viernes, 17 de junio de 2016

NOVENA EN HONOR A SAN JOSÉ MARÍA ESCRIVÁ BALAGUER, DEL 17 AL 25 DE JUNIO


Hoy se inicia la novena a San José María Escrivá, fundador del Opus Dei



17 Jun. 16 /  (ACI).- San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, nació en Barbastro (España) en 1902. Tuvo una infancia muy dura, es conocido como “el santo de lo ordinario” y fue llamado a la Casa del Padre hace 41 años.


"Dios no te arranca de tu ambiente, no te remueve del mundo, ni de tu estado, ni de tus ambiciones humanas nobles, ni de tu trabajo profesional... pero, ahí, ¡te quiere santo!", decía San Josemaría Escrivá.

A pocos días de celebrarlo, les dejamos a continuación la siguiente novena:



Primer Día de la Novena
 a San Josemaría Escrivá de Balaguer

Por la señal de la Santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

PRIMER DÍA
Para tener Paz en el Corazón

REFLEXIÓN: PALABRAS DE SAN JOSEMARÍA

No es de Dios lo que roba la paz del alma (Camino, 258). Característica evidente de un hombre de Dios, de una mujer de Dios, es la paz en su alma: tiene «la paz» y da «la paz» a las personas que trata (Forja, 649). Hay que unir, hay que comprender, hay que disculpar. No levantes jamás una cruz sólo para recordar que unos han matado a otros. Sería el estandarte del diablo. La Cruz de Cristo es callar, perdonar y rezar por unos y por otros, para que todos alcancen la paz (Via Crucis, VIII estación, 3). Como Cristo “pasó haciendo el bien” (Hch 10, 38), así también nosotros tenemos que desarrollar una gran siembra de paz por los caminos humanos (Es Cristo que pasa, 166).

INTENCIÓN

Señor, Tú sabes cuánto deseo tener tu paz dentro de mí. Pero sé bien que no podré conseguirla mientras guarde amarguras y resentimientos en el corazón, como heridas que nunca cicatrizarán. Desearía ser capaz de hacer lo que dice San Pablo: “Sobrellevaos mutuamente y perdonaos cuando alguno tenga queja contra otro. Y que la paz de Cristo se adueñe de vuestros corazones” (Col 3, 13.15). Sin tu ayuda, Señor, sólo con mi esfuerzo, nunca voy a alcanzar esa paz. Por eso, te pido humildemente, por intercesión de San Josemaría, la gracia de saber perdonar. Limpia mi corazón de la contaminación del odio, de la rabia, de la aversión y de otros sentimientos amargos que dividen, por más que yo considere que mi reacción es acorde con las faltas y ofensas de los demás.

ORACIÓN FINAL

Oh Dios, que por mediación de la Santísima Virgen otorgaste a San Josemaría, sacerdote, gracias innumerables, escogiéndole como instrumento fidelísimo para fundar el Opus Dei, camino de santificación en el trabajo profesional y en el cumplimiento de los deberes ordinarios del cristiano: haz que yo sepa también convertir todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte, y de servir con alegría y con sencillez a la Iglesia, al Romano Pontífice y a las almas, iluminando los caminos de la tierra con la luminaria de la fe y del amor. Concédeme por la intercesión de San Josemaría el favor que te pido… (pídase). Así sea.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.



Segundo Día de la Novena 
a San Josemaría Escrivá de Balaguer



Por la señal de la Santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

SEGUNDO DÍA
Para Comprender y Disculpar

REFLEXIÓN

No admitas un mal pensamiento de nadie, aunque las palabras u obras del interesado den pie para juzgar así razonablemente (Camino, 442). Más que en «dar», la caridad está en «comprender». —Por eso busca una excusa para tu prójimo —las hay siempre—, si tienes el deber de juzgar (Camino, 463). Ponte siempre en las circunstancias del prójimo: así verás los problemas o las cuestiones serenamente, no te disgustarás, comprenderás, disculparás, corregirás cuando y como sea necesario, y llenarás el mundo de caridad (Forja, 958).

INTENCIÓN

Jesús, Tú ves cuánto me cuesta comprender a los demás, verlos con buenos ojos y disculpar sus faltas, grandes o pequeñas, cuando me perturban y me hieren. Quiero pedirte la gracia de cumplir lo que Tú nos mandaste: “No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados. Perdonad y seréis perdonados” (Lc 6, 37). Tú sabes, Señor, que con frecuencia me fijo, primero que todo, en el lado negativo de las personas, aquello que me incomoda, lo que considero absurdo e insoportable, lo que me amarga. Y, así, adquiero el vicio de pensar mal y de hablar mal de los demás. Señor, ten misericordia de mí, que soy tan poco misericordioso. Aunque no lo merezca, te ruego me concedas, por intercesión de San Josemaría, un corazón capaz de comprender, de disculpar y de perdonar.

