domingo, 20 de julio de 2014

EL EVANGELIO DE HOY: DOMINGO 20 DE JULIO DEL 2014

Autor: P. Sergio A. Cordova LC | Fuente: Catholic.net
¿Y qué es la cizaña?
Mateo 13, 24-43. Tiempo Ordinario. La cizaña es todo aquello que nos sirve de tropiezo para llegar a Dios o se opone a Él.
 
¿Y qué es  la cizaña?
Del santo Evangelio según san Mateo 13, 24-43

Otra parábola les propuso, diciendo: «El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero, mientras su gente dormía, vino su enemigo, sembró encima cizaña entre el trigo, y se fue. Cuando brotó la hierba y produjo fruto, apareció entonces también la cizaña. Los siervos del amo se acercaron a decirle: ´Señor, ¿no sembraste semilla buena en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña? El les contestó: Algún enemigo ha hecho esto. Dícenle los siervos: ¿Quieres, pues, que vayamos a recogerla?´ Díceles: No, no sea que, al recoger la cizaña, arranquéis a la vez el trigo. Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega, diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo recogedlo en mi granero.´» Otra parábola les propuso: «El Reino de los Cielos es semejante a un grano de mostaza que tomó un hombre y lo sembró en su campo. Es ciertamente más pequeña que cualquier semilla, pero cuando crece es mayor que las hortalizas, y se hace árbol, hasta el punto de que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas.» Les dijo otra parábola: «El Reino de los Cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo.» Todo esto dijo Jesús en parábolas a la gente, y nada les hablaba sin parábolas, para que se cumpliese el oráculo del profeta: Abriré en parábolas mi boca, publicaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo. Entonces despidió a la multitud y se fue a casa. Y se le acercaron sus discípulos diciendo: «Explícanos la parábola de la cizaña del campo.» El respondió: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino; la cizaña son los hijos del Maligno; el enemigo que la sembró es el Diablo; la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles. De la misma manera, pues, que se recoge la cizaña y se la quema en el fuego, así será al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los obradores de iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.

Oración preparatoria 

Espíritu Santo, limpia el terreno de mi alma y multiplica los dones de tu gracia, para que, fervoroso en la fe, la esperanza y la caridad, persevere siempre fiel en el cumplimiento de tus mandatos.

Petición

Señor y Dios mío, concédeme que en esta oración mi mente y mi corazón sean tierra fértil en la que puedas sembrar.

Meditación del Papa Francisco

El objetivo de toda actividad pastoral siempre está orientado por el impulso misionero de llegar a todos, sin excluir a nadie y teniendo muy en cuenta la circunstancias de cada uno. Se ha de llegar a todos y compartir la alegría de haberse encontrado con Cristo. No se trata de ir como quién impone una nueva obligación, como quién se queda en el reproche o la queja ante lo que se considera imperfecto o insuficiente.
La tarea evangelizadora supone mucha paciencia, mucha paciencia, cuida el trigo y no pierde la paz por la cizaña. Y también sabe presentar el mensaje cristiano de manera serena y gradual, con olor a Evangelio como lo hacía el Señor. Sabe privilegiar en primer lugar lo más esencial y más necesario, es decir, la belleza del amor de Dios que nos habla en Cristo muerto y resucitado. (S.S. Francisco, 18 de noviembre de 2013).

Reflexión

La expresión artística ha sido, a lo largo de los siglos, una de las manifestaciones más nobles de la belleza, de la originalidad, del genio y de la grandeza del espíritu humano. Y, además, un vehículo importante para la comunicación del pensamiento y de la cultura, ya que el arte –al igual que la música y la poesía– transmite siempre una idea, una visión de la vida y de las cosas, una experiencia o un sentimiento personal. Durante varios siglos, sobre todo en el arte paleocristiano, bizantino y gótico, se hizo común la creación de "trípticos", tanto en la pintura, como en los mosaicos, vitrales y en las así llamadas "miniaturas". Consistían éstos en representar juntas tres escenas de la Biblia o del Evangelio, formando una unidad artística y catequética. El arte cristiano fue, desde los orígenes, una forma extraordinaria de predicación sagrada y de catequesis popular.

