sábado, 7 de mayo de 2016

LOS SANTOS DE HOY SÁBADO 7 DE MAYO DEL 2016

Francesco Paleari, BeatoFrancesco Paleari, Beato
Presbítero, 7 de mayo
Antonio de Kiev, SantoAntonio de Kiev, Santo
Eremita, Mayo 7
Agustín Roscelli, SantoAgustín Roscelli, Santo
Sacerdote y Fundador, Mayo 7
Rosa Venerini, SantaRosa Venerini, Santa
Maestra y Fundadora, 7 de mayo
Juan de Beverly, SantoJuan de Beverly, Santo
Obispo, 7 de mayo
Gisela de Hungría, BeataGisela de Hungría, Beata
Reina, Viuda y Abadesa, 7 de mayo
Flavia Domitila, SantaFlavia Domitila, Santa
Mártir, Mayo 7

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 7 DE MAYO DEL 2016



Cuanto pidan al Padre en mi nombre, se les concederá

Pascua




Juan 16, 23-28. Pascua. Dios tiene en abundancia todo eso que necesitamos. 



Por: Juan Gralla | Fuente: Catholic.net 




Del santo Evangelio según san Juan 16, 23-28
En verdad, en verdad os digo: lo que pidáis al Padre os lo dará en mi nombre. Hasta ahora nada le habéis pedido en mi nombre. Pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea colmado. Os he dicho todo esto en parábolas. Se acerca la hora en que ya no os hablaré en parábolas, sino que con toda claridad os hablaré acerca del Padre. Aquel día pediréis en mi nombre y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os quiere, porque me queréis a mí y creéis que salí de Dios. Salí del Padre y he venido al mundo. Ahora dejo otra vez el mundo y voy al Padre.

Oración introductoria
Señor, Tú dijiste que todo lo que pidiera en tu nombre me lo concederías. Te pido, Señor y Dios mío, la fe, la esperanza y el don de la caridad. Estas tres virtudes me bastan, con ellas puedo amarte, darte gloria, servirte y comunicarte a los demás.

Petición
Jesús, te suplico me concedas aquello que más necesite para ser un discípulo y misionero de tu amor.

Meditación del Papa
Después del gran descubrimiento de Jesucristo -nuestra vida, camino y verdad- entrando en el terreno de la fe, en "la tierra de la Fe", encontramos a menudo una vida oscura, dura difícil, una siembra con lágrimas, pero seguros de que la luz de Cristo, al final, nos da una gran cosecha.

Debemos aprender esto también en las noches oscuras; no olvidar que la luz está, que Dios ya está en medio de nuestras vidas y que podemos sembrar con la gran confianza de que el "sí" de Dios es más fuerte que todos nosotros. Es importante no perder este recuerdo de la presencia de Dios en nuestra vida, esta alegría profunda de que Dios ha entrado en nuestra vida, liberándonos: es la gratitud por el descubrimiento de Jesucristo, que ha venido a nosotros. Y esta gratitud se transforma en esperanza, es estrella de la esperanza que nos da la confianza, es la luz porque los dolores de la siembra son el inicio de la nueva vida, de la grande y definitiva alegría de Dios,Benedicto XVI, 13 de octubre de 2011.

Pidamos al Señor que nuestra oración siempre tenga esa raíz de fe, pidamos la gracia de la fe. La fe es un don y no se aprende en los libros. Un don del Señor que se debe pedir. Dame la fe. Creo, Señor, ayuda mi poca fe. Por ello, debemos pedir al Señor la gracia de rezar con fe, de estar seguros que cada cosa que pedimos a Él nos será dada, con esa seguridad que nos da la fe. Y esta es nuestra victoria: nuestra fe. (Homilía de S.S. Francisco, 14 de enero de 2016).
Reflexión
Si contásemos las cosas que pedimos a los demás durante el día, nos llevaríamos una sorpresa. Desde pedir la mermelada durante el desayuno, o el billete de metro en la taquilla, o el número de teléfono de un cliente... Nos pasamos el tiempo como pedigüeños, porque no hay nadie que lo tenga todo. Cada uno es necesario para los demás. Y por eso aportamos de lo que tenemos. De esta manera se construye la sociedad, con la puesta en común de los dones que cada uno posee.

