lunes, 27 de febrero de 2017

SAN GABRIEL DE LA DOLOROSA, 27 DE FEBRERO


Hoy 27 de febrero es la fiesta de San Gabriel de la Dolorosa, Copatrono de la juventud católica italiana


 (ACI).- “Jesús, José y María, expire en paz con vosotros el alma mía”, fueron las últimas palabras de San Gabriel de la Virgen Dolorosa, copatrón de la juventud católica italiana cuya fiesta se celebra cada 27 de febrero. Él abandonó toda una serie de “vanidades” para seguir el consejo de la Virgen María.

Su nombre original era Francisco, así como San Francisco de Asís. Incluso nació en Asís (Italia) en 1838 y fue bautizado en la misma pila bautismal que San Francisco y Santa Clara. Era el undécimo de trece hermanos y quedó huérfano de madre a los cuatro años.

Desde niño sobresalió por su gran amor a los pobres pero tenía el defecto de estallar rápidamente en ira. En la adolescencia creció su vanidad, le gustaba vestirse a la moda con ropa finísima. Acudía frecuentemente al teatro, le gustaban las novelas románticas y sentía pasión por el baile.

No obstante, Francisco cumplía fielmente sus prácticas religiosas y tenía una gran devoción a la Virgen María con la advocación de Nuestra Señora de los Dolores. En casa conservaba una imagen de la Piedad que adornaba con flores.

Era un líder entre los jóvenes. Asistió a la escuela de los hermanos de las Escuelas Cristianas y al liceo clásico con los jesuitas. Cierto día, un conocido le hizo una propuesta inmoral y Francisco sacó una navaja que ocultaba entre sus ropas para alejarlo.

La llamada

A los 17 años empieza a inquietarlo la vocación sacerdotal. Enfermó gravemente y creyendo que moriría promete hacerse religioso si se salva. Una vez recuperado se olvidó de su promesa. Más adelante cae nuevamente enfermo y se encomienda al entonces Beato jesuita (hoy Santo) Andrés Bobola.

Al recobrar la salud, promete igualmente hacerse religioso, pero las diversiones lo atraían más. Un día de cacería, Francisco tropieza y se dispara un tiro que le roza la frente. Aquí ve un aviso del cielo y renueva su promesa. Tiempo después le comunica su inquietud vocacional a su padre, quien lo distrae con el teatro y reuniones.

Un 22 de agosto de 1856, en la procesión de la “Santa Icone” (imagen mariana venerada en Spoleto), Francisco fija sus ojos en los de la imagen de la Virgen y escucha la voz de la Madre de Dios en su corazón que le dice: "Tú no estás llamado a seguir en el mundo. ¿Qué haces, pues, en él? Entra en la vida religiosa".

Más adelante se despide de su supuesta “novia” llamada María, quien estuvo presente en su beatificación, e ingresa al noviciado pasionista. Cuando recibe el hábito, toma por nombre “Gabriel de la Virgen Dolorosa”. "La alegría y el gozo que disfruto dentro de estas paredes son indecibles", escribió una vez.


Allí tuvo que aprender a controlar su genio y en 1857 emitió la profesión religiosa. En el jardín San Gabriel había reservado un pedacito para sembrar y cuidar flores expresamente para el altar. Posteriormente es enviado al convento pasionista de Isola del Gran Sasso.

A sus 23 años, San Gabriel se sintió cansado, sin fuerzas y tuvo su primera hepmotosis (vómito de sangre) por la tuberculosis. La comunidad se alarmó, el santo permaneció sereno pero empeoró.

El 27 de febrero de 1862 pidió la absolución varias veces y con los ojos al cielo dijo: “Pronto, Mamá mía. María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndeme del enemigo y acógeme en la hora de la muerte”. Este día partió a la Casa del Padre.

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Biografía de San Gabriel de la Dolorosa
27 de febrero

A los 4 años quedó huérfano de madre. El papá, que era un excelente católico, se preocupó por darle una educación esmerada, mediante la cual logró ir dominando su carácter fuerte que era muy propenso a estallar en arranques de ira y de mal genio.

Tuvo la suerte de educarse con dos comunidades de excelentes educadores: los Hermanos Cristianos y los Padres Jesuitas; y las enseñanzas recibidas en el colegio le ayudaron mucho para resistir los ataques de sus pasiones y de la mundanalidad.

El joven era sumamente esmerado en vestirse a la última moda. Y sus facciones elegantes y su fino trato, a la vez que su rebosante alegría y la gran agilidad para bailar, lo hacían el preferido de las muchachas en las fiestas. Su lectura favorita eran las novelas, pero le sucedía como en otro tiempo a San Ignacio, que al leer novelas, en el momento sentía emoción y agrado, pero después le quedaba en el alma una profunda tristeza y un mortal hastío y abatimiento. Sus amigos lo llamaban "el enamoradizo". Pero los amores mundanos eran como un puñal forrado con miel". Dulces por fuera y dolorosos en el alma.