Pues hoy nuestro Señor en el Evangelio nos presenta un maravilloso “tríptico” de parábolas para hablarnos del misterio del Reino de los cielos: la parábola de la cizaña, del grano de mostaza y de la levadura. Cristo está hablando a sus discípulos –y también a nosotros hoy– de una realidad sumamente importante y esencial de su mensaje, de su "Buena Nueva" –esto precisamente significa "evangelio" en griego–, pero a la vez de algo misterioso y de difícil comprensión. Por eso Jesús usa parábolas, para ayudarnos a comprender misterios muy profundos a través de sencillas imágenes y asequibles comparaciones.

La parábola del grano de mostaza nos enseña que el Reino de los cielos –es decir, la vida de la gracia divina en nosotros, la Iglesia y las obras de Dios– es siempre pequeño y casi insignificante en sus inicios, pero tiene que ir creciendo hasta convertirse en un árbol frondoso, capaz de abrigar en sus ramas a las aves del cielo; o sea, capaz de salvar a miles de personas y llevarlas a la vida eterna. El crecimiento continuo es ley de vida, y el día que no se crece, se muere.

La parábola de la levadura nos habla de esa acción silenciosa y lenta, pero profundamente eficaz y transformante que realiza el Evangelio, no sólo en la propia alma, sino también en los ambientes y en las sociedades, impregnando de fe y de vida nueva todas las realidades humanas. Eso fue lo que hizo el cristianismo en el imperio romano: los primeros cristianos, con su maravilloso testimonio de vida santa y auténtica, con su ejemplo de caridad, de pureza, de piedad y con el perfume de sus virtudes lograron transformar el ambiente corrompido y enrarecido del paganismo antiguo. Esto es lo que ha hecho la Iglesia a lo largo de veinte siglos de historia, a pesar de tantas persecuciones y calumnias. Y lo sigue haciendo en nuestros días, con las mismas armas de siempre: la fe, la esperanza y la caridad.

La parábola de la cizaña, por su parte –valdría la pena detenerse con más calma en la consideración de esta enseñanza de Cristo, aunque el tiempo y el espacio aquí disponibles no lo permiten– nos da tantas lecciones importantes para nuestra vida cristiana. La cizaña es toda yerba mala que impide al trigo –a la semilla buena– crecer libremente en el campo de Dios. Cizaña es todo aquello que significa obstáculo, pecado y vicio en el mundo. La cizaña tiene múltiples rostros y caretas: el odio, la persecución, la calumnia, la división, el engaño, la injusticia, el fraude... Cizaña es toda forma de egoísmo y de soberbia; son las pasiones desordenadas del ser humano, la intriga, la maledicencia, la mentira, el escándalo... Tal vez muchas veces hemos oído la expresión: "no vengas aquí a sembrar cizaña", y con esa frase pretendemos decir que no queremos divisiones, odios ni malquerencias, intrigas o divisiones que dañen el buen espíritu cristiano de caridad.

La cizaña es todo aquello que nos sirve de tropiezo para llegar a Dios o se opone a Él. Es, en fin, –por decirlo con una sola palabra– el "mysterium iniquitatis" del que hablaba san Agustín: el misterio del mal en el mundo y en el hombre. ¡Y vaya que si es un misterio! ¡Cuántas veces hemos escuchado estas preguntas tan inquietantes como difíciles de responder!: "¿Por qué existe el mal en el mundo, si Dios es tan bueno? ¿Por qué permite el dolor y el sufrimiento humano, sobre todo de los más débiles, los inocentes y desamparados? ¿Por qué las guerras, las injusticias, el odio, la venganza, la prostitución, el abuso de los poderosos?" Y sentimos tal vez indignación o rebeldía interna... y también la tentación de preguntarle a Dios, como los obreros de la parábola: "Pero, ¿no sembraste tú buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, sale la cizaña?" Y el Señor nos responderá lo mismo que a los obreros: "Un enemigo lo ha hecho... mientras vosotros dormíais".