Y si pedimos cosas materiales, ¿nos acordamos de pedir aquello que más necesitamos en nuestro interior? ¿Cuándo fue la última vez que pedimos a Dios el don de la fe? ¿Y el de vivir en gracia? ¿Cuántas veces le hemos pedido perdón en los últimos días?

Porque cada uno da lo que tiene. Y Dios tiene en abundancia todo eso que necesitamos; la fe, la gracia, el perdón...

Cristo también pidió muchas cosas a su Padre. Lo podemos leer en la oración del Padrenuestro, y en el capítulo 17 del evangelio de San Juan.

Jesús nos enseñó y nos invita a hacerlo hoy, pidiendo en su nombre, porque el Padre quiere a quienes creen en su Hijo.

Propósito
Hoy hablaré a alguien sobre la confianza que tengo de que Dios siempre escucha mi oración.

Diálogo con Cristo
Señor, dame la gracia de mantener siempre un buen humor, para poder ser ese testigo de la alegría al saberme amado por Ti. Ser misionero de la alegría y ser un misionero alegre, para los demás, que hermosa forma de poder corresponder a tanto amor que me das.

viernes, 6 de mayo de 2016

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 6 DE MAYO DEL 2016


Día litúrgico: Viernes VI de Pascua
Texto del Evangelio (Jn 16,20-23a):


 En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo. La mujer, cuando va a dar a luz, está triste, porque le ha llegado su hora; pero cuando ha dado a luz al niño, ya no se acuerda del aprieto por el gozo de que ha nacido un hombre en el mundo. También vosotros estáis tristes ahora, pero volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y vuestra alegría nadie os la podrá quitar. Aquel día no me preguntaréis nada».



«Vuestra tristeza se convertirá en gozo»
Rev. D. Joaquim FONT i Gassol 
(Igualada, Barcelona, España)


Hoy comenzamos el Decenario del Espíritu Santo. Reviviendo el Cenáculo, vemos a la Madre de Jesús, Madre del Buen Consejo, conversando con los Apóstoles. ¡Qué conversación tan cordial y llena! El repaso de todas las alegrías que habían tenido al lado del Maestro. Los días pascuales, la Ascensión y las promesas de Jesús. Los sufrimientos de los días de la Pasión se han tornado alegrías. ¡Qué ambiente tan bonito en el Cenáculo! Y el que se está preparando, como Jesús les ha dicho.

Nosotros sabemos que María, Reina de los Apóstoles, Esposa del Espíritu Santo, Madre de la Iglesia naciente, nos guía para recibir los dones y los frutos del Espíritu Santo. Los dones son como la vela de una embarcación cuando está desplegada y el viento —que representa la gracia— le va a favor: ¡qué rapidez y facilidad en el camino!

El Señor nos promete también en nuestra ruta convertir las fatigas en alegría: «Vuestra alegría nadie os la podrá quitar» (Jn 16,23) y «vuestra alegría será completa» (Jn 16,24). Y en el Salmo 126,6: «Al ir, va llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando trayendo sus gavillas».

Durante toda esta semana, la Liturgia nos habla de rejuvenecer, de exultar (saltar de alegría), de la felicidad segura y eterna. Todo nos lleva a vivir de oración. Como nos dice san Josemaría: «Quiero que estés siempre contento, porque la alegría es parte integrante de tu camino. —Pide esa misma alegría sobrenatural para todos».

El ser humano necesita reír para la salud física y espiritual. El humor sano enseña a vivir. San Pablo nos dirá: «Sabemos que todas las cosas contribuyen al bien de los que aman a Dios» (Rom 8,28). ¡He aquí una buena jaculatoria!: «¡Todo es para bien!»; «Omnia in bonum!».


