domingo, 25 de mayo de 2014

Los Santos de hoy domingo 25 de mayo de 2014

Los Santos de hoy domingo 25 de mayo de 2014
 Beda el Venerable, Santo
Presbítero y Doctor de la Iglesia, 25 de mayo
 María Magdalena de Pazzi, Santa
Maestra de Novicias, 25 de mayo
 Gregorio Vll, Santo
CLVII Papa, 25 de mayo
 Magdalena Sofía Barat, Santa
Fundadora, 25 de mayo
 Agustín Caloca Cortés, Santo
Sacerdote y Mártir, 25 de mayo
 Cristóbal Magallanes, Santo
Sacerdote y Mártir, 25 de mayo
 Santiago Felipe Bertoni, Beato
Presbítero Servita, 25 de mayo
 Zenobio de Florencia, Santo
Obispo, 25 de mayo
 Gerardo Mecatti, Beato
Terciario Franciscano, 25 de mayo
 Aldelmo de Sherborne, Santo
Obispo, 25 de mayo
 Dioniiso de Milán, Santo
Obispo y Mártir, 25 de mayo
 Dionisio Ssebuggwawo, Santo
Mártir Laico, 25 de mayo 

sábado, 24 de mayo de 2014

EL EVANGELIO DE HOY: SÁBADO 24 DE MAYO DEL 2014

Autor: Héctor Vargas | Fuente: Catholic.net
Ustedes no son de este mundo
Juan 15, 18-21. Pascua. Ser discípulo tuyo, Señor, no es fácil. Requiere sacrificio y cruz. ¿Pero acaso hay vida fácil?
 
Ustedes no son de este mundo
Del santo Evangelio según san Juan 15, 18-21

Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha odiado antes que a vosotros. Su fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero, como no sois del mundo, porque yo al elegiros os he sacado del mundo, por eso os odia el mundo. Acordaos de la palabra que os he dicho: El siervo no es más que su señor. Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros; si han guardado mi Palabra, también la vuestra guardarán. Pero todo esto os lo harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado.

Oración introductoria

Espíritu Santo abre mi corazón y mi mente para saber descubrir lo que el Señor quiere decirme a través de la liturgia el día de hoy. Quiero ser un fiel discípulo del Maestro resucitado. En el mundo de hoy no es fácil ser un auténtico discípulo, es por eso que me pongo en actitud orante para alcanzar las gracias que necesito para dar testimonio de él ante el mundo.

Petición

Señor, que no tenga miedo en vivir con autenticidad mi vida cristiana sino que lo haga con valentía, buscando ser fermento en el mundo de hoy.

Meditación del Papa Francisco

El Señor quiere que entendamos lo que sucede: lo que sucede en mi corazón, lo que sucede en mi vida, lo que sucede en el mundo, en la historia... ¿Qué significa que suceda esto? ¡Estos son los signos de los tiempos! Sin embargo, el espíritu del mundo nos hace otras propuestas, porque el espíritu del mundo no nos quiere pueblo: nos quiere masa, sin pensamiento, sin libertad.
El espíritu del mundo quiere que vayamos por un camino de uniformidad, pero, como advierte san Pablo, el espíritu del mundo nos trata como si nosotros no tuviéramos la capacidad de pensar por nosotros mismos, nos trata como personas no libres.
El pensamiento uniforme, el pensamiento igual, el pensamiento débil, un pensamiento así difuso. El espíritu del mundo no quiere que nosotros nos preguntamos delante de Dios: ¿Pero por qué esto, por qué lo otro, por qué sucede esto? O también nos propone un pensamiento según los propios gustos: ¡Yo pienso como me gusta! Pero eso va bien, dicen ellos.... Pero eso que el espíritu del mundo no quiere es esto que Jesús nos pide: el pensamiento libre, el pensamiento de un hombre y de una mujer que son parte del pueblo de Dios y ¡la salvación ha sido precisamente esta! (Cf. S.S. Francisco, 29 de noviembre de 2013, homilía en capilla de Santa Marta). .