ORACIÓN FINAL

Oh Dios, que por mediación de la Santísima Virgen otorgaste a San Josemaría, sacerdote, gracias innumerables, escogiéndole como instrumento fidelísimo para fundar el Opus Dei, camino de santificación en el trabajo profesional y en el cumplimiento de los deberes ordinarios del cristiano: haz que yo sepa también convertir todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte, y de servir con alegría y con sencillez a la Iglesia, al Romano Pontífice y a las almas, iluminando los caminos de la tierra con la luminaria de la fe y del amor. Concédeme por la intercesión de San Josemaría el favor que te pido… (pídase). Así sea.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.


Tercer Día de la Novena 
a San Josemaría Escrivá de Balaguer

Por la señal de la Santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

TERCER DÍA
Para Vencer el Orgullo

REFLEXIÓN

Si eres tan miserable, ¿cómo te extraña que los demás tengan miserias? (Camino, 446). Conforme: aquella persona ha sido mala contigo. —Pero, ¿no has sido tú peor con Dios? (Camino, 686). Esfuérzate, si es preciso, en perdonar siempre a quienes te ofendan, desde el primer instante, ya que, por grande que sea el perjuicio o la ofensa que te hagan, más te ha perdonado Dios a ti (Camino, 452). Por lo tanto, a rechazar la soberbia, a ser compasivos, a tener caridad; a prestaros mutuamente el auxilio de la oración y de la amistad sincera (Forja, 454).

INTENCIÓN

Señor, es verdad que yo rezo y, en la oración, te pido perdón…, pero sigo sin perdonar a los que me ofenden. Perdóname por haber despreciado las palabras de tu Hijo Jesús, que tantas veces repito al rezar el Padrenuestro: “perdónanos nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden” (Mt 6, 12). Comprendo que, si fuese sincero, en el fondo de esa dureza descubriría mi orgullo. Reconozco que soy susceptible, que me muestro fácilmente amargado, que interpreto mal lo que los demás dicen o hacen, y que la menor insinuación me deja trastornado… Y Tú, Jesús, ¿qué hacías cuando te maltrataban? ¿Qué haces conmigo cuando te maltrato con mis pecados? Bien sé que, todas las veces que voy a confesarme, Tú me dices: “Yo te absuelvo”. Señor, ¡no quiero ser hipócrita! Por intercesión de San Josemaría, concédeme la gracia de ser humilde, condición imprescindible para poder perdonar.

ORACIÓN FINAL

Oh Dios, que por mediación de la Santísima Virgen otorgaste a San Josemaría, sacerdote, gracias innumerables, escogiéndole como instrumento fidelísimo para fundar el Opus Dei, camino de santificación en el trabajo profesional y en el cumplimiento de los deberes ordinarios del cristiano: haz que yo sepa también convertir todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte, y de servir con alegría y con sencillez a la Iglesia, al Romano Pontífice y a las almas, iluminando los caminos de la tierra con la luminaria de la fe y del amor. Concédeme por la intercesión de San Josemaría el favor que te pido… (pídase). Así sea.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.


Cuarto Día de la Novena 
a San Josemaría Escrivá de Balaguer

Por la señal de la Santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

CUARTO DÍA
Para Vencer la Ira

REFLEXIÓN

Eso mismo que has dicho dilo en otro tono, sin ira, y ganará fuerza tu raciocinio, y, sobre todo, no ofenderás a Dios (Camino, 9). No reprendas cuando sientes la indignación por la falta cometida. —Espera al día siguiente, o más tiempo aún. —Y después, tranquilo y purificada la intención, no dejes de reprender. —Vas a conseguir más con una palabra afectuosa que con tres horas de pelea. —Modera tu genio (Camino, 10). Calla siempre cuando sientas dentro de ti el bullir de la indignación. —Y esto, aunque estés justísimamente airado. —Porque, a pesar de tu discreción, en esos instantes siempre dices más de lo que quisieras (Camino, 656).

INTENCIÓN

Pienso, Jesús, en Ti y en tus palabras: “Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón” (Mt 11, 29). Y después pienso en mí: en mis irritaciones, en mis reacciones violentas, en mi brusquedad, en la ira que hierve por dentro, asumiendo que es lógico tratar duramente a los demás porque “yo tengo razón”. Y, así ¡me creo cristiano! También cristiano era San Pablo, que pedía: “Que desaparezca de vosotros toda amargura, ira, indignación, griterío o blasfemia” (Ef 4, 31). Cristiano era San Josemaría, que respondía a las calumnias con una actitud constante de “callar, trabajar, perdonar, sonreír”. Sólo salía en defensa de la justicia cuando la injuria ofendía cosas de Dios o a terceras personas inocentes. Corazón manso y humilde de Jesús, por intercesión de San Josemaría, haz mi corazón semejante al tuyo.

