miércoles, 13 de abril de 2016

LOS SANTOS DE HOY: MIÉRCOLES 13 DE ABRIL DEL 2016

Albertino de Montone, BeatoAlbertino de Montone, Beato
Abad, 13 de abril
Rolando Rivi, BeatoRolando Rivi, Beato
Seminarista mártir, 13 de abril
Milón Gerard, BeatoMilón Gerard, Beato
Presbíteros y Mártires, 13 de abril
Juan Lockwood y Eduardo Catherick, BeatosJuan Lockwood y Eduardo Catherick, Beatos
Presbíteros y Mártires, 13 de abril
Urso de Ravena, SantoUrso de Ravena, Santo
Obispo, 13 de abril
Ida de Lovaina, BeataIda de Lovaina, Beata
Monja, 13 de abril
Ida de Boulogne, BeataIda de Boulogne, Beata
Laica Viuda, 13 de abril
Sabas Reyes Salazar, SantoSabas Reyes Salazar, Santo
Mártir Mexicano, 13 de abril
Scubilion Rousseau, BeatoScubilion Rousseau, Beato
Hermano Cristiano de La Salle, 13 de abril
Serafino Morazzone, BeatoSerafino Morazzone, Beato
Sacerdote, 13 de abril
Margarita de Cittá di Castello, BeataMargarita de Cittá di Castello, Beata
Laica Dominica, 13 de abril
Hermenegildo, SantoHermenegildo, Santo
Mártir, 13 de abril
Martín l, SantoMartín l, Santo
Papa y Mártir, 13 de abril

EL EVANGELIO DE HOY: MIÉRCOLES 13 DE ABRIL DEL 2016


Yo soy el pan de vida, el que venga a mí, no tendrá hambre

Pascua




Juan 6, 35-40. Cristo nos espera, porque quien camina hacia Él por la fe, nunca será rechazado. 



Por: José Noé Patiño | Fuente: Catholic.net 




Del santo Evangelio según san Juan 6, 35-40
En aquel tiempo dijo Jesús a la gente: Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed. Pero ya os lo he dicho: Me habéis visto y no creéis. Todo lo que me dé el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré fuera; porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Y esta es la voluntad del que me ha enviado; que no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite el último día. Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y que yo le resucite el último día.

Oración introductoria
Jesús, la promesa que haces de acoger siempre a quien se acerca a Ti me llena de confianza y entusiasmo. Quiero cumplir siempre tu voluntad. Haz que esta oración abra mi entendimiento, disponga mi voluntad y avive mi amor, para que nunca me estanque en el conformismo o en la mediocridad.

Petición
Te pedimos Señor que nos dé el alimento, la Eucaristía, , para poder alimentar también nuestro espíritu, y llegar a tener vida en Cristo.

Meditación del Papa Francisco
Lo contrario a cumplir la voluntad de Dios comenzó en el Paraíso, con la no obediencia de Adán. Y esa desobediencia ha llevado el mal a toda la humanidad. También los pecados son actos de no obedecer a Dios, de no hacer su voluntad. Sin embargo, el Señor nos enseña que este es el camino, no hay otro. Y comienza con Jesús, sí, en el Cielo, en la voluntad de obedecer al Padre.
Pero cumplir la voluntad de Dios «no es fácil». No fue fácil para Jesús que fue tentado en el desierto y en el huerto de los olivos. Tampoco lo fue para algunos discípulos, que lo dejaron porque no entendieron qué quería decir hacer la voluntad del Padre.
Tampoco es fácil para nosotros desde el momento que cada día nos presentan en una bandeja muchas opciones. Y así, ¿cómo hago para hacer la voluntad de Dios? Pidiendo la gracia de querer hacerlo. […]
Que el Señor nos dé la gracia, a todos, que un día pueda decir de nosotros lo que ha dicho de aquel grupo, de aquella multitud que lo seguía, los que estaban sentado en torno a Él, como hemos escuchado en el Evangelio. Y así hacer la voluntad de Dios nos hace ser parte de la familia de Jesús, nos hace madre, padre, hermana, hermano. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 27 de enero de 2015, en Santa Marta).
En Jesús, en su “carne” -es decir, en su concreta humanidad- está presente todo el amor de Dios, que es el Espíritu Santo. Quien se deja atraer por este amor va hacia Jesús, y va con fe, y recibe de Él la vida, la vida eterna. Aquella que ha vivido esta experiencia en modo ejemplar es la Virgen de Nazaret, María: la primera persona humana que ha creído en Dios acogiendo la carne de Jesús. Aprendamos de Ella, nuestra Madre, la alegría y la gratitud por el don de la fe. Un don que no es “privado”, un don que no es “propiedad privada”, sino que es un don para compartir: es un don “para la vida del mundo”. (Homilía de S.S. Francisco, 9 de agosto de 2015).