Dios no es el culpable de nuestros "pleitos" y fechorías. Es el mismo hombre el culpable de tantos desórdenes y abusos que vemos a cada paso: en las noticias, en la calle, en nuestra propia casa. ¿Ya te enteraste de lo que pasó hace unos días en el Parlamento europeo? ¡Unos cuantos gobiernos de izquierda pretenden imponer por la fuerza a todos los países de la Unión europea la ley del aborto obligatorio y de los anticonceptivos a todas las mujeres y adolescentes sin distinción! ¿No es escandaloso y motivo de rabia? ¡Y qué decir de tantos y tantos otros abusos y excesos en todos los campos: el libertinaje sexual, el subjetivismo y relativismo moral, el indiferentismo o el fanatismo religioso, la imposición de leyes y conductas que violan los derechos humanos, la libertad religiosa y la propia conciencia!.... ¿Por qué todo esto? ¡Ahí está la cizaña sembrada por el enemigo! Sí, mientras nosotros "dormíamos en los laureles..."

Ante este panorama, si somos buenos cristianos, personas con dignidad, con conciencia y con valores, ¡quisiéramos arrancarlo todo de raíz!, ¿no es cierto? Quisiéramos, como Santiago y Juan, "hacer llover fuego del cielo" a todos los que se oponen a Cristo para que los consumiera. Y, sin embargo, Dios, el Dueño del campo, nos dice que no. Que esperemos que crezcan juntos la cizaña y el trigo. Hasta que llegue el día de la siega. ¿Por qué actúa así Dios? Porque Él, en su infinita paciencia y misericordia, no quiere que "fulminemos" a los malos, sino que les demos tiempo. Tal vez también ellos se den cuenta de su error, se arrepientan y se conviertan, como el buen ladrón del Evangelio, aunque sea a la última hora de su vida. A nosotros nos toca ser buenos colaboradores de Dios: tener paciencia como Él, dar tiempo al tiempo, orar también por los que nos persiguen y calumnian –¿se acuerdan de la vergonzosa campaña de calumnias y críticas que varias gentes organizaron contra algunos sacerdotes católicos?....–. Pues Cristo quiere que sepamos perdonar, que les demos buen ejemplo de caridad y que oremos por todos aquellos que pueden ser, de algún modo, "cizaña" para que lleguen a ser trigo bueno en el campo del Señor.



  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Sergio Cordova LC 

    Los Santos de hoy domingo 20 de julio de 2014

    Los Santos de hoy domingo 20 de julio de 2014
     Elías, Santo
    Profeta, Julio 20
     Aurelio, Santo
    Obispo, 20 de julio
     Rosa de Wang-Hoei, Santa
    Catequista, 20 de julio
     Margarita de Antioquia, Santa
    Patrona de los nacimientos, 20 de julio 
     Liberata, Santa
    Virgen y Mártir, 20 Julio
     Eliseo, Santo
    Profeta, Julio 20
     Apolinar de Rávena, Santo
    Obispo y Mártir, 20 de julio
     Luis Novarese, Beato
    Sacerdote y Fundador, 20 de julio 

    SAN APOLINAR DE RÁVENA, OBISPO Y MÁRTIR, 20 DE JULIO

    Apolinar de Rávena, Santo
    Obispo y Mártir, 20 de julio
     
    Apolinar de Rávena, Santo

    Obispo y Mártir

    Martirologio Romano: En Classe, cerca de la ciudad de Rávena, en la vía Flaminia, conmemoración de san Apolinar, obispo, cuya memoria litúrgica se celebra el veinte de julio (c. s. II).

