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sábado, 14 de junio de 2014

EL EVANGELIO DE HOY: SÁBADO 14 DE JUNIO DEL 2014

Autor: Juan Jesús Riveros | Fuente: Catholic.net
No juréis en modo alguno
Mateo 5, 33-37. Tiempo Ordinario. Él conoce nuestro corazón mejor que nosotros mismos.
 
No juréis en modo alguno
Del santo Evangelio según san Mateo 5, 33-37

Habéis oído también que se dijo a los antepasados: No perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos. Pues yo digo que no juréis en modo alguno: ni por el Cielo, porque es el trono de Dios, ni por la Tierra, porque es el escabel de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran rey. Ni tampoco jures por tu cabeza, porque ni a uno solo de tus cabellos puedes hacerlo blanco o negro. Sea vuestro lenguaje: "Sí, sí"; "no, no": que lo que pasa de aquí viene del Maligno.

Oración introductoria

El Papa Francisco nos dice: «Estar con Jesús exige salir de nosotros mismos, de un modo de vivir cansino y rutinario». Señor, en esta oración te pido tu gracia para salir de mí mismo y escucharte. Te he fallado, pero te adoro y confío en tu misericordia. Quiero estar contigo, así como Tú quieres estar conmigo.

Petición

Dame la gracia de dar siempre un testimonio coherente de mi fe.

Meditación del Papa Francisco

Lo que parece un lenguaje persuasivo lleva más bien al error, a la mentira. Y, en el límite de la ironía, los que hoy se acercan a Jesús y parecen tan amables en el lenguaje, son los mismos que irán la noche del jueves, para llevarlo al Huerto de los Olivos, y el viernes lo llevarán a Pilato. En cambio, Jesús pide exactamente lo contrario a los que le siguen, un lenguaje de "sí, sí, no, no", una palabra de verdad y con amor.
Y la humildad que Jesús quiere que tengamos no tiene nada de esta adulación, con este estilo endulzado de avanzar. ¡Nada! La mansedumbre es simple, es como la de un niño. Y un niño no es hipócrita, porque no es corrupto. Cuando Jesús nos dice: "Sea vuestra palabra ¡Sí, sí! No, no! con alma de niños, dice lo contrario del hablar de estos".
Hay una cierta debilidad interior, estimulada por la vanidad, por la que nos gusta que digan cosas buenas sobre nosotros. Esto lo saben los corruptos y con este lenguaje tratan de debilitarnos.
Pensemos bien hoy: ¿Cuál es nuestro lenguaje? ¿Hablamos con verdad, con amor, o hablamos un poco con el lenguaje social del ser corteses, incluso para decir cosas buenas, pero que no sentimos? ¡Hermanos, que nuestro hablar sea evangélico! Luego, estos hipócritas que comienzan con la lisonja, la adulación, y todo esto, terminan buscando testigos falsos para acusar a los que habían halagado. Pidamos hoy al Señor que nuestra conversación sea el hablar de los sencillos, el hablar de un niño, el hablar de los hijos de Dios, hablar con verdad sobre el amor... (Cf. S.S. Francisco, 4 de junio de 2013, homilía en Santa Marta). 

Reflexión

"No perjurarás", el Señor no necesita nuestros juramentos para saber que vamos a cumplir. Él prefiere que nos esforcemos hasta lograr nuestro propósito, no importando las veces que caigamos. Él conoce mejor que nosotros mismos nuestro corazón, sabe que somos débiles, sabe que caeremos, pero también sabe que nos volveremos a levantar si lo que hacemos lo estamos haciendo por Él.

También Él nos invita a confiarnos plenamente a su amor. No podemos cambiar nada de nuestro cuerpo, pero Él todo lo puede; en él todo dolor físico cambia, cobra todo su valor, ya no sufriremos sin sentido, ahora podemos unir nuestro sufrimiento al de Cristo en la cruz. ¿Por qué Dios no nos quita el sufrimiento? Tal vez porque nos ama tanto que quiere asociarnos más a su propio sufrimiento. Nosotros sufriendo tan pequeñitas cosas, en comparación con lo que Él sufrió por nosotros, le ayudamos a salvar a tantos hombres que no lo conocen o se han alejado de Él.

Diálogo con Cristo

Jesucristo, ¡venga tu Reino! Ésta es la aspiración de mi existencia. Que tu Reino se establezca y se realice en mi persona. Me conoces mejor de lo que yo me conozco, por eso necesito que seas el Rey de mi vida y me digas quién soy yo y qué tengo que hacer para cumplir tu voluntad.

Propósito

Si hoy tengo un problema, pediré a Dios que me ayude, en vez de tratar de solucionar todo con mi propio esfuerzo. 

SANTOS DIGNA, ANASTASIO Y FÉLIX, MÁRTIRES, 14 DE JUNIO

Autor: Alban Butler | Fuente: «Vidas de los santos», Alban Butler
Digna, Anastasio y Félix, Santos
Mártires, 14 de junio
 
Digna, Anastasio y Félix, Santos

Mártires de Córdoba

Martirologio Romano: En Córdoba, en la región hispánica de Andalucía, santos mártires Anastasio, presbítero, Félix, monje, y Digna, virgen, que murieron el mismo día. Anastasio, por confesar su fe cristiana ante los jueces musulmanes, fue decapitado, y con él murió también Félix, originario de Getulia, en África del Norte, que había profesado la fe católica y la vida monástica en Asturias. Digna, aún joven, por haber reprendido al juez por la muerte de los dos anteriores, fue decapitada de inmediato. ( 853)
San Anastasio era un sacerdote de Córdoba, hombre venerable que había sido elevado al sacerdocio después de largos años pasados en el estado monástico. Al día siguiente del martirio de san Fándilas, se presentó ante los cónsules de la ciudad y atacó también él, en términos vehementes, a los enemigos de la fe. Inmediatamente le cortaron la cabeza. Al mismo tiempo ejecutaron a un monje llamado Félix, originario de Getulia, en África, que había venido por azar a España; allí se había convertido y abrazado el estado monástico. Ambos cuerpos, decapitados, se exhibieron junto al río, como el de San Fándilas.

En la tarde de ese mismo día, martirizaron igualmente a una joven religiosa, llamada Digna. Esta que, a causa de su profunda humildad, se consideraba la última de todas sus hermanas, decía con frecuencia de la manera más emocionante: «No me llaméis Digna, sino Indigna, porque mi nombre debe expresar lo que soy». Durante un sueño vio a santa Ágata deslumbrante de belleza y con lirios y rosas en sus manos. La santa mártir le dio una rosa roja, exhortándola a combatir valerosamente por Cristo. Desde entonces, Digna sintió un vivo deseo de martirio y, cuando los rumores de la ejecución de Anastasio y de Félix llegaron hasta ella, comprendió que su hora había llegado. Salió secretamente del monasterio y se presentó ante el juez para reprocharle abiertamente los asesinatos que acababa de cometer con hombres sin más culpa que la de adorar al verdadero Dios y de confesar a la Trinidad Santísima. A su vez, Digna fue decapitada y colgada, como los mártires que le precedieron. La Iglesia ha reunido a estos tres mártires el día 14 de junio.