Reflexión
Todo el que vea al Hijo de Dios y crea en Él, es decir, quien lo reconoce y acoge mediante la fe, tendrá la vida eterna y resucitará en el último día. La fe es un don de Dios que nos dispone para asentir a las verdades reveladas por Dios. No es algo que se logre por un mero esfuerzo humano.
Pero es necesaria nuestra colaboración con Dios. Dios ha querido sentir necesidad de nosotros.
Hay cristianos que son como esos cantos redondos de los ríos, que a lo mejor llevan años dentro del agua, pero se rompen y en su interior están completamente secos. La falta no está en el cristianismo sino en esos corazones que son como el de los judíos del evangelio: "han visto pero no han creído".
Nada hemos de valorar tanto como este regalo de la fe. Por defender la fe, se da incluso la vida, como tantas veces ha ocurrido a lo largo de los siglos.

Pero no nos sintamos solos. Cristo nos espera con los brazos abiertos, porque quien camina hacia Él por la fe, nunca será rechazado.

Diálogo con Cristo 
Jesús, me doy cuenta que el ideal de cumplir siempre tu voluntad es costoso. El orgullo, la pereza espiritual o el miedo son obstáculos que necesito vencer, pero frecuentemente olvido que sólo tu gracia podrá lograr esa transformación de mi egoísmo y soberbia en amor a Ti y a los demás. Nunca permitas que me aparte de la fuente de esa gracia: tu Eucaristía.

Propósito
Para que recibir la Eucaristía nunca se convierta en un acto rutinario, hoy (y siempre) me prepararé lo mejor posible para recibirla y agradeceré a Dios su infinito amor.

SAN HERMENEGILDO, MÁRTIR Y PATRONO DE LOS CONVERSOS, 13 DE ABRIL


Hoy se celebra a San Hermenegildo, mártir y “patrono de los conversos”
Por Diego López Marina



 (ACI).- San Hermenegildo fue un príncipe visigodo formado dentro de la herejía arrianista que murió martirizado después de su conversión al catolicismo, específicamente por negarse a recibir la comunión de manos de un obispo arriano. Nació en Sevilla cerca del 564.

El arrianismo tiene su origen en el sacerdote alejandrino Arrio, quien formuló una herejía en contra del dogma de la Santísima Trinidad: la negación de la divinidad de Jesucristo. Esta fue adoptada por el pueblo visigodo durante su permanencia en el Imperio Romano de Oriente.

El último monarca que profesó esta herejía fue Leovigildo, padre de San Hermenegildo, quien afianzó en España el dominio del pueblo visigodo entre 1569 y 1586.

A pesar de que San Hermenegildo fue criado dentro de esta herejía, se casó con una princesa católica franca de nombre Ingunda en el 576, de la cual aprendió todo acerca de la fe.

Por otro lado su padre contrajo segundas nupcias con Goswintha viuda del rey Atanagildo, quien además era abuela de Ingunda y una fervorosa arriana anticatólica.