En una de las 40 cartas que de él se conservan, le escribe a un antiguo amigo, cuando ya se ha entrado de religioso: "Mi buen colega; si quieres mantener tu alma libre de pecado y sin la esclavitud de las pasiones y de las malas costumbres tienes que huir siempre de la lectura de novelas y del asistir a teatros donde se dan representaciones mundanas. Mucho cuidado con las reuniones donde hay licor y con las fiestas donde hay sensualidad y huye siempre de toda lectura que pueda hacer daño a tu alma. Yo creo que si yo hubiera permanecido en el mundo no habría conseguido la salvación de mi alma. ¿Dirás que me divertí bastante? Pues de todo ello no me queda sino amargura, remordimiento y temor y hastío. Perdóname si te di algún mal ejemplo y pídele a Dios que me perdone también a mí".

Al terminar su bachillerato, y cuando ya iba a empezar sus estudios universitarios, Dios lo llamó a la conversión por medio de una grave enfermedad. Lleno de susto prometió que si se curaba de aquel mal, se iría de religioso. Pero apenas estuvo bien de salud, olvidó su promesa y siguió gozando del mundo.

Un año después enferma mucho más gravemente. Una laringitis que trata de ahogarlo y que casi lo lleva al sepulcro. Lleno de fe invoca la intercesión de un santo jesuita martirizado en las misiones y promete irse de religioso, y al colocarse una reliquia de aquel mártir sobre su pecho, se queda dormido y cuando despierta está curado milagrosamente. Pero apenas se repone de su enfermedad empieza otras vez el atractivo de las fiestas y de los enamoramientos, y olvida su promesa. Es verdad que pide ser admitido como jesuita y es aceptado, pero él cree que para su vida de hombre tan mundano lo que está necesitando es una comunidad rigurosa, y deja para más tarde el entrar a una congregación de religiosos.

Estalla la peste del cólera en Italia. Miles y miles de personas van muriendo día por día. Y el día menos pensado muere la hermana que él más quiere. Considera que esto es un llamado muy serio de Dios para que se vaya de religioso. Habla con su padre, pero a éste le parece que un joven tan amigo de las fiestas mundanas se va a aburrir demasiado en un convento y que la vocación no le va a durar quizá ni siquiera unos meses.

Pero un día asiste a una procesión con la imagen de la Virgen Santísima. Nuestro joven siempre le ha tenido una gran devoción a la Madre de Dios (y probablemente esta devoción fue la que logró librarlo de las trampas del mundo) y en plena procesión levanta sus ojos hacia la imagen de la Virgen y ve que Ella lo mira fijamente con una mirada que jamás había sentido en su vida. Ante esto ya no puede resistir más. Se va a donde su padre a rogarle que lo deje irse de religioso. El buen hombre le pide el parecer al confesor de su hijo, y recibida la aprobación de este santo sacerdote, le concede el permiso de entrar a una comunidad bien rígida y rigurosa, los Padres Pasionistas.

Al entrar de religioso se cambia el nombre y en adelante se llamará Gabriel de la Dolorosa. Gabriel, que significa: el que lleva mensajes de Dios. Y de la Dolorosa, porque su devoción mariana más querida consiste en recordar los siete dolores o penas que sufrió la Virgen María. Desde entonces será un hombre totalmente transformado.

Gabriel había gozado siempre de muchas comodidades en la vida y le había dado gusto a sus sentidos y ahora entra a una comunidad donde se ayuna y donde la alimentación es tosca y nada variada. Los primeros meses sufre un verdadero martirio con este cambio tan brusco, pero nadie le oye jamás una queja, ni lo ve triste o disgustado.

Gabriel lo que hacía, lo hacía con toda el alma. En el mundo se había dedicado con todas sus fuerzas a las fiestas mundanas, pero ahora, entrado de religioso, se dedicó con todas las fuerzas de su personalidad a cumplir exactamente los Reglamentos de su Comunidad. Los religiosos se quedaban admirados de su gran amabilidad, de la exactitud total con la que cumplía todo lo que se le mandaba, y del fervor impresionante con el que cumplía sus prácticas de piedad.

Su vida religiosa fue breve. Apenas unos seis años. Pero en él se cumple lo que dice el Libro de la Sabiduría: "Terminó sus días en breve tiempo, pero ganó tanto premio como si hubiera vivido muchos años".

Su naturaleza protestaba porque la vida religiosa era austera y rígida, pero nadie se daba cuenta en lo exterior de las repugnancias casi invencibles que su cuerpo sentí ante las austeridades y penitencias. Su director espiritual sí lo sabía muy bien.

Al empezar los estudios en el seminario mayor para prepararse al sacerdocio, leyó unas palabras que le sirvieron como de lema para todos sus estudios, y fueron escritas por un sabio de su comunidad, San Vicente María Strambi. Son las siguientes: "Los que se preparan para ser predicadores o catequistas, piensen mientras estudian, que una inmensa cantidad de pobres pecadores les suplica diciendo: por favor: prepárense bien, para que logren llevarnos a nosotros a la eterna salvación". Este consejo tan provechoso lo incitó a dedicarse a los estudios religiosos con todo el entusiasmo de su espíritu.

Cuando ya Gabriel está bastante cerca de llegar al sacerdocio le llega la terrible enfermedad de la tuberculosis. Tiene que recluirse en la enfermería, y allí acepta con toda alegría y gran paciencia lo que Dios ha permitido que le suceda. De vómito de sangre en vómito de sangre, de ahogo en ahogo, vive todo un año repitiendo de vez en cuando lo que Jesús decía en el Huerto de los Olivos: "Padre, si no es posible que pase de mí este cáliz de amargura, que se cumpla en mí tu santa voluntad".

