miércoles, 23 de abril de 2014

Los Santos de hoy jueves 24 de abril de 2014

Los Santos de hoy jueves 24 de abril de 2014
 Fidel de Sigmaringen, Santo
Sacerdote y Mártir, Abril 24
 María de Cleofás, Santa
Discípula de Jesús, Abril 24
 María de Santa Eufrasia Pelletier, Santa
Virgen y Fundadora, 24 de abril
 Ivo o Ives de Huntingdonshire, Santo
Obispo, Abril 24
 Salomé, Santa
Madre de los Apóstoles Santiago y Juan, 24 de abril
 Benito Menni, Santo
Fundador, Abril 24
 María Isabel Hesselblad, Beata
Religiosa Brigidina, Abril 24
 Wilfrido de York, Santo
Obispo, Abril 24
 Gregorio de Elvira o de Illiberis
Obispo, Abril 24
 Otros Santos y Beatos
Completando el santoral de este día, Abril 24

EL EVANGELIO DE HOY: MIÉRCOLES 23 DE ABRIL DEL 2014

Autor: H. José Adad Mendoza Sánchez | Fuente: Catholic.net
Los discípulos de Emaús
Lucas 24 13-35. Miércoles de Pascua. Cristo les hizo ver que, en muchas ocasiones, sus caminos no son los nuestros. Por eso, es necesario vivir con una fe profunda.
 
Los discípulos de Emaús
Del santo Evangelio según san Lucas 24 13-35 

Ese mismo día, dos de los discípulos iban a un pequeño pueblo llamado Emaús, situado a unos diez kilómetros de Jerusalén. En el camino hablaban sobre lo que había ocurrido. Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió caminando con ellos. Pero algo impedía que sus ojo lo reconocieran. El les dijo: «¿Qué comentaban por el camino?». Ellos se detuvieron, con el semblante triste, y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: «¡Tú eres el único forastero en Jerusalén que ignora lo que pasó en estos días!». «¿Qué cosa?», les preguntó. Ellos respondieron: «Lo referente a Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo, y cómo nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para ser condenado a muerte y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que fuera él quien librara a Israel. Pero a todo esto ya van tres días que sucedieron estas cosas. Es verdad que algunas mujeres que están con nosotros nos han desconcertado: ellas fueron de madrugada al sepulcro y al no hallar el cuerpo de Jesús, volvieron diciendo que se les había aparecido unos ángeles, asegurándoles que él está vivo. Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y encontraron todo como las mujeres habían dicho. Pero a él no lo vieron». Jesús les dijo: «¡Hombres duros de entendimiento, cómo les cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas! ¿No será necesario que el Mesías soportara esos sufrimientos para entrar en su gloria?» Y comenzando por Moisés y continuando en todas las Escrituras lo que se refería a él. Cuando llegaron cerca del pueblo adonde iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le insistieron: «Quédate con nosotros, porque ya es tarde y el día se acaba». El entró y se quedó con ellos. Y estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la bendición; luego lo partió y se lo dio. Entonces los ojos de los discípulos se abrieron y lo reconocieron, pero él había desaparecido de su vista. Y se decían: «¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?». En ese mismo momento, se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los Once y a los demás que estaban con ellos, y estos les dijeron: «Es verdad, ¡el Señor ha resucitado y se apareció a Simón!». Ellos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

Oración Introductoria

Señor Jesús, abre mis ojos y mi corazón para verte en todas las circunstancias de mi vida. Dame un espíritu abierto a la aceptación de tu voluntad para poder realizarla por Amor, como tú realizaste la voluntad del Padre. Aumenta mi fe para contemplar vivamente, con estos ojos terrenales, tu Sacramento de Amor, es decir, el don de la Eucaristía. Amen.

Petición

Señor te pido que a lo largo de este día mí corazón arda de amor por ti. Enséñame a valorar el don de la Eucaristía.

Meditación de SS Francisco

Cuando Jesús se acerca a los discípulos de Emaús y comparte su camino, escucha su lectura de la realidad, su desilusión y dialoga con ellos; justamente de esta manera reenciende en sus corazones la esperanza, abre nuevos horizontes que estaban ya presentes, pero que solamente el encuentro con el Resucitado permite reconocer. No tengan nunca miedo del encuentro, del diálogo [...]
En el encuentro, el diálogo entre Jesús y los dos discípulos de Emaús, que reenciende la esperanza y renueva la esperanza y renueva el camino de su vida, lleva a compartir: lo reconocen al dividir el pan. Es el signo de la eucaristía, de Dios que se hace así cercano en Cristo de volverse presencia constante, al punto de compartir su propia vida. Y esto nos indica a todos, también a quien no cree, que es justamente en una solidaridad no dicha sino vivida que las relaciones pasan del considerar al otro como "material humano" o como "número" al considerarlo como persona. (S.S. Francisco, 22 de septiembre de 2013). 

