domingo, 12 de abril de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: DOMINGO 12 DE ABRIL DEL 2015



Dichosos los que no han visto y han creído
Pascua


Juan 20 19-31. 2o. Domingo de Pascua. Fiesta Divina Misericordia. La resurrección de Cristo es nuestra esperanza y la luz que ilumina nuestra vida. 


Por: H. Laureano López | Fuente: Catholic.net



Del santo Evangelio según san Juan 20 19-31
Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros». Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: «La paz con ustedes. Como el Padre me envió, también yo les envío». Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibir el Espíritu Santo. A quienes perdonen los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengan, les quedan retenidos».
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré». Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: «La paz con ustedes». Luego dice a Tomás: «Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente». Tomás le contestó: «Señor mío y Dios mío». Dícele Jesús: «Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído». Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro. Estas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre.


Oración introductoria
Dios mío, me pongo en tu presencia experimentando el mismo miedo que sintieron tus Apóstoles. Señor Jesús, Tú bien conoces todos mis temores, miedos e inseguridades con los que vivo día con día y que me quitan la paz interior que sólo Tú me puedes dar. Te ofrezco esta meditación por todos aquellos que sufren la tribulación y turbación interior de su corazón, para que la gracia del Espíritu Santo penetre hasta los rincones más íntimos de su alma y escuchen tus palabras tan reconfortantes: «La paz esté con ustedes»

Petición
¡Señor mío y Dios mío! Lléname de paz interior para dejar de ser incrédulo y me convierta en un creyente fervoroso.

Meditación del Papa Francisco
Jesús se apareció de nuevo en el cenáculo, en medio de los discípulos: Tomás también estaba; se dirigió a él y lo invitó a tocar sus llagas. Y entonces, aquel hombre sincero, aquel hombre acostumbrado a comprobar personalmente las cosas, se arrodilló delante de Jesús y dijo: “Señor mío y Dios mío”.
Las llagas de Jesús son un escándalo para la fe, pero son también la comprobación de la fe. Por eso, en el cuerpo de Cristo resucitado las llagas no desaparecen, permanecen, porque aquellas llagas son el signo permanente del amor de Dios por nosotros, y son indispensables para creer en Dios. No para creer que Dios existe, sino para creer que Dios es amor, misericordia, fidelidad. San Pedro, citando a Isaías, escribe a los cristianos: “Sus heridas nos han curado”.
San Juan XXIII y san Juan Pablo II tuvieron el valor de mirar las heridas de Jesús, de tocar sus manos llagadas y su costado traspasado. No se avergonzaron de la carne de Cristo, no se escandalizaron de él, de su cruz; no se avergonzaron de la carne del hermano, porque en cada persona que sufría veían a Jesús. Fueron dos hombres valerosos, llenos de la parresia del Espíritu Santo, y dieron testimonio ante la Iglesia y el mundo de la bondad de Dios, de su misericordia.»(Homilía de S.S. Francisco, 27 de abril de 2014).
Reflexión apostólica
La vida diaria puede presentarnos ocasiones o circunstancias diversas que nos llevan a perder la paz interior (dificultades familiares, laborales, escolares, personales, etc). ¿Cómo recobrar esta paz para poder transmitirla también a los demás? Ordenando nuestra vida, como decía san Agustín. Teniendo una recta jerarquía del amor, que él llama ordo amoris (el orden del amor). Todas nuestras dificultades se reducen a "problemas de amor". No es que amemos poco, sino que podemos amar desordenadamente si no tenemos claras nuestras prioridades del amor. El vértice de este triángulo del amor le corresponde a Dios, luego viene el amor al prójimo y, en el puesto más bajo, el amor a nosotros mismos. Por eso san Agustín en dos palabras resumió lo que es la auténtica paz interior: tranquillitas ordinis. La tranquilidad del orden (interior). Pidamos a Dios que nos ayude a reestructurar nuestro orden del amor, para que podamos ayudar a todas las personas a que también encuentren esta paz auténtica.
Propósito
Haré hoy un examen de conciencia que me ayude a descubrir cuál es la jerarquía de amor en mi vida, que me ayude a crecer en la paz interior.