Fuente:
http://evangeli.net/evangelio

LOS SANTOS DE HOY VIERNES 6 DE MAYO DEL 2016

Lucio de Cirene, SantoLucio de Cirene, Santo
Santo del Nuevo Testamento, 6 de mayo
Casimiro Gostynski, BeatoCasimiro Gostynski, Beato
Presbítero y Mártir, 6 de mayo
Eduardo Jones y Antonio Middleton, BeatosEduardo Jones y Antonio Middleton, Beatos
Presbíteros y Mártires, 6 de mayo
Francisco Montmorency-Laval, SantoFrancisco Montmorency-Laval, Santo
Obispo y Fundador, 6 de Mayo
María Catalina Troiani, BeataMaría Catalina Troiani, Beata
Fundadora, Mayo 6
Bartolomé Pucci-Franceschi, BeatoBartolomé Pucci-Franceschi, Beato
Presbítero Franciscano, mayo 6
Ana Rosa Gattorno, BeataAna Rosa Gattorno, Beata
Religiosa, Mayo 6
Venerio de Milán, SantoVenerio de Milán, Santo
Obispo, 6 de mayo
Pedro Nolasco, SantoPedro Nolasco, Santo
Presbítero y Fundador, 6 de mayo
Enrique Kaczorowski, BeatoEnrique Kaczorowski, Beato
Sacerdote y Mártir, 6 de mayo
Evodio de Antioquía, SantoEvodio de Antioquía, Santo
Obispo, 6 de mayo
Domingo Savio, SantoDomingo Savio, Santo
Memoria litúrgica, 6 de mayo

SANTO DOMINGO DE SAVIO, PATRONO DE LAS EMBARAZADAS, 6 DE MAYO


Hoy 6 de Mayo la Iglesia celebra a Santo Domingo Savio, Patrono de las embarazadas
Por Abel Camasca


 (ACI).- “¡Quiero ser santo!”, solía decir Santo Domingo Savio, patrono de los niños cantores y también de las embarazadas por haber cumplido en su vida una misión de la Virgen María, mientras era guiado por San Juan Bosco.

Domingo Savio nació Italia en 1842. Desde muy pequeño deseó ser sacerdote y al conocer a Don Bosco le pide ingresar al Oratorio de San Francisco de Sales en Turín.

Allí organizó la Compañía de María Inmaculada y con sus compañeros frecuentaba los sacramentos, rezaba el Rosario, ayudaba en los quehaceres y cuidaba a los niños difíciles. Además tenía un espíritu muy alegre, le gustaba jugar y estudiar.

San Juan Bosco escribió una biografía del joven santo y lloraba cada vez que la leía. En ella contaba que varias ocasiones vio a Domingo como arrobado después de recibir la Comunión hasta que cierto día, Don Bosco lo encontró en el coro del templo.


“Voy a ver –cuenta Don Bosco– y hallo a Domingo que hablaba y luego callaba, como si diese lugar a contestación; entre otras cosas entendí claramente estas palabras: ‘Sí, Dios mío, os lo he dicho y os lo vuelvo a repetir: os amo y quiero seguir amándoos hasta la muerte. Si veis que he de ofendemos, mandadme la muerte; sí, antes morir que pecar’”.

Cuando Don Bosco le preguntó qué hacía en esos momentos, Domingo le contestó: “es que a veces me asaltan tales distracciones que me hacen perder el hilo de mi oración, y me parece ver cosas tan bellas que se me pasan las horas en un instante”.


Durante el proceso de investigación para llevar a Domingo Savio a los altares, su hermana Teresa narró que cierta vez el Santo se presentó ante Don Bosco y le pidió permiso para ir a casa. Su formador le preguntó el motivo y el joven le contestó: “mi madre está muy delicada y la Virgen la quiere curar”.

Don Bosco le preguntó de quién había recibido noticias y Domingo contestó que de nadie, pero que él lo sabía. El sacerdote, que ya conocía de sus dones, le dio dinero para el viaje.

La mamá de Domingo estaba embarazada, pero sufriendo con fuertes dolores. Cuando el muchacho llegó a verla, la abrazó fuertemente, la besó y luego obedeció a su madre, quien le había pedido que fuera con unos vecinos.

Cuando llegó el doctor vio que la señora estaba repuesta de salud y mientras los vecinos la atendían, le vieron al cuello una cinta verde que estaba unida a una seda doblada y cosida como un escapulario. La sorprendente visita de Domingo a su madre se dio el 12 de septiembre de 1856, fecha del nacimiento de su hermana Catalina.

Tiempo después Domingo le dijo a su madre que conserve y preste aquel escapulario a las mujeres que lo necesiten. Así se hizo y muchas afirmaban después haber obtenido gracias de Dios con la ayuda del escapulario de la Virgen.

