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jueves, 22 de octubre de 2015
LOS SANTOS DE HOY: JUEVES 22 DE OCTUBRE DEL 2015
SAN JUAN PABLO II, PAPA, 22 DE OCTUBRE
Hoy celebramos a San Juan Pablo II, el Papa de la familia
Por Abel Camasca
(ACI/EWTN Noticias).- Hoy la Iglesia Católica celebra la fiesta de San Juan Pablo II, el Papa peregrino que viajó por el mundo y que resaltó que "el matrimonio y la familia cristiana edifican la Iglesia. Los hijos son fruto precioso del matrimonio".
Karol Jósef Wojtyla, más conocido como San Juan Pablo II, nació en Wadowice (Polonia) en 1920. El día que recibió la primera comunión le fue impuesto el escapulario y desde entonces lo llevó consigo como muestra de amor a la Virgen.
Tuvo una juventud muy dura por el ambiente de odio y destrucción de la Segunda Guerra Mundial con la invasión nazi, pero su fe lo llevó a ingresar al seminario de manera clandestina. Es ordenado sacerdote en 1946 y Obispo polaco en 1958, en el que escoge su lema oficial “Totus Tuus” (todo tuyo), en honor a María Santísima.
En el Concilio Vaticano II fue importante su colaboración en las constituciones dogmáticas “Gaudium et Spes” y “Lumen Gentium”. Luego sería nombrado Arzobispo Metropolitano de Cracovia y posteriormente fue creado Cardenal por el ahora Beato Papa Pablo VI.
Entre los servicios que promovía estaban la rama pastoral para los sordomudos y ciegos, el Instituto de familia y el programa “S.O.S. Cardenal Wojtyla” para ayudar a mamás solteras que deseaban abortar.
A la muerte de Juan Pablo I, en 1978, es elegido Sumo Pontífice y toma el nombre de Juan Pablo II. Permaneció como sucesor de San Pedro por más de 26 años, realizando 104 viajes apostólicos fuera de Italia y 146 en ese país.
Impulsó las Jornadas Mundiales de la Juventud en las que se reunió con millones de jóvenes de todo el mundo e inauguró los Encuentros Mundiales de las Familias.
Partió a la Casa del Padre en el 2005. Fue beatificado por el Papa Benedicto XVI y canonizado en abril de 2014 por el Papa Francisco, quien en la ceremonia de canonización dijo: “San Juan Pablo II fue el Papa de la familia. Él mismo, una vez, dijo que así le habría gustado ser recordado, como el Papa de la familia”.
EL EVANGELIO DE HOY: JUEVES 22 DE OCTUBRE DEL 2015
He venido a arrojar un fuego sobre la tierra
Tiempo Ordinario
Lucas 12, 49-53. Tiempo Ordinario. La caridad es el fuego que Cristo espera arder en los corazones de los que le amen.
Por: P. Luis Gralla | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según Lucas 12, 49-53
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido! Con un bautismo tengo que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla! ¿Creéis que estoy aquí para dar paz a la tierra? No, os lo aseguro, sino división. Porque desde ahora habrá cinco en una casa y estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.
Oración introductoria
Padre, es estos momentos de oración, te pedimos que el fuego de Tu amor arda en nuestros corazones.
Petición
Dios mio, te pedimos el don de la caridad, de un amor apasionado a Cristo que traiga la guerra a las fuerzas que quieren destruir la verdadera paz en la tierra.
Meditación del Papa Francisco
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido! Con un bautismo tengo que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla! ¿Creéis que estoy aquí para dar paz a la tierra? No, os lo aseguro, sino división. Porque desde ahora habrá cinco en una casa y estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.
Oración introductoria
Padre, es estos momentos de oración, te pedimos que el fuego de Tu amor arda en nuestros corazones.
Petición
Dios mio, te pedimos el don de la caridad, de un amor apasionado a Cristo que traiga la guerra a las fuerzas que quieren destruir la verdadera paz en la tierra.
Meditación del Papa Francisco
La palabra del Señor, ayer como hoy, provoca siempre una división: la Palabra de Dios divide, ¡siempre! Provoca una división entre quien la acoge y quien la rechaza. A veces también en nuestro corazón se enciende un contraste interior; esto sucede cuando advertimos la fascinación, la belleza y la verdad de las palabras de Jesús, pero al mismo tiempo las rechazamos porque nos cuestionan, nos ponen en dificultad y nos cuesta demasiado observarlas.
Hoy he venido a Nápoles para proclamar juntamente con vosotros: ¡Jesús es el Señor! Pero no quiero decirlo sólo yo: quiero escucharlo de vosotros, de todos, ahora, todos juntos “¡Jesús es el Señor!”, otra vez “¡Jesús es el Señor!”. Nadie habla como Él. Sólo Él tiene palabras de misericordia que pueden curar las heridas de nuestro corazón. Sólo Él tiene palabras de vida eterna.