ORACIÓN FINAL

Oh Dios, que por mediación de la Santísima Virgen otorgaste a San Josemaría, sacerdote, gracias innumerables, escogiéndole como instrumento fidelísimo para fundar el Opus Dei, camino de santificación en el trabajo profesional y en el cumplimiento de los deberes ordinarios del cristiano: haz que yo sepa también convertir todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte, y de servir con alegría y con sencillez a la Iglesia, al Romano Pontífice y a las almas, iluminando los caminos de la tierra con la luminaria de la fe y del amor. Concédeme por la intercesión de San Josemaría el favor que te pido… (pídase). Así sea.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Quinto Día de la Novena 
a San Josemaría Escrivá de Balaguer


Por la señal de la Santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

QUINTO DÍA
Para Vencer el Resentimiento

REFLEXIÓN

¡Qué alma más estrecha la de los que guardan celosamente su «lista de agravios»!… Con esos desgraciados es imposible convivir (Surco, 738). Perdonar. ¡Perdonar con toda el alma y sin resquicio de rencor! Actitud siempre grande y fecunda. —Ese fue el gesto de Cristo al ser enclavado en la cruz: «Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen», y de ahí vino tu salvación y la mía (Surco, 805). Dios no se escandaliza de los hombres. Dios no se cansa de nuestras infidelidades (Es Cristo que pasa, 64). Nunca he maltratado a nadie que me haya vuelto la espalda, ni siquiera cuando a mis deseos de ayudar me han pagado con un descaro (Amigos de Dios, 59).

INTENCIÓN

Dios mío, yo sé que el resentimiento es una herida que el amor propio, orgulloso, abre y remueve en el corazón, que es una gangrena que el odio cultiva dentro del alma. Yo lo temo, Dios mío, porque ya lo descubrí dentro de mí, aferrado como un cáncer. Alguien decía que el resentimiento es el horno del diablo. Tenía razón. Yo también siento que el rencor es un fuego maldito que quema el amor, la comprensión y la paz que deberían marcar siempre la relación entre los hijos de Dios. ¡Líbrame de él, Jesús! Ayúdame a expulsar ese mal por medio de la confesión frecuente. Concédeme, por intercesión de San Josemaría, fuerzas del Cielo para perdonar, para olvidar. Que yo no guarde ningún rencor. Al contrario, que guarde mis amarguras dentro de tu corazón y allí aprenda a decir: “¡Padre, perdónalos!” (Lc 23, 34).

ORACIÓN FINAL

Oh Dios, que por mediación de la Santísima Virgen otorgaste a San Josemaría, sacerdote, gracias innumerables, escogiéndole como instrumento fidelísimo para fundar el Opus Dei, camino de santificación en el trabajo profesional y en el cumplimiento de los deberes ordinarios del cristiano: haz que yo sepa también convertir todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte, y de servir con alegría y con sencillez a la Iglesia, al Romano Pontífice y a las almas, iluminando los caminos de la tierra con la luminaria de la fe y del amor. Concédeme por la intercesión de San Josemaría el favor que te pido… (pídase). Así sea.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Sexto Día de la Novena 
a San Josemaría Escrivá de Balaguer

Por la señal de la Santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

SEXTO DÍA
Para Vencer las Discordias Familiares

REFLEXIÓN

La convivencia es posible cuando todos tratan de corregir las propias deficiencias y procuran pasar por encima de las faltas de los demás (Conversaciones, 108). La paciencia es la que nos impulsa a ser comprensivos con los demás, persuadidos de que las almas, como el buen vino, se mejoran con el tiempo (Amigos de Dios, 78). El amor debe ser sacrificado, diario, hecho de mil detalles de comprensión, de sacrificio silencioso, de entrega que no se nota (Es Cristo que pasa, 36). De callar no te arrepentirás nunca: de hablar, muchas veces (Camino, 639).

INTENCIÓN

Dios mío, Tú sabes que me cuesta mucho disculpar, en la vida familiar, las faltas de consideración para conmigo: faltas de atención, de respeto, de paciencia y de delicadeza; y sabes que me cuesta aún más admitir que también yo caigo en esas mismas faltas. Te pido ayuda para que, con tu gracia y, por la intercesión de San Josemaría, sea capaz de vencer la falsa autoestima y de vivir como nos pide San Pablo: “con toda humildad y mansedumbre, con longanimidad, sobrellevándoos unos a otros con caridad” (Ef 4, 2). Líbrame, Señor, de la obsesión temeraria de considerar que sólo yo tengo la razón; de la grosería, de la impaciencia ante pequeñas faltas, de las discusiones por cosas sin trascendencia… Te pido la caridad de saber callar, sonreír, hacer buena cara, y pedir disculpas por mis excesos al corregir. Y si hubiera necesidad, te pido el espíritu heroico del perdón con que acogiste a Judas en el huerto, en la hora de la traición.

