Irene Stefani, Beata
Religiosa, 31 de octubre
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María de la Purísima de la Cruz Salvat y Romero, Santa
Religiosa, 31 de octubre
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Cristóbal de Romagna, Beato
Sacerdote, 31 Octubre
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Domingo Collins, Beato
Mártir Jesuita, 31 Octubre
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León Nowakowski, Beato
Sacerdote y Mártir, 31 Octubre
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Foilán de Fosses. Santo
Abad y misionero, 31 de octubre
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Lucilla de Roma, Santa
Virgen y mártir, 31 Octubre
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Wolfgang de Ratisbona, Santo
Obispo de Ratisbona, 31 Octubre
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Alonso Rodríguez, Santo
Viudo y Religioso, 31 de octubre
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sábado, 31 de octubre de 2015
LOS SANTOS DE HOY: SÁBADO 31 DE OCTUBRE DEL 2015
SAN FOILÁN DE FOSSES, ABAD Y MISIONERO, 31 DE OCTUBRE
Foilán de Fosses. Santo
Foilán de Fosses. Santo
Abad y misionero, 31 de octubre
Nació en el siglo VII en Irlanda.
Hermano de San Fursey y San Ultan. Viajó con ellos desde Irlanda a Inglaterra donde realizaron labores misioneras, y establecieron un monasterio cerca de Yarmouth.
Abad de la comunidad en Cnoberesburg, Suffolk por el año 640, una casa fundada por su hermano Fursey.
Durante una guerra entre los Mercians y los Anglosajones en el 650 la casa fue destruida, los hermanos asesinados, capturados o dispersados.
Foillan rescató a sus hermanos, recuperó las reliquias no destuidas, los libros y ornamentos litúrgicos de la casa, y viajó a Francia.
Él y sus hermanos fueron acogidas con beneplácito y apoyados en su labor evangelizadora por el rey Clodoveo II.
Foillan fundó un monasterio en Fosses, diócesis de Lieja, en el año 653 en las tierras donadas por San Itta de Nivelles y Santa Gertrudis de Nivelles.
Fue electo abad de este monasterio, como referencia podemos indicar que a sus alrededores creció a la moderna ciudad de Le Roeulx, Bélgica.
Fue también capellán y director espiritual en la casa fundada por Santa Gertrudis.
Predicador popular y pastor dedicado a su pueblo, murió asesinado junto con tres compañeros por unos bandidos que los atacaron en uno de sus viajes.
Su hermano sobreviviente, Saint Ultan, tomó el cargo de abad de Fosses.
Hermano de San Fursey y San Ultan. Viajó con ellos desde Irlanda a Inglaterra donde realizaron labores misioneras, y establecieron un monasterio cerca de Yarmouth.
Abad de la comunidad en Cnoberesburg, Suffolk por el año 640, una casa fundada por su hermano Fursey.
Durante una guerra entre los Mercians y los Anglosajones en el 650 la casa fue destruida, los hermanos asesinados, capturados o dispersados.
Foillan rescató a sus hermanos, recuperó las reliquias no destuidas, los libros y ornamentos litúrgicos de la casa, y viajó a Francia.
Él y sus hermanos fueron acogidas con beneplácito y apoyados en su labor evangelizadora por el rey Clodoveo II.
Foillan fundó un monasterio en Fosses, diócesis de Lieja, en el año 653 en las tierras donadas por San Itta de Nivelles y Santa Gertrudis de Nivelles.
Fue electo abad de este monasterio, como referencia podemos indicar que a sus alrededores creció a la moderna ciudad de Le Roeulx, Bélgica.
Fue también capellán y director espiritual en la casa fundada por Santa Gertrudis.
Predicador popular y pastor dedicado a su pueblo, murió asesinado junto con tres compañeros por unos bandidos que los atacaron en uno de sus viajes.
Su hermano sobreviviente, Saint Ultan, tomó el cargo de abad de Fosses.