Reflexión 

Los discípulos de Emaús, cuando caminaban con sus dudas y bajo la tentación del desánimo, escucharon las palabras consoladoras de Jesús. Cristo les hizo ver que, en muchas ocasiones, sus caminos no son los nuestros. Por eso, es necesario vivir con una fe profunda y luminosa que nos lleve a la aceptación amorosa de la voluntad de Dios en nuestra vida. Justamente en la Eucaristía encontramos el consuelo y la fuerza para seguir luchando aún en medio de las dificultades y contrariedades de la vida.

Propósito

Acercarme a una Iglesia para visitar a Jesucristo en la Eucaristía y pedirle la gracia de que aumente mi fe.

Diálogo Final

Jesús quédate con nosotros, queremos vivir contigo. Eres Tú, Señor, nuestra única alegría y seguridad. Señor quiero vivir, siempre, cerca de Ti. Déjame entrar en tu corazón para que el mío arda de amor por Ti. Dame la gracia de valorar y recibir dignamente el sacramento de la Eucaristía.


Que la alegría de Cristo resucitado colme vuestro corazón de serenidad en el camino de la vida y os aliente a orar, a escuchar con fervor su palabra, a participar dignamente en los sacramentos y a dar testimonio del Evangelio. (Benedicto XVI, Regina Caeli, 6 de abril de 2008)


  • Preguntas o comentarios al autor
  • H. José Adad Mendoza Sánchez 

    ORACIÓN A SAN JORGE DE LIDDA, PATRONO DE INGLATERRA


    SAN JORGE, MÁRTIR, PATRONO DE INGLATERRA, 23 DE ABRIL

    Jorge, Santo
    Mártir, Patrono de Inglaterra, 23 de abril
    Autor: . | Fuente: ACI Prensa




    Mártir
    Jorge, SantoMartirologio Romano: San Jorge, mártir, cuyo glorioso certamen, que tuvo lugar en Dióspolis o Lidda, en Palestina, celebran desde muy antiguo todas las Iglesias, desde Oriente hasta Occidente (s. IV).


    Etimológicamente: Jorge = Aquel que trabaja la tierra, es de origen griego.

    La vida de San Jorge se popularizó en Europa durante la Edad Media, gracias a una versión bastante "sobria" de sus actas.

    Según cuenta la tradición, el santo era un caballero cristiano que hirió gravemente a un dragón de un pantano que aterrorizaba a los habitantes de una pequeña ciudad. El pueblo sobrecogido de temor se disponía a huir, cuando San Jorge dijo que bastaba con que creyesen en Jesucristo para que el dragón muriese. El rey y sus súbditos se convirtieron al punto y el monstruo murió.

    Por entonces estalló la cruel persecución de Diocleciano y Maximiano; el santo entonces comenzó a alentar a los que vacilaban en la fe, por lo que recibió crueles castigos y torturas, pero todo fue en vano.

    El emperador mandó a decapitar al santo, sentencia que se llevó a cabo sin dificultad, pero cuando Diocleciano volvía del sitio de la ejecución fue consumido por un fuego bajado del cielo.

    Esta versión popular de la vida del santo, induce a que en realidad San Jorge fue verdaderamente un mártir de Dióspolis (es decir Lida) de Palestina, probablemente anterior a la época de Constantino.

    No se sabe exactamente como llegó a ser San Jorge patrón de Inglaterra. Ciertamente su nombre era ya conocido en las islas Británicas antes de la conquista de los normandos.

    En todo caso, es muy probable que los cruzados especialmente Ricardo I hayan vuelto del oriente con una idea muy elevada sobre el poder de intercesión de San Jorge.