Reflexión 

Ser discípulo de Cristo conlleva a una identificación total con él, un buscar conocerle para poder amarle y así transmitirle. En medio de la sociedad de hoy el mensaje cristiano no goza de una total aceptación, el evangelio incomoda a más de alguno. Esto ha sido una constante en la historia. Sin embargo el mundo necesita a Cristo, las personas tienen sed de Dios. Como cristianos estamos llamados a anunciar ese mensaje de Cristo. El precio de este anuncio es la cruz, una cruz que se hace llevadera cuando se carga junto a Jesús.

Propósito

Mencionaré a Cristo en mis conversaciones de hoy, poniéndolo como ejemplo de vida.

Diálogo con Cristo

Ser discípulo tuyo, Señor, no es fácil. Requiere sacrificio y cruz. ¿Pero acaso hay vida fácil? Aunque uno busque vivir sin cruz, la cruz siempre se hace presente. No hay como cargar la cruz contigo pues es la única manera de encontrarle sentido a la vida. Quiero amarte, Señor, y quiero transmitirte a mis hermanos porque muchos viven tristes y sin sentido porque no se han encontrado contigo. Hazme un instrumento de tu amor.


Un cristiano fiel, iluminado por los rayos de la gracia al igual que un cristal, deberá iluminar a los demás con sus palabras y acciones, con la luz del buen ejemplo. (San Antonio de Padua)




  • Preguntas o comentarios al autor
  • Héctor Vargas 

    Los Santos de hoy sábado 24 de mayo de 2014

    Los Santos de hoy sábado 24 de mayo de 2014
     Vicente de Lérins, Santo
    Padre de la Iglesia, 24 de mayo
     María Auxiliadora
    Advocación Mariana, Mayo 24
     Donaciano y Rogaciano, Santos
    Mártires, Mayo 24
     David de Escocia, Santo
    Rey, Mayo 24
     Luis Zeferino Moreau, Beato
    Obispo y Fundador, Mayo 24
     Juan de Prado, Beato
    Sacerdote y Mártir, Mayo 24
     Simeón el Estilita el Joven, Santo
    Estilita, 24 de mayo 

    SAN VICENTE DE LÉRINS, PADRE DE LA IGLESIA, 24 DE MAYO

    Autor: Alban Butler | Fuente: «Vidas de los santos»,
    Vicente de Lérins, Santo
    Padre de la Iglesia, 24 de mayo
     
    Vicente de Lérins, Santo
    Vicente de Lérins, Santo

    Padre de la Iglesia

    Martirologio Romano: En el monasterio de Lérins, en la Provenza, Francia, san Vicente, presbítero, monje y Padre de la Iglesia, que fue muy célebre por su doctrina cristiana y santidad de vida, y empeñado con denuedo en el progreso de los creyentes en la fe. (c.450)

    En sus dos obras, «Instructiones» y «De laude Eremi», san Euquerio dice que san Vicente de Lérins «se distinguía por la elocuencia y el saber». Se cree que el santo era hermano de san Lupo de Troyes. Probablemente había sido soldado antes de tomar el hábito religioso en la abadía de Lérins, situada en una de las islas de la costa de Cannes, llamada actualmente Saint-Honoré, en honor de su fundador. En el año 434, casi tres años después de terminado el Concilio de Éfeso, san Vicente compuso en Lérins, donde había sido ordenado sacerdote y era monje, el «Commonitorium» contra las herejías, que le ha hecho famoso. En dicha obra se refiere a sí mismo como a un peregrino extranjero que, para huir del mundo y de sus placeres vanos y pasajeros, se entregó al servicio de Cristo en el retiro del monasterio como el último de los monjes. El santo hace notar que la lectura de los Santos Padres le permitió reunir una serie de principios o criterios para distinguir la verdad cristiana del error y que se tomó el trabajo de redactarlos, en primer iugar para su propio uso, y como una ayuda para la memoria. San Vicente desarrolló sus primeras notas en un tratado que constaba de dos partes, la segunda de las cuales se refería principalmente al Concilio de Éfeso. Pero esa parte se extravió tal vez a consecuencia de un robo y tuvo que contentarse con añadir a la primera parte una especie de resumen o recapitulación.

