domingo, 13 de marzo de 2016

LOS SANTOS DE HOY: DOMINGO 13 DE MARZO DEL 2016

Eufrasia de Tebaida, SantaEufrasia de Tebaida, Santa
Virgen, 24 de julio
Geraldo de Mayo, SantoGeraldo de Mayo, Santo
Abad, 13 de marzo
Pedro II de Cava, BeatoPedro II de Cava, Beato
Abad, 13 de marzo
Eldrado de Novalesa, SantoEldrado de Novalesa, Santo
Abad, 13 de marzo
Ansovino de Camerino, SantoAnsovino de Camerino, Santo
Obispo, 13 de marzo
Agnelo de Pisa, BeatoAgnelo de Pisa, Beato
Presbítero, 13 de marzo
Francisca Tréhet, BeataFrancisca Tréhet, Beata
Religiosa y Mártir, 13 de marzo
Dulce Lopes Pontes, BeataDulce Lopes Pontes, Beata
Religiosa, 13 de marzo
Salomón de Córdoba, SantoSalomón de Córdoba, Santo
Mártir, 13 de marzo
Rodrigo de Córdoba, SantoRodrigo de Córdoba, Santo
Sacerdote y Mártir, 13 de marzo
Leandro de Sevilla, SantoLeandro de Sevilla, Santo
Obispo, 13 de marzo

SAN RODRIGO DE CÓRDOBA, SACERDOTE Y MÁRTIR, 13 DE MARZO


 San Rodrigo de Córdoba.
 Sacerdote y mártir. Patrono de Cabra, España 
13 de marzo
 

 
San Rodrigo fue un sacerdote que intentó arreglar una disputa de hermanos. Uno lo engaña y lo acusa de apostasía musulmana para luego ser decapitado.

San Rodrigo de Córdoba fue un sacerdote oriundo de la ciudad de Córdoba, en Andalucía, un territorio que estaba en aquel tiempo bajo la dominación árabe. Uno de sus hermanos había sido cristiano, pero otro, se había convertido en musulmán. San Rodrigo no muere a manos de los musulmanes por la persecución, muere por una pelea interna de familia, su hermano, quien era musulmán, levantó falso testimonio contra San Rodrigo logrando que fuese injustamente sentencia a la muerte


Martirologio romano: En Córdova, Andalucía (España), la pasión de los santos Rodrigo y Salomón, sacerdotes y mártires: el primero, después de haberse negado a creer que Mahoma era el verdadero profeta enviado por el Todopoderoso, fue encarcelado, y allí en prisión conoció a Salomón, un converso cristiano que, anteriormente, pertenecía a la religión mahometana, y que luego juntos, completaron gloriosamente su prueba con la decapitación.


Biografía de San Rodrigo de Córdoba
San Rodrigo fue un sacerdote de Córdoba, en Andalucía, una región que había sido parte del reino de los visigodos en España. Era una situación bastante común en ese territorio, estaba bajo el dominio árabe: uno de sus hermanos había sido cristiano y otro se había convertido en musulmán. Rodrigo, morirá en manos de los árabes, por lo que es representado con sus vestiduras de sacerdote y con la palma de olivo los mártires.

El caso fue que San Rodrigo no muere por actos de persecución; ya que en aquel entonces, en esa región, los musulmanes, cristianos y judíos, coexisten pacíficamente.

San Rodrigo fue víctima de peleas familiares. Continuamente Rodrigo reprendía a su hermano musulmán de insistir en su terquedad de obligar a su otro hermano cristiano a convertirse a la fe de Mahoma. Rodrigo intenta hacer la paz entre los dos, pero sin éxito

Un día, de hecho, San Rodrigo ve a sus dos hermanos golpeándose salvajemente y entonces trata de separarlos, pero en medio de la ceguera por la ira, los dos hermanos se pusieron a pegarle, y bajo sus duros golpes cae inconsciente.

Luego de esto, el hermano musulmán se aprovecha del estado de San Rodrigo, le quita sus vestiduras de Sacerdote y se lo lleva en una camilla por el pueblo, y la gente al verlo preguntaban qué había sucedido y su hermano musulmán, con una mentirosa explicación decía a todos que Rodrigo está gravemente enfermo y, sintiéndose cerca de la muerte, se convirtió en musulmán.