Goswintha era intransigente con Ingunda y trató de apartarla de la religión católica. Ante la negativa y para zanjar el entredicho, en el año 579 el rey Leovigildo envió a Hermenegildo a la ciudad de Bética (hoy Córdova, Andalucía), donde sería gobernador.

Sin embargo, ante el insostenible fanatismo religioso de su madrastra y la severidad con que su padre trataba a los católicos en España, San Hermenegildo se vio obligado a tomar las armas en protección de sus hermanos cristianos y de sí mismo.

Fue por ello que el ahora santo decidió alzarse en armas contra su padre, con el apoyo de Bética y Mérida, y se proclamó rey. Asimismo, formó una alianza con los bizantinos.

Tras cinco años de guerra civil, Hermenegildo fue derrotado y capturado en Sevilla por su padre. Después fue desterrado a Tarragona donde finalmente sería ejecutado con un mazo en la cabeza en la Pascua del año 585, por no querer recibir la comunión de manos de un obispo arriano.

El rey Leovigildo murió en el 586 y fue sucedido por el hermano de Hermenegildo, Recaredo, que un año después se convirtió al catolicismo. En el III Concilio de Toledo (589) los principales representantes del pueblo godo profesaron solemnemente la fe católica, fecha que marca la asociación de España y el catolicismo hasta hoy.

San Gregorio el Grande atribuye a los méritos de San Hermenegildo la conversión de su hermano Recaredo y de toda la España visigótica.

En 1585 Felipe II de España le pide al Papa Sixto V que autorice el culto al mártir Hermenegildo en todo el reino. Su festividad se escogió en el aniversario de su muerte, el 13 de abril.

San Hermenegildo fue oficialmente canonizado por el Papa Urbano VIII en 1639 y lo declaró “patrono de los conversos”.

lunes, 11 de abril de 2016

EL EVANGELIO DE HOY: LUNES 11 DE ABRIL DEL 2016



Maestro, ¿cuándo has llegado aquí?

Pascua




Juan. 6,22-29. Pascua. Ayúdame Señor a buscarte a Ti como único alimento que permanece para la vida eterna. 



Por: Víctor Alejandro Ramírez | Fuente: Catholic.net 





Del santo Evangelio según san Juan 6,22-29
Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del mar, vio que allí no había más que una barca y que Jesús no había montado en la barca con sus discípulos, sino que los discípulos se habían marchado solos. Pero llegaron barcas de Tiberíades cerca del lugar donde habían comido pan. Cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni tampoco sus discípulos, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaúm, en busca de Jesús. Al encontrarle a la orilla del mar, le dijeron: «Rabbí, ¿cuándo has llegado aquí?» Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: vosotros me buscáis, no porque habéis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado. Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre, porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello». Ellos le dijeron: « ¿Qué hemos de hacer para obrar las obras de Dios?» Jesús les respondió: «La obra de Dios es que creáis en quien él ha enviado».

Oración introductoria
Ilumina Señor mis pasos con tu palabra para que camine siempre por tus sendas. No dejes que convierta los medios en fines ni que pierda la conciencia de que sólo Tú eres el alimento que necesita mi alma en este peregrinar hacia el cielo. Te ofrezco esta meditación por todos aquellos hombres que sumergidos en las necesidades materiales no pueden levantar la vista hacia Ti.

Petición
Ayúdame Señor a buscarte a Ti como único alimento que permanece para la vida eterna.