    En la obra de san Vicente, que consta de cuarenta y dos breves capítulos y que san Roberto Belarmino calificaba de «pequeña por su contenido y grande por su valor», se encuentra por primera vez enunciado el principio de que para afirmar que una verdad pertenece a la doctrina católica, tiene que haber sido sostenida siempre y en todas partes por todos los fieles: «quod ubique, quod semper, quod ab ómnibus creditum est». Por consiguiente, hay que resolver los puntos dudosos al aplicar este criterio de universalidad, antigüedad y unanimidad, lo cual equivale, en la práctica, a probar que la mayoría de los obispos y doctores han sostenido, unánimemente, dicha verdad. La Biblia no puede ser el único criterio de verdad, porque está sujeta a diferentes interpretaciones y la citan tanto los ortodoxos como los heterodoxos; así pues, la única interpretación autorizada de la Biblia es la que da la tradición de la Iglesia, puesto que sólo ésta tiene derecho de interpretarla. Cuando aparece una nueva doctrina, hay que confrontarla con la universal de la Iglesia; si en algún caso no se puede aplicar este criterio de universalidad a causa de la divulgación de la herejía en un período determinado de la historia, hay que referirse a la doctrina de la Iglesia primitiva. Y si ya en la primitiva Iglesia había empezado a difundirse ese error, hay que resolver el problema basándose en la fe de la mayoría. San Vicente admite la existencia del progreso dogmático, pero afirma que sólo es legítimo cuando conserva la identidad y todas las características esenciales, como el árbol respecto de la semilla y el ser humano respecto de la célula germinal. La tarea principal de los Concilios consiste en dilucidar, definir y subrayar las doctrinas que la Iglesia universal ha enseñado, creído y practicado desde que existe. La autoridad de la Sede Apostólica es la que sostiene el testimonio de los Padres, de los Doctores y de los Concilios.

    Existe una literatura inmensa sobre el Commonitorium de san Vicente, y los juicios de los autores son muy diversos. El tratado fue escrito en una época en que la controversia sobre la gracia y la libertad estaba en todo su furor, sobre todo en el sur de Francia y muchos autores de nota consideran la obra de san Vicente como un ataque velado contra el predestinacionismo exagerado de la doctrina de san Agustín. Para probarlo, arguyen que, cuando apareció el Commonitorium, el abad de Lérins y muchos de los monjes eran semipelagianos; que san Vicente emplea en muchos pasajes la terminología semipelagiana; y que la célebre defensa del agustinismo que publicó san Próspero de Aquitania, refutaba las objecciones de un tal Vicente, a quien dichos autores identifican con San Vicente de Lérins. Pero el nombre de Vicente era entonces muy común; por otra parte, aunque el santo emplea en algunos pasajes la terminología semipelagiana, otros pasajes de su obra recuerdan tanto los términos del Credo de san Atanasio, que no han faltado quienes atribuyeran este último documento a san Vicente de Lérins. Como quiera que sea, el problema del semipelagianismo de san Vicente no está todavía resuelto del todo; pero, si el santo erró en ese punto, erró en compañía de muchos otros hombres de Dios. Ignoramos la fecha exacta de la muerte de su muerte, pero debió acontecer hacia el año 445.

    MARÍA AUXILIADORA, ADVOCACIÓN MARIANA, MAYO 24

     
    Autor: . | Fuente: EWTN.com
    María Auxiliadora
    Advocación Mariana, Mayo 24
     
    María Auxiliadora

    Advocación de la Santísima Virgen

    Historia de la devoción a María Auxiliadora en la Iglesia Antigua.