Diálogo con Cristo
Jesús, soy consciente que únicamente Tú puedes darme la paz verdadera y duradera. Sé que Tú quieres darme esta paz. Ayúdame a ordenar mi jerarquía interior de amores para que pueda reinar en mi corazón esta paz y tranquilidad que me regalas.

La paz es un bien tal que no puede apetecerse otro mejor ni poseerse otro más provechoso. (San Agustín, De Civitate Dei)

sábado, 11 de abril de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: SÁBADO 11 DE ABRIL DEL 2015


Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio
Pascua


Marcos 16, 9-15. Sábado de Pascua. El cristiano es, en la Iglesia y con la Iglesia, un misionero de Cristo enviado al mundo. 


Por: Omar López | Fuente: Catholic.net



Del santo Evangelio según san Marcos 16, 9-15
Habiendo resucitado al amanecer del primer día de la semana, Jesús se apareció primero a María Magdalena, de la que había arrojado siete demonios. Ella fue a llevar la noticia los discípulos, los cuales estaban llorando, agobiados por la tristeza; Pero cuando la oyeron decir que estaba vivo y que lo había visto, no le creyeron.
Después de esto, se apareció en otra forma a dos discípulos, que iban de camino hacia una aldea. También ellos fueron a anunciarlo a los demás; pero tampoco a ellos les creyeron. Por último, se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no les habían creído a los que lo habían visto resucitado. Jesús les dijo: "Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda la creatura".
Oración introductoria
Dios mío, creo en Ti, pero necesito aumentar mi fe porque la incredulidad y la dureza de corazón, que recriminas en tus discípulos, están también presentes en mi vida cotidiana, cuando se presentan los problemas, cuando la exigencia de cumplir tu voluntad se ve superior a las propias fuerzas o cuando no comprendo o acepto las dificultades. Ilumina esta oración para que tu luz y tu verdad me lleven a predicar tu Evangelio.

Petición
Señor, aparécete en mi oración, o dame la humildad de saber que me escuchas, aunque no «sienta» nada.

Meditación del Papa Francisco
Los discípulos a su vez han recibido la llamada a estar con Jesús y a ser enviados por Él para predicar el Evangelio, y así́ se ven colmados de alegría. ¿Por qué́ no entramos también nosotros en este torrente de alegría?
“El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada”. Por lo tanto, la humanidad tiene una gran necesidad de aprovechar la salvación que nos ha traído Cristo. Los discípulos son los que se dejan aferrar cada vez más por el amor de Jesús y marcar por el fuego de la pasión por el Reino de Dios, para ser portadores de la alegría del Evangelio. Todos los discípulos del Señor están llamados a cultivar la alegría de la evangelización. […] En muchas regiones escasean las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. A menudo esto se debe a que en las comunidades no hay un fervor apostólico contagioso, por lo que les falta entusiasmo y no despiertan ningún atractivo. La alegría del Evangelio nace del encuentro con Cristo y del compartir con los pobres. Por tanto, animo a las comunidades parroquiales, asociaciones y grupos a vivir una vida fraterna intensa, basada en el amor a Jesús y atenta a las necesidades de los más desfavorecidos. Donde hay alegría, fervor, deseo de llevar a Cristo a los demás, surgen las verdaderas vocaciones. (S.S. Francisco, Mensaje para la 88ª Jornada Mundial de las Misiones, 14 de junio de 2014).
Reflexión
Si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe. (1 Co, 15,14). Desde la primera generación cristiana la Iglesia se reconoce en esta expresión de San Pablo. El problema que se ha siempre presentado es aquél de cómo interpretar esta verdad central del credo. ¿Quiere decir que ha resucitado verdaderamente, es decir, que vive por siempre en su cuerpo y no solamente como simple manera espiritual?