ORACIÓN FINAL

Oh Dios, que por mediación de la Santísima Virgen otorgaste a San Josemaría, sacerdote, gracias innumerables, escogiéndole como instrumento fidelísimo para fundar el Opus Dei, camino de santificación en el trabajo profesional y en el cumplimiento de los deberes ordinarios del cristiano: haz que yo sepa también convertir todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte, y de servir con alegría y con sencillez a la Iglesia, al Romano Pontífice y a las almas, iluminando los caminos de la tierra con la luminaria de la fe y del amor. Concédeme por la intercesión de San Josemaría el favor que te pido… (pídase). Así sea.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Séptimo Día de la Novena 
a San Josemaría Escrivá de Balaguer



Por la señal de la Santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

SÉPTIMO DÍA
Para Dar el Primer Paso

REFLEXIÓN

Nuestro Padre del Cielo perdona cualquier ofensa, cuando el hijo vuelve de nuevo a Él, cuando se arrepiente y pide perdón. Nuestro Señor es tan Padre, que previene nuestros deseos de ser perdonados, y se adelanta, abriéndonos los brazos con su gracia (Es Cristo que pasa, 64). El Señor tomó la iniciativa, viniendo a nuestro encuentro. Nos dio ese ejemplo (Amigos de Dios, 228). En el Sacramento de la Penitencia es donde tú y yo nos revestimos de Jesucristo y de sus merecimientos (Camino, 310).

INTENCIÓN Dios, Padre de misericordia, abro el Evangelio y veo que Jesús me pide dar siempre el primer paso de la reconciliación, ser yo el primero en tomar la iniciativa de pedir y ofrecer perdón; “deja allí tu ofrenda ante el altar, ve primero a reconciliarte con tu hermano” (Mt 5, 24). Es justo que me pidas hacer lo mismo que Tú hiciste. De hecho, San Pablo dice que “siendo todavía pecadores, Cristo murió por nosotros” (Rm 5, 8). Dios mío, ¡cómo me cuesta dar ese paso cuando estoy convencido de que yo tengo la razón, y de que el ofendido soy yo! Me parece algo sobrehumano. ¡Sólo con tu fuerza, Señor! San Josemaría, intercede por mí, para que me decida a buscar el auxilio de Dios, haciendo una confesión sincera, pues es, en ese sacramento, que puedo encontrar la gracia que necesito.

ORACIÓN FINAL

Oh Dios, que por mediación de la Santísima Virgen otorgaste a San Josemaría, sacerdote, gracias innumerables, escogiéndole como instrumento fidelísimo para fundar el Opus Dei, camino de santificación en el trabajo profesional y en el cumplimiento de los deberes ordinarios del cristiano: haz que yo sepa también convertir todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte, y de servir con alegría y con sencillez a la Iglesia, al Romano Pontífice y a las almas, iluminando los caminos de la tierra con la luminaria de la fe y del amor. Concédeme por la intercesión de San Josemaría el favor que te pido… (pídase). Así sea.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.


Octavo Día de la Novena
 a San Josemaría Escrivá de Balaguer

Por la señal de la Santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

OCTAVO DÍA
Para Devolver Bien por Mal

REFLEXIÓN

A nuestra reincidencia en el mal, responde Jesús con su insistencia en redimirnos, con abundancia de perdón (Via Crucis, VII estación). Valen tanto los hombres, su vida y su felicidad, que el mismo Hijo de Dios se entrega para redimirlos, para limpiarlos, para elevarlos (Es Cristo que pasa, 165). Tarea del cristiano: ahogar el mal en abundancia de bien (Surco, 864). Acostúmbrate a apedrear a esos pobres «odiadores», como respuesta a sus pedradas, con Avemarías (Forja, 650).

INTENCIÓN

Buen Jesús, yo reconozco que, cuando me siento ofendido, comienza a hervir dentro de mí el deseo del desquite. ¡Exactamente lo que Tú no hiciste! ¡Qué difícil es contener la fantasía de las venganzas pequeñas o grandes que mi imaginación construye. Y, sin embargo, sé que debería pensar en perdonar! Haz, Señor, que, cuando me sienta así, vengan a mi memoria tus palabras: “Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persigan” (Mt 5, 44), y las de San Pablo: “no te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien” (Rm 12, 21). Yo te suplico, Señor, que la meditación de las palabras de San Josemaría para el día de hoy despierten en mí, por su intercesión, decisiones de rezar siempre por los que me causan un mal y de desearles el bien, de “ahogar el mal en abundancia de bien”.

ORACIÓN FINAL

Oh Dios, que por mediación de la Santísima Virgen otorgaste a San Josemaría, sacerdote, gracias innumerables, escogiéndole como instrumento fidelísimo para fundar el Opus Dei, camino de santificación en el trabajo profesional y en el cumplimiento de los deberes ordinarios del cristiano: haz que yo sepa también convertir todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte, y de servir con alegría y con sencillez a la Iglesia, al Romano Pontífice y a las almas, iluminando los caminos de la tierra con la luminaria de la fe y del amor. Concédeme por la intercesión de San Josemaría el favor que te pido… (pídase). Así sea.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Noveno Día de la Novena 
a San Josemaría Escrivá de Balaguer

