como Juan! Queremos llevarte siempre a nuestra casa. Nuestra casa es el lugar donde vivimos. Pero nuestra casa es sobre todo el corazón, donde mora la Trinidad Santísima. Amén.




Poema a los siete Dolores de la Virgen María
Recopilado por José Gálvez Krüger para ACI Prensa




Suplico Reina Gloriosa
Hija del eterno Padre
del Divino Verbo Madre
y del Espíritu esposa,
que me concedáis piadosa
amparo de pecadores
devoción, llanto y fervores
compasión y gran ternura
de vuestros siete dolores.


Primer dolor
Duéleme cuando supisteis
lo de aquella profecía
de Simeón cuando decía
que una espada os traspasaba
de dolor. ¡Oh! Madre mía
y qué riguroso día
para nos, aquél sería.


Segundo dolor
Duélome que Jesús tierno
dijo en repetido aviso
que huir era preciso
a Egipto en el invierno
¡Oh!, qué sentimiento eterno
ansia, temor y agonía
vuestro pecho, sentiría.


Tercer dolor
Duelome qué traspasado
tuvisteis el corazón
en aquella perdición
del Niño, hasta ser hallado.
¡Oh!, con qué pena y cuidado
a tal Hijo perdería
tal Madre le buscaría.


Cuarto dolor
Duelome que al ver en tierra
con la cruz a vuestro Hijo
fuiste a ayudarle con mimo
y aquella cuadrilla fiera
os impidió que así fuera,
tan sangrienta a vos sería
tal crueldad y grosería.


Quinto dolor
Duélome que vuestro llanto
al pie de la cruz sentisteis
la crueldades que allí visteis
ejecutar en quebranto
cantara :"Santo, Santo, Santo"
¡Oh!, cuánta angustia sería
lo que allí os afligiría.


Sexto dolor
Duélome que en vuestros brazos
al buen Jesús nos le disteis
herido y hecho pedazos.
¡Oh!, qué tremenda agonía
vida triste Madre mía
vuestro pecho sentiría


Séptimo dolor
Duélome que con ternura
al costado lo ha criado
lo dejasteis enterrado
en helada sepultura.
¡Oh!, qué tremenda amargura
vuestro pecho sentiría
cuando sin Él se veía.

---------

Espero como os lo digo
por estos siete dolores
lograr los grandes favores
de  devoto condolido:
qué delito ha cometido
el Soberano Maestro
a Jesús, el Hijos vuestro,
diciendo fiel cada día
a Vos, Madre, un Avemaría.




Las siete gracias que la Virgen María le dió a Santa Brígida


La Santísima Virgen María manifestó a Santa Brígida que concedía siete gracias a quienes diariamente le honrasen considerando sus lágrimas y dolores y rezando siete Avemarías:

Pondré paz en sus familias.

Serán iluminados en los Divinos Misterios.

Los consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.

Les daré cuanto me pidan, con tal que no se oponga a la voluntad adorable de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.

Los defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y protegeré en todos los instantes de su vida.

Los asistiré visiblemente en el momento de su muerte; verán el rostro de su Madre.

He conseguido de mi Divino Hijo que las almas que propaguen esta devoción a mis lágrimas y dolores sean trasladadas de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados, y mi Hijo y Yo seremos su consolación y alegría.




SANTORAL DE HOY JUEVES 15 DE SEPTIEMBRE 2016

Antonio María Schwartz, BeatoAntonio María Schwartz, Beato
Sacerdote y Fundador, 15 de septiembre
Mariano Alcalá Pérez, BeatoMariano Alcalá Pérez, Beato
Sacerdote y Mártir, 15 de septiembre
Giuseppe "Pino" Puglisi, BeatoGiuseppe "Pino" Puglisi, Beato
Sacerdote y Mártir, 15 de septiembre
Nicetas el Godo, SantoNicetas el Godo, Santo
Mártir, 15 de septiembre
Pablo Manna, BeatoPablo Manna, Beato
Presbítero y Fundador, 15 de septiembre
Juan Bautista y Jacinto de los Ángeles, BeatosJuan Bautista y Jacinto de los Ángeles, Beatos
Catequistas Mártires, 15 de septiembre
Catalina (Fieschi) de Génova, SantaCatalina (Fieschi) de Génova, Santa
Viuda, 15 de septiembre
Rolando de Medici, BeatoRolando de Medici, Beato
Ermitaño, 15 de septiembre
Nuestra Señora de los DoloresNuestra Señora de los Dolores
Memoria Litúrgica, 15 de septiembre

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 15 DE SEPTIEMBRE 2016, NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES


María, una espada te atravesará el corazón
Nuestra Señora de los Dolores. Ella nos enseña la gallardía con que el cristiano debe sobrellevar el dolor. 