Es esto lo que afirma la Escritura y la fe de la Iglesia. La resurrección en cuanto tal, es decir, el acto por el cual Dios glorifica a Jesús, es inaccesible y se puede alcanzar sólo por la fe. Por eso es importante que este hecho no huya de la búsqueda histórica. Es inimaginable la primera predicación cristiana, sin la experiencia pascual de los apóstoles que testimonian que Jesús se ha manifestado muchas veces antes de la muerte. Sólo esta verdad da un significado auténtico y trascendental a la propia existencia, la ilumina y la hace vivir con optimismo. La resurrección de Cristo es vida para los difuntos, perdón para los pecadores, gloria para los santos. Todo tiene razón de existir con la resurrección de Cristo y el mismo dolor se transforma.

Propósito
Ser testigo de Cristo con un comentario o una buena acción, aunque me cueste.

Diálogo con Cristo
Jesús, no podré ser un testigo auténtico de tu resurrección si primero no logro amar a cada uno de mis hermanos con el mismo amor con que Tú los amas. Dame una caridad como la tuya: total, generosa, desinteresada, que sólo busque el bien de los demás y acepte a todos por igual, sin poner límites y sin hacer acepciones entre las personas. Esto se dice fácil, pero para lograrlo, necesito convertirme en una persona que haya hecho la experiencia de tu amor en su propia vida, por medio de la vida sacramental, la oración y mi ayuda a los demás.

LOS SANTOS DE HOY: SÁBADO 11 DE ABRIL DEL 2015

Gema Galgani, SantaGema Galgani, Santa
Virgen, 11 de abril


Hoy también se festeja a:

Sancha de Portugal, BeataSancha de Portugal, Beata
Virgen, 11 de abril
Lanuino, BeatoLanuino, Beato
Monje, 11 de abril
Antipas, SantoAntipas, Santo
Mártir del Nuevo Testamento, 11 de abril
Jorge Gervase, BeatoJorge Gervase, Beato
Sacerdote y Mártir, 11 de abril
Angelo Carletti de Chivasso, BeatoAngelo Carletti de Chivasso, Beato
Presbítero Franciscano, 11 de abril
Sinforiano Ducki, BeatoSinforiano Ducki, Beato
Mártir, 11 de abril
Elena Guerra, BeataElena Guerra, Beata
Virgen y Fundadora, 11 de abril
Estanislao de Cracovia, SantoEstanislao de Cracovia, Santo
Obispo y Mártir, 11 de abril
Felipe de Gortina, SantoFelipe de Gortina, Santo
Obispo, 11 de abril
Barsanufio, SantoBarsanufio, Santo
Eremita, 11 de abril

SANTA GEMA GALGANI, VIRGEN, 11 DE ABRIL


Gema Galgani, Santa
Virgen, 11 de abril 


Por: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net



Virgen

Martirologio Romano: En Lucca, en Italia, santa Gema Galgani, virgen, quien, insigne por la contemplación de la Pasión y por los dolores soportados con paciencia, a la edad de veinticinco años consumó su angélica vida el día de Sábado Santo († 1903).

Fecha de canonización: 2 mayo de 1940 por el Papa Pío XII.
Breve Biografía

La historia de esta santa, tan cercana a nosotros por el tiempo (1878-1903) y por las costumbres de la vida cotidiana, tiene cosas increíbles por los fenómenos místicos de que fue protagonista.

En ciertos períodos de su atormentada vida soportó vejámenes de toda clase. El demonio se le aparecía hasta bajo la figura del confesor para sugerirle obscenidades. Otras veces se le aparecía como un ángel luminoso; cuando se veía desenmascarado, desaparecía en una gran llama roja dejando en el suelo una estela de ceniza. A veces la golpeaba y la dejaba exánime en el suelo, en donde la encontraban con el rostro tumefacto y con los huesos dislocados.

Pero la animaba a menudo la compañía de Cristo, de la Virgen y de su ángel custodio. Así narró ella misma, por obediencia, los acontecimientos que precedieron el misterioso fenómeno de los estigmas: “Era la noche del 8 de junio de 1899, cuando de repente siento un dolor interno de mis pecados... Apareció Jesús, con todas las heridas abiertas; pero de esas heridas ya no salía sangre, sino que salían unas como llamas de fuego, que vinieron a tocar mis manos, mis pies y mi corazón. Creí morir...”.