Por la señal de la Santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

NOVENO DÍA
Para Pedir la ayuda de nuestra Señora

REFLEXIÓN

Debió de sufrir mucho el Corazón dulcísimo de María, al presenciar aquella crueldad colectiva, aquel ensañamiento que fue, de parte de los verdugos, la Pasión y Muerte de Jesús. Pero María no habla. Como su Hijo, ama, calla y perdona. Esa es la fuerza del amor (Amigos de Dios, 237). Cuando somos de verdad hijos de María comprendemos esa actitud del Señor, de modo que se agranda nuestro corazón y tenemos entrañas de misericordia (Es Cristo que pasa, 146). Acostúmbrate a poner tu pobre corazón en el Dulce e Inmaculado Corazón de María, para que te lo purifique de tanta escoria, y te lleve al Corazón Sacratísimo y Misericordioso de Jesús (Surco, 830).

INTENCIÓN

Madre de misericordia, consoladora de los afligidos, refugio de los pecadores, Tú que estuviste unida al sacrificio de Jesús, cuando derramaba la sangre en la Cruz para limpiarnos de nuestro pecados, ten compasión de nosotros, pobres pecadores, que no conseguimos perdonar. Haz que, cuando sintamos que nos quema el rencor, la rabia o el deseo de venganza, nos acordemos de Ti; haz que no olvidemos que tenemos una Madre que nos ama y que quiere ablandar la dureza de nuestro corazón con el calor de su corazón inmaculado. Acógenos, Madre, en tu regazo como niños pequeños; calma con tu sonrisa nuestra cólera; consíguenos de tu Hijo el don de disculpar, de olvidar y de no remover amarguras; y también el de amar y querer bien a los que no nos quieren bien. Llévanos, Madre —como pide San Josemaría—, bien adentro del Corazón Sacratísimo y Misericordioso de Jesús.

ORACIÓN FINAL

Oh Dios, que por mediación de la Santísima Virgen otorgaste a San Josemaría, sacerdote, gracias innumerables, escogiéndole como instrumento fidelísimo para fundar el Opus Dei, camino de santificación en el trabajo profesional y en el cumplimiento de los deberes ordinarios del cristiano: haz que yo sepa también convertir todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte, y de servir con alegría y con sencillez a la Iglesia, al Romano Pontífice y a las almas, iluminando los caminos de la tierra con la luminaria de la fe y del amor. Concédeme por la intercesión de San Josemaría el favor que te pido… (pídase). Así sea.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

SAN ALBERTO CHMIELOWSKI, QUIÉN INSPIRÓ LA VOCACIÓN DE SAN JUAN PABLO II, 17 DE JUNIO


Hoy es la fiesta de San Alberto Chmielowski, quien inspiró la vocación de San Juan Pablo II
Por Diego López Marina


 17 Jun. 16 /  (ACI).- San Alberto Chmielowski fue un pintor de profesión y religioso polaco que inspiró la vocación del Papa San Juan Pablo II; asimismo, fundó los “Hermanos” y las “Hermanas” de la Tercera Orden de San Francisco, Servidores de los Pobres.

El santo nació en un pequeño pueblo del reino de Polonia (parte del Imperio ruso) el 20 de agosto de 1845. Su familia era noble; creció en un clima de ideales patrióticos y de amor hacia los pobres.

“A sus 17 años (1863), siendo estudiante de la escuela de agricultura, participó en la lucha insurreccional por librar a su patria del yugo extranjero, y en esa lucha sufrió la mutilación de una pierna. Buscó el significado de su vocación a través de la actividad artística, dejando obras que aún hoy impresionan por una particular capacidad expresiva”, relató San Juan Pablo II durante la misa de canonización de este santo.

En 1874, siendo ya un artista maduro, decidió dedicar “el arte, el talento y sus aspiraciones a la gloria de Dios”. Comenzaron así a predominar en sus actividades artísticas los temas religiosos.

Uno de los mejores cuadros, el “Ecce Homo”, fue el resultado de una experiencia profunda del amor misericordioso de Cristo hacia el hombre, experiencia que llevó a Chmielowski a su transformación espiritual.


Años más tarde decidió renunciar al arte y dedicar su vida a servir a los marginados. En 1888 pronunció los votos religiosos en la congregación de los Hermanos de la Orden Tercera de San Francisco.

Alberto organizó asilos para pobres, casas para mutilados e incurables, envió a las hermanas de su congregación a trabajar en hospitales militares, fundó comedores públicos para pobres, y asilos y orfanotrofios para niños y jóvenes sin techo.

Gracias a su espíritu emprendedor, cuando murió dejó fundadas 21 casas religiosas en las cuales prestaban su trabajo 40 hermanos y 120 religiosos.

El santo falleció de cáncer de estómago en 1916 en Cracovia en el asilo fundado por él. Fue beatificado en Cracovia el 22 de junio de 1983 por el Papa Juan Pablo II, quien también lo canonizó el 12 de noviembre de 1989 en Roma.