El rumor se propaga, pero San Rodrigo, a quien su hermano musulmán mantenía oculto en una zona circundante, logra escaparse y una vez sanado, regresa a Córdoba vestido como sacerdote, pero su hermano musulmán lo lleva arrastrando a donde un juez musulmán y lo acusó de apostasía:

"Este se había convertido en un seguidor del Islam, y está de vuelta cristiana traicionó nuestra fe."

Para este tipo de delito solo existía la muerte, mientras que los que no se persiguen pueden seguir siendo cristianos.

El juez trata de ayudar a San Rodrigo para salvarlo, sugiriéndole que firmara una declaración de lealtad al Islam, que lo liberaría de inmediato, y sin compromisos de practicar la fe coránica. Pero Rodrigo no acepta y declara abiertamente:

"Cristiano, por el resto de mi vida".

En ese momento, es condenado a muerte por el juez, ante la vehemente insistencia del otro hermano musulmán.

Su muerte
San Rodrigo, es entonces encarcelado con otro cristiano llamado Salomón, que fue condenado a muerte por la misma razón, y que luego juntos, completaron gloriosamente su prueba con la decapitación

Sus cuerpos fueron lanzados al río Guadalquivir, pero fueron recuperados luego por los cristianos, que entierran Rodrigo en la basílica de San Genesio, en Córdoba, y a Salomón le dan cristiana sepultura cerca de las tumbas de los Santos Cosme y Damián.

La Santidad de esos mártires es proclamada inmediatamente, a través de un espontáneo culto popular.

La Fiesta de san Rodrigo y san Salomón se celebra el 13 de marzo, desde el año 1581

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY DOMINGO 13 DE MARZO DEL 2016 - ÚLTIMO DOMINGO DE CUARESMA


Lecturas
5 Domingo de Cuaresma – Ciclo C
Domingo 13 de Marzo de 2016



Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (43,16-21):

Esto dice el Señor, que abrió camino en el mar y una senda en las aguas impetuosas; que sacó a batalla carros y caballos, la tropa y los héroes: caían para no levantarse, se apagaron como mecha que se extingue. «No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo; mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis? Abriré un camino por el desierto, corrientes en el yermo.
Me glorificarán las bestias salvajes, chacales y avestruces, porque pondré agua en el desierto, corrientes en la estepa, para dar de beber a mi pueblo elegido, a este pueblo que me he formado para que proclame mi alabanza».

Palabra de Dios    

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Salmo
Salmo Responsorial: 125,1-2ab.2cd-3.4-5.6

R/. El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.

Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares. R/.

Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres. R/.

Recoge, Señor a nuestros cautivos
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares. R/.

Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas. R/.

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Segunda lectura
Lectura de carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (3,8-14):

Hermanos:

Todo lo considero pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo perdí todo, y todo lo considero basura con tal de ganar a Cristo y ser hallado en él, no con una justicia mía, la de la ley, sino con la que viene de la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios y se apoya en la fe. Todo para conocerlo a él, y la fuerza de su resurrección, y la comunión con sus padecimientos, muriendo su misma muerte, con la esperanza de llegar a la resurrección de entre los muertos.

No es que ya haya conseguido o que ya sea perfecto: yo lo persigo, a ver si lo alcanzo como yo he sido alcanzado por Cristo. Hermanos, yo no pienso haber conseguido el premio. Sólo busco una cosa: olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que está por delante, corro hacia la meta, hacía el premio, al cual me llama Dios desde arriba en Cristo Jesús.

Palabra de Dios

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Lectura del santo Evangelio según San Juan 8,1-11

En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba.

Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron: – «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?».

Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo. Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: – «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra». E inclinándose otra vez, siguió escribiendo.

Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús, con la mujer en medio, que seguía allí delante. Jesús se incorporó y le preguntó: – «Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?».
Ella contestó: – «Ninguno, Señor».

Jesús dijo: – «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más».

Palabra del Señor

sábado, 12 de marzo de 2016

EL EVANGELIO DE HOY: SÁBADO 12 DE MARZO DEL 2016


Nadie habló jamás como este hombre

Cuaresma y Semana Santa



Juan 7, 40-53. Cuaresma. Quien escucha a Jesús, quien lo conoce de cerca y oye sus palabras, no puede quedar igual. 