    Los Santos de hoy miércoles 23 de abril de 2014

    Los Santos de hoy miércoles 23 de abril de 2014
     Jorge, Santo
    Mártir, Patrono de Inglaterra, 23 de abril
     María Gabriela Sagheddu, Beata
    Religiosa, Abril 23
     Egidio (o Gil) de Asís, Beato
    Discípulo de San Francisco de Asís, Abril 23
     Elena Valentini de Udine, Beata
    Laica Agustina, Abril 23
     Teresa María de la Cruz (Teresa Manetti), Beata
    Fundadora, Abril 23
     Adalberto de Praga, Santo
    Obispo y Mártir, 23 de abril
     Otros Santos y Beatos
    Completando el santoral de este día, Abril 23

    martes, 22 de abril de 2014

    LA SÁBANA SANTA, TESTIGO DE UN DOBLE MISTERIO

    Autor: Gaudium Press | Fuente: es.gaudiumpress.org
    La Sábana Santa, testigo de un doble misterio
    El hombre retratado en la tela con todos los signos de tortura de la crucifixión, como todo parece indicar, es la figura misma de Cristo
     


    La Sábana Santa de Turín, una misteriosa tela que probablemente cubrió el cuerpo de Jesucristo después de su muerte y sobre la cual quedó impresa la figura de un crucificado, fue mostrada a través de la televisión el Sábado Santo, 30 de marzo de 2013, gracias a un permiso que había concedido Su Santidad Benedicto XVI. El acontecimiento es verdaderamente extraordinario, ya que las últimas imágenes en video de la probable reliquia fueron obtenidas en 1973.

    "Espero que este evento pueda traer un poco de luz y de paz en estos tiempos complejos y dar fuerza y esperanza a muchos pobres, enfermos y personas en dificultad", comentó el Arzobispo de Turín, Mons. Cesare Nosiglia, al comunicar la noticia. "El Sábado Santo es un día de oración silenciosa y meditación sobre la muerte del Señor, pero también es un día de espera alegre de la luz de la Resurrección en la gran celebración de la Pascua".

    La Sábana Santa, que según los estudios científicos tuvo que haber obtenido su imagen a través de algún tipo de radiación, "es testigo de este doble misterio", afirmó Mons. Nosiglia. "Nos lleva a la oscuridad de la tumba, pero también nos abre el camino para recibir la luz que de ella emergerá en el evento de la Resurrección".

    El hombre retratado en la tela, con todos los signos de tortura de la crucifixión, es para el Arzobispo "no un signo de derrota, sino de victoria, de la vida sobre la muerte, del amor sobre el odio y la violencia, la esperanza sobre la desolación". Como todo parece indicar, es la figura misma de Cristo, "el rostro del Varón de Dolores, que es la cara de cada hombre sobre la tierra; representa su sufrimiento, su muerte, nos habla del amor y de la donación, de la gracia y del perdón".




  • Website de divulgación de los estudios en torno a la síndone de Turín
  • Razones para creer: La Sábana Santa de Turín
  • Centro Español de Sindonología:La Síndone de Turín
  • La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto
  • La Sábana Santa ¿prueba la Resurrección de Cristo?
  • ¿Quién es el hombre de la Sábana Santa?
  • La auténtica fotografía de Jesús
  • La Sábana Santa, espejo del Evangelio
  • La autenticidad de la Sábana Santa de Turín. Libro completo del P. Jorge Loring
  • EL EVANGELIO DE HOY: MARTES 23 DE ABRIL DEL 2014

    Autor: H. Miguel Hernández Díaz | Fuente: Catholic.net
    ¡He visto al Señor!
    Juan 20, 11-18. Martes de Pascua. Contágiame también a mí con la alegría de tu Resurrección. Si alguna vez te fallo no te separes de mí.
     
    ¡He visto al Señor!
    Del santo Evangelio según san Juan 20, 11-18

    María se había quedado afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabecera y otro a los pies del lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús. Ellos le dijeron: «Mujer, ¿por qué lloras?». María respondió: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto». Al decir esto se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí, pero no lo reconoció. Jesús le preguntó: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?». Ella, pensando que era el cuidador de la huerta, le respondió: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo». Jesús le dijo: «¡María!». Ella lo reconoció y le dijo en hebreo: «¡Raboní!», es decir «¡Maestro!». Jesús le dijo: «No me retengas, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: «Subo a mi Padre, el Padre de ustedes; a mi Dios, el Dios de ustedes». María Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor y que él le había dicho esas palabras. 

    Oración introductoria

    Jesús, todo es más difícil y más oscuro cuando tú no estás junto a nosotros. Yo también lloro cuando estoy lejos de Ti. Ven Señor, da vida y paz a mi alma. Sé tú la alegría de mi corazón. Contigo nada me falta. Aumenta mi fe para verte y encontrarte en cada momento de mi vida.

    Petición

    Señor Jesús, dame la gracia de llevar tu mensaje a todas partes sin miedo. Enciende mi amor para que esté dispuesto a corresponder a las exigencias de mi fe.

