Páginas

domingo, 27 de septiembre de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: DOMINGO 27 DE SEPTIEMBRE DEL 2015


¿Es cuestión de fanatismo?
Tiempo Ordinario



Marcos 9, 38-43. 45. 47-48. Domingo 26o.Tiempo Ordinario B. Adoptar una actitud de autenticidad en nuestros comportamientos y de radicalidad en nuestras opciones de vida. 


Por: P. Sergio A. Córdova LC | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Marcos 9, 38-43. 45. 47-48

Juan le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y no viene con nosotros y tratamos de impedírselo porque no venía con nosotros.» Pero Jesús dijo: «No se lo impidáis, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que luego sea capaz de hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros, está por nosotros.» «Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, os aseguro que no perderá su recompensa.» «Y al que escandalice a uno de estos pequeños que creen, mejor le es que le pongan al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y que le echen al mar. Y si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela. Más vale que entres manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo. Más vale que entres cojo en la Vida que, con los dos pies, ser arrojado a la gehenna. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga.

Oración introductoria
En Ti, Señor, encuentro mi gozo y felicidad. Eres dulce huésped de mi alma. Estoy tan a gusto cuando experimento tu cercanía en mi oración, por ello te pido tu gracia para prepararme a vivir este momento de oración con fe, en la esperanza que no defrauda y en la caridad que no espera recompensa.

Petición
Señor Jesús, que haga todo por amor a Cristo, hoy y siempre, para tener algo que dar a los demás.

Meditación del Papa Francisco
'Quien escandalice a uno sólo de estos pequeños que creen en mí, uno sólo de estos hermanos, hermanas que tienen fe, más le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos, y le hundan en lo profundo del mar'. Un cristiano incoherente hace mucho mal y el escándalo mata.
Muchas veces hemos escuchado: 'Pero padre, yo creo en Dios, pero no en la Iglesia, porque ustedes cristianos dicen una cosa y hacen otra. Y también: 'yo creo en Dios, pero en ustedes no. Y esto sucede por la incoherencia.
Si tú te encuentras delante --imaginemos-- de un ateo y te dice que no cree en Dios, tú puedes leerle toda la biblioteca, donde se dice que Dios existe y también probar que Dios existe, y él no tendrá fe. Pero si delante de este ateo tú das testimonio de coherencia de vida cristiana algo comenzará a trabajar en su corazón. Será precisamente tu testimonio lo que le traerá esta inquietud sobre la cual trabaja el Espíritu Santo. Es una gracia que todos nosotros, toda la Iglesia debe pedir: 'Señor, que seamos coherentes'.

Es necesario rezar porque para vivir en la coherencia cristiana, es necesaria la oración, porque la coherencia cristiana es un don de Dios y debemos pedirlo.  (Cf Homilía de S.S. Francisco, 27 de febrero de 2014, en Santa Marta).
Reflexión
Recuerdo lo que me sucedió hace ya muchos años, cuando vine a Roma por primera vez. Yo era un joven seminarista. Fui a la Plaza de San Pedro, al Vaticano, con un grupo de compañeros sacerdotes. Me tocó estar al lado de un señor napolitano y, al poco rato, comenzamos a platicar. Sin yo preguntarle nada, él me dijo que era muy católico y que creía mucho en Dios. Yo lo felicité y, después de algunos comentarios por el estilo, me atreví a hacerle una pregunta: - "Oiga, amigo -le dije- ¿usted va a misa todos los domingos?". Y el buen napolitano, entre extrañado y sobresaltado, me respondió: -"Padre, yo soy católico, pero no fanático". Me quedé de piedra.

Tristemente, yo creo que esto mismo es lo que piensan hoy en día muchos católicos... Tal vez no lo digan así, tan abiertamente, pero así viven. Sí, se proclaman católicos y muy creyentes, -¡no faltaba más!-, pero van a misa muy de vez en cuando, no frecuentan los sacramentos y dicen que sólo oran y van a la iglesia "cuando les nace". ¿Qué tipo de católicos tenemos en nuestra Iglesia? Y si esto sucede en América, desgraciadamente en los países de Europa la situación está muchísimo peor en este sentido...

En el Evangelio de hoy tal vez podemos encontrar una respuesta a este problema. Nuestro Señor no habla directamente del culto público de la religión o de la práctica de la fe. Pero creo que sus palabras nos pueden ofrecer una luz para iluminar esta situación. Nos dice: "Si tu mano te hace caer, córtatela, pues más te vale entrar manco en la vida que ir con las dos manos al abismo, al fuego que no se apaga. Y si tu ojo te hace caer, sácatelo, pues más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios que ser echado al abismo con los dos ojos, donde el gusasno no muere ni el fuego no se apaga". ¿Qué relación tienen estas palabras con la práctica religiosa? Es cierto que nuestro Señor está hablando aquí del escándalo, pero con un lenguaje tan claro y contundente que nos ayuda a entender bien su mensaje. Nos está invitando a adoptar una actitud de autenticidad en nuestros comportamientos y de radicalidad en nuestras opciones de vida; a no ser mediocres ni conformistas; a no contentarnos nunca con el "ahí se va" tan típico de nuestra cultura mexicana.