Por: P. Francisco Javier Arriola | Fuente: Catholic.net 




Del santo Evangelio según san Juan 7, 40-53
En aquel tiempo, algunos de la multitud que lo habían oído, opinaban: «Este es verdaderamente el Profeta». Otros decían: «Este es el Mesías». Pero otros preguntaban: «¿Acaso el Mesías vendrá de Galilea? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David y de Belén, el pueblo de donde era David?». Y por causa de él, se produjo una división entre la gente. Algunos querían detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él. Los guardias fueron a ver a los sumos sacerdotes y a los fariseos, y estos les preguntaron: «¿Por qué no lo trajeron?». Ellos respondieron: «Nadie habló jamás como este hombre». Los fariseos respondieron: «¿También ustedes se dejaron engañar? ¿Acaso alguno de los jefes o de los fariseos ha creído en él? En cambio, esa gente que no conoce la Ley está maldita». Nicodemo, uno de ellos, que había ido a ver a Jesús, les dijo: «¿Acaso nuestra Ley permite juzgar a un hombre sin escucharlo antes para saber lo que hizo?». Le respondieron: «¿Tú también eres galileo? Examina las Escrituras y verás que de Galilea no surge ningún profeta». Y cada uno regresó a su casa.

Oración introductoria
María, Madre de Misericordia, te pido tu maternal ayuda para poder reflexionar y meditar en las Palabras de tu Hijo Jesucristo, que son palabras de vida eterna. Ayúdame, Madre, a guardar todas estas reflexiones en mi corazón, como Tú lo hacías también, para que sean la tierra fecunda donde Cristo pueda sacar fruto para mi vida. Me pongo enteramente en tus maternales manos para que me lleves a Dios. Pongo también mi ser, mi poseer, mi familia, mis seres queridos y cuantos se han encomendado a mis oraciones para que también a ellos les asistas en sus dificultades.

Petición
Concédeme, Jesús, la sencillez de corazón para que no tenga que pedirte pruebas de tu amor, para que nunca deje de creer en ti. Concédeme la gracia de conocerte, amarte e imitarte.

Meditación del Papa Francisco
También hoy, queridos hermanos y hermanas, nuestra alegría es compartir esta fe y responder juntos al Señor Jesús: “Tú eres para nosotros el Cristo, el Hijo del Dios vivo”. Nuestra alegría también es ir a contracorriente e ir más allá de la opinión corriente, que, como entonces, no logra ver en Jesús más que a un profeta o un maestro. Nuestra alegría es reconocer en Él la presencia de Dios, el enviado del Padre, el Hijo que vino para ser instrumento de salvación para la humanidad. Esta profesión de fe proclamada por Simón Pedro es también para nosotros. La misma no representa sólo el fundamento de nuestra salvación, sino también el camino a través del cual ella se realiza y la meta a la cual tiende.
En la raíz del misterio de la salvación está, en efecto, la voluntad de un Dios misericordioso, que no se quiere rendir ante la incomprensión, la culpa y la miseria del hombre, sino que se dona a él hasta llegar a ser Él mismo hombre para ir al encuentro de cada persona en su condición concreta. (Homilía de S.S. Francisco, 10 de noviembre de 2015).

Reflexión 
En este pasaje no aparece ninguna palabra de Cristo, pero se descubren los pensamientos sobre Jesús que hay en muchos corazones (Lc 2, 35). Muchos se maravillan de la humilde procedencia de Jesús, pero porque no lo conocen. En nuestra vida nos puede pasar del mismo modo, el maravillarnos de lo que se dice de Dios, malo o bueno, pero nosotros no decimos nada porque le conocemos muy poco y no lo hemos experimentado.

Precisamente quien escucha a Jesús, quien lo conoce de cerca, queda maravillado. Quien oye las palabras de Cristo no puede quedar igual. Por eso en el texto evangélico los soldados que habían sido enviados a apresar al Señor, vuelven asombrados diciendo que nadie antes había hablado como Él. Esto hace que el enojo de los fariseos se agudice más porque no pueden realizar sus artimañas malintencionadas. Nosotros en cambio debemos acercarnos a Cristo, dejar que Él nos hable al corazón por medio del Evangelio, de la Eucaristía, de la Reconciliación. Poco a poco irá transformando nuestra alma e irá convenciéndonos suavemente con su amor, con su bondad, con su alegría. Si escuchar la Palabra de Dios puede cambiar el corazón, cuánto más no podrá hacer Él cuando le tenemos dentro.