La Comunidad de los Pasionistas tiene como principal devoción el meditar en la Santísima Pasión de Jesús. Y al pensar y repensar en lo que Cristo sufrió en la Agonía del Huerto, y en la Flagelación y coronación de espinas, y en la Subida al Calvario con la cruz a cuestas y en las horas de mortal agonía que el Señor padeció en la Cruz, sentía Gabriel tan grande aprecio por los sufrimientos que nos vuelven muy semejantes a Jesús sufriente, que lo soportaba todo con un valor y una tranquilidad impresionantes.

Pero había otra gran ayuda que lo llenaba de valor y esperanza, y era su fervorosa devoción a la Madre de Dios. Su libro mariano preferido era "Las Glorias de María", escrito por San Alfonso, un libro que consuela mucho a los pecadores y débiles, y que aunque lo leamos diez veces, todas las veces nos parece nuevo e impresionante. La devoción a la Sma. Virgen llevó a Gabriel a grados altísimos de santidad.

A un religioso le aconsejaba: "No hay que fijar la mirada en rostros hermosos, porque esto enciende mucho las pasiones". A otro le decía: "Lo que más me ayuda a vivir con el alma en paz es pensar en la presencia de Dios, el recordar que los ojos de Dios siempre me están mirando y sus oídos me están oyendo a toda hora y que el Señor pagará todo lo que se hace por él, aunque sea regalar a otro un vaso de agua".

Y el 27 de febrero de 1862, después de recibir los santos sacramentos y de haber pedido perdón a todos por cualquier mal ejemplo que les hubiera podido dar, cruzó sus manos sobre el pecho y quedó como si estuviera plácidamente dormido. Su alma había volado a la eternidad a recibir de Dios el premio de sus buenas obras y de sus sacrificios. Apenas iba a cumplir los 25 años.

Poco después empezaron a conseguirse milagros por su intercesión y en 1926 el Sumo Pontífice lo declaró santo, y lo nombró Patrono de los Jóvenes laicos que se dedican al apostolado.

PAPA FRANCISCO APRUEBA MARTIRIO DE UN SACERDOTE SALESIANO VÍCTIMA DEL COMUNISMO


El Papa Francisco aprueba martirio de un sacerdote salesiano víctima del comunismo
Por Miguel Pérez Pichel
P. Tito Zeman. Foto: Agenzia Info Salesiana - ANS
VATICANO, 27 Feb. 17 / 07:35 am (ACI).- El Papa Francisco firmó el decreto que reconoce el martirio del Padre Tito Zeman, sacerdote profeso de la Sociedad Salesiana de San Juan Bosco, víctima del comunismo, y otros más que reconocen las virtudes heroicas de 7 siervos de Dios.

El Santo Padre aprobó los decretos durante la audiencia que mantuvo este lunes 27 de febrero con el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, en el Vaticano.

El P. Tito Zeman nació en Vajnory, Eslovaquia, el 4 de enero de 1915, y murió en 8 de enero de 1969 tras haber sufrido la cárcel, torturas y trabajos forzados por ser sacerdote.

Su familia era de origen campesino. Tras padecer numerosas enfermedades de niño, prometió a la Virgen María que sería su hijo para siempre y que sería sacerdote salesiano. Tenía entonces 10 años.

En 1940 recibió la ordenación sacerdotal. Durante el período comunista sufrió la persecución del régimen ateo. Consiguió salir del país y, desde el extranjero, organizó un sistema para enviar a Italia a seminaristas eslovacos.


Sin embargo, en una de estas expediciones fue hecho prisionero. Sufrió torturas y fue sometido a trabajos forzados en minas de uranio. En 1964 se le concedió la libertad condicional y murió en 1969.

En el decreto firmado por Francisco, también se reconocen las virtudes heroicas de siete siervos de Dios, entre ellos un obispo peruano, un sacerdote mexicano, un padre de familia italiano y dos españoles:

-El Siervo de Dios Antonio Repiso Martínez de Orbe. Sacerdote de la Compañía de Jesús y fundador de la Congregación de las Esclavas del Divino Pastor. Nació en Venta de Córdoba, México en 1856 y murió el 8 de febrero de 1856.

-El Siervo de Dios Pedro Herrero Rubio. Médico nacido en Alicante, España, el 29 de abril de 1904 y fallecido el 5 de noviembre de 1978.

-El Siervo de Dios Vittorio Trancanelli. Médico y padre de familia nacido en Perugia, Italia, el 26 de abril de 1944 y fallecido el 24 de junio de 1998.

-El Siervo de Dios Pedro Octavio Ortiz Arrieta. Salesiano, Obispo de Chachapoyas, nacido en Lima, Perú, el 19 de abril de 1878 y fallecido el 1 de marzo de 1958.

-El Siervo de Dios Antonio Próvolo. Sacerdote diocesano, fundador de la Sociedad de María para la Educación de Sordomudos.  Nació el 17 de febrero de 1801 en Verona, Italia, y falleció el 4 de noviembre de 1842.

-La Sierva de Dios María de las Mercedes Cabezas Terrero. Fundadora del Instituto Religioso de las Operarias Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús. Nació en San Cristóbal de la Cuesta, España, el 19 de diciembre de 1911 y falleció el 30 de septiembre de 1993.