Por: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 2, 33-35

Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él. Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: "Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción -¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! - a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones."

Oración introductoria

Jesús, hoy no quiero pedirte nada, quiero ofrecerte más bien todo lo que soy y mi humilde esfuerzo de imitar a María, que ante el inmenso e inmerecido dolor que sufrió, supo guardar en su corazón todo lo que no logró comprender. Con mucha fe, confianza y amor te suplico, Madre santísima, que intercedas por mí ante tu amado Hijo.

Petición

María, acompáñame en mi camino de vida, como lo hiciste con tu Hijo Jesús.

Meditación del Papa

La Madre de Jesús ha sido colocada por el Señor en momentos decisivos de la historia de la salvación y ha sabido responder siempre con plena disponibilidad, fruto de una profunda relación con Dios, madurada en la oración asidua e intensa. Entre el viernes de la Pasión y el domingo de la Resurrección, a ella se le confió el discípulo amado, y con él a toda la comunidad de los discípulos. Entre la Ascensión y Pentecostés, ella está con y en la Iglesia en oración. Madre de Dios y Madre de la Iglesia, María ejerce su maternidad hasta el final de la historia. Le encomendamos todas las fases del paso de nuestra existencia personal y eclesial, no menos que la de nuestro tránsito final. María nos enseña la necesidad de la oración y nos muestra que sólo con un vínculo constante, íntimo, lleno de amor con su hijo, podemos salir de "nuestra casa", de nosotros mismos, con coraje, para llegar a los confines del mundo y proclamar en todas partes al Señor Jesús, salvador del mundo. Benedicto XVI, 14 de marzo de 2012.

Reflexión

Cuando Dios había decidido venir a la tierra había pensado ya desde toda la eternidad en encarnarse por medio de la criatura más bella jamás creada. Su madre habría de ser la más hermosa de entre las hijas de esta tierra de dolor, embellecida con la altísima dignidad de su pureza inmaculada y virginal. Y así fue. Todos conocemos la grandeza de María.

Pero María no fue obligada a recibir al Hijo del Altísimo. Ella quiso libremente cooperar. Y sabía, además, que el precio del amor habría de ser muy caro. “Una espada de dolor atravesará tu alma” le profetizó el viejo Simeón. Pero, ¡cómo no dejar que el Verbo de Dios se entrañara en ella! Lo concibió, lo portó en su vientre, lo dio a luz en un pobre pesebre, lo cargó en sus brazos de huida a Egipto, lo educó con esmero en Nazaret, lo vio partir con lágrimas en los ojos a los 33 años, lo siguió silenciosa, como fue su vida, en su predicación apostólica...

Lo seguiría incondicionalmente. No se había arrepentido de haber dicho al ángel en la Anunciación: "Hágase". A pesar de los sufrimientos que habría de padecer. ¡Pero si el amor es donación total al amado! Ahora allí, fiel como siempre, a los pies de la cruz, dejaba que la espada de dolor le desencarnara el corazón tan sensible, tan puro de ella, su madre. A Jesús debieron estremecérsele todas las entrañas de ver a su Purísima Madre, tan delicada como la más bella rosa, con sus ojos desencajados de dolor. Los dos más inocentes de esta tierra. Aquella única inocente, a la que no cargaba sus pecados. La Virgen de los Dolores. La Corredentora.

Ella nos enseña la gallardía con que el cristiano debe sobrellevar el dolor. El dolor es el precio del amor a los demás. No es el castigo de un Dios que se regocija en hacer sufrir a sus criaturas, es el momento en que podemos ofrecer ese dolor por el bien espiritual de los demás, es la experiencia de la corredención, como María. Ella miró la cruz y a su Hijo y ofreció su dolor por todos nosotros.

¿No podríamos hacer también lo mismo cuando sufrimos? Mirar la cruz. Salvar almas. La diferencia con Nuestra Madre es que en esa cruz el sufrir de nuestra vida está cargado en las carnes del Hijo de Dios. Él sufrió por nuestros pecados. Él nos redimió sufriendo. Ella simplemente miró y ayudó a su Hijo a redimirnos.

Propósito

Rezar el saludo a la Virgen (Ángelus), preferentemente en familia, o una oración dedicada a Ella, para acompañarla en su dolor.

Diálogo con Cristo 

Jesús, mi gran anhelo es tener muy cerca de mí a María, mi dulce Madre del cielo. Señor, gracias por este maravilloso don. En María tengo el mejor ejemplo del seguimiento fiel, amoroso y sacrificado que debo vivir.

