Autor: Pedro Queiroz, L.C. | Fuente: Catholic.net Testimonio del Hijo | |
Juan 5, 31-47. Cuaresma. Es Dios quien confirma que todo lo que Cristo dice es verdad. | |
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: Si yo diera testimonio de mí mismo, mi testimonio no sería válido. Otro es el que da testimonio de mí, y yo sé que es válido el testimonio que da de mí. Vosotros mandasteis enviados donde Juan, y él dio testimonio de la verdad. No es que yo busque testimonio de un hombre, sino que digo esto para que os salvéis. Él era la lámpara que arde y alumbra y vosotros quisisteis recrearos una hora con su luz. Pero yo tengo un testimonio mayor que el de Juan; porque las obras que el Padre me ha encomendado llevar a cabo, las mismas obras que realizo, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado. Y el Padre, que me ha enviado, es el que ha dado testimonio de mí. Vosotros no habéis oído nunca su voz, ni habéis visto nunca su rostro, ni habita su palabra en vosotros, porque no creéis al que Él ha enviado. Vosotros investigáis las escrituras, ya que creéis tener en ellas vida eterna; ellas son las que dan testimonio de mí; y vosotros no queréis venir a mí para tener vida. La gloria no la recibo de los hombres. Pero yo os conozco: no tenéis en vosotros el amor de Dios. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viene en su propio nombre, a ése le recibiréis. ¿Cómo podéis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros, y no buscáis la gloria que viene del único Dios? No penséis que os voy a acusar yo delante del Padre. Vuestro acusador es Moisés, en quién habéis puesto vuestra esperanza. Porque, si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque él escribió de mí. Pero si no creéis en sus escritos, cómo vais a creer en mis palabras? Oración introductoria Señor y Dios mío, que eres tan bueno y que me has dado tantas gracias,heme aquí, a mí a quien muchas veces ni me acuerdo de Ti. Me pongo en tu presencia en este pequeño momento de oración. Lo único que quiero es recibirte en mi corazón, mas sabiendo que no te puedo recibir sacramentalmente, quiero acogerteal menos espiritualmente. Ayúdame a encontrar la verdadera felicidad. Petición Señor, Tú que lo puedes todo, aumenta mi confianza para que pueda creer con una fe más desinteresada. Ayúdame aolvidarme de mí mismo y a lanzarme a encontrar tu voluntad. Meditación del Papa Francisco Se puede conocer a Jesús en el catecismo porque éste nos enseña muchas cosas sobre Jesús. Debemos estudiarlo, debemos aprenderlo, conocemos al Hijo de Dios, que ha venido para salvarnos; entendemos toda la belleza de la historia de la Salvación, del amor del Padre, estudiando el Catecismo. ¿Cuántos han leído el Catecismo de la Iglesia Católica desde que se publicó hace 20 años? Sí, se debe conocer a Jesús en el Catecismo. Pero no es suficiente conocerlo con la mente: éste es sólo un paso, es necesario conocerlo en el diálogo con Él, hablando con Él, en la oración, de rodillas. Si tú no rezas, si tú no hablas con Jesús, no lo conoces. Tú sabes cosas de Jesús, pero no vas con ese conocimiento que te da el corazón en la oración. Y una tercera vía: el discipulado, ir con Él, caminar con Él, es necesario conocer a Jesús con el lenguaje de la acción. (Cf. S.S. Francisco, 26 de septiembre de 2013, homilía en la capilla de Santa Marta). Reflexión Creer no es añadir una opinión a otras. Nosotros tenemos muchas opiniones de Dios en nuestras vidas. Pasa con mucha frecuencia que pensamos que Dios es un juez, el omnipotente dictador de los cielos que gobierna con suprema autoridad.Algomuy diferente de lo que es realmente Dios.Por eso, nos cuesta aceptar, creer y hacer Su voluntad.