-La Sierva de Dios Lucía de la Inmaculada. Religiosa de la Congregación de las Siervas de la Caridad. Nacida en Acquate, Italia, el 26 de mayo de 1909 y fallecida el 4 de julio de 1954.

La aprobación de las virtudes heroicas es tal vez el paso más complejo y largo en el proceso de beatificación de un fiel católico, ya que con el decreto se reconoce que el siervo de Dios ha vivido en grado heroico la fe, la esperanza y la caridad; para lo cual se debe haber investigado previamente y en detalle su vida y escritos.

Con la aprobación de las virtudes heroicas, la causa queda a la espera de un milagro para proceder a la beatificación.

En el caso de los mártires el proceso es distinto. No requieren la aprobación de virtudes heroicas sino que se pruebe que han sido asesinados por odio a la fe.

SANTORAL DE HOY 27 DE FEBRERO DEL 2017

Guillermo Richardson, BeatoGuillermo Richardson, Beato
Sacerdote y Mártir, 27 de febrero
Roger Filcock, BeatoRoger Filcock, Beato
Sacerdote y Mártir, 27 de febrero
Lucas de Mesina, SantoLucas de Mesina, Santo
Abad, 27 de febrero
Besa de Alejandría, SantoBesa de Alejandría, Santo
Mártir, 27 de febrero
Gregorio de Narek, SantoGregorio de Narek, Santo
Doctor de la Iglesia, 27 de febrero
Honorina, SantaHonorina, Santa
Virgen y Mártir, 27 de febrero
Baldomero, SantoBaldomero, Santo
Subdiácono, 27 de febrero
María de Jesús Deluil-Martiny, BeataMaría de Jesús Deluil-Martiny, Beata
Fundadora, 27 de febrero
Juan de Gorze, SantoJuan de Gorze, Santo
Abad, 27 de febrero
Gabriel de la Dolorosa, SantoGabriel de la Dolorosa, Santo
Religioso Pasionista, 27 de febrero
José Tous y Soler, BeatoJosé Tous y Soler, Beato
Sacerdote y Fundador, 27 de febrero
Eduviges de Polonia, SantaEduviges de Polonia, Santa
Reina, 17 de julio
Ana Line, SantaAna Line, Santa
Mártir, 27 de febrero

FINALIZA FASE DIOCESANA DE CAUSA DE BEATIFICACIÓN DEL PAPA BENEDICTO XIII


Finaliza fase diocesana de causa de beatificación del Papa Benedicto XIII


ROMA, 26 Feb. 17 / 09:26 am (ACI).- El viernes 24 de febrero se clausuró la fase diocesana del proceso de beatificación del Papa Benedicto XIII, que fue el Vicario de Cristo en la tierra entre 1724 y 1730.

El anuncio se produce 86 años después de que el Papa Pío XI abriera su proceso de beatificación al declararlo Siervo de Dios en 1931.

Benedicto XIII destacó por su sencillez, por su cercanía a la gente y por su preocupación por los humildes y los marginados. Tras 5 años de trabajos, la fase diocesana de su causa de beatificación ha concluido.

El Cardenal Vicario Agostino Vallini, Vicario del Papa para la diócesis de Roma, presidió la ceremonia de clausura en el Aula de la Conciliación del Palacio Apostólico Lateranense. Junto a él estuvieron los miembros del Tribunal diocesano que han dirigido la investigación.

En declaraciones recogidas por Radio Vaticana, Paolo Vilotta, postulador de la causa de beatificación, destacó la profunda espiritualidad de Benedicto XIII.


“Son muchísimos los testimonios que lo recuerdan como un hombre de oración, un hombre que meditaba, un hombre que iba en persona a las iglesias de Roma como Papa, y no solo a las de Roma, para conocer a la gente, para permanecer cercano a la gente”, dijo.

“Era un hombre de grandísima cultura. Un evangelizador, y en esa evangelización, siempre tenía un carácter muy misericordioso”, agregó el postulador.

El Papa Benedicto XIII, cuyo nombre de nacimiento era Pier Francesco Orsini, fue el último de los pontífices provenientes de la orden de los dominicos, motivo por el cual fue enterrado en la basílica romana de Santa María sopra Minerva en Roma.

Durante su pontificado fueron canonizados algunos importantes santos como San Juan de la Cruz, San Francisco Solano, San Luis Gonzaga, San Juan Nepomuceno, San Gregorio VII, San Estanislao de Kostka, San Wenceslao, y se abrió la causa del Beato Juan de Palafox y Mendoza.

Pier Francesco Orsini nació en la localidad italiana de Gravina en 1649, en el seno de una familia noble. En 1668 ingresó en la orden de los dominicos y adoptó el nombre de Vincenzo María. Fue ordenado sacerdote con 22 años, y un año más tarde fue creado Cardenal por el Papa Clemente X.

Fue Prefecto de la Congregación del Concilio y miembro de diversas congregaciones. En 1675 recibió el nombramiento como Arzobispo de Manfredonia.

Su etapa como arzobispo se caracterizó por su acción pastoral, que se tradujo en numerosas visitas pastorales por la diócesis y la convocatoria del primer Sínodo Diocesano.

