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SAN BERNARDO DE CORLEONE, LAICO CAPUCHINO, 12 DE ENERO

Bernardo de Corleone (Filippo Latini), Santo
Bernardo de Corleone (Filippo Latini), Santo
Laico Capuchino, Enero 12 


Por: . | Fuente: Vatican.va



Laico Capuchino

Martirologio Romano: En Palermo, ciudad de Sicilia (hoy Italia), san Bernardo de Corileone, de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, admirable por su caridad y eximio por su penitencia (1667).

Filippo Latini, que así se llamaba de seglar nuestro santo, nació en Corleone (Sicilia, Italia), el 6 de febrero de 1605. De joven ejerció el oficio de zapatero. Su casa era conocida como «la casa de los santos», porque tanto su padre como sus hermanos eran muy caritativos y virtuosos. Por ello, recibió una buena formación religiosa y moral. Era muy devoto de Cristo crucificado y de la santísima Virgen. Sin embargo, tenía un carácter muy fuerte. En cierta ocasión, tuvo un enfrentamiento con otro joven; después de las palabras pasaron a las manos: ambos desenfundaron la espada y, tras un breve duelo, el otro quedó gravemente herido. Al huir de la justicia humana, buscó refugio en una iglesia, invocando el derecho de asilo, pero, aunque se libró de la justicia humana, no pudo escapar de su conciencia.

En la soledad y en la meditación reflexionó largamente sobre el delito cometido y sobre toda su vida, desperdiciada, inútil y disipada, odiosa a los demás y dañina para su alma, lo más precioso que el hombre posee. Se arrepintió, invocó el perdón de Dios y de los hombres e hizo áspera penitencia. Para reparar sus pecados, con vestidos de penitente decidió tomar el sayal de los Hermanos Menores Capuchinos. Abandonó Corleone, que le recordaba su pasado, y llamó a la puerta del convento de Caltanissetta, en Sicilia, donde fue admitido y tomó el nombre de Bernardo.

Como laico profeso de la orden de los Frailes Menores Capuchinos, fue en verdad un hombre nuevo, decidido a alcanzar una perfección cada vez más alta, con humildad, obediencia y austeridad. En el convento ejerció casi siempre el oficio de cocinero o ayudante de cocina. Además, atendía a los enfermos y realizaba una gran cantidad de trabajos complementarios, con el deseo de ser útil a todos, a los hermanos sobrecargados de trabajo y a los sacerdotes, a los que lavaba la ropa y prestaba otros servicios. Dormía en el suelo, no más de tres horas diarias, y multiplicaba sus ayunos.

Aunque inculto e iletrado, alcanzó las alturas de la contemplación, conoció los más profundos misterios, curó enfermos, distribuyó consuelos y consejos, intercedió con su oración para alcanzar de Dios abundantes gracias para los demás. Esto lo realizó durante treinta y cinco años, hasta su muerte. Su oración asidua, su caridad ferviente, su filial devoción a la Virgen Inmaculada y su acendrada devoción a la Eucaristía -a pesar de las costumbres de aquellos tiempos, recibía la comunión diariamente-, fueron el secreto de su santidad. Se preocupó por conformarse a Cristo crucificado. Tomó en serio el Evangelio y trató siempre de vivirlo con todas sus consecuencias.

Murió el 12 de enero de 1667 en Palermo. Tenía 62 años. El papa Clemente XIII lo beatificó el 15 de mayo de 1768, y Juan Pablo II lo canonizó el 10 de junio del 2001.

SAN ARCADIO DE MAURITANIA, MÁRTIR, 12 DE ENERO

Arcadio de Mauritania, Santo
Mártir, 12 de enero 
Fuente: ACI Prensa 




Mártir
Martirologio Romano: En Cesarea de Mauritania (hoy Argelia), san Arcadio, mártir, que se escondió en tiempo de persecución, pero, al ser detenido un familiar suyo se presentó espontáneamente al juez y, por negarse a sacrificar a los dioses, sufrió dolorosos tormentos hasta consumar su martirio (c. 304).

Etimología: Arcadio = Aquel que es venturoso, es de origen griego.

Breve Biografía

Se desconoce la fecha exacta de su martirio, pero parece que tuvo lugar en alguna ciudad de Mauritania, probablemente en Cesarea, la capital.

Las persecuciones estaban en todo su furor y miles de cristianos eran torturados por los soldados romanos sin esperar la sentencia del juez.

En tan terribles circunstancias, San Arcadio se retiró a la soledad.

Sin embargo, el gobernador de la ciudad al saber que no se había presentado a los sacrificios públicos, capturó a un pariente y lo mantuvo como rehén hasta que el prófugo se presentara. Al saberlo, el mártir volvió a la ciudad y se entregó al juez quien lo obligó a que se sacrificase a los dioses.

Ante su negativa, el juez lo condenó a muerte, cortando cada uno de sus miembros de manera lenta.