¡Dios no es así! Dios es misericordia, perdón, amor. Dios no se porta como dictador, sino, más bien, como un Padre que corrige para señalar el camino correcto, porque ama y quiere lo mejor para su hijo. Actúa sabiendo que va a doler, pero es para que todo salga adelante. En esta verdadera orientación, encontramos a Dios, y surge naturalla confianza de que creemos en Dios, porque hemos hecho la experiencia del verdadero Dios, aquel que comprende, entiende y ayuda. Y es lógico que, después de esta experiencia tan fuerte y viva, nuestro creer se transforme en acción. Un creer que va más allá de lo que es aceptar el amor de Dios de forma pasiva; un creer que se compromete a entregarse totalmente a Él, en lo que me pida. Jesús en este evangelio nos dirige un reproche. Cristo intenta defender su nombre, no porque le interesara en sí, sino para que mayor número de personas creyeran en Él. Hace un esfuerzo por presentarse ante los judíos, siguiendo su mentalidad de confiar en el testimonio de otros. Hace y dice todo cuanto puede. Sin embargo, parece que sus palabras chocan y resbalan, ante la incredulidad de los corazones soberbios. Jesús apela al testimonio mismo del Padre, manifestado en los escritos de Moisés y en Juan Bautista. Al primero, Dios lo había elegido para liberar y guiar a su pueblo a través del desierto hacia la tierra prometida. ¿No es Jesús mismo que nos guía en medio del desierto de nuestra vida hasta la patria eterna? El segundo, Juan, proclamó la llegada del Mesías y propuso un bautismo de penitencia. Jesús, en otro pasaje afirma, que era Elías, señalado como su predecesor, que allanaría montes y rellenaría valles para el paso del Señor. ¿No es Jesús la voz que sigue gritando en el desierto de las conciencias de tantos hombres, llamándoles a la conversión, atrayéndolos a su amor? Pero los judíos no le entendieron. ¿Le entenderemos hoy nosotros? Es triste, pero es verdad. En este evangelio Jesús nos reprocha no haber comprendido su mensaje. Vamos en busca de la gloria que da el mundo a quienes obran según el slogan del momento. Corremos tras la vanidad del tener más y más; sin compartir lo que Él mismo nos ha dado: amor, cariño y comprensión. Esto es leer las escrituras y no entender el mensaje de Cristo: ir a misa y después no vivir el evangelio; llamarse cristiano y apenas conocer a Jesús. Pero Jesús es paciente. Nos espera. Y si nos reprocha algo en nuestra conciencia, es porque nos ama y nos quiere cerca de su amantísimo Corazón. Podemos corresponderle, acercándonos a la parroquia, viviendo y compartiendo nuestra fe. Regalando al mundo sonrisa que da la alegría de la esperanza y la confianza en Jesús. Propósito Hoy amaré más al Señor en mi familia, ayudando a todos en los que necesiten de mí. Diálogo con Cristo Los momentos que reservo para tus cosas, Señor, son muy pocos y pasan rapidísimos. ¿Qué más puedo hacer por ti? No quiero dejar pasar este momento de oración, como muchos que ya se han ido, sin dejar en mí una verdadera experiencia de ti, Señor. No puedo salir sin comprometerme de verdad contigo.Ya he contemplado tu amor, cómo eres Túen verdad; ahora, falta mi parte. Tú me conoces, soy débil, pero sé que con tu gracia puedo; en ti, está mi fuerza; contigo, no vacilo. ... ninguna prueba de la caridad divina hay tan patente como el que Dios, creador de todas las cosas, se hiciera criatura, que nuestro Señor se hiciera hermano nuestro, que el Hijo de Dios se hiciera hijo de hombre.(Sto. Tomás, Sobre el Credo 1.c 59). |
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jueves, 3 de abril de 2014
EL EVANGELIO DE HOY: JUEVES 3 DE ABRIL DEL 2014
SAN RICARDO DE CHICHESTER, OBISPO, 3 DE ABRIL
Autor: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid Ricardo de Chichester, Santo | |