También se destacó por sus numerosas obras de caridad con los más necesitados. En 1680 fue nombrado Obispo de Cesena, en 1686 Arzobispo de Benevento, en 1701 Obispo de Frascati y en 1715 Obispo de Porto-Santa Rufina.


Tras la muerte de Inocencio XIII en 1724, y después de un cónclave que duró tres meses, fue elegido Papa con el nombre de Benedicto XIII. Durante su pontificado, mantuvo su humildad, sencillez y desprendimiento, pero sobre todo mantuvo su caridad para con los pobres.

También se caracterizó por las numerosas reformas que introdujo en la corte pontificia, reduciéndola. A él se debe la creación del decano del Colegio Cardenalicio en la persona del cardenal más anciano.

Además, fundó numerosas obras como el Hospital San Gallicano y el Hospital Santa María de la Piedad.

Benedicto XIII falleció en 1730 víctima de una fiebre cuando tenía 81 años.

Traducido y adaptado por Miguel Pérez Pichel. Publicada originalmente en ACI Stampa

SACERDOTE MEXICANO CAMINO A LOS ALTARES


Sufrió llaga cancerosa por 27 años y ahora este sacerdote mexicano se acerca a los altares
P. Antonio Repiso Martínez de Orbe
CIUDAD DE MÉXICO, 27 Feb. 17 / 08:11 am (ACI).- Este lunes 27 de febrero el Papa Francisco aprobó el decreto que reconoce las virtudes heroicas del siervo de Dios P. Antonio Repiso Martínez de Orbe, sacerdote jesuita fundador de la Congregación de las Hermanas del Divino Pastor.

Con esta aprobación, que reconoce que el sacerdote vivió en grado heroico la fe, la esperanza y la caridad; la causa del sacerdote queda a la espera de la realización de un milagro por su intercesión para poder proceder a la beatificación.

Antonio Repiso del Orbe nació en Venta de Córdoba, Estado de México, el 8 de febrero de 1856. Fue el menor y el único hijo hombre en su familia.

Cuando tenía 12 años murió su madre y dos años después, con solo 14 años de edad, se inscribió en el seminario contrariando la voluntad de su padre.


Fue ordenado sacerdote el 20 de marzo de 1881. En mayo de 1883 fue enviado a la parroquia de la Asunción en Pachuca; al año siguiente fue nombrado vicario fijo de la parroquia de Villa Victoria, en el estado de México.

Más tarde pasó a Texcoco, a la parroquia de San Andrés Chiautla donde estableció una escuela parroquial. A partir de 1891 fue coadjutor en la parroquia de Xochimilco donde también fundó una escuela parroquial y un internado para niñas.

Permaneció en Xochimilco hasta el 2 de agosto de 1893 cuando decidió entrar a la Compañía de Jesús, a cuyo noviciado de San Simón, Michoacán, ingresó el 14 de ese mismo mes. El 18 de septiembre de 1895 hizo los votos como jesuita.

Después del noviciado fue enviado a Oaxaca donde fundó la Congregación de Hermanas Divino Pastor el 14 de enero de 1900.

Para escribir las reglas de la nueva congregación se basó en las de los jesuitas. La idea surgió al darse cuenta de que había muchas jóvenes con vocación religiosa, y por otra parte muchas niñas que se quedaban abandonadas cuando sus padres iban al trabajo.

También fomentó las dos congregaciones que ya existían en el lugar: el Apostolado de la Oración y las Hijas de María. Además fundó la congregación de niños y jóvenes de San Luis Gonzaga.

Se preocupó por la administración de sacramentos y dedicó muchas horas de su jornada a la confesión.

Fue en esta época en la que le apareció una pequeña llaga cancerosa que con el tiempo cubrió toda su espalda, lo que le causó muchos sufrimientos y finalmente lo llevó a la muerte.

Era muy devoto de la Virgen de Guadalupe; rezaba mucho y solía dormir en el suelo sobre una tarima.

Sirvió en Chihuahua 15 años y, en 1923 pasó a León, estado de Guanajuato, donde murió santamente el 27 de julio de 1929.

FELIZ SEMANA!!!




domingo, 26 de febrero de 2017

LECTURAS BÍBLICAS Y EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 26 DE FEBRERO 2017


VIII del Tiempo Ordinario – Ciclo A
Domingo 26 de Febrero de 2017

“Venid a mí si estáis cansados, agobiados“

Levanta la cabeza, tengo para ti un amor inmenso



Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (49,14-15):

Sión decía:
«Me ha abandonado el Señor, mi dueño me ha olvidado». ¿Puede una madre olvidar al niño que amamanta, no tener compasión del hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvidara, yo no te olvidaré.

Palabra de Dios    

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Salmo
Salmo Responsorial: 61,2-3.6-7.8-9ab

R/. Descansa sólo en Dios, alma mía

V/. Sólo en Dios descansa mi alma,
porque de él viene mi salvación;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré. R/.

V/. Descansa sólo en Dios, alma mía,
porque él es mi esperanza;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré. R/.

V/. De Dios viene mi salvación y mi gloria,
él es mi roca firme, Dios es mi refugio.
Pueblo suyo, confiad en él
desahogad ante él vuestro corazón. R/.