Meditación del Papa Francisco
El buscar y encontrar a Dios en todas las cosas deja siempre un margen de incertidumbre. Si una persona dice que ha encontrado a Dios con certeza total y ni le roza un margen de incertidumbre, algo no va bien. Esto es una clave importante, que si uno tiene respuestas a todas las preguntas, estamos ante una prueba de que Dios no está con él. Recordemos a los grandes guías del pueblo de Dios, como Moisés, que siempre han dado espacio a la duda. Les invito a ser humildes, tenemos que hacer espacio al Señor, no a nuestras certezas.
Recomiendo buscar a Dios para hallarlo, y hallarlo para buscarle siempre. Es la experiencia de los grandes Padres de la fe. Les invito a releer el capítulo 11 de la Carta a los Hebreos. Abrahán, por la fe, partió sin saber a dónde iba. Todos nuestros antepasados en la fe murieron teniendo ante los ojos los bienes prometidos, pero muy a lo lejos... No se nos ha entregado la vida como un guion en el que ya todo está escrito, sino que consiste en andar, caminar, hacer, buscar, ver... Hay que embarcarse en la aventura de la búsqueda del encuentro y del dejarse buscar y dejarse encontrar por Dios. (Cf Comentario de S.S. Francisco, en entrevista de Antonio Spadaro, el 27 de septiembre de 2013).
Haciendo la Comunión con Él, recibimos su vida en nosotros y nos hacemos hijos del Padre celeste y hermanos entre nosotros. Haciendo la Comunión nos encontramos con Jesús realmente vivo y resucitado. Participar en la Eucaristía significa entrar en la lógica de Jesús, la lógica de la gratuidad, del compartir. Y aunque seamos pobres, todos podemos dar algo. “Hacer la Comunión” significa también obtener de Cristo la gracia que nos hace capaces de compartir con los otros lo que somos y lo que tenemos. (Homilía de S.S. Francisco, 26 de julio de 2015).
Reflexión 
Nuestra vida transcurre entre momentos de paz y de angustia, de alegría y de lágrimas, de bonanza y de necesidad. Una tendencia común es acordarse de Dios sólo en los momentos difíciles cuando necesitamos algo. Sin embargo, Dios nos espera con los brazos abiertos en todo momento, en cualquier circunstancia.

Busquemos acercarnos a Él no sólo en el dolor sino también en la paz y la alegría de cada día para agradecerle lo que tenemos o simplemente para compartir con Él pequeños momentos de amistad y de cariño, como lo hacemos con un hermano o con un padre. No reduzcamos nuestro trato con Dios a simples peticiones. Dios quiere concedernos lo que le pedimos pues conoce nuestras necesidades, pero además de esto, quiere estar con nosotros, simplemente estar con nosotros dialogando de las pequeñas cosas que nos ocurren cada día.

Propósito
Antes de acostarme agradecer a Dios con una pequeña oración el día que nos ha regalado y pedirle fuerzas para vivir cristianamente el día siguiente.

Oración con Cristo
Señor Jesús, que cuando te busque no sea sólo para pedirte por mis necesidades inmediatas sino porque quiera estar contigo como un amigo. Enséñame a apreciar tu compañía y a buscarte en todos los momentos de mi vida. Que sepa prescindir de mis planes y cálculos humanos para abandonarme confiadamente en tus manos y dejarme guiar por tu providencia hasta el cielo, mi destino último.


Si tienes afecto desordenado a los bienes presentes, perderás los del cielo... No puedes llenarte con ningún bien temporal, porque no fuiste creado solamente para gozarlos.(Tomás de Kempis. La imitación de Cristo Libro III, Capítulo 16)


Preguntas o comentarios al autor   Víctor Alejandro Ramírez

LOS SANTOS DE HOY: LUNES 11 DE ABRIL 2016

Barsanufio, Santo
Eremita, 11 de abril
Felipe de Gortina, SantoFelipe de Gortina, Santo
Obispo, 11 de abril
Jorge Gervase, BeatoJorge Gervase, Beato
Sacerdote y Mártir, 11 de abril
Antipas, SantoAntipas, Santo
Mártir del Nuevo Testamento, 11 de abril
Lanuino, BeatoLanuino, Beato
Monje, 11 de abril
Sancha de Portugal, BeataSancha de Portugal, Beata
Virgen, 11 de abril
Sinforiano Ducki, BeatoSinforiano Ducki, Beato
Mártir, 11 de abril
Angelo Carletti de Chivasso, BeatoAngelo Carletti de Chivasso, Beato
Presbítero Franciscano, 11 de abril
Elena Guerra, BeataElena Guerra, Beata
Virgen y Fundadora, 11 de abril
Gema Galgani, SantaGema Galgani, Santa
Virgen, 11 de abril
Estanislao de Cracovia, SantoEstanislao de Cracovia, Santo
Obispo y Mártir, 11 de abril

