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viernes, 8 de noviembre de 2013

Los Santos de hoy viernes 8 de noviembre de 2013

Los Santos de hoy viernes 8 de noviembre de 2013
 Los Cuatro Santos Coronados
Mártires, 8 Noviembre
 Isabel de la Trinidad, Beata
Carmelita, 8 de noviembre
 Godofredo de Amiens, Santo
Obispo, 8 Noviembre
 Adeodato, Santo
LXVIII Papa, 8 Noviembre
 Juan Duns Escoto, Beato
Doctor Sutil, 8 Noviembre
 María Crucificada (Isabel María) Satellico, Beata
Virgen Clarisa, 8 Noviembre
 Isaías Boner, Beato
Sacerdote Agustino, 8 Noviembre
 Manuel Sanz Dominguez, Beato
Sacerdote y Mártir, 8 de noviembre 

SAN GODOFREDO DE AMIENS, OBISPO, 8 DE NOVIEMBRE

Autor: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net
Godofredo de Amiens, Santo
Obispo, 8 Noviembre
 
Godofredo de Amiens, Santo

Monje
Noviembre 8



Etimológicamente significa “paz de Dios”. Viene de la lengua alemana.

En junio de 2002 se habla mucho de la Convención Europea como una forma de llegar a su propia identidad, teniendo en cuenta las raíces de su pasado...Hay que tener confianza en los valores de la solidaridad, la subsidiaridad y la transparencia...La libertad religiosa debe ser reconocida a nivel de la Comunidad Europea.

Vino al mundo en el año 1066 en Soissons y murió aquí mismo en 1115.

De joven vio que su vocación se inclinaba por ser monje. A los 30 vivía muy feliz como un sencillo religioso en la abadía de Mont-Martin.

En pocos años supo darle prosperidad a la abadía y a todos los alrededores.

Cuando el arzobispo se enteró de quién era este monje, le ofreció que se hiciera cargo de la abadía de san Remigio, la más importante de su diócesis.

Godofredo le contestó diciéndole que no quería. De hacerlo, sería como un hombre que deja a su mujer para irse con otra más guapa.

No obstante, se pensó el tema de la obediencia y, al final, aceptó no ser abad sino obispo de Amiens.

Proveniente de una vida monacal, forjada en la austeridad, empezó por reformar al clero que estaba sumido en la simonía y no administraba los sacramentos. Una gran degradación moral y religiosa.

Y no solamente quiso reformar al clero, sino que también se puso duro con los señores que acampaban por sus fueros.

Estos últimos se unieron para hacerle la vida imposible. Se encontró de pronto sin amigos.

Por eso, una noche salió huyendo a la Cartuja para esconderse y vivir en paz.

Lo encontraron y le obligaron a volver a la diócesis. Pero estaba ya extenuado de fuerzas y murió poco después en la abadía de San Crispín de Soissons.