Obispo, 3 de abril | |
ObispoEtimológicamente: Ricardo = Aquel que es un líder, es de origen germánico. Fecha de canonización: 22 de enero de 1262 por el Papa Urbano IV. Posiblemente esta condición natural en él sea lo que le lleva a un distanciamiento, cuando no rechazo de los poderosos. El caso es que la austeridad vivida en casa de sus padres -cuando fue niño- debió prepararle para la misión que había de desempeñar de adulto. Marcha a estudiar a Oxford donde tiene buenos maestros franciscanos y dominicos; y como los recursos no estiran más, pasó hambre y frío. Una corta estancia en París y vuelta a Oxford, graduándose en Artes. En Bolonia aprende durante siete años los cánones, haciendo lo que hoy llamaríamos la carrera de Derecho. Cuando vuelve a Oxford es nombrado Canciller de la Universidad, Canciller del arzobispado de Canterbury y también de Lincoln, donde estaba de obispo su antiguo amigo y profesor Grosseteste. Ejerce la docencia en Orleáns por dos años y allí se ordena sacerdote. El Arzobispo de Canterbury lo nombra obispo de Chichester, a la muerte del obispo Ralph Neville. Y aquí comienza una etapa de dificultades mayores y de vigoroso testimonio. El rey Enrique III, que se apodera por sistema de los beneficios eclesiásticos vacantes, se opone rotundamente a esta elección. Además, prefiere para la sede libre a Roberto Passelewe por razones de "erario real". Interviene el papa Inocencio IV que está presidiendo en este tiempo el concilio de Lyon, confirmando el nombramiento de Ricardo y consagrándolo personalmente, el 5 de marzo de 1245. Pero esto pone peor las cosas. Y es que el alto prestigio adquirido por el papado desde el siglo IX ha venido a menos desde que se hundió la Casa de Hohenstaufen y los papas se han inclinado hacia Francia; la rivalidad existente entre Inglaterra y Francia provoca de rebote reacciones contra Roma que se manifiestan en un fuerte nacionalismo inglés, en la resistencia del trono a aceptar las decisiones del papa y en intransigencias e intromisiones en las materias mixtas. Hasta los Legados pontificios son mal recibidos, si no ignorados, en la corte inglesa. En estas circunstancias, el nombramiento de Ricardo ha caído, humanamente, en mal momento. El rey ha mandado cerrarle físicamente las puertas del palacio episcopal y ha prohibido darle cobijo y dinero. El temor de la gente a la venganza real lleva a que se vea a Ricardo-obispo vagabundo por su legítima diócesis, haciendo de obispo misionero, viajando a pie y desprovisto de servicio. Debía ser una estampa curiosa en la época en que los obispos eran "lores" y jamás trabajaban sin séquito. Visita las casas de los pescadores y catequiza a los humildes con quienes comparte alimento. ¡Todo un escándalo para altos eclesiásticos que gustan de fastuosidades y de monjes que disfrutan de buena mesa! Condena los abusos de poder y los vicios de la época con extraordinaria energía; de modo especial presenta una defensa a ultranza del derecho frente a la arbitrariedad y al abuso de poder; predica la doctrina evangélica frente al nepotismo reinante. Fueron ocho años de obispo en que supo mantenerse, con fortaleza, libre de presiones. De hecho, nadie se explica cómo fue posible reunir una y otra vez a su Cabildo para sacar adelante las Constituciones que son de esa época y sientan los modos de hacer en adelante, señalando una praxis pastoral distinta y más adecuada a los principios evangélicos. Murió en la casa-asilo -"Mas-Dieu"- para sacerdotes pobres y peregrinos, a los 55 años. Navegar contra corriente tiene sabor de Evangelio, pero precisa rectitud, austeridad y disposición a aceptar el sufrimiento. | |
Los Santos de hoy jueves 3 de abril de 2014
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