    San Apolinar, obispo, que al mismo tiempo que propagaba entre los gentiles las insondables riquezas de Cristo, iba delante de sus ovejas como buen pastor, y es tradición que honró con su ilustre martirio a la iglesia de Classe, cerca de Rávena, en la vía Flaminia, pasando al banquete eterno el día veintitrés de julio (c. s. II)
     Etimológicamente:
    SAN APOLINAR DE RÁVENA nació probablemente en Antioquía, en la actual Turquía, en la época de mayor auge del Imperio Romano, apenas después de la muerte de Jesús.

    Según la tradición, San Apolinar fue uno de los principales discípulos del Apóstol San Pedro. Cuando San Pedro se trasladó a Roma para fundar ahí la Iglesia, San Apolinar lo habría acompañado hasta la capital del Imperio.

    Durante el reinado del emperador Claudio, San Apolinar recibió la comisión de viajar al norte de Italia como embajador de la fe para empezar a evangelizar y a ganar adeptos para el cristianismo.

    San Apolinar se convirtió así en el primer obispo de Rávena, cargo que ejerció durante veinte años. Se le ha atribuido el poder de curar a los enfermos en el nombre de Cristo, y de haber realizado otros milagros.

    La relativa tranquilidad de su labor apostólica cambió con el ascenso al trono imperial de Vespasiano, en 69, quien cuenta con el dudoso honor de haber organizado las primeras persecuciones con lujo de crueldad contra los cristianos.

    Por su cargo y sus actividades en Rávena, San Apolinar fue perseguido inmediatamente. Algunas fuentes cuentan que fue capaz de escapar hacia Dalmacia, donde habría predicado el Evangelio y habría puesto fin milagrosamente a una hambruna.

    Sin embargo, al final San Apolinar fue apresado, torturado y martirizado.

    Sobre su tumba, en Rávena, se edificó siglos más tarde la célebre Basílica de San Apollinare in Classe, de tres naves, consagrada en 549. Más tarde, en el siglo nueve, fue construida también ahí la iglesia de San Apollinare Nuovo.

    SAN APOLINAR DE RÁVENA nos ofrece un ejemplo de la cruenta vida que tuvieron que padecer los santos fundadores del cristianismo.

    ¡Felicidades a quien lleve este nombre! 

    sábado, 19 de julio de 2014

    EL EVANGELIO DE HOY: SÁBADO 19 DE JULIO DEL 2014

    Autor: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net
    Quiero misericordia y no sacrificio
    Mateo 12, 1-8, Tiempo Ordinario. Cuando no hay misericordia, ayudar a los demás es un molesto peso.
     
    Quiero misericordia y no sacrificio
    Del santo Evangelio según san Mateo 12, 1-8

    Un sábado de aquellos, Jesús atravesaba un sembrado; los discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas. Los fariseos, al verlo, le dijeron: -Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado. Les replicó: -¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y comieron de los panes presentados, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes. ¿Y no habéis leído en la ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa? Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo. Si comprendierais lo que significa «quiero misericordia y no sacrificio», no condenaríais a los que no tienen culpa. Porque el Hijo del Hombre es señor del sábado.

    Oración introductoria

    Padre Santo, me pongo en tu presencia mientras contemplo a tu Hijo en la cruz… Te imploro por la luz de tu Espíritu Santo, para comprender en esta oración qué es lo que tengo que hacer para crecer en el amor. Dame tu gracia para amar como Tú amas.

    Petición

    Señor, hazme comprender el auténtico sentido de tu Palabra, para vivirla,

    Meditación del Papa Francisco

    ¡El Señor me ha cambiado la vida! ¡Me encontré con el Señor ´. Recordar siempre. Es como soplar sobre las brasas de aquella memoria, ¿verdad? Soplar para mantener el fuego, siempre.
    En las parábolas evangélicas se habla de la negativa de muchos invitados a la fiesta del Señor. Por lo que Jesús se fue a "buscar a los pobres, a los enfermos, e hizo fiesta con ellos".
    Y Jesús, continuando con esta costumbre, celebra con los pecadores y ofrece a los pecadores la gracia. "Quiero misericordia, y no sacrificios. No he llegado, por cierto, a llamar a los justos, sino a los pecadores". ¡Quién se cree justo, que se cocine su propio caldo! Él ha venido por nosotros, pecadores, y esto es lo bello. Dejémonos mirar por la misericordia de Jesús, ¡hagamos fiesta y tengamos memoria de esta salvación!... (Cf. S.S. Francisco, 5 de julio de 2013, homilía en Santa Marta).