    Los cristianos de la Iglesia de la antigüedad en Grecia, Egipto, Antioquía, Efeso, Alejandría y Atenas acostumbraban llamar a la Santísima Virgen con el nombre de Auxiliadora, que en su idioma, el griego, se dice con la palabra "Boetéia", que significa "La que trae auxilios venidos del cielo". Ya San Juan Crisóstomo, arzobispo de Constantinopla nacido en 345, la llama "Auxilio potentísimo" de los seguidores de Cristo. Los dos títulos que más se leen en los antiguos monumentos de Oriente (Grecia, Turquía, Egipto) son: Madre de Dios y Auxiliadora. (Teotocos y Boetéia). En el año 476 el gran orador Proclo decía: "La Madre de Dios es nuestra Auxiliadora porque nos trae auxilios de lo alto". San Sabas de Cesarea en el año 532 llama a la Virgen "Auxiliadora de los que sufren" y narra el hecho de un enfermo gravísimo que llevado junto a una imagen de Nuestra Señora recuperó la salud y que aquella imagen de la "Auxiliadora de los enfermos" se volvió sumamente popular entre la gente de su siglo.

    El gran poeta griego Romano Melone, año 518, llama a María "Auxiliadora de los que rezan, exterminio de los malos espíritus y ayuda de los que somos débiles" e insiste en que recemos para que Ella sea también"Auxiliadora de los que gobiernan" y así cumplamos lo que dijo Cristo: "Dad al gobernante lo que es del gobernante" y lo que dijo Jeremías: "Orad por la nación donde estáis viviendo, porque su bien será vuestro bien". En las iglesias de las naciones de Asia Menor la fiesta de María Auxiliadora se celebra el 1º de octubre, desde antes del año mil (En Europa y América se celebre el 24 de mayo). San Sofronio, Arzobispo de Jerusalén dijo en el año 560: "María es Auxiliadora de los que están en la tierra y la alegría de los que ya están en el cielo". San Juan Damasceno, famoso predicador, año 749, es el primero en propagar esta jaculatoria: "María Auxiliadora rogad por nosotros". Y repite: "La Virgen es auxiliadora para conseguir la salvación. Auxiliadora para evitar los peligros, Auxiliadora en la hora de la muerte".

    San Germán, Arzobispo de Constantinopla, año 733, dijo en un sermón: "Oh María Tú eres Poderosa Auxiliadora de los pobres, valiente Auxiliadora contra los enemigos de la fe. Auxiliadora de los ejércitos para que defiendan la patria. Auxiliadora de los gobernantes para que nos consigan el bienestar, Auxiliadora del pueblo humilde que necesita de tu ayuda".

    La batalla de Lepanto.

    En el siglo XVI, los mahometanos estaban invadiendo a Europa. En ese tiempo no había la tolerancia de unas religiones para con las otras. Y ellos a donde llegaban imponían a la fuerza su religión y destruían todo lo que fuera cristiano. Cada año invadían nuevos territorios de los católicos, llenando de muerte y de destrucción todo lo que ocupaban y ya estaban amenazando con invadir a la misma Roma. Fue entonces cuando el Sumo Pontífice Pío V, gran devoto de la Virgen María convocó a los Príncipes Católicos para que salieran a defender a sus colegas de religión. Pronto se formó un buen ejército y se fueron en busca del enemigo. El 7 de octubre de 1572, se encontraron los dos ejércitos en un sitio llamado el Golfo de Lepanto. Los mahometanos tenían 282 barcos y 88,000 soldados. Los cristianos eran inferiores en número. Antes de empezar la batalla, los soldados cristianos se confesaron, oyeron la Santa Misa, comulgaron, rezaron el Rosario y entonaron un canto a la Madre de Dios. Terminados estos actos se lanzaron como un huracán en busca del ejército contrario. Al principio la batalla era desfavorable para los cristianos, pues el viento corría en dirección opuesta a la que ellos llevaban, y detenían sus barcos que eran todos barcos de vela o sea movidos por el viento. Pero luego - de manera admirable - el viento cambió de rumbo, batió fuertemente las velas de los barcos del ejército cristiano, y los empujó con fuerza contra las naves enemigas. Entonces nuestros soldados dieron una carga tremenda y en poco rato derrotaron por completo a sus adversarios. Es de notar, que mientras la batalla se llevaba a cabo, el Papa Pío V, con una gran multitud de fieles recorría las calles de Roma rezando el Santo Rosario.

