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miércoles, 18 de mayo de 2016

SAN FÉLIX DE CANTALICIO, EL CAPUCHINO DE LA ALEGRÍA, 18 DE MAYO


 San Félix, el capuchino de la alegría
18 de mayo

Por Abel Camasca


 (ACI).- “Buen ánimo, hermano: los ojos en la tierra, el espíritu en el cielo y en la mano el santísimo rosario”, solía decir San Félix de Cantalicio, capuchino y místico, cuya fiesta se celebra cada 18 de mayo.

San Félix de Cantalicio nació en Italia, en el 1513. Sus padres, campesinos y muy piadosos, lo educaron de tal forma que cuando sus amigos de juegos lo veían venir, decían: “¡Ahí viene San Félix!”

A los doce años se puso a trabajar en la casa de un rico propietario que lo puso de pastor y luego como cultivador. Poco a poco fue aprendiendo a meditar y a alcanzar un alto grado de contemplación.

"Todas las criaturas pueden llevarnos a Dios, con tal de que sepamos mirarlas con ojos  sencillos”, dijo una vez el Santo a un religioso que le preguntó cómo hacía para vivir en presencia de Dios en medio del trabajo y otras distracciones.

Siempre andaba muy alegre y ante la injuria respondía diciendo: “voy a pedir a Dios que te haga un santo”.

Cierto día que estaba arando, su jefe se acercó a él, los animales asustados derribaron a Félix y el arado le pasó por encima, pero el Santo se levantó ileso. Es así que se decidió y pidió ser admitido como hermano lego en el convento capuchino de Citta Ducale.

Siempre pedía que le redoblaran las penitencias, mortificaciones y que se le tratase con mayor severidad. Estaba persuadido que todos eran mejor que él, pero sus hermanos lo llamaban “el Santo”.

Hizo los votos solemnes hacia los treinta años. Cuatro años más tarde lo enviaron a Roma, donde por cuarenta años salió a pedir limosna todos los días para el sostenimiento de su comunidad. Asimismo, con permiso de sus superiores, ayudaba a los pobres, visitaba a los enfermos y consolaba a los moribundos.

Algunas veces San Félix, mientras ayudaba en Misa, quedaba en éxtasis a la vista de todos. Al final de su vida, el Cardenal protector de la orden aconsejó a los superiores que relevasen de su cargo a San Félix por su avanzada edad, pero el Santo les rogó que lo dejasen seguir pidiendo limosna diciendo que el alma se marchita cuando el cuerpo no trabaja.

Gozó de la estima de San Felipe Neri y San Carlos Borromeo. Partió a la Casa del Padre el 18 de mayo de 1587, después de haber tenido una visión de la Santísima Virgen que venía rodeada de ángeles.

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 18 DE MAYO DEL 2016


El que no está contra nosotros, está a nuestro favor
Tiempo Ordinario



Marcos 9, 38-40. Tiempo Ordinario. Cada uno puede hacer el bien de diferente manera, pero todos somos Iglesia. 


Por: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Marcos 9, 38-40
En aquel tiempo, Juan le dijo a Jesús: "Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, y como no es de los nuestros, se lo prohibimos." Pero Jesús dijo: "No se lo impidáis, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que luego sea capaz de hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros, está a nuestro favor."
Oración introductoria
Jesús, sumo y eterno sacerdote, quiero prepararme para esta oración dejando a un lado mis prisas e introspecciones y abrir mi corazón para poder escuchar lo que hoy me quieres decir. Tomado de tu mano, concédeme hacer una verdadera oración.

Petición
Señor, que sea siempre fiel a mi fe.

 
Meditación del Papa Francisco
La fe crece con la práctica y es plasmada por el amor. Por eso, nuestras familias, nuestros hogares, son verdaderas Iglesias domésticas. Es el lugar propio donde la fe se hace vida y la vida crece en la fe. Jesús nos invita a no impedir esos pequeños gestos milagrosos, por el contrario, quiere que los provoquemos, que los hagamos crecer, que acompañemos la vida como se nos presenta, ayudando a despertar todos los pequeños gestos de amor, signos de su presencia viva y actuante en nuestro mundo.(Homilía de S.S. Francisco, 27 de septiembre de 2015).

Reflexión
Un personaje predicaba en nombre de Jesús y los apóstoles se lo querían impedir. Jesús simplemente les dice que lo dejen actuar. ¿Qué había en aquella persona, de la cual no sabemos ni el nombre, ni la edad? No sabemos nada de él y, sin embargo, realizó actos buenos. Era una persona sencilla común y corriente. Podemos comparar aquella persona con uno de nosotros. Un seglar convencido en difundir el reino de Cristo. Nosotros somos una pieza clave en la iglesia. Mas ahora en estos tiempos ser católico es luchar contra corriente, si lo queremos ser con autenticidad. Tratamos de serlo en nuestro corazón pero también hay que serlo en el exterior compartiendo con los demás las riquezas de nuestra fe.

Por eso hay que vivir atentos, con la mirada alerta para descubrir el bien que pueden hacer las personas a nuestro alrededor.

Cuando ves a un joven que ayuda a una pareja anciana en sus trabajos de casa, cuando una persona hace un favor sin esperar recompensa, cuando tú haces por los demás el bien evitando todo tipo de acto dañino para tu prójimo, entonces estarás seguro de estar haciendo lo que Cristo quiere y no impide a nadie: amar a los demás sin esperar ser amado sino solamente por Dios.

Esto es lo que Jesús quiere que hagamos todos los días. "Haz el bien y evita el mal", sí pero no se trata de evitar el mal, sino transformarlo por todo tipo de bienes para quien está más cercano de ti.

Tengamos en cuenta de que en el mundo hay muchos carismas, unos predican, otros enseñan... pero todos actuamos con el mismo fin: la Iglesia. Cristo nos lo pide: "haz esto y vivirás".

Diálogo con Cristo
Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a corazón.
Señor, ayúdame a vivir siempre en clave de amor generoso, desinteresado. Tener una actitud de dar, a no buscar ser consolado, cuanto consolar; a no ser comprendido, como comprender; que no espere ser amado, sino que me dedique a amar. Tú sabes qué difícil resulta a mi naturaleza vivir en constante disposición de entrega. Dame tu gracia para poder hacer un buen examen de conciencia de todo lo bueno que he dejado de hacer.

Propósito
Trabajar siempre pensando en que somos Iglesia, no de forma individual.