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Segunda lectura
Comienzo de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (4,1-5):

Hermanos:
Que la gente solo vea en nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora, lo que se busca en los administradores es que sean fieles. Para mí lo de menos es que me pidáis cuentas vosotros o un tribunal humano; ni siquiera yo me pido cuentas. La conciencia, es verdad, no me remuerde; pero tampoco por eso quedo absuelto: mi juez es el Señor.
Así, pues, no juzguéis antes de tiempo, dejad que venga el Señor. Él iluminará lo que esconden las tinieblas y pondrá al descubierto los designios del corazón; entonces cada uno recibirá de Dios lo que merece.

Palabra de Dios





Lectura del Santo Evangelio según san Mateo (6,24-34):


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Nadie puede servir a dos señores. Porque despreciará a uno y amará al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.

Por eso os digo: no estéis agobiados por vuestra vida pensando qué vais a comer, ni por vuestro cuerpo pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad los pájaros del cielo: no siembran ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos?

¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida? ¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se arroja al horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gante de poca fe? No andéis agobiados pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los paganos se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso.

Buscad sobre todo el reino de Dios y su justicia; y todo esto se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le basta su desgracia».

Palabra del Señor






NO A LA IDOLATRÍA DEL DINERO

El Dinero, convertido en ídolo absoluto, es para Jesús el mayor enemigo para construir ese mundo más digno, justo y solidario que quiere Dios. Hace ya veinte siglos que el Profeta de Galilea denunció de manera rotunda que el culto al Dinero será siempre el mayor obstáculo que encontrará la humanidad para progresar hacia una convivencia más humana.

La lógica de Jesús es aplastante: «No podéis servir a Dios y al Dinero». Dios no puede reinar en el mundo y ser Padre de todos sin reclamar justicia para los que son excluidos de una vida digna. Por eso no pueden trabajar por ese mundo más humano querido por Dios los que, dominados por el ansia de acumular riqueza, promueven una economía que excluye a los más débiles y los abandona en el hambre y la miseria.

Es sorprendente lo que está sucediendo con el papa Francisco. Mientras los medios de comunicación y las redes sociales que circulan por internet nos informan, con toda clase de detalles, de los gestos más pequeños de su personalidad admirable, se oculta de modo vergonzoso su grito más urgente a toda la humanidad: «No a una economía de la exclusión y la iniquidad. Esa economía mata».

Francisco no necesita largas argumentaciones ni profundos análisis para exponer su pensamiento. Sabe resumir su indignación en palabras claras y expresivas que podrían abrir el informativo de cualquier telediario o ser titular de la prensa en cualquier país. Solo algunos ejemplos.

«No puede ser que no sea noticia que muera de frío un anciano en medio de la calle y que sí lo sea la caída de dos puntos en la bolsa. Eso es exclusión. No se puede tolerar que se tire comida cuando hay gente que pasa hambre. Eso es inequidad».

Vivimos «en la dictadura de una economía sin rostro y sin un objetivo verdaderamente humano». Como consecuencia, «mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz».

«La cultura del bienestar nos anestesia, y perdemos la calma si el mercado ofrece algo que todavía no hemos comprado, mientras todas esas vidas truncadas por falta de posibilidades nos parecen un espectáculo que de ninguna manera nos altera».

Cuando le han acusado de comunista, el papa ha respondido de manera rotunda: «Este mensaje no es marxismo, sino Evangelio puro» Un mensaje que tiene que tener eco permanente en nuestras comunidades cristianas. Lo contrario podría ser signo de lo que dice el papa: «Nos estamos volviendo incapaces de compadecernos de los clamores de los otros y ya no lloramos ante el drama de los demás».


Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Mt 5,38-48

BEATA PIEDAD DE LA CRUZ, 26 DE FEBRERO


Hoy 26 de febrero se conmemora a la Beata Piedad de la Cruz, una visión de Cristo le cambió la vida



 (ACI).- La Beata Piedad de la Cruz Ortiz Real fue una religiosa fundadora de la Congregación de Salesianas del Sagrado Corazón de Jesús. Nació el 12 de noviembre de 1842 en Valencia (España) y fue bautizada al día siguiente con el nombre de su madre, Tomasa. La Iglesia la conmemora el 26 de febrero.

La hermana se formó humana y espiritualmente en el Colegio de Loreto de las Religiosas de la Sagrada Familia de Burdeos que estaba en Valencia. Allí se destacó por su espíritu de piedad, oración, y la dedicación en acoger a los niños pobres, ancianos y enfermos.

A los 21 años, en 1874, ingresó al convento de las Carmelitas de la Caridad de Vic, pero tuvo que abandonar este camino debido al cólera que la enfermó gravemente. Una vez recuperada, hizo un nuevo intento de ingresar en un convento de clausura y otra vez ocurrió lo mismo.

Fue así que Tomasa descubrió que Dios no la quería por ese camino. Ella le pidió saber cuál era su voluntad, y su oración fue la siguiente: “Tuya, Jesús mío, tuya quiero ser, pero dime dónde”.

En 1881 viajó a la ciudad de Murcia (España) junto a tres amigas, lugar donde el Señor respondió a su búsqueda vocacional y le hizo vivir una experiencia mística en la que el Corazón de Jesús, mostrándole su hombro izquierdo ensangrentado, le dijo que lo ayude a llevar su cruz y que funde una congregación “de la que siempre tendrá misericordia”.