SAN ESTANISLAO DE CRACOVIA, OBISPO Y MÁRTIR, 11 DE ABRIL


Estanislao de Cracovia, Santo
Obispo y Mártir, 11 de abril


Por: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net 




Obispo y Mártir

Martirologio Romano: Memoria de san Estanislao, obispo y mártir, que en medio de las dificultades de su época fue constante defensor de la humanidad y de las costumbres cristianas, rigió como buen pastor la Iglesia de Cracovia, en Polonia, ayudó a los pobres, visitó cada año a sus clérigos y, finalmente, mientras celebraba los divinos misterios, fue muerto por orden de Boleslao, rey de Polonia, a quien había reprendido severamente. († 1079)

Fecha de canonización: 17 de agosto de 1253 por el Papa Inocencio IV.

Breve Biografía
La historia recuerda al rey Boleslao II de Polonia (1058-1079) por sus victorias militares que consolidaron su joven Estado y lo ampliaron, por la valorización de las tierras que él promovió con una nueva organización territorial, y por las reformas jurídicas y económicas. Pero el primer historiador polaco, Vicente Kadlubeck, de este rey recuerda también las graves injusticias y la conducta privada inmoral.

Pero en su camino Boleslao se encontró con un severo censor. Como Juan Bautista respecto de Herodes, el valiente obispo de Cracovia, Estanislao, levantó la voz, amonestando al poderoso soberano sobre el deber de respetar los derechos ajenos.

Estanislao nació en Szczepanowski (Polonia) hacia el año 1030, de padres más bien pobres. Hizo sus primeros estudios con los benedictinos de Cracovia, y después los perfeccionó en Bélgica y en París. Cuando regresó a la patria, se distinguió por su celo y por las benéficas iniciativas que realizó con caridad e inteligencia. Muerto el obispo de Cracovia, el Papa Alejandro II lo nombró su sucesor. Su nombramiento fue promovido no sólo por el pueblo y el clero, sino también por el mismo Boleslao II, que en los primeros años colaboró en la obra de evangelización de toda la región y en la formación del clero local, secular, que poco a poco debería ocupar el puesto de los monjes benedictinos en la administración de la Iglesia polaca.

La buena armonía entre el obispo y el soberano duró hasta cuando el valiente Estanislao tuvo que anteponer sus deberes de pastor a la tolerancia para con las faltas del amigo, pues la reprochable conducta del soberano podía fomentar las malas costumbres de los súbditos.

En efecto, las crónicas del tiempo narran que el rey se enamoró de la bella Cristina, esposa de Miecislao y, sin pensarlo dos veces, la hizo raptar con grave escándalo para todo el país. Estanislao lo amenazó con la excomunión y después lo excomulgó; entonces el rey Boleslao se enfureció y ordenó asesinar a Estanislao en Cracovia, en la iglesia de santa Matilde, durante la celebración de la misa. Parece que el horrible “asesinato en la catedral” lo cometió el mismo soberano, después que los guardias se vieron obligados a retirarse por una fuerza misteriosa. Era el 11 de abril de 1079.

Desde el mismo día de su martirio, los polacos comenzaron a venerarlo.

San Estanislao fue canonizado el 17 de agosto de 1253 en la basílica de san Francisco de Asís, y desde entonces se difundió su culto en toda Europa y América.

SANTA GEMMA GALGANI, VIRGEN, 11 DE ABRIL


Gema Galgani, Santa
Virgen, 11 de abril


Por: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net 




Virgen

Martirologio Romano: En Lucca, en Italia, santa Gema Galgani, virgen, quien, insigne por la contemplación de la Pasión y por los dolores soportados con paciencia, a la edad de veinticinco años consumó su angélica vida el día de Sábado Santo († 1903).