Domingo Savio retornó al oratorio salesiano, pero no por mucho tiempo. Su salud se resquebrajó más y a sugerencia de los médicos tuvo que despedirse de Don Bosco y sus compañeros para volver a su casa. Antes de morir, dijo: “¡Qué cosa tan hermosa veo!”. Partió a la Casa del Padre un 9 de marzo de 1857 con catorce años edad. Su fiesta se celebra cada 6 de mayo.

jueves, 5 de mayo de 2016

HOY 5 DE MAYO SE CONMEMORA A SAN ÁNGEL, MÁRTIR DE LOS CARMELITAS


Hoy 5 de mayo se conmemora a San Ángel, Mártir de los carmelitas
Por Diego López Marina



 (ACI).- San Ángel fue uno de los primeros sacerdotes miembros de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo; convirtió a muchos con su predicación y milagros, y fue martirizado hacia el 1226 en Sicilia, Italia.

Este santo nació en Jerusalén en el 1185. Según la tradición, sus padres fueron judíos convertidos al cristianismo después de que la Santísima Virgen María se les apareciera.

Desde niño se mostró con extraordinarios dones espirituales e intelectuales. A los 15 años hablaba ya el griego, latín y hebreo. Y a los 25 decidió entrar a la orden los Carmelitas que habitaban en el convento de Santa Ana (Jerusalén), lugar en el que realizó su profesión de fe.

Durante cinco años vivió como ermitaño en el Monte Carmelo, donde se le apareció el mismo Jesús mostrándole el mal que le esperaba a la Tierra Santa con la invasión de los musulmanes. Por ello el Señor le dijo que se dirija a Occidente para predicar y convertir a los pecadores.

Asimismo, tras ser ordenado sacerdote en 1218, recibió de su Orden la misión de viajar a Roma y obtener la aprobación de la nueva Regla del Carmelo de parte del Papa Honorio III, la cual conseguiría en 1226.

Tras predicar un tiempo en San Juan de Letrán (Roma), fue enviado a hacer lo mismo en Sicilia y convertir a los seguidores del catarismo, una herejía que condenaba el sacramento de matrimonio, negaban la resurrección de la carne, etc. También se le recuerda porque convirtió a más de 200 judíos en Palermo.

Sin embargo fue en la ciudad de Licata, cuando predicaba a una multitud, que fue acuchillado por una banda de malhechores. Herido de muerte, cayó de rodillas y oró por todo el pueblo y en particular por los que lo habían herido.

La Orden del Carmen lo venera como santo por lo menos desde 1456. Algunos afirman que su culto fue oficialmente reconocido por el papa Pío II en 1459. Su fiesta se celebra el 5 de mayo.

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 5 DE MAYO DEL 2016


Día litúrgico: Jueves VI de Pascua
Texto del Evangelio (Jn 16,16-20): 


En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver». Entonces algunos de sus discípulos comentaron entre sí: «¿Qué es eso que nos dice: ‘Dentro de poco ya no me veréis y dentro de otro poco me volveréis a ver’ y ‘Me voy al Padre’?». Y decían: «¿Qué es ese ‘poco’? No sabemos lo que quiere decir». Se dio cuenta Jesús de que querían preguntarle y les dijo: «¿Andáis preguntándoos acerca de lo que he dicho: ‘Dentro de poco no me veréis y dentro de otro poco me volveréis a ver?’. En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo».


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«Vuestra tristeza se convertirá en gozo»
Rev. D. Joan Pere PULIDO i Gutiérrez Secretario del obispo de Sant Feliu 
(Sant Feliu de Llobregat, España)


Hoy contemplamos de nuevo la Palabra de Dios con la ayuda del evangelista Juan. En estos últimos días de Pascua sentimos una inquietud especial por hacer nuestra esta Palabra y entenderla. La misma inquietud de los primeros discípulos, que se expresa profundamente en las palabras de Jesús —«Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver» (Jn 16,16)— concentra la tensión de nuestras inquietudes de fe, de búsqueda de Dios en nuestra vida cotidiana.

Los cristianos de hoy sentimos la misma urgencia que los cristianos del primer siglo. Queremos ver a Jesús, necesitamos experimentar su presencia en medio de nosotros, para reforzar nuestra fe, esperanza y caridad. Por esto, nos provoca tristeza pensar que Él no esté entre nosotros, que no podamos sentir y tocar su presencia, sentir y escuchar su palabra. Pero esta tristeza se transforma en alegría profunda cuando experimentamos su presencia segura entre nosotros.