Y a propósito de esto, me viene ahora a la memoria una simpática historia que nos puede iluminar. Se cuenta que un hombre recién convertido iba un día caminando a toda prisa, mirando por todas partes, como buscando algo con ansiedad. Se acercó a un anciano que estaba sentado al borde del camino y le preguntó: -"Por favor, señor, ¿ha visto pasar por aquí a algún cristiano?". El anciano, encogiéndose de hombros, le contestó: -"Depende del tipo de cristiano que ande buscando". -"Perdone -dijo contrariado el joven-, pero soy nuevo en esto y no conozco los tipos de cristianos que hay. Sólo conozco a Jesús". Y el anciano añadió: -"Pues sí amigo; hay de muchos tipos y para todos los gustos. Hay cristianos por tradición, cristianos por cumplimiento y cristianos por costumbre; cristianos por superstición, por obligación, por conveniencia; y también hay cristianos auténticos..."
-"¡Los auténticos! ¡Esos son los que yo busco! ¡Los de verdad!"-exclamó el hombre emocionado.
-"¡Vaya! –dijo el anciano con voz grave-. Esos son los más difíciles de ver. Hace ya mucho tiempo que pasó uno de esos por aquí, y precisamente me preguntó lo mismo que usted".
-"¿Cómo podré reconocerle?". Y el anciano contestó tranquilamente: -"No se preocupe amigo. No tendrá dificultad en reconocerle. Un cristiano de verdad no pasa desapercibido en este mundo semipodrido. Lo reconocerá por sus obras. Allí donde va, siempre deja una huella".

Y esto, querido amigo lector, no es fanatismo, sino autenticidad y coherencia de vida. Es ser cristiano y católico de verdad, de cuerpo entero, y no mediocre y conformista. No sólo de los que se llaman cristianos, sino de aquellos que se han tomado en serio el Evangelio y lo testimonian con sus obras y con su vida. No tengamos miedo tomarnos nuestra fe en serio y ser cristianos como San Pablo o al estilo de los santos y de los mártires. ¿También tú dejas una huella allí por donde pasas? ¿o ni siquiera se dan cuenta los demás de que eres un cristiano auténtico? Pues ¡se debería notar, amigo mío!

Propósito
Hacer un sacrificio y oración especial por un miembro de mi familia que se encuentre alejado de la fe.

Diálogo con Cristo 
Señor, cuánto esfuerzo desperdiciado por malos entendidos o envidias. Cuánta influencia negativa por un testimonio contrario a la caridad. Los medios que la Iglesia ofrece para conocer y vivir nuestra fe son muchos. Dame tu gracia para vivir mi misión en la unidad, porque la salvación es para todos y la forma de vivir el camino para alcanzarla es variada. Quiero tener algo que dar a las demás personas con las que conviviré este día. No quiero ser un sagrario vacío, quiero llevar lo mejor, para su salvación, a los demás, y eso mejor eres Tú.

 
Preguntas o comentarios al autor  P. Sergio Cordova LC

SAN VICENTE DE PAÚL, FUNDADOR, 27 DE SEPTIEMBRE


Vicente de Paúl, Santo
Fundador, 27 de septiembre


Por: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net 




Fundador
27 de septiembre

Etimológicamente significa “vencedor”. Viene de la lengua griega.

Podemos titular la vida de este santo como la vida de los encuentros que fueron moldeando su personalidad hasta convertirla de pastor en el campo a fundador de una de las Congregaciones que más gloria y honra han dado y dan a la Iglesia con las “Hijas de la Caridad.”

Nació en Dax, muy cerca de la frontera española, en la región de las Landas. Sus padres eran muy pobres . Trabajó de pequeño en el campo como pastor.

Alguien que vio sus buenas cualidades, lo envió a estudiar a Zaragoza y a Toulouse. Tal fue su aprovechamiento que a los 19 años lo ordenaron de sacerdote. Una edad temprana para este ministerio.

Todo el mundo se le abría ante sus ojos como una forma de transformar la sociedad en la que vivía. Se entregó a los pobres de manera completa. En este ingente trabajo le ayudaba María Luisa de Marillac, también santa.

Con esta mujer, dotada de cualidades y de grandes virtudes, fundó la Sociedad de las Hijas de la Caridad (1632). Juntamente con esta Sociedad fundó otra para que se encargara de misionar a los habitantes del campo. Serían los “Sacerdotes de la Misión”(1625).

Por eso tuvo una gran preocupación por la formación de los apóstoles del Evangelio. Con este fin creó seminarios.

A cualquiera extraño a la obra de Dios en el mundo de las personas que se dejan permear por el Espíritu, esto les puede parecer algo extraño.

Vicente mantenía su calma en todo. Solía decir:"Estamos convencidos de que en todo y por todo somos un deshecho y de lo más apremiante, a causa de la oposición que ofrecemos de nuestra parte a la santidad y perfecciones de Dios".

Con esta actitud no tenía dificultades en ser amigo de los pobres y hasta del mismo rey Luis XIII.

Fue amigo y confidente de san Francisco de Sales del que aprendió – como D. Bosco – la dulzura en el trato con la gente. Murió diciendo estas palabras: ”¡Confianza! ¡Jesús!. Era el año 1660.

¡Felicidades a los Vicentes y a la Hijas de la caridad!

“¡Oh Señor que eres tan adorable y me has mandado amarte, ¿por qué me diste un solo corazón y tan pequeño?” (San Felipe Neri)