Las llagas que se habían abierto aparecían cada semana de las ocho de la noche del jueves hasta las tres de la tarde del viernes, acompañadas con el éxtasis. Ante estos fenómenos misteriosos, que fueron pronto motivo de curiosidad de los vecinos de Lucca en donde vivía Gema, la gente comenzó a llamarla: “la niña de la gracia”. Era una jovencita crecida rápidamente y madurada por la experiencia del dolor.

Era hija de un farmacéutico de la provincia de Lucca, y cuando tenía ocho años perdió a la madre. Cuidaron de ella los siete hermanos. Pocos años después murió también el padre y ella, curada prodigiosamente de una grave enfermedad que la atormentaba, pidió entrar al convento, pero su petición fue rechazada. Fue recibida en casa del caballero Mateo Giannini, y allí llevó una vida muy retirada, serena y obediente a las directivas del padre espiritual y de las Hermanas pasionistas que se preocuparon de ella. Debajo de los guantes y del modestísimo vestido ocultaba los signos de su participación en la pasión de Cristo.

Mientras tanto las manifestaciones de su santidad habían superado los límites del barrio y de la ciudad. Muchos, que habían ido a su casa movidos por la curiosidad, salían transformados en su espíritu. La enfermedad ósea que la había atacado desde muy joven volvió a aparecer y la hacía sufrir atrozmente. Comprendió que su calvario estaba por terminar. Pero en su humildad no creía haber pagado suficientemente con la moneda del sufrimiento el privilegio de haber sido asociada a la pasión de Cristo.

Murió a los 25 años, el 11 de abril de 1903. era la mañana del sábado santo.

Due canonizada por S.S. Pío XII el 2 de Mayo de 1940, su canonización afrontó la firme oposición de aquellos que deseaban evitar se diara atención a sus visiones y estigmas.

SAN ESTANISLAO DE CRACOVIA, OBISPO Y MÁRTIR, 11 DE ABRIL



Estanislao de Cracovia, Santo
Estanislao de Cracovia, Santo

Obispo y Mártir, 11 de abril 


Por: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net



Obispo y Mártir

Martirologio Romano: Memoria de san Estanislao, obispo y mártir, que en medio de las dificultades de su época fue constante defensor de la humanidad y de las costumbres cristianas, rigió como buen pastor la Iglesia de Cracovia, en Polonia, ayudó a los pobres, visitó cada año a sus clérigos y, finalmente, mientras celebraba los divinos misterios, fue muerto por orden de Boleslao, rey de Polonia, a quien había reprendido severamente. ( 1079)
Fecha de canonización: 17 de agosto de 1253 por el Papa Inocencio IV.
Breve Biografía
La historia recuerda al rey Boleslao II de Polonia (1058-1079) por sus victorias militares que consolidaron su joven Estado y lo ampliaron, por la valorización de las tierras que él promovió con una nueva organización territorial, y por las reformas jurídicas y económicas. Pero el primer historiador polaco, Vicente Kadlubeck, de este rey recuerda también las graves injusticias y la conducta privada inmoral.

Pero en su camino Boleslao se encontró con un severo censor. Como Juan Bautista respecto de Herodes, el valiente obispo de Cracovia, Estanislao, levantó la voz, amonestando al poderoso soberano sobre el deber de respetar los derechos ajenos.

Estanislao nació en Szczepanowski (Polonia) hacia el año 1030, de padres más bien pobres. Hizo sus primeros estudios con los benedictinos de Cracovia, y después los perfeccionó en Bélgica y en París. Cuando regresó a la patria, se distinguió por su celo y por las benéficas iniciativas que realizó con caridad e inteligencia. Muerto el obispo de Cracovia, el Papa Alejandro II lo nombró su sucesor. Su nombramiento fue promovido no sólo por el pueblo y el clero, sino también por el mismo Boleslao II, que en los primeros años colaboró en la obra de evangelización de toda la región y en la formación del clero local, secular, que poco a poco debería ocupar el puesto de los monjes benedictinos en la administración de la Iglesia polaca.