    En agradecimiento de tan espléndida victoria San Pío V mandó que en adelante cada año se celebrara el siete de octubre, la fiesta del Santo Rosario, y que en las letanías se rezara siempre esta oración: MARÍA AUXILIO DE LOS CRISTIANOS, RUEGA POR NOSOTROS.

    El Papa y Napoleón.

    El siglo pasado sucedió un hecho bien lastimoso: El emperador Napoleón llevado por la ambición y el orgullo se atrevió a poner prisionero al Sumo Pontífice, el Papa Pío VII. Varios años llevaba en prisión el Vicario de Cristo y no se veían esperanzas de obtener la libertad, pues el emperador era el más poderoso gobernante de ese entonces. Hasta los reyes temblaban en su presencia, y su ejército era siempre el vencedor en las batallas. El Sumo Pontífice hizo entonces una promesa: "Oh Madre de Dios, si me libras de esta indigna prisión, te honraré decretándote una nueva fiesta en la Iglesia Católica". Y muy pronto vino lo inesperado. Napoleón que había dicho: "Las excomuniones del Papa no son capaces de quitar el fusil de la mano de mis soldados", vio con desilusión que, en los friísimos campos de Rusia, a donde había ido a batallar, el frío helaba las manos de sus soldados, y el fusil se les iba cayendo, y él que había ido deslumbrante, con su famoso ejército, volvió humillado con unos pocos y maltrechos hombres. Y al volver se encontró con que sus adversarios le habían preparado un fuerte ejército, el cual lo atacó y le proporcionó total derrota. Fue luego expulsado de su país y el que antes se atrevió a aprisionar al Papa, se vio obligado a pagar en triste prisión el resto de su vida. El Papa pudo entonces volver a su sede pontificia y el 24 de mayo de 1814 regresó triunfante a la ciudad de Roma. En memoria de este noble favor de la Virgen María, Pío VII decretó que en adelante cada 24 de mayo se celebrara en Roma la fiesta de María Auxiliadora en acción de gracias a la madre de Dios.

    San Juan Bosco y María Auxiliadora.

    El 9 de junio de 1868, se consagró en Turín, Italia, la Basílica de María Auxiliadora. La historia de esta Basílica es una cadena de favores de la Madre de Dios. su constructor fue San Juan Bosco, humilde campesino nacido el 16 de agosto de 1815, de padres muy pobres. A los tres años quedó huérfano de padre. Para poder ir al colegio tuvo que andar de casa en casa pidiendo limosna. La Sma. Virgen se le había aparecido en sueños mandándole que adquiriera "ciencia y paciencia", porque Dios lo destinaba para educar a muchos niños pobres. Nuevamente se le apareció la Virgen y le pidió que le construyera un templo y que la invocara con el título de Auxiliadora.
    Empezó la obra del templo con tres monedas de veinte centavos. Pero fueron tantos los milagros que María Auxiliadora empezó a hacer en favor de sus devotos, que en sólo cuatro años estuvo terminada la gran Basílica. El santo solía repetir: "Cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro de la Santísima Virgen". Desde aquel santuario empezó a extenderse por el mundo la devoción a la Madre de Dios bajo el título de Auxiliadora, y son tantos los favores que Nuestra Señora concede a quienes la invocan con ese título, que ésta devoción ha llegado a ser una de las más populares.
    San Juan Bosco decía: "Propagad la devoción a María Auxiliadora y veréis lo que son milagros" y recomendaba repetir muchas veces esta pequeña oración: "María Auxiliadora, rogad por nosotros". El decía que los que dicen muchas veces esta jaculatoria consiguen grandes favores del cielo. 