Conocer a Cristo es una empresa apasionante que sólo experimentan quienes quieren hacer esta experiencia. Uno sale transformado de cada encuentro con el Señor, no porque nosotros hagamos o digamos algo, sino porque es Él el primer interesando en nuestra santificación y en nuestro bien. Y cuando a Cristo le abrimos la puerta del corazón, silenciosamente va invadiendo toda la casa hasta llenarla y poseerla toda, entonces es cuando como San Pablo podemos decir "y ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mí" (Gal. 2, 20).

Pero poseer a Cristo es también transmitirlo, y al transmitirlo a los demás corremos el riesgo de no ser tomados en cuenta, o de ser tachados por los demás de cualquier cosa. Así le pasó a Nicodemo al querer hacer ver que se cometería una injusticia al juzgar a Jesús sin antes oírlo. Estas son las injusticias que sufren los amigos del Señor, pero Él ya lo había anunciado en el sermón de las bienaventuranzas: "Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan y con mentira digan contra vosotros todo género de mal por mí. Alegraos y regocijaos, porque grande será en los cielos vuestra recompensa..." (Mt 5, 11). Y nadie que haya querido ser amigo verdadero de Jesús ha quedado defraudado ni se ha arrepentido porque Dios siempre cumple sus promesas.

Propósito
Haré una breve oración por las personas que pasan por alguna necesidad o problema, pidiendo a Dios y a la Santísima Virgen que les haga experimentar su presencia y les ayude a solucionar y sobrellevar con fortaleza sus dificultades.

Diálogo con Cristo
Señor mío y Dios mío, Tú sabes que soy débil y muchas veces me dejo llevar por las cosas que a veces no te agradan. Dame tu fuerza para luchar cada día y buscar agradarte. Ayúdame para poder ayudar a los demás. Haz que siempre dé testimonio de Ti y de mi fe en Ti, para que pueda escuchar un día en el cielo tus palabras: “adelante, siervo bueno y fiel, entra a tomar parte del banquete de tu Señor”. Jesús, confío en Ti; María, soy todo tuyo.


Nos hiciste, Señor, para Ti, y nuestro corazón está inquieto, hasta que descanse en Ti(Confesiones de San Agustín, 1,1,1)


Preguntas o comentarios al autor P. Francisco Javier Arriola

LOS SANTOS DE HOY: SÁBADO 12 DE MARZO DEL 2016

Justina Francucci Bezzoli, Beata
Reclusa, 12 de marzo
Gregorio I el Magno, SantoGregorio I el Magno, Santo
LXIV Papa, 12 de marzo
Pedro, Doroteo y Gorgonio, SantosPedro, Doroteo y Gorgonio, Santos
Mártires, 12 de marzo
Maximiliano de Tébessa, SantoMaximiliano de Tébessa, Santo
Mártir, 12 de marzo
Pablo Aureliano de León, SantoPablo Aureliano de León, Santo
Obispo, 12 de marzo
Jerónimo de Recanati, BeatoJerónimo de Recanati, Beato
Sacerdote, 12 de marzo
Ángela (Aniela) Salawa, BeataÁngela (Aniela) Salawa, Beata
Virgen Seglar, 12 de marzo
Luis Orione, SantoLuis Orione, Santo
Fundador, 12 de marzo
José Tshang-Dapeng, SantoJosé Tshang-Dapeng, Santo
Mártir, 12 de marzo

SAN LUIGI ORIONE, FUNDADOR DE LA PEQUEÑA OBRA DE LA DIVINA PROVIDENCIA, 12 DE MARZO


Hoy es fiesta de San Orione, fundador de la Pequeña Obra de la Divina Providencia
Por Abel Camasca


 (ACI).- San Luis Orione, cuya fiesta se celebra cada 12 de marzo, solía decir: “No es entre palmeras donde deseo vivir y morir, sino entre los pobres, que son Jesucristo”. Es fundador de la llamada Pequeña Obra de la Divina Providencia y de otras congregaciones dedicadas a los más necesitados.