EL EVANGELIO DE HOY: SÁBADO 31 DE OCTUBRE DEL 2015
Todo el que se ensalce, será humillado
Parábolas
Lucas 14, 1.7-14. Tiempo Ordinario. Vivamos la humildad, dejando de pensar en nosotros mismos y dando preferencia al prójimo.
Por: P. Juan Gralla | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Lucas 14,1. 7-11
En aquel tiempo, entró Jesús un sábado en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando. Notando cómo los invitados elegían los primeros puestos, les dijo una parábola: Cuando seas convidado por alguien a una boda, no te pongas en el primer puesto, no sea que haya sido convidado por él otro más distinguido que tú, y viniendo el que os convidó a ti y a él, te diga: "Deja el sitio a éste", y entonces vayas a ocupar avergonzado el último puesto. Al contrario, cuando seas convidado, vete a sentarte en el último puesto, de manera que, cuando venga el que te convidó, te diga: "Amigo, sube más arriba." Y esto será un honor para ti delante de todos los que estén contigo a la mesa. Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado. Dijo también al que le había invitado: Cuando hagas una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a los parientes , ni a los vecinos ricos, no sea que ellos, a su vez, te inviten y tengas ya tu recompensa. Cuando hagas una comida llama a los pobres, a los tullidos, a los cojos y a los ciegos, y tendrás la dicha de que no puedan pagarte, porque recibirás la recompensa en la resurreción de los justos.
Oración introductoria
Padre, te suplico humildemente que me acompañes con tu presencia amorosa para que mi corazón se llene de lo único que necesita: fe, amor a mis hermanos y esperanza.
Petición
Jesús, que tenga la humildad de dejar a mis hermanos los mejores puestos por amor a ellos y a Dios.
Meditación del Papa Francisco
En aquel tiempo, entró Jesús un sábado en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando. Notando cómo los invitados elegían los primeros puestos, les dijo una parábola: Cuando seas convidado por alguien a una boda, no te pongas en el primer puesto, no sea que haya sido convidado por él otro más distinguido que tú, y viniendo el que os convidó a ti y a él, te diga: "Deja el sitio a éste", y entonces vayas a ocupar avergonzado el último puesto. Al contrario, cuando seas convidado, vete a sentarte en el último puesto, de manera que, cuando venga el que te convidó, te diga: "Amigo, sube más arriba." Y esto será un honor para ti delante de todos los que estén contigo a la mesa. Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado. Dijo también al que le había invitado: Cuando hagas una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a los parientes , ni a los vecinos ricos, no sea que ellos, a su vez, te inviten y tengas ya tu recompensa. Cuando hagas una comida llama a los pobres, a los tullidos, a los cojos y a los ciegos, y tendrás la dicha de que no puedan pagarte, porque recibirás la recompensa en la resurreción de los justos.
Oración introductoria
Padre, te suplico humildemente que me acompañes con tu presencia amorosa para que mi corazón se llene de lo único que necesita: fe, amor a mis hermanos y esperanza.
Petición
Jesús, que tenga la humildad de dejar a mis hermanos los mejores puestos por amor a ellos y a Dios.
Meditación del Papa Francisco
En este momento, tantos hermanos y hermanas nuestros son martirizados en el nombre de Jesús, están en este estado, tienen en este momento la alegría de haber sufrido ultrajes, incluso la muerte, en el nombre de Jesús.
Para huir del orgullo solo está el camino de abrir el corazón a la humildad, y a la humildad no se llega sin la humillación. Esta es una cosa que no se entiende naturalmente. Es una gracia que debemos pedir.
La gracia de la imitación de Jesús. Una imitación testimoniada por esos muchos hombres y mujeres que sufren humillaciones cada día por el bien de su familia y cierran la boca, no hablan, soportan por amor de Jesús.