LOS SANTOS DE HOY VIERNES 17 DE JUNIO DEL 2016

Manuel, Sabel e Ismael, Santos
Mártires, 17 de junio
Rainiero de Pisa, SantoRainiero de Pisa, Santo
Trovador, Junio 17
Pablo Burali, BeatoPablo Burali, Beato
Cardenal, Junio 17
Teresa de Portugal, SantaTeresa de Portugal, Santa
Cisterciense, Junio 17
Joseph-Marie Cassant, BeatoJoseph-Marie Cassant, Beato
Monje Trapense, 17 de junio
Avito, SantoAvito, Santo
Abad, Junio 17

EL EVANGELIO Y MEDITACIÓN DE HOY VIERNES 17 DE JUNIO DEL 2016


Día litúrgico: Viernes XI del tiempo ordinario
Texto del Evangelio (Mt 6,19-23): 

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No os amontonéis tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen, y ladrones que socavan y roban. Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón. 

»La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará luminoso; pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará a oscuras. Y, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué oscuridad habrá!».

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«Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben»
Rev. D. Lluís RAVENTÓS i Artés 
(Tarragona, España)



Hoy, el Señor nos dice que «la lámpara del cuerpo es el ojo» (Mt 6,22). Santo Tomás de Aquino entiende que con esto —al hablar del ojo— Jesús se refiere a la intención del hombre. Cuando la intención es recta, lúcida, encaminada a Dios, todas nuestras acciones son brillantes, resplandecientes; pero cuando la intención no es recta, ¡que grande es la oscuridad! (cf. Mt 6, 23).

Nuestra intención puede ser poco recta por malicia, por maldad, pero más frecuentemente lo es por falta de sensatez. Vivimos como si hubiésemos venido al mundo para amontonar riquezas y no tenemos en la cabeza ningún otro pensamiento. Ganar dinero, comprar, disponer, tener. Queremos despertar la admiración de los otros o tal vez la envidia. Nos engañamos, sufrimos, nos cargamos de preocupaciones y de disgustos y no encontramos la felicidad que deseamos. Jesús nos hace otra propuesta: «Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben» (Mt 6,20). El cielo es el granero de las buenas acciones, esto sí que es un tesoro para siempre.

Seamos sinceros con nosotros mismos, ¿en qué empleamos nuestros esfuerzos, cuáles son nuestros afanes? Ciertamente, es propio del buen cristiano estudiar y trabajar honradamente para abrirse paso en el mundo, para sacar adelante la familia, asegurar el futuro de los suyos y la tranquilidad de la vejez, trabajar también por el deseo de ayudar a los otros... Sí, todo esto es propio de un buen cristiano. Pero si aquello que tú buscas es tener más y más, poniendo el corazón en estas riquezas, olvidándote de las buenas acciones, olvidándote de que en este mundo estamos de paso, que nuestra vida es una sombra que pasa, ¿no es cierto que —entonces— tenemos el ojo oscurecido? Y si el sentido común se enturbia, «¡qué oscuridad habrá!» (Mt 6,23).

jueves, 16 de junio de 2016

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 16 DE JUNIO DEL 2016


Dios sabe lo que necesitamos

Tiempo Ordinario



Tiempo Ordinario. La oración que elevemos a Dios tiene que ser sencilla,hecha con el corazón. 



Por: Carlos Llaca | Fuente: Catholic.net 




Del santo Evangelio según san Mateo 6, 7-15
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Y al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados. No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo. Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo. Nuestro pan cotidiano dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores; y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal. Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas. 

Oración introductoria
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, ven a esta oración para que sea el medio para crecer en el amor que perdona, libra del mal y de la tentación.

Petición
Ayúdame a hacer verdadera oración, Señor.

Meditación del Papa Francisco
Si por tanto hay alguno que puede explicar hasta el fondo la oración de “Padre nuestro”, enseñada por Jesús, estos son precisamente quienes viven en primera persona la paternidad. Sin la gracia que viene del Padre que está en los cielos, los padres pierden valentía y abandonan el campo. Pero los hijos necesitan encontrar un padre que les espera cuando vuelven de sus fracasos. Harán de todo para no admitirlo, para no mostrarlo, pero lo necesitan: y el no encontrarlo abre en ellos heridas difíciles de sanar.
La Iglesia, nuestra madre, está comprometida con apoyar con todas sus fuerzas la presencia buena y generosa de los padres en las familias, porque ellos son para las nuevas generaciones cuidadores y mediadores insustituibles de la fe en la bondad, en la fe y en la justicia y en la protección de Dios, como san José. (S.S. Francisco, audiencia del 4 de febrero de 2015,).
Reflexión
Jesús, cuando enseña el Padre Nuestro a sus discípulos, y a nosotros a través de ellos, nos da la pauta y el camino para que nuestra oración sea escuchada por Dios: "No charléis mucho con los gentiles que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados..."

Quiere decir que la oración que elevemos a Dios tiene que ser sencilla, hecha con el corazón, pensando en Dios y sus intereses, no en nosotros mismos.