Fecha de canonización: 2 mayo de 1940 por el Papa Pío XII.

Breve Biografía

La historia de esta santa, tan cercana a nosotros por el tiempo (1878-1903) y por las costumbres de la vida cotidiana, tiene cosas increíbles por los fenómenos místicos de que fue protagonista.

En ciertos períodos de su atormentada vida soportó vejámenes de toda clase. El demonio se le aparecía hasta bajo la figura del confesor para sugerirle obscenidades. Otras veces se le aparecía como un ángel luminoso; cuando se veía desenmascarado, desaparecía en una gran llama roja dejando en el suelo una estela de ceniza. A veces la golpeaba y la dejaba exánime en el suelo, en donde la encontraban con el rostro tumefacto y con los huesos dislocados.

Pero la animaba a menudo la compañía de Cristo, de la Virgen y de su ángel custodio. Así narró ella misma, por obediencia, los acontecimientos que precedieron el misterioso fenómeno de los estigmas: “Era la noche del 8 de junio de 1899, cuando de repente siento un dolor interno de mis pecados... Apareció Jesús, con todas las heridas abiertas; pero de esas heridas ya no salía sangre, sino que salían unas como llamas de fuego, que vinieron a tocar mis manos, mis pies y mi corazón. Creí morir...”.

Las llagas que se habían abierto aparecían cada semana de las ocho de la noche del jueves hasta las tres de la tarde del viernes, acompañadas con el éxtasis. Ante estos fenómenos misteriosos, que fueron pronto motivo de curiosidad de los vecinos de Lucca en donde vivía Gema, la gente comenzó a llamarla: “la niña de la gracia”. Era una jovencita crecida rápidamente y madurada por la experiencia del dolor.

Era hija de un farmacéutico de la provincia de Lucca, y cuando tenía ocho años perdió a la madre. Cuidaron de ella los siete hermanos. Pocos años después murió también el padre y ella, curada prodigiosamente de una grave enfermedad que la atormentaba, pidió entrar al convento, pero su petición fue rechazada. Fue recibida en casa del caballero Mateo Giannini, y allí llevó una vida muy retirada, serena y obediente a las directivas del padre espiritual y de las Hermanas pasionistas que se preocuparon de ella. Debajo de los guantes y del modestísimo vestido ocultaba los signos de su participación en la pasión de Cristo.

Mientras tanto las manifestaciones de su santidad habían superado los límites del barrio y de la ciudad. Muchos, que habían ido a su casa movidos por la curiosidad, salían transformados en su espíritu. La enfermedad ósea que la había atacado desde muy joven volvió a aparecer y la hacía sufrir atrozmente. Comprendió que su calvario estaba por terminar. Pero en su humildad no creía haber pagado suficientemente con la moneda del sufrimiento el privilegio de haber sido asociada a la pasión de Cristo.

Murió a los 25 años, el 11 de abril de 1903. era la mañana del sábado santo.



Due canonizada por S.S. Pío XII el 2 de Mayo de 1940, su canonización afrontó la firme oposición de aquellos que deseaban evitar se diara atención a sus visiones y estigmas.

domingo, 10 de abril de 2016

EL EVANGELIO DE HOY: DOMINGO 10 DE ABRIL DEL 2016 - TERCER DOMINGO DE PASCUA



3º Domingo de Pascua – Ciclo C
Domingo 10 de Abril de 2016



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 
(5,27b-32.40b-41):

En aquellos días, el sumo sacerdote interrogó a los apóstoles y les dijo: «¿No os hablamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre.»
Pedro y los apóstoles replicaron: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.»
Prohibieron a los apóstoles hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Los apóstoles salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús.

Palabra de Dios    

______________________

Salmo
Salmo Responsorial: 29,2.4.5.6.11.12a.13b

R/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos serían de mí.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R/.

Tañed para el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante,
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto;
por la mañana, el júbilo. R/.

Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. R/.