Esta presencia, así nos lo recordaba Juan Pablo II en su última Carta encíclica Ecclesia de Eucharistia, se concreta —específicamente— en la Eucaristía: «La Iglesia vive de la Eucaristía. Esta verdad no expresa solamente una experiencia cotidiana de fe, sino que encierra en síntesis el núcleo del misterio de la Iglesia. Ésta experimenta con alegría cómo se realiza continuamente, en múltiples formas, la promesa del Señor: ‘He aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo’ (Mt 28,20). (...) La Eucaristía es misterio de fe y, al mismo tiempo, “misterio de luz”. Cada vez que la Iglesia la celebra, los fieles pueden revivir de algún modo la experiencia de los dos discípulos de Emaús: 'Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron' (Lc 24,31)».

Pidamos a Dios una fe profunda, una inquietud constante que se sacie en la fuente eucarística, escuchando y entendiendo la Palabra de Dios; comiendo y saciando nuestra hambre en el Cuerpo de Cristo. Que el Espíritu Santo llene de luz nuestra búsqueda de Dios.

LOS SANTOS DE HOY JUEVES 5 DE MAYO DEL 2016

Bienvenido de Recanati, BeatoBienvenido de Recanati, Beato
Religioso, 5 de mayo
Gregorio Frackowiak, BeatoGregorio Frackowiak, Beato
Mártir Polaco, Mayo 5
Mauronto de Douai, SantoMauronto de Douai, Santo
Abad, 5 de mayo
Avertino de Tours, SantoAvertino de Tours, Santo
Diácono, 5 de mayo
Nunzio Sulprizio, BeatoNunzio Sulprizio, Beato
Obrero Adolescente, Mayo 5
Angel de Jerusalén (de Sicilia), SantoAngel de Jerusalén (de Sicilia), Santo
Mártir Carmelita, 5 de mayo
Hilario de Arlés, SantoHilario de Arlés, Santo
Obispo, 5 de mayo

miércoles, 4 de mayo de 2016

SAN FLORIÁN, PATRONO DE POLONIA Y MÁRTIR, 4 DE MAYO


Hoy se conmemora a San Florián, Patrono de Polonia y Mártir
Por Diego López Marina




(ACI).- San Florián de Lorch fue un oficial del ejército romano, responsable de la brigada bomberos, que fue martirizado por su fe en tiempos de Diocleciano; es patrono de Polonia, de los bomberos, limpiadores de chimeneas, entre otros.

San Florián nació cerca del año 250 en la ciudad de Aelium Cetiumin, hoy conocida como Saint Pölten en Austria.

Según la tradición, cuando era comandante del ejército romano en Baviera (Alemania) y arribó el cónsul Aquilino con la disposición de hacer valer el edicto de persecución contra los cristianos, este se negó a apoyarlo. El principal motivo fue porque Florian profesaba el cristianismo y por ello decidió compartir la misma suerte que sus compañeros.


Actas de la época detallan que el mártir decidió entregarse a los soldados de Aquilino confesando su fe. Después, ante la negativa de adorar dioses romanos, recibió azotes y fue despellejado.

El Martirologio Romano indica que murió en Lorch, hoy Alemania, por orden directa de Aquilino. Fue arrojado desde el puente al río Enns con una piedra atada al cuello en el 304.

Posteriormente sus reliquias se trasladaron a Roma, y el Papa Lucio III, en 1138, regaló una parte de ellas al rey Casimiro de Polonia y al obispo de Cracovia. Desde entonces, se considera a San Florián como patrono de Linz, de Polonia y de Austria superior. Actualmente sus reliquias son veneradas en Cracovia, en la iglesia de San Florián.

A este santo se le suele representar con una cubeta de agua en la mano, porque según una leyenda detuvo un incendio tan solo con un balde de agua.

Además, San Florián tiene múltiples patronazgos como el del cuerpo de bomberos, los deshollinadores de chimeneas, fabricantes de jabón, cerveceros, viticultores; también se invoca su protección sobre los que están en peligro de ahogarse.

LOS SANTOS DE HOY MIÉRCOLES 4 DE MAYO DEL 2016

Afra de Brescia, SantaAfra de Brescia, Santa
Mártir, 4 de mayo
Ricardo Reynolds, SantoRicardo Reynolds, Santo
Mártir, 4 de máyo
Ladislao de Gielniow, BeatoLadislao de Gielniow, Beato
Presbítero, 4 de mayo
Juan Martín Moyë, BeatoJuan Martín Moyë, Beato
Presbítero y Fundador, 4 de mayo
Antonina de Nicea, SantaAntonina de Nicea, Santa
Mártir, 4 de mayo
Florián de Lorch, SantoFlorián de Lorch, Santo
Mártir, 4 de mayo

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 4 DE MAYO DEL 2016


Texto del Evangelio (Jn 16,12-15):

 En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. Cuando venga Él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir. Él me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros».