La palabra de Cristo es poderosa: no tiene el poder del mundo, sino el de Dios, que es fuerte en la humildad, también en la debilidad. Su poder es el del amor: este es el poder de la Palabra de Dios. Un amor que no conoce confines, un amor que nos hace amar a los demás antes que a nosotros mismos. (Homilía de S.S. Francisco, 21 de marzo de 2015).
Reflexión
Cuando se ha entendido que la esencia del cristianismo se halla en la caridad, en el apasionado amor a Dios y sus cosas, estas palabras del Señor no deberían sonar extrañas o contradictorias. ¡Fuera de esto sino todo lo contrario! Es más, Cristo está empleando un lenguaje contradictorio en apariencia para dar a entender precisamente en qué consiste el verdadero amor a Él. Sí, porque el amor, realmente como lo ha de entender el cristiano está muy lejos de ser un diluido sentimiento de afecto, bonito y pasajero como una flor de primavera.
Más bien es como el fuego que a la vez lo enciende todo y va consumiendo una y otra cosa; es algo que se extiende, que tiende por su naturaleza a expandirse con calor, con pasión y que divide a los corazones fríos y mezquinos que nada más piensan en llenar sus pobres pretensiones. Así es la caridad. Ese es el fuego que Cristo espera arder en los corazones de los que le amen.
Están, por tanto, muy lejos de ser sus palabras interpretadas con la literalidad de la carne. Hay que haber experimentado el fuego de su amor para entenderlas correctamente.
Pidamos saber amar hasta ser incomprendidos por los egoístas de nuestro mundo. Pidamos vivir en estado de lucha, en la lucha del que cree en la fuerza del amor y consigue que el mayor número de seres humanos conozca a ese Dios que se entregó por ellos por puro amor. En esto conocerán los demás que somos de Cristo. Y a tener confianza en Él. Porque el amor siempre logrará la victoria definitiva sobre el pecado y la muerte.
Propósito
Todas las actividades y oraciones de este día, ofrecerlas por aumentar ese amor a Cristo en nuestros corazones y que ese fuego encendido ilumine a nuestra familia, compañeros y amigos.
Diálogo con Cristo
Santísima Trinidad, gracias por esta oración y por el don de mi bautismo. Esa chispa de vida divina que recibí debe estar en continuo crecimiento. No quiero que las presiones externas o mi propia debilidad, me lleven a la mediocridad o la indiferencia que puede apagar esta luz. Te agradezco mi familia y te suplico que nunca permitas que yo sea piedra de tropiezo en su fe. Dame la sabiduría para saber cuándo hablar y cuándo quedarme callado.
Reflexión
Cuando se ha entendido que la esencia del cristianismo se halla en la caridad, en el apasionado amor a Dios y sus cosas, estas palabras del Señor no deberían sonar extrañas o contradictorias. ¡Fuera de esto sino todo lo contrario! Es más, Cristo está empleando un lenguaje contradictorio en apariencia para dar a entender precisamente en qué consiste el verdadero amor a Él. Sí, porque el amor, realmente como lo ha de entender el cristiano está muy lejos de ser un diluido sentimiento de afecto, bonito y pasajero como una flor de primavera.
Más bien es como el fuego que a la vez lo enciende todo y va consumiendo una y otra cosa; es algo que se extiende, que tiende por su naturaleza a expandirse con calor, con pasión y que divide a los corazones fríos y mezquinos que nada más piensan en llenar sus pobres pretensiones. Así es la caridad. Ese es el fuego que Cristo espera arder en los corazones de los que le amen.
Están, por tanto, muy lejos de ser sus palabras interpretadas con la literalidad de la carne. Hay que haber experimentado el fuego de su amor para entenderlas correctamente.
Pidamos saber amar hasta ser incomprendidos por los egoístas de nuestro mundo. Pidamos vivir en estado de lucha, en la lucha del que cree en la fuerza del amor y consigue que el mayor número de seres humanos conozca a ese Dios que se entregó por ellos por puro amor. En esto conocerán los demás que somos de Cristo. Y a tener confianza en Él. Porque el amor siempre logrará la victoria definitiva sobre el pecado y la muerte.
Propósito
Todas las actividades y oraciones de este día, ofrecerlas por aumentar ese amor a Cristo en nuestros corazones y que ese fuego encendido ilumine a nuestra familia, compañeros y amigos.
Diálogo con Cristo
Santísima Trinidad, gracias por esta oración y por el don de mi bautismo. Esa chispa de vida divina que recibí debe estar en continuo crecimiento. No quiero que las presiones externas o mi propia debilidad, me lleven a la mediocridad o la indiferencia que puede apagar esta luz. Te agradezco mi familia y te suplico que nunca permitas que yo sea piedra de tropiezo en su fe. Dame la sabiduría para saber cuándo hablar y cuándo quedarme callado.