______________________

Segunda lectura
Lectura del libro del Apocalipsis (5,11-14):

Yo, Juan, en la visión escuché la voz de muchos ángeles: eran millares y millones alrededor del trono y de los vivientes y de los ancianos, y decían con voz potente: «Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza.» Y oí a todas las criaturas que hay en el cielo, en la tierra, bajo la tierra, en el mar -todo lo que hay en ellos, que decían: «Al que se sienta en el trono y al Cordero la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos.» Y los cuatro vivientes respondían: «Amén.» Y los ancianos se postraron rindiendo homenaje.

Palabra de Dios

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Lectura del Santo Evangelio según san Juan (21,1–19)

En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.
Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar.»
Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo.»
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.
Jesús les dice: «Muchachos, ¿tenéis pescado?»
Ellos contestaron: «No.»
Él les dice: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.»
La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: «Es el Señor.»
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan.
Jesús les dice: «Traed de los peces que acabáis de coger.»
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.
Jesús les dice: «Vamos, almorzad.»
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.
Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?»
Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dice: «Apacienta mis corderos.»
Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?»
Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»
Él le dice: «Pastorea mis ovejas.»
Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?»
Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.» Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios.
Dicho esto, añadió: «Sígueme.»

Palabra del Señor






Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Jn, 21,1–19



SIN JESÚS NO ES POSIBLE

El encuentro de Jesús resucitado con sus discípulos junto al lago de Galilea está descrito con clara intención catequética. En el relato subyace el simbolismo central de la pesca en medio de mar. Su mensaje no puede ser más actual para los cristianos: solo la presencia de Jesús resucitado puede dar eficacia al trabajo evangelizador de sus discípulos.

El relato nos describe, en primer lugar, el trabajo que los discípulos llevan a cabo en la oscuridad de la noche. Todo comienza con una decisión de Simón Pedro: «Me voy a pescar». Los demás discípulos se adhieren a él: «También nosotros nos vamos contigo». Están de nuevo juntos, pero falta Jesús. Salen a pescar, pero no se embarcan escuchando su llamada, sino siguiendo la iniciativa de Simón Pedro.

El narrador deja claro que este trabajo se realiza de noche y resulta infructuoso: «aquella noche no cogieron nada». La «noche» significa en el lenguaje del evangelista la ausencia de Jesús que es la Luz. Sin la presencia de Jesús resucitado, sin su aliento y su palabra orientadora, no hay evangelización fecunda.

Con la llegada del amanecer, se hace presente Jesús. Desde la orilla, se comunica con los suyos por medio de su Palabra. Los discípulos no saben que es Jesús, solo lo reconocerán cuando, siguiendo dócilmente sus indicaciones, logren una captura sorprendente. Aquello solo se puede deber a Jesús, el Profeta que un día los llamó a ser «pescadores de hombres».

La situación de no pocas parroquias y comunidades cristianas es crítica. Las fuerzas disminuyen. Los cristianos más comprometidos se multiplican para abarcar toda clase de tareas: siempre los mismos y los mismos para todo. ¿Hemos de seguir intensificando nuestros esfuerzos y buscando el rendimiento a cualquier precio, o hemos de detenernos a cuidar mejor la presencia viva del Resucitado en nuestro trabajo?

Para difundir la Buena Noticia de Jesús y colaborar eficazmente en su proyecto, lo más importante no es «hacer muchas cosas», sino cuidar mejor la calidad humana y evangélica de lo que hacemos. Lo decisivo no es el activismo sino el testimonio de vida que podamos irradiar los cristianos.


No podemos quedarnos en la «epidermis de la fe». Son momentos de cuidar, antes que nada, lo esencial. Llenamos nuestras comunidades de palabras, textos y escritos, pero lo decisivo es que, entre nosotros, se escuche a Jesús. Hacemos muchas reuniones, pero la más importante es la que nos congrega cada domingo para celebrar la Cena del Señor. Solo en él se alimenta nuestra fuerza evangelizadora.
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