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«Cuando venga Él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa»
Rev. D. Santi COLLELL i Aguirre 
(La Garriga, Barcelona, España)


Hoy, Señor, una vez más, nos quieres abrir los ojos para que nos demos cuenta de que con demasiada frecuencia hacemos las cosas al revés. «El Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa» (Jn 16,13), aquello que el Padre ha dado a conocer al Hijo.

¡Es curioso!: más que dejarnos guiar por el Espíritu (¡qué gran desconocido en nuestras vidas!), lo que hacemos es, bien pasar de Él, bien “imponerle” las cosas una vez ya hemos tomado nuestras decisiones. Y lo que hoy se nos dice es más bien lo contrario: dejar que Él nos guíe.

Pienso, Señor, en voz alta... Vuelvo a leer el Evangelio de hoy y me vienen a la cabeza los chicos y chicas que recibirán la Confirmación este año. Veo los que me rodean y estoy tentado a pensar: —¡Qué verdes están! ¡A éstos, tu Espíritu no les va ni por delante ni por detrás; y más bien se dejan guiar por todo y por nada!

A quienes se nos considera adultos en la fe, haznos instrumentos eficaces de tu Espíritu para llegar a ser “contagiadores” de tu verdad; para intentar “guiar-acompañar”, ayudar a abrir los corazones y los oídos de quienes nos rodean.

«Mucho tengo todavía que deciros» (Jn 16,12). —¡No te retengas, Señor, en dirigirnos tu voz para revelarnos nuestras propias identidades! Que tu Espíritu de Verdad nos lleve a reconocer todo aquello de falso que pueda haber en nuestras vidas y nos haga valientes para enmendarlo. Que ponga luz en nuestros corazones para que reconozcamos, también, aquello que de auténtico hay dentro de nosotros y que ya participa de tu Verdad. Que reconociéndolo sepamos agradecerlo y vivirlo con alegría.

Espíritu de Verdad, abre nuestros corazones y nuestras vidas al Evangelio de Cristo: que sea ésta la luz que ilumine nuestra vida cotidiana. Espíritu Defensor, haznos fuertes para vivir la verdad de Cristo, dando testimonio a todos.

martes, 3 de mayo de 2016

SAN FELIPE Y SAN SANTIAGO APÓSTOL, 3 DE MAYO

Hoy 3 de mayo la Iglesia celebra a los santos apóstoles Felipe y Santiago
Por María Ximena Rondón



 (ACI).- Hoy 3 de mayo la Iglesia recuerda a los santos apóstoles Felipe y Santiago, quienes murieron mártires a causa de su fe en Cristo.

San Felipe nació en Betsaida y fue discípulo de San Juan el Bautista. Felipe fue uno de los primeros apóstoles llamados por Jesús. Él fue quien preguntó a Jesús sobre la repartición de los panes: “¿Cómo vamos a darle de comer a tanta gente?” (Jn 6, 5-7)  y también fueron los paganos quienes deseaban conocer al Señor. (Jn 12, 20-22). Además, Felipe le pidió a Cristo en la última cena que le “muestre al Padre” (Jn 14, 8-11).

Felipe fue además quien pidió permiso a Jesús para ir a enterrar a su padre. “Sígueme y deja a los muertos sepultar a sus muertos” (Mt 8,21).

Después de la Ascensión, Felipe recibió el Espíritu Santo en Pentecostés, junto con los otros apóstoles y la Virgen María. Posteriormente partió para evangelizar la región de Frigia, actualmente Turquía, Hungría, Ucrania y el Este de Rusia.

San Felipe fue martirizado y murió crucificado y apedreado en Hierápolis. En el siglo VI las reliquias del apóstol fueron llevadas a Roma y colocadas en la Basílica de los Doce Apóstoles. El martirologio de la Edad Media celebraba su fiesta el 1 de mayo pero se cambió la fecha para el 3 de mayo.

Santiago es llamado el “Hijo de Alfeo” y también se le conoce como “El primo del Señor” porque su madre era pariente de la Virgen. A él se le atribuye la autoría de la primera epístola católica. Una de sus frases más profundas y famosas es: “La fe sin obras, está muerta”.