Don Orione, como popularmente se le conoce, nació en Italia en 1872. En su adolescencia fue alumno de San Juan Bosco en el Oratorio de Valdocco de Turín. “Nosotros siempre seremos amigos”, le dijo Don Bosco al joven.

Más adelante ingresó al seminario de Tortona y abrió el primer oratorio para cuidar la educación cristiana de los jóvenes. Luego, con 21 años, aperturó un colegio para chicos pobres en el barrio San Bernardino.

En 1895 fue ordenado sacerdote y celebró su primera Misa rodeado de sus muchachos. Con el tiempo abrió nuevas casas en diversas partes de Italia. Poco a poco se le unieron clérigos y sacerdotes. Se dedicó a la enseñanza de los jóvenes, la predicación, visitar a los pobres y los enfermos.



En 1903, el Obispo de Tortona reconoció canónicamente a los Hijos de la Divina Providencia (sacerdotes, hermanos coadjutores y ermitaños), la congregación masculina de la Pequeña Obra de la Divina Providencia, dedicada a colaborar para llevar a los pequeños, pobres y el pueblo a la Iglesia y al Papa, mediante las obras de caridad.

Trabajó activamente en la libertad, la unidad de la Iglesia y la cristianización de los trabajadores. Socorrió heroicamente a los damnificados del terremoto de 1908, en el que murieron 90 mil personas.

Fundó la Congregación de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad, las Hermanas Adoratrices Sacramentinas invidentes y posteriormente a las Contemplativas de Jesús Crucificado.

Organizó a los seglares en Asociaciones de Damas de la Divina Providencia, los ex alumnos y los Amigos. Posteriormente tomó cuerpo el Instituto Secular Orionino y el Movimiento laical orionino.

Al acabar la primera Guerra Mundial, creció el número de escuelas, colegios y obras caritativas. Don Orione creó los “Pequeños Cottolengos” en los que atendía a los abandonados de las grandes ciudades.

Envió varias expediciones misioneras a diversas partes del mundo, viajando incluso él mismo a países de América latina como Argentina, Brasil, Uruguay y Chile. Gozó de la estima de los Papas San Pío X, Benedicto XV, Pío XI y Pío XII, confiándosele resolver problemas dentro y fuera de la iglesia.

Construyó los santuarios de la Virgen de la Guardia en Tortona y de la Virgen de Caravaggio en Funo. Rodeado del cariño de sus religiosos, partió a la Casa del Padre el 12 de marzo de 1940 y suspirando: “¡Jesús!, ¡Jesús! Voy…”

viernes, 11 de marzo de 2016

LOS SANTOS DE HOY: VIERNES 11 DE MARZO DEL 2016

Benito de Milán, SantoBenito de Milán, Santo
Obispo, 11 de marzo
Pionio, SantoPionio, Santo
Presbítero y Mártir, 11 de marzo
Juan Bautista Righi de Fabriano, BeatoJuan Bautista Righi de Fabriano, Beato
Presbítero, 11 de marzo
Claudia Russo, Sierva de DiosClaudia Russo, Sierva de Dios
Fundadora, 11 de marzo
Constantino de Escocia, SanConstantino de Escocia, San
Rey y Mártir. 11 de marzo
Eulogio de Córdoba, SantoEulogio de Córdoba, Santo
Presbítero y Mártir, 11 de marzo

SAN EULOGIO DE CÓRDOBA, PRESBÍTERO Y MÁRTIR, 11 DE MARZO



Eulogio de Córdoba, Santo
Eulogio de Córdoba, Santo


Presbítero y Mártir, 11 de marzo 


Fuente: EWTN.com 



Presbítero y Mártir

Martirologio Romano: En Córdoba, en la región de Andalucía, en Hispania, san Eulogio, presbítero y mártir, degollado por su preclara confesión de Cristo. Su memoria litúrgica se celebra el 9 de enero (859).
Etimológicamente: Eulogio = Aquel que habla bien.
Breve Biografía
Dicen que San Eulogio es la mayor gloria de España en el siglo noveno. Vivió en la ciudad de Córdoba, que estaba ocupada por los musulmanes o mahometanos, los cuales solamente permitían ir a misa a los que pagaban un impuesto especial por cada vez que fueran al templo, y castigaban con pena de muerte al que hablara en público de Jesucristo, fuera del templo.