La buena armonía entre el obispo y el soberano duró hasta cuando el valiente Estanislao tuvo que anteponer sus deberes de pastor a la tolerancia para con las faltas del amigo, pues la reprochable conducta del soberano podía fomentar las malas costumbres de los súbditos.

En efecto, las crónicas del tiempo narran que el rey se enamoró de la bella Cristina, esposa de Miecislao y, sin pensarlo dos veces, la hizo raptar con grave escándalo para todo el país. Estanislao lo amenazó con la excomunión y después lo excomulgó; entonces el rey Boleslao se enfureció y ordenó asesinar a Estanislao en Cracovia, en la iglesia de santa Matilde, durante la celebración de la misa. Parece que el horrible “asesinato en la catedral” lo cometió el mismo soberano, después que los guardias se vieron obligados a retirarse por una fuerza misteriosa. Era el 11 de abril de 1079.

Desde el mismo día de su martirio, los polacos comenzaron a venerarlo.

San Estanislao fue canonizado el 17 de agosto de 1253 en la basílica de san Francisco de Asís, y desde entonces se difundió su culto en toda Europa y América.

viernes, 10 de abril de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: VIERNES 10 DE ABRIL DEL 2015


Echad la red otra vez y encontraréis
Pascua

Juan 21, 1-14. Viernes de Pascua. Otra vez Cristo se asoma a nuestras vidas para dejarse ver de quien tiene los ojos con fe. 


Por: Edgar Pérez | Fuente: Catholic.net



Del santo Evangelio según san Juan 21, 1-14
Después de esto, se manifestó Jesús otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Se manifestó de esta manera. Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. Simón Pedro les dice: «Voy a pescar». Le contestan ellos: «También nosotros vamos contigo». Fueron y subieron a la barca, pero aquella noche no pescaron nada. Cuando ya amaneció, estaba Jesús en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Díceles Jesús: «Muchachos, ¿no tenéis pescado?» Le contestaron: «No». El les dijo: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis». La echaron, pues, y ya no podían arrastrarla por la abundancia de peces. El discípulo a quien Jesús amaba dice entonces a Pedro: «Es el Señor», se puso el vestido - pues estaba desnudo - y se lanzó al mar. Los demás discípulos vinieron en la barca, arrastrando la red con los peces; pues no distaban mucho de tierra, sino unos doscientos codos. Nada más saltar a tierra, ven preparadas unas brasas y un pez sobre ellas y pan. Díceles Jesús: «Traed algunos de los peces que acabáis de pescar». Subió Simón Pedro y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y, aun siendo tantos, no se rompió la red. Jesús les dice: «Venid y comed». Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: «¿Quién eres tú?», sabiendo que era el Señor. Viene entonces Jesús, toma el pan y se lo da; y de igual modo el pez. Esta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después de resucitar de entre los muertos.

Oración introductoria
Jesucristo, ¡qué privilegio tuvieron tus apóstoles! Ellos pudieron hablar, comer, convivir contigo. Cara a cara. Ayúdame a darme cuenta, en esta oración, que yo no estoy tan lejos de poder tener esta misma experiencia, porque Tú siempre sales a mi encuentro, me ofreces el alimento de la Eucaristía y me hablas por medio de tu Palabra. Dame tu gracia para poder escucharte, Señor.

Petición
Dame el ímpetu y el liderazgo de Pedro, que supo reconocerte a pesar de su debilidad.