    viernes, 23 de mayo de 2014

    EL EVANGELIO DE HOY: VIERNES 23 DE MAYO DEL 2014

    Autor: Laureano López | Fuente: Catholic.net
    Amarse los unos a los otros
    Juan 15, 12-17. Pascua. Como les sucedió a los Apóstoles, el encuentro personal con Cristo, que nos llama amigos, es el inicio de una aventura extraordinaria.
     
    Amarse los unos a los otros
    Del santo Evangelio según san Juan 15, 12-17

    Este es el mandamiento mío: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. No les llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a ustedes les he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre se los he dado a conocer. No me han elegido ustedes a mí, sino que yo los he elegido a ustedes, y los he destinado para que vayan y den fruto, y que su fruto permanezca; de modo que todo lo que pidan al Padre en mi nombre se lo conceda. Lo que les mando es que se amen los unos a los otros.

    Oración introductoria

    Jesús, me acerco a ti en este día porque quiero poner en práctica tu mandamiento del amor. Señor, ayúdame a amar a todos mis hermanos, como Tú me lo has mandado. Te ofrezco esta meditación para que todos podamos vivir este mandamiento y dejar a un lado el odio, el rencor y la división. Dios mío, enséñame a amar a las personas hasta dar mi vida por ellas siguiendo tu ejemplo.

    Petición

    Señor, que experimente más profundamente el amor que me tienes, para que pueda amar mejor a mis hermanos.

    Meditación del Papa Francisco

    Hemos sido llamados por Dios y llamados para permanecer con Jesús, unidos a él. En realidad, este vivir, este permanecer en Cristo, marca todo lo que somos y lo que hacemos. Es precisamente la "vida en Cristo" que garantiza nuestra eficacia apostólica y la fecundidad de nuestro servicio: "Soy yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea verdadero".
    No es la creatividad, por más pastoral que sea, no son los encuentros o las planificaciones los que aseguran los frutos, si bien ayudan y mucho, sino lo que asegura el fruto es ser fieles a Jesús, que nos dice con insistencia: "Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes". Y sabemos muy bien lo que eso significa: contemplarlo, adorarlo y abrazarlo en nuestro encuentro cotidiano con él en la Eucaristía, en nuestra vida de oración, en nuestros momentos de adoración, y también reconocerlo presente y abrazarlo en las personas más necesitadas. El "permanecer" con Cristo no significa aislarse, sino un permanecer para ir al encuentro de los otros. (S.S. Francisco, 27 de julio de 2013). .

    Reflexión 

    La vida diaria nos ofrece múltiples oportunidades para practicar el mandamiento del amor con nuestros hermanos. La esencia del cristianismo no consiste en el cumplimiento riguroso de unos mandamientos, sino que es el encuentro con una persona que se llama Jesucristo. La elección que Cristo nos ha hecho para ser sus amigos nos debe llevar a corresponder a este amor de predilección, con el amor a Él y a todas las personas. Vivamos cada día con mayor intensidad el mandamiento del amor, para que resplandezca en nosotros el amor que Cristo ha tenido primero con nosotros.

    Propósito

    Hacer un acto de caridad cristiana con un hermano necesitado.

    Diálogo con Cristo

    Jesús, inflama mi corazón con tu divino amor para que, lleno con el fuego de tu caridad, pueda amar mejor a mis hermanos. Sé que Tú puedes aumentar mi caridad para que me pueda configurar cada vez más a ti. "Ámense los unos a los otros", ese es tu mandamiento. Ayúdame a vivirlo frente a mis hermanos, para que pueda poner mi granito de arena en la construcción de la civilización del amor.