Por ejemplo, Es diferente orar pidiendo que me vaya bien en los negocios, aunque haya que pasar por encima de mi prójimo, a decirle a Dios en la oración que me dé la fuerza para superar esa actitud de odio o disgusto contra el tipo que ayer me gritó en la tienda cuando fui a comprar algo de despensa.

En el primer ejemplo la petición está hecha en base a mis propios intereses y nada más. En el segundo, en cambio, la petición es justa porque se quiere superar un defecto propio por amor a Dios y el prójimo y no por amor a mí mismo ni mis cosas.

Ahora, Dios es infinitamente misericordioso. Pero también infinitamente justo. Por eso Jesús nos advierte que cuando queramos ser perdonados tenemos que perdonar a los que nos ofenden, si es que queremos ser perdonados por Dios. Cada vez que vamos al confesionario le pedimos perdón a Dios por haberle ofendido en la persona de nuestro hermano. Y nos lo da. ¿Es que acaso no vamos a perdonar las ofensas que recibimos siendo nosotros perdonados por lo que hacemos contra Dios, que siempre es más grave? ¿Es justo que seamos siempre perdonados sin nosotros perdonar ni una vez?

Por tanto, vivamos hoy y siempre coherentemente con Dios y nuestros hermanos en Cristo.

Propósito
Cuando se me presente una tentación para hacer o consentir el mal, rezaré de inmediato un padrenuestro.

Diálogo con Cristo
Jesucristo, ¡Venga tu Reino! Ésta es la aspiración de mi vida, que tu Reino se establezca y se realice en este mundo, iniciando en mi propia persona. Por eso te doy gracias por esta oración, permite que sepa escucharte, sentirte y seguirte.

HOY ES LA FIESTA DE SAN JUAN FRANCISCO REGIS, PATRONO DE LOS JESUITAS EN FRANCIA, 16 DE JUNIO


Hoy es la fiesta San Juan Francisco Régis, patrono de los jesuitas de Francia
Por Diego López Marina


 16 Jun. 16  (ACI).- San Juan Francisco Régis fue un sacerdote misionero de la Compañía de Jesús, patrono de dicha orden en Francia, y según las palabras del Papa Pío XII, patrono de los misioneros rurales.

Juan Francisco fue discípulo de San Francisco Javier, y tras su muerte, fue venerado por San Juan María Vianney y San Marcelino Champagnat.

Nació el 31 de enero de 1597 en una pequeña aldea de la región de Languedoc en Francia. Estudió en un prestigioso colegio jesuita de la ciudad de Béziers desde 1611 y después ingresó a la Congregación Mariana (hoy Comunidades de Vida cristiana, CVX).


El apostolado entre los humildes lo obligó a preguntarse sobre su futuro. Empezó a reflexionar y discernir su vocación hasta que entendió que el Señor lo había llamado a consagrar su vida a través del sacerdocio.

El 8 de diciembre de 1616, a los 19 años, ingresó a la Compañía de Jesús en el Noviciado de Toulouse. Allí demostró tal fervor que uno de sus compañeros llegó a declarar: "Juan Francisco se humilla él mismo hasta el extremo, pero demuestra por los demás un aprecio admirable”.

En 1631, a los 33 años, fue ordenado de sacerdote y al año siguiente lo destinaron a un trabajo que estaba muy de acuerdo con sus aspiraciones y con su fuerte constitución física: dedicarse a predicar misiones entre el pueblo.

Se desarrolló en este trabajo con tal energía que sus compañeros exclamaban: "Juan Francisco hace el oficio de 5 misioneros". En 43 años de vida, 24 como religioso, 10 como sacerdote y 9 como misionero popular, logró inmensos éxitos y tuvo el mismo calificativo en todos los sitios donde estuvo predicando: "el santo".

También estableció refugios para prostitutas y trabajó con las víctimas de la plaga en Toulouse. Estableció la Confraternidad del Bendito Sacramento; y recaudaba dinero y comida de la gente próspera para dársela a los pobres.

El santo falleció en 1640 e inmediatamente comenzó la devoción popular hacia él. Fue beatificado el 18 de mayo de 1716, y canonizado el 16 de junio de 1737.


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San Juan Francisco Regis nace en el año 1579 en Narbona- Francia. Es hijo de Jean Régis y Margarite de Cugunhan, estudió en el Colegio Jesuita de Béziers. A la edad de 19 años empieza a sentir desinterés por a vida mundana.

Entró en el noviciado de Toulouse el 8 de diciembre 1616. Demostró tal fervor que uno de sus compañeros comenta: "Juan Francisco se humilla él mismo hasta el extremo, pero demuestra por los demás un aprecio admirable". Su compañero de habitación un día lo acusó ante su superior diciendo que pocas horas eran las que dormía y que se pasaba largos ratos rezando en la capilla, a lo que el Padre Rector respondió: "No le impidas sus devociones. No te opongas a sus comunicaciones con Dios. a mi me parece que este joven es un santo y que un día nuestra Comunidad celebrará una fiesta en su honor". Palabras que finalmente resultaron proféticas.