Nació el año 800 de una familia que se conservaba fervientemente católica en medio de la apostasía general cuando la mayoría de los católicos había abandonado la fe por miedo al gobierno musulmán. Este santo será el que logrará renovar el fervor por la religión católica en su ciudad y los alrededores.

Su abuelo, que se llamaba también Eulogio, lo enseñó desde pequeño a que cada vez que el reloj de la torre daba las horas, dijera una pequeña oración, por ejemplo: "Dios mío, ven en mi auxilio, Señor, ven a prisa a socorrerme".

Tuvo por maestro a uno de los más grandes sabios de su tiempo, al famoso Esperaindeo, el cual lo formó muy bien en filosofía y otras ciencias. Como compañeros de estudios tuvo a Pablo Alvarez, el cual fue siempre su gran amigo y escribió más tarde la vida de San Eulogio con todos los detalles que logró ir coleccionado.

Su biógrafo lo describe así en su juventud: "Era muy piadoso y muy mortificado. Sobresalía en todas las ciencias, pero especialmente en el conocimiento de la Sagrada Escritura. Su rostro se conservaba siempre amable y alegre. Era tan humilde que casi nunca discutía y siempre se mostraba muy respetuoso con las opiniones de los otros, y lo que no fuera contra la Ley de Dios o la moral, no lo contradecía jamás. Su trato era tan agradable que se ganaba la simpatía de todos los que charlaban con él. Su descanso preferido era ir a visitar templos, casas de religiosos y hospitales. Los monjes le tenían tan grande estima que lo llamaban como consultor cuando tenían que redactar los Reglamentos de sus conventos. Esto le dio ocasión de visitar y conocer muy bien un gran número de casas religiosas en España".

Ordenado de sacerdote se fue a trabajar con un grupo de sacerdotes y pronto empezó a sobresalir por su gran elocuencia al predicar, y por el buen ejemplo de su santa conducta. Dice su biógrafo: "Su mayor afán era tratar de agradar cada día más y más a Dios y dominar las pasiones de su cuerpo". Decía confidencialmente: "Tengo miedo a mis malas obras. Mis pecados me atormentan. Veo su monstruosidad. Medito frecuentemente en el juicio que me espera, y me siento merecedor de fuertes castigos. Apenas me atrevo a mirar el cielo, abrumado por el peso de mi conciencia".

Eulogio era un gran lector y por todas partes iba buscando y consiguiendo nuevos libros para leer él y prestar a sus amigos. Logró obtener las obras de San Agustín y de varios otros grandes sabios de la antigüedad (cosa que era dificilísimo en esos tiempos en que los libros se copiaban a mano, y casi nadie sabía leer ni escribir) y nunca se guardaba para él solo los conocimientos que adquiría. Trataba de hacerlos llegar al mayor número posible de amigos y discípulos. Todos los creyentes de Córdoba, especialmente sacerdotes y religiosos se fueron reuniendo alrededor de Eulogio.

En el año 850 estalló la persecución contra los católicos de Córdoba. El gobierno musulmán mandó asesinar a un sacerdote y luego a un comerciante católico. Los creyentes más fervorosos se presentaron ante el alcalde de la ciudad para protestar por estas injusticias, y declarar que reconocían como jefe de su religión a Jesucristo y no a Mahoma. Enseguida los mandaron torturar y los hicieron degollar. Murieron jóvenes y viejos, en gran número. Algunos católicos que en otro tiempo habían renegado de la fe por temor, ahora repararon su falta de valor y se presentaron ante los perseguidores y murieron mártires.

Algunos más flojos decían que no había que proclamar en público las creencias, pero San Eulogio se puso al frente de los más fervorosos y escribió un libro titulado "Memorial de los mártires", en el cual narra y elogia con entusiasmo el martirio de los que murieron por proclamar su fe en Jesucristo.