Meditación del Papa Francisco
Recordémoslo bien todos: no se puede anunciar el Evangelio de Jesús sin el testimonio concreto de la vida. Quien nos escucha y nos ve, debe poder leer en nuestros actos eso mismo que oye en nuestros labios, y dar gloria a Dios. Me viene ahora a la memoria un consejo que San Francisco de Asís daba a sus hermanos: predicad el Evangelio y, si fuese necesario, también con las palabras. Predicar con la vida: el testimonio. La incoherencia de los fieles y los Pastores entre lo que dicen y lo que hacen, entre la palabra y el modo de vivir, mina la credibilidad de la Iglesia.
Pero todo esto solamente es posible si reconocemos a Jesucristo, porque es él quien nos ha llamado, nos ha invitado a recorrer su camino, nos ha elegido. Anunciar y dar testimonio es posible únicamente si estamos junto a él, justamente como Pedro, Juan y los otros discípulos estaban en torno a Jesús resucitado, como dice el pasaje del Evangelio de hoy; hay una cercanía cotidiana con él, y ellos saben muy bien quién es, lo conocen. El evangelista subraya que “ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor”. Y esto es un punto importante para nosotros: vivir una relación intensa con Jesús, una intimidad de diálogo y de vida, de tal manera que lo reconozcamos como “el Señor”. ¡Adorarlo!» (Homilía de S.S. Francisco, 14 de abril de 2013).
Reflexión
Como la primera vez. Otra vez Cristo se asoma a la rivera de nuestras vidas para dejarse ver de quien tiene los ojos sublimados por la fe. Y sin exigir nada. Sin obligar a nadie. Sólo se deja ver dando.

Pedro había regresado a su antiguo oficio. Quizás así podía asimilar todo lo que había vivido durante esos intensos días de pascua. Le remordería la amargura terrible de la traición. ¿Qué lo diferenciaba de Judas hasta ese momento? Fue a pescar, pues, con otros. Y no obtuvo nada. Como la primera vez en que vio a Cristo junto al mar de su vida.

Ahora nuevamente el Señor se le presenta y no lo conoce. Están todos fatigados y malhumorados. Nadie puede sentir paz cuando no tiene a Cristo dentro. En ese momento el Señor les habla: "¿tenéis peces?" Podrían no haberle hecho caso. Pero optan por una elemental educación. Responden: "¡No!" Ahora el desconocido les señala cómo obtenerlas: "Echad..." Pudieron no haberle hecho caso.

¿Quién era ése para decirles lo que ellos bien sabían hacer? El hecho es que le hacen caso, hacen un acto de fe, como la primera vez en que Pedro en Su Nombre echó las redes. Ahora lo hacían sabiendo que no era momento de peces. Y, ¡cuál fue su sorpresa! Porque quien confía en el Señor no puede no recibir más de lo que espera. Es por eso que Juan lo reconoce: "¡Es el Señor!" Porque han creído al Desconocido y han sido premiados con la fe en Él.

Pedro, que pudo seguir el mismo derrotero de Judas se deja llevar por su corazón, un corazón que añoraba al Señor y su misericordia. Se tira al agua y no espera llegar con la barca. Está ansioso de estar junto al Señor. Ha comprendido en qué consiste ser pecador y dejarse amar por el Señor que lo busca con su perdón. Porque primero ha creído en alguien que no sabía quién era en ese momento. Cuando ve lo que puede su fe, no puede no pedir misericordia del Señor, como la primera vez. Y como Cristo quería peces, es Pedro quien saca las redes, símbolo de las almas del apóstol. Ha sido Cristo el que ha dado los frutos ciertamente, pero ellos han secundado su acción. Pedro le ofrece los peces. Pero antes ya le ha ofrecido su corazón. Por eso tuvo los peces, porque se dejó pescar del Señor.

Propósito
Hacer una oración especial por todos aquellos que han perdido la fe.

Diálogo con Cristo
Señor, tengo una enorme necesidad de encontrarme con tu amor redentor. Aumenta mi fe para saber reconocerte en la Eucaristía, en la oración, en las demás personas, en los incidentes de mi día a día. Mi testimonio es lo que más puede valer en la Nueva Evangelización, así que ayúdeme a ser coherente, que no me olvide que nada convence tanto como la caridad auténtica, hecha disponibilidad, servicio y entrega a los demás.