Se ordenó a los 33 años como sacerdote. Enseñó gramática en los colegios de Millau de 1619 a 1625,de Le Puy en Velay de 1625 a 1627 y Auch de 1627 a 1628, tras lo cual pasó largos años predicando entre los pobres en zonas controladas por los hugonotes, viviendo en el colegio jesuita de Montpellier. A este trabajo le dedicó tal energía que sus compañeros exclamaban: "Juan Francisco hace el oficio de 5 misioneros".

En 1634, se puso a disposición del obispo de Viviers. Le ayuda en la visita a los pobres de la zona sur de la diócesis. Es en las escarpadas montañas de Boutières particularmente muestra sus cualidades como misionero. Atrae a los gente por su gran bondad y sus palabras sencillas. Su estilo de prédica era sencillo y directo, excelente para el entendimiento de los analfabetos. Sus sermones atraían a muchas personas, incluso a herejes; por lo que os oyentes comentaban: "Este padre no dice solamente lo que sabe, sino que parece que lo que está diciendo lo estuviera viendo". Un predicador de fama lo fue a escuchar y comentó: "El Padre Juan Francisco predica con extrema sencillez y convierte pecadores por millares y nosotros que predicamos con tanta elegancia, ¿a quién logramos convertir?". Otro de los testigos de su prédica cuenta: "Lo que a mí me admira es que un hombre de tan pobre presencia, con su sotana llena de remiendos, diciendo lo que todos dicen, sin adornos en su lenguaje, siendo a veces tan duro en su hablar, tiene tan grande inspiración divina que uno no es capaz de escucharle y seguir en paz con sus pecados".

Fue acusado por algunos Doctores ante el superior de los Jesuitas diciéndole que predicaba muy burdamente, que así deshonraba la dignidad de predicador. Ante estas acusaciones, el Superior Provincial fue a escucharlo y quedó profundamente impresionado, a lo que respondió a sus acusadores: "Ojalá quisiera Dios que todos los misioneros predicaran con toda unción como este sacerdote. El dedo de Dios está aquí. Si yo viviera en esta región, no me perdería ni un solo sermón de este padre".

Estableció refugios para prostitutas y trabajó con las víctimas de la plaga en Toulouse. Estableció la Confraternidad del Bendito Sacramento. Recaudaba dinero y comida de la gente próspera para dársela a los pobres.

En 1636, lo designaron en Le Puy en Velay. En el verano, trabaja en la ciudad, y durante el invierno se fue en una misión en las montañas.

Partir de diciembre de 1640, Padre Regis completando una misión en Monfaucon donde se encuentra la plaga. Él salió de la ciudad para bendecir y anunciando el fin de la epidemia. Él regresó en secreto por Le Puy en Velay. Durante tres días, es un retiro espiritual : "Interrumpí mi misión para prepararme para morir."

El 23 de diciembre 1640 se puso en camino con un muy malos tiempos. En el frío y la tormenta de nieve, el contrajo pleuresía. En la mañana del 24 de diciembre, se dirigió a la pequeña iglesia de La Louvesc y comienza su misión. Durante tres días de Navidad, trabajó incansablemente.

Miércoles, 26 de diciembre, después de la misa dicho a las dos de la tarde, el no puede ir al confesionario cuando parte del público es denso. Se encuentra cerca del altar y vuelve a confesar. Por la noche, se tambalea y cae. Fue llevado a la curación. Durante cinco días, que lucha contra la enfermedad.

El 31 de diciembre 1640, un poco antes de la medianoche, dijo al hermano Bideau "he estaba en mi peor momento." Y en seguida, "Oh mi hermano, veo a Nuestro Señor ya Nuestra Señora que me abrió el paraíso". Empezó a decir la palabra de Cristo que expira "Señor, en tus manos encomiendo mi espíritu." Después de haber terminado estas palabras, también acabó con su vida.

La devoción popular al Padre Juan Francisco Régis comenzó el día de su muerte. Fue uno de los más famosos misionero de la Compañía de Jesús y el discípulo de San Francisco Javier a pesar de su ministerio se ejerce fuera de Francia.

San Juan María Vianney y San Marcelino Champagnat fueron grandes devotos suyos, y atribuyeron a su intercesión poder salvar los escollos que les dificultaban el ingreso al seminario.

Fue beatificado el 18 de mayo de 1716, y canonizado el 16 de junio de 1737.

LOS SANTOS DE HOY JUEVES 16 DE JUNIO DEL 2016

Lutgarda, SantaLutgarda, Santa
Mística, Junio 16

Ciro (Ciriaco) y Julita, SantosCiro (Ciriaco) y Julita, Santos
Mártires, 16 de junio
Aureliano de Arlés, SantoAureliano de Arlés, Santo
Obispo, 16 de junio
María Teresa Scherer, BeataMaría Teresa Scherer, Beata
Cofundadora, Junio 16
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