Al encontrarse totalmente mutilado, el mártir se dirigió a la comunidad pagana, exhortándolos a abandonar a sus dioses falsos y a adorar al único Dios verdadero, el Señor Jesús.

Los paganos se quedaron maravillados de tanto valor y los cristianos recogieron su cadaver y empezaron a honrarlo como a un gran santo.

EL EVANGELIO DE HOY: LUNES 12 DE ENERO DEL 2015


Vocación de los primeros discípulos
Tiempo Ordinario


Marcos 1, 14-20. Tiempo Ordinario. El seguimiento de este llamado requiere dejar las cosas de lado y seguirle a Él. 


Por: Juan Mª Piñero | Fuente: Catholic.net



Del santo Evangelio según san Marcos 1, 14-20
Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: Decía: -El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertios y creed en la Buena Nueva. Bordeando el mar de Galilea, vio a Simón y Andrés, el hermano de Simón, largando las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: -Venid conmigo, y os haré llegar a ser pescadores de hombres. Al instante, dejando las redes, le siguieron. Caminando un poco más adelante, vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan; estaban también en la barca arreglando las redes; y al instante los llamó. Y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras él.

Oración introductoria
Jesús, creo en tu Evangelio y estoy arrepentido de mis faltas de amor. Me toca a mí y de mí depende el que tus palabras no se pierdan. Me toca a mí el que tu mensaje de salvación llegue a todos los hombres. Te suplico, en esta oración, me des la gracia de comprender que depende de mí que Tú seas más conocido, más amado y más seguido.

Petición
Señor, dame la gracia de seguir tu llamado, cueste lo que cueste.

Meditación del Papa Francisco
Jesús llama a Pedro, Andrés, Santiago y Juan: están pescando, pero dejan enseguida las redes y le siguen. El Señor quiere preparar a sus discípulos para su nueva misión. Es precisamente de Dios, del amor de Dios, preparar los caminos... preparar nuestras vidas, para cada uno de nosotros. Él no nos hace cristianos por generación espontánea: ¡Él prepara! Prepara nuestro camino, prepara nuestra vida, desde hace tiempo:
Parece que Simón, Andrés, Santiago y Juan hayan sido elegidos definitivamente aquí, ¡sí han sido elegidos! ¡Pero ellos en este momento no han sido definitivamente fieles! Después de esta elección se han equivocado, han hecho propuestas no cristianas al Señor: ¡han renegado al Señor! Pedro en grado superlativo, los otros por temor: tienen miedo y se van. Han abandonado al Señor. El Señor prepara. Y luego, después de la Resurrección, el Señor ha tenido que continuar en este camino de preparación hasta el día de Pentecostés. Y después de Pentecostés también, alguno de estos – Pedro, por ejemplo – se ha equivocado y Pablo ha tenido que corregirlo. Pero el Señor prepara. (Cf. S.S. Francisco, 13 de enero de 2014, homilía en Santa Marta).
Reflexión
En este pasaje podemos comprobar cómo Jesús pasa a nuestro lado y nos llama. Cristo se presenta a nosotros en las actividades diarias, cuando menos lo esperamos, ya sea en la oficina, ya sea en las labores de casa. Él nos ve y nos llama.

El seguimiento de este llamado requiere dejar las cosas de lado y seguirle a Él totalmente. Esto no significa que haya que dejar de trabajar en ese momento o salir del trabajo para estar con Él (aunque si fuera posible sería maravilloso, como quien atiende a su mejor amigo recibiéndole en casa y no sólo llamando por teléfono). Jesús nos llama sin importarle lo que somos o cómo somos. No le importa si somos un banquero, un albañil, un ama de casa, un pecador o un santo. Eso sí, una vez que le hemos respondido se nos pide dejarlo todo y seguirlo. Escogió a pescadores y a publicanos. Y no fueran los más inteligentes o capaces de su tiempo. Dios escoge a quien quiere. No hay motivos para tener miedo a fallarle, a no ser del todo fieles a Cristo en nuestro trabajo. Los apóstoles también le dejaron pero, sin embargo, tuvieron el valor de levantarse.

El Papa Juan Pablo II lo dijo al inicio de su pontificado; "no tengáis miedo, abrid las puertas a Cristo". Hagámoslo porque para Dios nada es imposible.

Propósito
Ser fiel al horario destinado a mi oración diaria, para que Cristo dirija mi pensamiento y mis acciones.

Diálogo con Cristo 
Gracias por ese rato de oración, Padre bueno. Quiero salir de ella convencido de que soy un pobre instrumento, pero que, aun así, Tú me has llamado a colaborar en la extensión de tu Reino. Muchas veces no logro seguirte en todo, me acomodo a lo que implica el menos esfuerzo, pero hoy tengo el firme propósito, confiando en tu gracia, que puedo mejorar.