RELIGIOSA CON GRAVES PROBLEMAS AUDITIVOS OBTUVO SANACIÓN INSTANTANEA

Religiosa con graves problemas auditivos obtuvo sanación instantanea
Milagro aprobado para la beatificación que se efectuó en junio de 2016


Por: Xavier Villalta | Fuente: Catholic.net 



Sor María Celeste (en el siglo: Anna María) Lagonigro, desde cuando tenía 7 u 8 años, sufría de otalgia (dolor de oído), otorrea recurrente (emisión de flujo purulento por el conducto auditivo externo) y rinorrea (emisión abundante de líquido por la nariz), todo ello, según la descripción del médico tratante, Dr. Elia Albanese, fue diagnosticado como: manifestaciones de una otitis crónica purulenta con perforación de la de la membrana timpánica e hipoacusia (pérdida auditiva), con flema tubo-timpánica y rino-faringo-traqueítis crónica. La enfermedad se desarrolló durante unos 10 años, con una sucesión de fases de inestabilidad clínica y fases de reposo, pero siempre manteniendo la hipoacusia que fue empeorando con el tiempo.
Durante este periodo fue tratada con una terapia médica que no produjo mejora alguna, sólo disminuyeron los períodos de inestabilidad clínica, no se detuvo el proceso inflamatorio crónico-degenerativo. Además la paciente se quejaba de otalgia (dolor de oído) y, a menudo de fiebre, seguida de una emisión de secreción de sus orejas similar a la secreción de sus fosas nasales.
Un amigo de la familia dijo por ejemplo: "Sor María Celeste Lagonigro, desde cuando era una niña, empezó a sufrir de problemas de audición, especialmente en su oreja izquierda. Recuerdo muy claramente que la pobre niña siempre tenía que llevar un pañuelo en la mano para limpiarse la nariz y el oído, ya que su oído descarga pus y mucosidad salía de su nariz, y si quería que me escuchara, descubrí que era mucho mejor dirigir mi voz al oído izquierdo. El resultado fue que Anna María llegó a estar bajo el cuidado de la Dra. Elia Albanese quien la diagnóstico de otitis purulenta crónica".
La asistencia médica practicada, especialmente en las fases agudas, estuvo básicamente destinada a evitar la necesidad de cirugía.
Ese era el cuadro médico hasta que ocurrió algo sorprendente: Con motivo de la celebración del segundo centenario de la muerte de la Venerable Sierva de Dios, María Celeste Crostarosa, su cuerpo fue colocado en la sala capitular del convento de Foggia, en el que vivía Sor Lagonigro; el día 13 de septiembre, cerca de las 7 P.M., toda la comunidad religiosa de las Hermanas Redentoristas estaban en torno a los restos de su Fundadora, entre las religiosas se encontraba Sor María Celeste Lagonigro, quien siempre había invocado la ayuda de la Venerable María Celeste Crostarosa buscando obtener del Señor la gracia de la sanación, en aquella oportunidad -como en muchas otras- sus oraciones fueron acompañadas por la de toda la comunidad. Una de sus hermanas, impulsada ??por su profunda fe, animó a la hermana enferma a que apoyara su cabeza, del lado de la oreja enferma, en el seno de la fundadora. De repente, como testificó la hermana Lagonigro, el dolor y la otorrea desaparecieron y recuperó la capacidad auditiva.


Las investigaciones posteriores, llevadas a cabo por diferentes especialistas, y los exámenes con micro otoscopios, demostraron lo siguiente en el oído izquierdo: una pequeña área de cicatrización atrofiado en el cuadrante inferior posterior y una cicatriz lineal apenas perceptible en el cuadrante inferior anterior; en el oído derecho: un parche calcificado deshilachado en el cuadrante anterior inferior y una zona de forma ovalada de la perforación anterior sanado, en el cuadrante inferior posterior.
Tanto en la prueba de audiometría y el análisis de bio-impedancia detectaron un leve déficit neurosensorial y un perfecto funcionamiento del complejo tympano-osicular. Los resultados del timpanograma demostraron que los canales auditivos no tenían trastorno alguno.
Los asesores médicos de la Congregación para la Causa de los Santos, el 19 de febrero de 2015, han confirmado por unanimidad la curación inmediata, completa y duradera del paciente, lo que es científicamente inexplicable.
El Congreso de Teólogos expresó, el 9 de junio de 2015, la misma opinión positiva y unánime en lo que se refiere a la intercesión del Venerable Crostarosa.
El 3 de noviembre del mismo año, la Congregación Ordinaria de Cardenales y Obispos han acordado, por unanimidad, aceptar la opinión positiva de los teólogos y médicos.
Por todo ello, el 14 de diciembre de 2015, S.S. Francisco autorizó la promulgación del Decreto relativo al milagro atribuido a la intercesión de la Venerable María Celeste Crostarosa, abriendo así el camino a la celebración de la beatificación, misma que tuvo lugar en Foggia el 18 de junio de 2016.