También encontramos en Los Hechos de los Apóstoles menciones al apóstol donde señalan que era muy querido por la Iglesia de Jerusalén y que lo llamaban “el Obispo de Jerusalén”. San Pablo lo considera en su carta a los Gálatas, junto con San Pedro y San Juan, una de las principales columnas de la Iglesia. Además, el Apóstol de Gentes comenta que después de su conversión fue a visitar a Pedro, pero no encontró a ningún discípulo sino a Santiago. Incluso en la última visita de San Pablo a Jerusalén, este fue directamente a la casa de Santiago, donde se reunió con todos los jefes de la Iglesia de Jerusalén. (Hech. 21,15).

En los registros históricos de la época, Santiago es llamado “El Santo”. Los fieles aseguraban que nunca había cometido un pecado grave, ni tomaba licores ni comía carne. Más bien, el apóstol pasaba mucho tiempo orando y fue por eso que se le hicieron callos en las rodillas.

En sus oraciones, le pedía perdón a Dios por los pecados de su pueblo. Por esa razón, la gente lo llamaba: “El que intercede por el pueblo”. Estas acciones conmovieron a muchos judíos y por el ejemplo de Santiago se convirtieron.

El éxito de su evangelización provocó escándalo entre los fariseos y escribas. Por ello, en un día de fiesta el Sumo Sacerdote Anás II, aprovechando la concurrencia, le dijo: “Te rogamos que ya que el pueblo siente por ti grande admiración, te presentes ante la multitud y les digas que Jesús no es el Mesías o Redentor”. Ante este pedido, Santiago respondió: “"Jesús es el enviado de Dios para salvación de los que quieran salvarse. Y lo veremos un día sobre las nubes, sentado a la derecha de Dios".

Los sumos sacerdotes se enfurecieron por esa respuesta pues temían que todos los judíos se convirtieran al cristianismo. Entonces tomaron a Santiago y lo llevaron a la parte más alta del templo y desde allí lo echaron hacia el precipicio. El apóstol murió de rodillas mientras rezaba: “Padre Dios, te ruego que los perdones porque no saben lo que hacen".

EL EVANGELIO DE HOY MARTES 3 DE MAYO DEL 2016



Día litúrgico: 3 de Mayo: Santos Felipe y Santiago, apóstoles
Texto del Evangelio (Jn 14,6-14):

 En aquel tiempo, Jesús dijo a Tomás: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto». Le dice Felipe: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». Le dice Jesús: «¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre’? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Al menos, creedlo por las obras. En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré».



«Yo soy el camino, la verdad y la vida. (...) El que me ha visto a mí, ha visto al Padre»
Rev. D. Joan SOLÀ i Triadú 
(Girona, España)



Hoy celebramos la fiesta de los apóstoles Felipe y Santiago. El Evangelio hace referencia a aquellos coloquios que Jesús tenía sólo con los Apóstoles, y en los que procuraba ir formándolos, para que tuvieran ideas claras sobre su persona y su misión. Es que los Apóstoles estaban imbuidos de las ideas que los judíos se habían formado sobre la persona del Mesías: esperaban un liberador terrenal y político, mientras que la persona de Jesús no respondía en absoluto a estas imágenes preconcebidas.

Las primeras palabras que leemos en el Evangelio de hoy son respuesta a una pregunta del apóstol Tomás. «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí» (Jn 14,6). Esta respuesta a Tomás da pie a la petición de Felipe: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta» (Jn 14,8). La respuesta de Jesús es —en realidad— una reprensión: «¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe?» (Jn 14,9).

Los Apóstoles no acababan de entender la unidad entre el Padre y Jesús, no alcanzaban a ver al Dios y Hombre en la persona de Jesús. Él no se limita a demostrar su igualdad con el Padre, sino que también les recuerda que ellos serán los que continuarán su obra salvadora: les otorga el poder de hacer milagros, les promete que estará siempre con ellos, y cualquier cosa que pidan en su nombre, se la concederá.