En 1884, por consejo de su confesor y el Obispo de Cartagena-Murcia, decide fundar la Comunidad de Terciarias de la Virgen del Carmen en Puebla de Soto (Murcia), para atender a enfermos, pobres y huérfanos.

Tiempo después abrió dos comunidades más en las ciudades de Alcantarilla y Caudete debido al número de jóvenes que les atraía este modo de vida.

Sin embargo surgieron algunas tensiones, por lo que seis años más tarde cambiaría el nombre de su fundación a “Salesianas del Sagrado Corazón de Jesús”, la cual quedaría bajo el patrocinio de San Francisco de Sales. Esta fue aprobada el 28 de noviembre de 1895 y declarada de derecho pontificio en 1935.

El carisma de esta nueva congregación es el de hacer sensible ante los hombres, especialmente pobres, el amor del Padre Providente, manifestado en el Corazón misericordioso de Jesús abierto en brazos de la Cruz.

En 1915 Tomasa hizo los votos solemnes bajo el nombre de Piedad de la Cruz y falleció a los 74 años el 26 de febrero del año siguiente en Alcantarilla (Murcia), cuatro meses después de haber dejado el cargo de Superiora General de su Congregación.

El día 6 de febrero de 1982 tuvo lugar en la diócesis de Cartagena-Murcia la apertura del proceso de canonización.

Fue declarada venerable el 1 de julio del 2000. Fue beatificada en Roma el 21 de marzo de 2004.

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Beata Piedad de la Cruz Ortiz Real
26 de Febrero


Piedad de la Cruz Ortiz Real, hija de José y de Tomasa, nació en Bocairente, (Valencia) —España—, el 12 de noviembre de 1842, siendo bautizada al día siguiente con el nombre de Tomasa. Ocupaba el quinto lugar entre ocho hermanos.

En la escuela se distinguió por la piedad, la constancia y el talento en la música, en el bordado y en la recitación.

A los diez años hizo su primera Comunión. Con mirada retrospectiva ella misma narra así sus sentimientos: «Cuando recibí por primera vez la Sagrada Comunión, quedé como anonadada y experimenté que Jesús me llamaba a la Vida Religiosa». Este encuentro con Cristo en la Eucaristía la marcó para siempre. Tomasa querrá ser del Señor y vivir para Él.

Completó su formación humana y espiritual en el Colegio de Loreto que las Religiosas de la Sagrada Familia de Burdeos tenían en Valencia. Cuando pidió ingresar en el noviciado de ese Instituto, su padre, considerando la situación política de la época y la juventud de Tomasa, la obligó a volver a casa.

Tres aspectos caracterizaron esta etapa de su vida en Bocairente: el espíritu de piedad y oración, su dedicación a hacer el bien a los niños pobres, los ancianos y enfermos y el tesón en dar una respuesta a aquello que sintió en su interior el día de la primera Comunión.

Por fin, Tomasa, parece que podría realizar el sueño de su vida: Consagrarse al Señor en un convento de Carmelitas de clausura en Valencia, pero una enfermedad, la obligó a abandonar el noviciado y volver a la casa paterna. Una vez recuperada, hizo un nuevo intento de ingresar en un convento de clausura y otra vez ocurrió lo mismo.

A través de estos acontecimientos, Tomasa descubrió que Dios no la quería por ese camino. Ella le pedía ver claro cuál era su voluntad, y su oración era ésta: «Tuya, Jesús mío, tuya quiero ser, pero díme dónde».

Con la certeza de sentirse llamada a una vida de especial Consagración, pero con la duda de dónde la quería Dios, Tomasa se dirigió a Barcelona. Allí, después de muchas dificultades, el Señor respondió a la búsqueda vocacional de Tomasa haciéndola vivir una profunda experiencia mística, en la que el Corazón de Jesús, mostrándole su hombro izquierdo ensangrentado, le dijo: «Mira cómo me han puesto los hombres con sus ingratitudes, ¿quieres tú ayudarme a llevar esta cruz?». A lo que Tomasa respondió: «Señor, si necesitas una víctima y me quieres a mí, aquí estoy, Señor». Entonces, el Redentor le dijo: «Funda, hija mía, que de ti y de tu Congregación siempre tendré misericordia».

Esta experiencia fue crucial para Tomasa, le dio tal certeza, que jamás se borraría de su mente y de su corazón. Desde ese momento, comprendió que Dios le pedía dar vida a un nuevo Instituto.

La interrogante ahora era dónde fundar, dónde dar respuesta positiva a la invitación de Cristo a llevar la cruz de los más pobres, de los que menos cuentan para este mundo. El Obispo D. Jaime Catalá fue quien le indicó que le abriera el corazón a su confesor y que hiciera lo que él le indicaba. Con este gesto, Tomasa, se sometió en fe a la Jerarquía de la Iglesia para hacer la voluntad de Dios.

Las inundaciones del río Segura que en 1884 habían destrozado la huerta murciana y la escasez de Congregaciones religiosas en esta zona, hizo que la orientara hacia esos lugares de mayor necesidad.

En el mes de marzo, Tomasa, acompañada de tres postulantes, salió de Barcelona camino de Puebla de Soto, a 1 km. de Alcantarilla, para fundar allí, con la autorización del Obispo de Cartagena-Murcia, la primera Comunidad de Terciarias de la Virgen del Carmen.