SAN MACARIO DE ANTIOQUÍA, OBISPO, 10 DE ABRIL


Macario de Antioquía, Santo

Obispo, 10 de abril 


Por: . | Fuente: Catholic.net



Obispo y Peregrino

Martirologio Romano: En Gante, en Flandes, ahora en Bélgica, san Macario, peregrino, que fue recibido entre los monjes de San Bavón, y al año siguiente falleció consumido por la peste ( 1012).
Breve Biografía
Hijo de una familia cristiana de origen armenio, fue educado por el arzobispo de Antioquía, fue tan buen estudiante que muy pronto se vio ejerciendo tareas encargadas por su mentor, en su cumplimiento resaltaban siempre sus conocimientos y virtudes, por lo que el arzobispo decidió nombrarlo su sucesor.

Gobernó durante algún tiempo la Iglesia en Antioquía, pero temiendo que los honores que recibía constantemente le hicieran perder la humildad, renunció al cargo y partió en secreto en peregrinación a Palestina. Allí se intenta convertir a sarracenos reacios a escucharle, y fue echado a la cárcel, atado de pies y manos y cargado una pesada piedra colgada de su cuello. Sin embargo, milagrosamente logra escapar sin sufrir ningún daño.

Decidió, entonces, peregrinar hacia el oeste, pasa por varias provincias de Francia, llegando finalmente a Flandes y, deteniéndose en Gante, donde es recibido por los monjes de San Bavón . Después de unos meses, pensó regresar al este, pero una terrible enfermedad cayó sobre Gante, por lo que decidió quedarse para atender a los enfermos, mientras en sus oraciones pedía al Señor que permitiera la sanación del pueblo que sufría, ofreciendo su vida a cambio de la vida de toda esa gente, murió poco después, y junto con él desapareció la enfermedad, era el 12 de abril de 1012.

LOS SANTOS DE HOY: VIERNES 10 DE ABRIL DEL 2015

Macario de Antioquía, SantoMacario de Antioquía, Santo
Obispo, 10 de abril


Hoy también se festeja a:

Antonio Neyrot de Rivoli, BeatoAntonio Neyrot de Rivoli, Beato
Sacerdote y Mártir, 10 de abril
Marcos Fantuzzi de Bolonia, BeatoMarcos Fantuzzi de Bolonia, Beato
Presbítero Franciscano, 10 de abril
Miguel de los Santos, SantoMiguel de los Santos, Santo
Presbítero Trinitario, 10 de abril
Magdalena de Canossa, SantaMagdalena de Canossa, Santa
Fundadora, 10 de abril
Fulberto de Chartres, SantoFulberto de Chartres, Santo
Obispo, 10 de abril

miércoles, 8 de abril de 2015

LOS SANTOS DE HOY; JUEVES 9 DE ABRIL DEL 2015

Margarita Rutan, BeataMargarita Rutan, Beata
Mártir, 9 de abril


Hoy también se festeja a:

Lindalva Justo de Oliveira, BeataLindalva Justo de Oliveira, Beata
Virgen y Mártir, 9 de abril
Eupsiquio de Cesarea de CapadociaEupsiquio de Cesarea de Capadocia
Mártir, 9 de abril
Ubaldo Adimari, BeatoUbaldo Adimari, Beato
Presbítero Servita, 9 de abril
Valdetrudis, SantaValdetrudis, Santa
Fundadora, 9 de abril
Liborio de Le Mans, SantoLiborio de Le Mans, Santo
Obispo, 9 de abril
Antonio Pavoni, BeatoAntonio Pavoni, Beato
Mártir Dominico, 9 de abril
Celestina (Catalina) Faron, BeataCelestina (Catalina) Faron, Beata
Religiosa; Virgen y Mártir, 9 de abril
Demetrio de Tesalónica, SantoDemetrio de Tesalónica, Santo
Mártir. 9 de abril
Tomás de Tolentino, BeatoTomás de Tolentino, Beato
Mártir Franciscano, 9 de abril
Casilda de Toledo, SantaCasilda de Toledo, Santa
Virgen Eremita, 9 de abril
Vadim o Bademio, santoVadim o Bademio, santo
Archimandrita, 9 de abril
Acacio de Amida, SantoAcacio de Amida, Santo
Obispo, 9 de abril








Hugo de Rouen, Santo
Obispo y Abad, 9 de abril
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