Estas respuestas de Jesús a los Apóstoles, también nos las dirige a todos nosotros. San Josemaría, comentando este texto, dice: «‘Yo soy el camino, la verdad y la vida’. Con estas inequívocas palabras, nos ha mostrado el Señor cuál es la vereda auténtica que lleva a la felicidad eterna (...). Lo declara a todos los hombres, pero especialmente nos lo recuerda a quienes, como tú y como yo, le hemos dicho que estamos decididos a tomarnos en serio nuestra vocación de cristianos».

lunes, 2 de mayo de 2016

SAN ATANASIO, DOCTOR DE LA IGLESIA Y DEFENSOR DE LA ENCARNACIÓN - 2 DE MAYO


 San Atanasio, doctor de la Iglesia y defensor de la encarnación de Cristo 
 2 de Mayo



 (ACI).- Aunque sufrió la persecución, San Atanasio nunca dejó de defender la verdadera fe católica. Desde su juventud amó mucho a Jesucristo, lo que lo llevó a escribir grandes obras. Su nombre significa “El Inmortal”, como la huella que dejó en la Iglesia con su firme defensa de la fe ante las creencias paganas.

San Atanasio de Alejandría nació en el año 295 y desde niño fue testigo de las sangrientas persecuciones del Imperio Romano contra los cristianos. Tuvo una importante formación académica en filosofía y gramática. Dominaba tres idiomas (copto, griego común y griego clásico). Desde su juventud demostró talento para la escritura. Su primer escrito fue “Contra los paganos y la Encarnación del Verbo”.

Una de las controversias más importantes de su vida fue contra los arrianos. Arrio, sacerdote de Alejandría, difundió una doctrina errada afirmando que Cristo no era hombre verdadero. El Obispo de Alejandría llevó consigo a Atanasio al Concilio Ecuménico de Nicea para enfrentarlo y pedirle que se retracte de sus errores. Aunque el Santo al principio solo fue el moderador, se atrevió a refutar los argumentos de Arrio que no aceptó las precisiones, persistió en el error y fue excomulgado.


Atanasio escribió a los obispos numerosas cartas donde advertía del peligro que suponía tergiversar la doctrina y que sus aliados quedaban automáticamente excomulgados. Arrio respondía a esas cartas con injurias y maltratos. Esta controversia en Alejandría llegó a oídos del emperador Constantino, quien decidió poner fin al debate enviando un conciliador. Lamentablemente, el debate ya se había extendido en la Iglesia Oriental y fue difícil contenerlo. Constantino sabía que esta controversia ponía en peligro la estabilidad del Imperio romano.

En el año 326 Atanasio fue ordenado sacerdote por el Obispo Alejandro, a quien servía como secretario y vocero. Durante ese tiempo escribía tratados teológicos, predicaba y entabló amistad con San Antonio Abad.

Cuando murió Alejandro, el pueblo proclamó a Atanasio como su sucesor. Desde entonces fue visto como el defensor de la fe verdadera, que fue reiterada en Nicea, y también se convirtió en el enemigo de los  herejes, quienes aún tenían poder e influencia. Los arrianos no cesaron de perseguirlo y consiguieron desterrarlo de la ciudad. El nuevo sucesor del trono, Constancio II (hijo de Constantino) estaba bajo la influencia del obispo arriano Eusebio de Nicomedia.

En el año 356, 5 mil soldados rodearon la parroquia donde estaba para arrestarlo. El Obispo logró escapar y huyó al desierto donde fue acogido por los anacoretas. Dese allí siguió escribiendo a los files de Alejandría y escribió la biografía de San Antonio Abad, su amigo y compañero en la defensa contra las herejías.

En el año 362 el nuevo emperador, Juliano el Apóstata, emitió un edicto en el que pedía el regreso de todos los obispos exiliados, con el objetivo de propiciar la división dentro de la Iglesia y el paganismo. Los consejeros de Juliano percibían a Atanasio como un hombre peligroso y lograron que el emperador lo enviara al exilio. El Santo se escondió en el desierto hasta que Juliano murió. Entonces volvió a Alejandría por mandato del nuevo monarca Valente.

La persecución contra el doctor de Iglesia no terminaría ahí porque volvió a ser exiliado en el año 365. Pese a las tribulaciones, mantuvo firmes sus convicciones y tuvo una actitud vigilante. Su regreso a Alejandría se debió a que los fieles manifestaron su tristeza y reclamaron Atanasio como su verdadero Obispo.

Atanasio murió el 2 de mayo del año 373, luego de haber servido como obispo durante 45 años de Obispo y tras haber pasado 18 años de su vida en el destierro.
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