Los habitantes de la huerta murciana aún no se habían repuesto de la tragedia de las inundaciones de 1884, cuando apareció el cólera. Tomasa, —que por entonces había tomado el nombre de Piedad de la Cruz— y sus Hijas se multiplicaban en el cuidado a los enfermos y a las niñas huérfanas en un hospitalillo que ella llamó de «La Providencia».

Iban llegando otras jóvenes, atraídas por el modo de vivir de aquellas primeras Terciarias Carmelitas. La Casa se quedó pequeña, hubo que comprar la de Alcantarilla. También se estableció una nueva Comunidad en Caudete... Todo hacía pensar que al fin, Tomasa había encontrado el lugar donde llevar a cabo su vocación.

Sin embargo... de nuevo la cruz. Era el signo que ella había pedido para saber que todo aquello era de Dios: «Fundar en tribulación» y el Corazón de Jesús se lo concedió con creces.

Aunque la Virgen María ocupó un lugar muy importante en el corazón y en la vida de Tomasa, su Carisma estaba centrado en el Corazón de Cristo. Y... ¡designios de Dios! Aparecieron algunas tensiones entre las Comunidades de Alcantarilla y Caudete, ya que la Congregación no tenía aún la aprobación diocesana.

En el mes de agosto, las Hermanas de Caudete se dirigeron a Alcantarilla y se llevaron las novicias, dejando a Madre Piedad sola con Sor Alfonsa. Fueron días de mucho dolor. La Fundadora, como siempre, se refugió en la oración, se postró ante el Cristo del Consuelo y allí permaneció horas y horas clavada a sus pies. Sufre, pero no se rompe, porque la barquilla de su vida estaba bien anclada en el Señor.

Una vez más acudió a la Jerarquía eclesiástica en busca de orientación y de luz. Será el Obispo Bryan y Livermore quien envíe a Tomasa y a su fiel compañera, Sor Alfonsa, al Convento de la Visitación de las Salesas Reales en Orihuela para hacer un mes de ejercicios espirituales y para proyectar una nueva Fundación, tomando como protector a un Santo Obispo. Es aquí, donde el Espíritu Santo iluminó vivamente a M. Piedad, al tiempo que la llenaba de fuerza profética, le mostraba su verdadero Carisma, y el título de su Congregación, que estaría bajo el patrocinio de S. Francisco de Sales.

Y... llegó la hora de Dios. Era el 8 de septiembre de 1890. Nacía en la Iglesia, después de muchas dificultades y tribulaciones, la Congregación de Hermanas Salesianas del Sagrado Corazón de Jesús, una Congregación donde el Corazón de Cristo quiere ser amado, servido y desagraviado de las ofensas que recibe de los hombres. Y al amar, servir y desagraviar, ver el rostro del Señor en las niñas huérfanas, en las jóvenes obreras, en los enfermos, en los ancianos abandonados... y ayudarles a llevar la cruz.

Nos legó su propio Carisma: Hacer sensible ante los hombres, especialmente pobres, el amor del Padre Providente, manifestado en el Corazón misericordioso de Jesús abierto en brazos de la Cruz.

Aunque toda la vida de Madre Piedad fue una renuncia al mundo, no por eso había «huido» del mundo, sino que seguía en él haciendo el bien y luchando contra el mal. Testigos de ello fueron tantos matrimonios rotos o a punto de romperse, tantas jóvenes a las que iba a buscar a las fábricas para formarlas en la escuela dominical, niñas sin hogar a las que amó entrañablemente, ancianos solos, enfermos ...

Vivió pobre y murió pobre, sentada en un sillón, porque «Aquel —decía señalando el Crucifijo— murió en la cruz y yo no debo morir en la cama, sino en el suelo». Expiró con el crucifijo en los labios y en la santa paz de Dios. Era el sábado, 26 de febrero de 1916.

La gente sencilla exclamaba con profundo sentimiento: ¡Ha muerto una santa! ¡Ha muerto nuestra madre!

El día 6 de febrero de 1982 tuvo lugar en la Diócesis de Cartagena-Murcia la apertura del Proceso de Beatificación y Canonización de la Sierva de Dios.

El día 7 de mayo de 1983 fue clausurado dicho Proceso, pasando a Roma, que aprueba la validez del mismo el 3 de febrero de 1984.

Después de un estudio exhaustivo sobre las virtudes practicadas por Madre Piedad, el 1 de julio de 2000, en el Vaticano, en presencia de S.S. Juan Pablo II, se dio lectura al Decreto de reconocimiento de Virtudes Heroicas, y el 12 de abril de 2003 al Decreto sobre el milagro, dando paso así a la Beatificación en Roma el 21 de marzo de 2004.

FUENTE: ww.vatican.va

SANTORAL DE HOY DOMINGO 26 DE FEBRERO DEL 2017

Roberto Drury, BeatoRoberto Drury, Beato
Presbítero y Mártir, 26 de febrero
Piedad de la Cruz Ortiz Real, BeataPiedad de la Cruz Ortiz Real, Beata
Fundadora, 26 de febrero
Porfirio de Gaza, SantoPorfirio de Gaza, Santo
Anacoreta y Obispo, 26 de febrero
Alejandro de Alejandría,  SantoAlejandro de Alejandría, Santo
Patriarca de Alejandría, 26 de febrero

FELIZ DOMINGO




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