A dos jóvenes católicas las llevaron a la cárcel y las amenazaron con terribles deshonras si no renegaban de su fe. Las dos estaban muy desanimadas. Lo supo San Eulogio y compuso para ellas un precioso librito: "Documento martirial", y les aseguró que el Espíritu Santo les concedería un valor que ellas nunca habían imaginado tener y que no les permitiría perder su honor. Las dos jóvenes proclamaron valientemente su fe en Jesucristo y le escribieron al santo que en el cielo rogarían por él y por los católicos de Córdoba para que no desmayaran de su fe. Fueron martirizada y pasaron gloriosamente de esta vida a la eternidad feliz.

El gobierno musulmán mandó a Eulogio a la cárcel y él aprovechó esos meses para dedicarse a meditar, rezar y estudiar. Al fin logra salir de la cárcel, pero encuentra que el gobierno ha destruido los templos, ha acabado con la escuela donde él enseñaba y que sigue persiguiendo a los que creen en Jesús.

Eulogio tiene que pasar diez años huyendo de sitio en sitio, por la ciudad y por los campos. Pero va recogiendo los datos de los cristianos que van siendo martirizados y los va publicando, en su "Memorial de los mártires".

En el año 858 murió el Arzobispo de Toledo y los sacerdotes y los fieles eligieron a Eulogio para ser el nuevo Arzobispo. Pero el gobierno se opuso. Algo más glorioso le esperaba en seguida: el martirio.

Había en Córdoba una joven llamada Lucrecia, hija de mahometanos, que deseaba vivir como católica, pero la ley se lo prohibía y quería hacerla vivir como musulmana. Entonces ella huyó de su casa y ayudada por Eulogio se refugió en casa de católicos. Pero la policía descubrió dónde estaba y el juez decretó pena de muerte para ella y para Eulogio.

Llevado nuestro santo al más alto tribunal de la ciudad, uno de los fiscales le dijo: "Que el pueblo ignorante se deje matar por proclamar su fe, lo comprendemos. Pero Tú, el más sabio y apreciado de todos los cristianos de la ciudad, no debes ira sí a la muerte. Te aconsejo que te retractes de tu religión, y así salvarás tu vida". A lo cual Eulogio respondió: "Ah, si supieses los inmensos premios que nos esperan a los que proclamamos nuestra fe en Cristo, no sólo no me dirías que debo dejar mi religión, sino que tu dejarías a Mahoma y empezarías a creer en Jesús. Yo proclamo aquí solemnemente que hasta el último momento quiero ser amador y adorador de Nuestro Señor Jesucristo".

Un soldado le abofeteó la mejilla derecha y nuestro santo le presentó la mejilla izquierda y fue nuevamente abofeteado. Luego lo llevaron al lugar de suplicio y le cortaron la cabeza. Poco después martirizaron también a Santa Lucrecia.

San Eulogio: ¡Consíguenos un gran entusiasmo por nuestra religión!.

EL EVANGELIO DE HOY: VIERNES 11 DE MARZO DEL 2016



¡Estamos en manos de Dios!
Cuaresma y Semana Santa



Juan 7, 1-2.10.25-30. Cuaresma. No temamos ser fieles a Cristo, porque Él está con nosotros. 


Por: P . Clemente González | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Juan 7, 1-2.10.25-30
En aquel tiempo, recorría Jesús la Galilea, pues no podía andar por Judea, porque los judíos buscaban matarle. Se acercaba la fiesta judía de las Tiendas. Pero después que sus hermanos subieron a la fiesta, entonces Él también subió no manifiestamente, sino de incógnito. Decían algunos de los de Jerusalén: ¿No es a ése a quien quieren matar? Mirad cómo habla con toda libertad y no le dicen nada. ¿Habrán reconocido de veras las autoridades que este es el Cristo? Pero éste sabemos de dónde es, mientras que, cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde es. Gritó, pues, Jesús, enseñando en el Templo y diciendo: Me conocéis a mí y sabéis de dónde soy. Pero yo no he venido por mi cuenta; sino que verdaderamente me envía el que me envía; pero vosotros no le conocéis. Yo le conozco, porque vengo de él y él es el que me ha enviado. Querían, pues, detenerle, pero nadie le echó mano, porque todavía no había llegado su hora. 

Oración introductoria
Dios mío, no permitas que no sepa encontrarte en esta meditación. Necesito de tu misericordia. Dame tu gracia para poder dejar a un lado todo lo que pueda distraerme, realmente quiero llegar a contemplarte y reconocerte, aunque no sea digno de ello.