Y esta es la santidad de la Iglesia, esta es alegría que da la humillación, no porque la humillación sea bonita, no, eso sería masoquismo, no: porque con esa humillación se imita a Jesús. Dos actitudes: la de la cerrazón que te lleva al odio, a la ira, a querer matar a los demás, y la de la apertura a Dios en el camino de Jesús, que te hace aceptar las humillaciones, incluso las fuertes, con esta alegría interior porque estás seguro de estar en el camino de Jesús. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 17 de abril de 2015, en Santa Marta).
Reflexión
La humildad es una ley del Reino de los Cielos, una virtud que Cristo predica a lo largo de todo el Evangelio. En este pasaje de San Lucas, Cristo nos invita a dejar de pensar en nosotros mismos para poder pensar en los demás.
¿Por qué? Los que se ensalzan a sí mismos sólo piensan en sus propios intereses y en que la gente se fije en ellos y hablen de ellos. Eso se llama egoísmo, un fruto del pecado capital de la soberbia. Y un alma soberbia nunca entrará en el Reino de Dios, porque el soberbio no puede unirse a Dios.
¿Cuál es la motivación que da Jesús para la vivencia de la humildad? El amor a los demás, al prójimo. La razón es que yo, al dejar de ocupar los primeros puestos, o ceder el querer ser el más importante, estoy dejando el lugar de importancia a mi hermano o hermana. Se trata de un acto de caridad oculta, que sólo Dios ve y, ciertamente, será recompensado con creces. Esta es la actitud que Cristo nos invita a vivir hoy. A dejar a mis hermanos los mejores puestos por amor a ellos y a Dios. Cristo mismo nos dio el ejemplo, cuando lavó los pies a los discípulos, siendo que los discípulos eran los que debían lavar los pies a Cristo.
Propósito
Podemos vivir hoy la virtud de la humildad, dejando de pensar en nosotros mismos y dando nuestra preferencia al prójimo.
Diálogo con Cristo
La situación del mundo y de la Iglesia reclama mi activa participación en este Año de la Fe. Es hora de ser audaz y confiar en que se puede transformar al mundo con la nueva evangelización, pero desde la humildad, no buscando ser el protagonista sino sólo un humilde discípulo y misionero de Cristo. Con tu gracia, Señor, lo puedo lograr.
La humildad es una ley del Reino de los Cielos, una virtud que Cristo predica a lo largo de todo el Evangelio. En este pasaje de San Lucas, Cristo nos invita a dejar de pensar en nosotros mismos para poder pensar en los demás.
¿Por qué? Los que se ensalzan a sí mismos sólo piensan en sus propios intereses y en que la gente se fije en ellos y hablen de ellos. Eso se llama egoísmo, un fruto del pecado capital de la soberbia. Y un alma soberbia nunca entrará en el Reino de Dios, porque el soberbio no puede unirse a Dios.
¿Cuál es la motivación que da Jesús para la vivencia de la humildad? El amor a los demás, al prójimo. La razón es que yo, al dejar de ocupar los primeros puestos, o ceder el querer ser el más importante, estoy dejando el lugar de importancia a mi hermano o hermana. Se trata de un acto de caridad oculta, que sólo Dios ve y, ciertamente, será recompensado con creces. Esta es la actitud que Cristo nos invita a vivir hoy. A dejar a mis hermanos los mejores puestos por amor a ellos y a Dios. Cristo mismo nos dio el ejemplo, cuando lavó los pies a los discípulos, siendo que los discípulos eran los que debían lavar los pies a Cristo.
Propósito
Podemos vivir hoy la virtud de la humildad, dejando de pensar en nosotros mismos y dando nuestra preferencia al prójimo.
Diálogo con Cristo
La situación del mundo y de la Iglesia reclama mi activa participación en este Año de la Fe. Es hora de ser audaz y confiar en que se puede transformar al mundo con la nueva evangelización, pero desde la humildad, no buscando ser el protagonista sino sólo un humilde discípulo y misionero de Cristo. Con tu gracia, Señor, lo puedo lograr.