    Reflexión

    El espíritu de la ley es vivir la misericordia de Dios. Porque la misericordia es hija del amor. Y el amor es el centro, el corazón de toda la vida de un verdadero cristiano. En cambio cuando no hay misericordia, la ley se hace cadena, un molesto peso. Y Dios, de Padre de misericordias se hace Juez tirano.

    Pero Dios es amor. Y su Hijo es la encarnación del amor. Jesús no se ha molestado con sus discípulos porque hacen algo "prohibido" en sábado. En realidad el descanso sabático era una imagen del descanso que el hombre debe encontrar en el Corazón de Cristo. Por eso lo que los discípulos hacen no tiene importancia.

    En cambio los fariseos, creyendo "guardar" el sábado fielmente, cometen la atrocidad de juzgar con sus lenguas a los demás, quebrantando realmente el día consagrado a Dios con sus venenosas palabras y su impuro corazón. ¿Qué es lo más importante de la ley? ¿Cumplir la materia de la ley o su espíritu? ¿Qué honra más a Dios, estarse quieto un tiempo o vivir hasta las últimas consecuencias la misma misericordia de Cristo? Por eso, quien vive el espíritu, esto es, la misericordia del Señor al practicar la ley, la vivirá a fondo porque actuará con el mismo sentir de Cristo. Y el sentir de Cristo, ¿dejaría de cumplir algún punto de la ley, aunque fuera pequeñito? No, porque el que vive amando hace todo cuanto agrada a su Amado.

    En cambio quien no vive el espíritu sino la ley sola, aparentemente parecerá cumplir pero será un cadáver que matará con su pensamiento a los demás quebrantando el mismo centro de la ley: el amor. De hecho los fariseos, tan cumplidores no tuvieron escrúpulos para llevar a la cruz a su mismo Dios. Cristo es Rey y Señor. Y de tal dignidad le viene a Cristo ser el Señor del sábado: ¡Él es el Amor!

    Propósito

    Procurar un estilo de vida más sencillo y sobrio para ser solidario con los necesitados.

    Diálogo con Cristo

    «Vivir con los pies bien plantados en la tierra, atentos a las situaciones concretas del prójimo, y, al mismo tiempo, teniendo el corazón en el Cielo, sumergido en la misericordia de Dios». Permite, Señor, que ésta sea mi actitud, mi estilo de vida. No evadir egoístamente los problemas, afrontarlos sabiendo que Tú estás conmigo, viviendo auténticamente mi libertad, dando a mi vida la trascendencia para la cual fue creada. 

    Los Santos de hoy sábado 19 de julio de 2014

    Los Santos de hoy sábado 19 de julio de 2014
     Pedro Crisci de Foligno, Santo
    Penitente, 19 de julio
     Arsenio, Santo
    Anacoreta, 19 de julio
     Macrina la Joven, Santa
    Virgen, 19 de julio
     Juan (Guillermo) Plessington, Santo
    Sacerdote y Mártir, 19 de julio
     Epafras, Santo
    Discípulo de San Pablo, 19 de julio
     Simaco, Santo
    LI Papa, 19 de julio
     Áurea de Córdoba, Santa
    Virgen y Mártir, 19 de julio
     Bernoldo (Bernulfo) de Utrecht, Santo
    Obispo, 19 de julio
     Stilla de Abenberg, Beata
    Virgen, 19 de julio
     Aquiles Puchala, Beato
    Sacerdote y Mártir, 19 de julio
     Hermann Stepien, Beato
    Sacerdote y Mártir, 19 de julio
     Otros Santos y Beatos
    Completando el santoral de este día, 19 de julio
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