Petición
¡Jesús, dame el don de conocerte experimentalmente!

Meditación del Papa Francisco
El pasaje del Evangelio que hemos escuchado nos presenta una escena ambientada en el templo de Jerusalén, al final de la fiesta judía de las tiendas, después de que Jesús proclamara una gran profecía revelándose como fuente de “agua viva”, es decir el Espíritu Santo. Entonces la gente, muy impresionada, se puso a discutir acerca de Él. También hoy la gente discute sobre Él. Algunos están entusiasmados y dicen que “es de verdad el profeta”. Alguno incluso afirma: “Este es el Mesías”. Pero otros se oponen porque —dicen— el Mesías no viene de Galilea, sino de la estirpe de David, de Belén; y así, sin saberlo, confirman precisamente la identidad de Jesús.
Los jefes de los sacerdotes habían mandado a los guardias a arrestarlo, como se hace en las dictaduras, pero vuelven con las manos vacías y dicen: “Jamás ha hablado nadie como ese hombre”. He aquí la voz de la verdad, que resuena en esos hombres sencillos.
La palabra del Señor, ayer como hoy, provoca siempre una división: la Palabra de Dios divide, ¡siempre! Provoca una división entre quien la acoge y quien la rechaza. A veces también en nuestro corazón se enciende un contraste interior; esto sucede cuando advertimos la fascinación, la belleza y la verdad de las palabras de Jesús, pero al mismo tiempo las rechazamos porque nos cuestionan, nos ponen en dificultad y nos cuesta demasiado observarlas. (Homilía de S.S. Francisco, 21 de marzo de 2015).
Reflexión
"Los judíos trataban de matarlo". Jesús es el prototipo del justo que resulta incómodo y cuyo testimonio se quiere silenciar. Sin embargo, todas las acusaciones que le hacen son "viscerales", nacidas del odio. Por ejemplo, dicen que saben de donde viene Jesús; el Mesías, en cambio no, por lo tanto Jesús no es el Mesías porque saben de dónde viene Jesús. Otras veces le creen endemoniado, otras le critican porque por encima de la ley da más preferencia a la vida de las personas. Lo que los fariseos buscan es desacreditarle y huir para no tener que aceptar su testimonio.

No obstante, Jesús "grita" valientemente su identidad: "yo no vengo por mi cuenta, sino enviado por el que es veraz, a Ése vosotros no le conocéis; yo le conozco porque procedo de Él y Él me ha enviado." Pero como aún no había llegado su hora, la hora de la cruz en donde los fariseos entonces empezarán a creer más en él. Y aunque se esforzarán por acabar completamente con sus enseñanzas, se darán cuenta de que efectivamente Jesús era el Mesías.

También en el mundo de hoy, junto a muchas personas que creen y aceptan a Cristo, hay otras muchas que han optado por ignorarlo, o incluso, por perseguir toda idea suya. Por esto sus seguidores corren igual suerte. En una sociedad que va perdiendo los valores fundamentales como el respeto a la vida, la caridad, el perdón, debería llevarnos a luchar y trabajar por extender el reino de Cristo y no sólo a lamentarnos por la situación. Nosotros somos los que cambiaremos el corazón de las personas con nuestro testimonio de cristianos.

Tal vez no lleguemos a ser perseguidos físicamente, pero sí desacreditados y criticados por buscar la coherencia de vida con nuestra fe. No temamos ser fieles a Cristo, porque si Él está con nosotros, ¿quién contra nosotros?

Propósito
Iniciar siempre mi oración y mis actividades invocando al Espíritu Santo.

Diálogo con Cristo
Padre y Señor mío, el poder conocerte en Jesús y poder comunicarme contigo por medio del Espíritu Santo es una gracia que no he sabido aprovechar. Te ofrezco mi libertad, permite que esta oración me lleve a la experiencia de tu amor, y que esta experiencia determine mi vida, mi comportamiento, la forma en que me relacione con los demás. Que mis debilidades no impidan que pueda darte a los demás. Que tu Palabra penetre hondamente en mi corazón y la trasmita fielmente a todas las personas que pongas en mi camino.
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