    La caridad es el océano donde nacen y a donde van a parar todas las restantes virtudes. (Lacordaire)



  • Preguntas o comentarios al autor
  • Laureano López 

    Los Santos de hoy viernes 23 de mayo de 2014

    Los Santos de hoy viernes 23 de mayo de 2014
     Juan Bautista de Rossi, Santo
    Presbítero, 23 de mayo
     Guiberto de Gembloux, Santo
    Monje, 23 de mayo
     José Kurzawa y Vicente Matuszewski, Beatos
    Sacerdotes y Mártires, 23 de mayo
     Desiderio de Langres, Santo
    Obispo y Mártir, 23 de mayo

    SAN DESIDERIO DE LANGRES, OBISPO Y MÁRTIR, 23 DE MAYO

    Autor: Antonio Borrelli | Fuente: santiebeati.it
    Desiderio de Langres, Santo
    Obispo y Mártir, 23 de mayo
     
    Desiderio de Langres, Santo

    Obispo y Mártir

    Martirologio Romano: En Langres, en la Galia Lugdunense, hoy Francia, martirio de san Desiderio, obispo, de quien se narra que viendo a su grey oprimida por los vándalos, se dirigió a su rey para suplicar por ella, pero por orden del monarca fue condenado a muerte, ofreciéndose así, libremente, por las ovejas que le habían sido confiadas. ( c.355)
    Su existencia en el siglo IV está garantizada por San Atanasio, que lo menciona como participante y subscritor del Concilio de Sárdica del año 343; su nombre aparece también en las actas del pseudo-concilio de Colonia del 346. San Desiderio ocupa el tercer lugar en la lista de obispos de Langres (Francia), aunque parece que era procedente de las inmediaciones de Génova, y designado a la sede de Langres de alguna manera milagrosa.

    Un clérigo de dicha ciudad, de nombre Varnacario escribió, al inicio del siglo VII, un relato del martirio de San Desiderio, lo hizo basándose en tradiciones locales. Según Varnacario, el obispo Desiderio habría sido decapitado durante una invasión de los vándalos guiados por Croco; es posible que haya aquí una cierta confusión en las tradiciones locales, porque Langres tuvo diversas invasiones bárbaras, y la de los Alemanes comandados por el auténtico Croco (298-307) no coinciden con las fechas de permanencia de Desiderio como obispo de Langres; probablemente la mencionada invasión sea la de los Germanos entre los años 355 - 57, misma que fue repelida por el emperador Juliano el Apóstata.

    Una leyenda dice que el santo obispo, después de su decapitación, como tantos otros “cefalóforos” (que cargan sus cabezas), recogió su cabeza y volvió a entrar en la ciudad a través de una apertura de la roca que se abrió para dejarlo pasar; esa abertura sigue siendo exhibida hoy.

    El culto de san Desiderio de Langres es indisputablemente anterior al siglo VII, y el Martirologio Jeronimiano lo menciona el 11 de febrero; pero en el siglo XI, por error de un copista, error que luego fue copiado por otros, fue confundido con San Desiderio de Vienne. En la actualidad al Santo Obispo de Vienne se lo recuerda el 26 de mayo, y al de Lagres el 23 del mismo mes.

    La ciudad de Langres lo recuerda el 19 de enero, aniversario de la traslación de las reliquias, acaecida en el año 1315. Su culto se difundió no sólo en Francia, sino también en Italia, Suiza y Alemania; es el patrono de la ciudad de Langres, y muchas iglesias de las diócesis están dedicadas a él; su tumba estaba al cuidado de un priorato benedictino en el centro de la ciudad. En 1354 se fundó en su honor una célebre confraternidad de la que formaron parte reyes y príncipes.

    A San Desiderio se lo tiene como intercesor en los partos difíciles y como testigo de la verdad de un juramento.

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