    Meditación de SS Francisco

    En las mujeres permanecía el amor, y es el amor a Jesús lo que les impulsa a ir al sepulcro. Pero, a este punto, sucede algo totalmente inesperado, una vez más, que perturba sus corazones, trastorna sus programas y alterará su vida: ven corrida la piedra del sepulcro, se acercan, y no encuentran el cuerpo del Señor. Esto las deja perplejas, dudosas, llenas de preguntas: «¿Qué es lo que ocurre?», «¿qué sentido tiene todo esto?»
    ¿Acaso no nos pasa así también a nosotros cuando ocurre algo verdaderamente nuevo respecto a lo de todos los días? Nos quedamos parados, no lo entendemos, no sabemos cómo afrontarlo. A menudo, la novedad nos da miedo, también la novedad que Dios nos trae, la novedad que Dios nos pide. Somos como los apóstoles del Evangelio: muchas veces preferimos mantener nuestras seguridades, pararnos ante una tumba, pensando en el difunto, que en definitiva sólo vive en el recuerdo de la historia, como los grandes personajes del pasado. Tenemos miedo de las sorpresas de Dios. Queridos hermanos y hermanas, en nuestra vida, tenemos miedo de las sorpresas de Dios. Él nos sorprende siempre. Dios es así. (S.S. Francisco, 30 de marzo de 2013).

    Reflexión 

    Jesús resucitado es la fuente de la más grande alegría. Cristo no sólo ha vencido al pecado con su muerte, sino que con su resurrección ha vencido a la misma muerte. En Jesucristo encontramos la paz y la felicidad que el mundo no nos puede dar. Estamos llamados a anunciar la alegría y el gozo de la resurrección del Señor en nuestras vidas. Cristo resucitado llena nuestra existencia de la más grande y segura esperanza.

    Propósito

    Hoy me comprometo a hablar con alguien acerca de la resurrección.

    Diálogo con Cristo

    Jesús, tú sabes que sin ti siento que me falta todo. Permanece conmigo Señor, que te necesito. Contágiame también a mí con la alegría de tu Resurrección. Si alguna vez te fallo no te separes de mí, que tú eres mi todo. Haz Jesús que aprenda que lo único valioso en esta vida eres tú y sólo tú.


    Si Jesús ha resucitado, y por tanto está vivo, ¿quién podrá separarnos de Él?
    (Benedicto XVI, Homilia de Pascua 2009).




  • Preguntas o comentarios al autor
  • H. Miguel Hernández Díaz 

    Los Santos de hoy martes 22 de abril de 2014

    Los Santos de hoy martes 22 de abril de 2014
     Sotero, Santo
    XII Papa, 22 de abril
     Oportuna, Santa
    Abadesa, 22 de abril
     Francisco de Fabriano, Beato
    Presbítero Franciscano, 22 de abril
     Agapito I, Santo
    LVII Papa, 22 de abril
     Cayo, Santo
    XXVIII Papa, 22 de abril
     Otros Santos y Beatos
    Completando el santoral de este día, 22 de abril

    SAN AGAPITO, LVVII PAPA, 22 DE ABRIL

    Autor: . | Fuente: Enciclopedia Católica || ACI Prensa
    Agapito I, Santo
    LVII Papa, 22 de abril
     
    Agapito I, Santo

    LVII Papa

    Martirologio Romano: En Constantinopla, nacimiento para el cielo de san Agapito I, papa, que trabajó enérgicamente para que los obispos fuesen elegidos libremente por el clero de la ciudad y se respetase la dignidad de la Iglesia. Enviado a Constantinopla por Teodorico, rey de los ostrogodos, ante el emperador Justiniano confesó la fe ortodoxa, ordenó a Menas como obispo de aquella ciudad y descansó en paz (536).

    Etimológicamente: Agapito = Aquel que es amable, es de origen griego.

    Reinó del 535-536.

    Su fecha de nacimiento es incierta; murió el 22 de abril del 536.

    Fue hijo de Gordianus, un sacerdote Romano que había sido liquidado durante los disturbios en los días del Papa Symmachus.

    Su primer acto oficial fue quemar en presencia de la asamblea del clero, el anatema que Bonifacio II había pronunciado en contra de Dioscurus, su último rival, ordenando fuera preservado en los archivos Romanos.

    El confirmó el decreto del concilio sostenido en Cartago, después de la liberación de África, de la yunta de Vándalo, según los convertidos del Arrianismo, fueron declarados inelegibles a las Santas Ordenes y aquellos ya ordenados, fueron admitidos meramente para dar la comunión.

    Aceptó una apelación de Contumeliosus, Obispo de Riez, a quien un concilio en Marsella había condenado por inmoralidad, ordenando a San Caesarius de Aries otorgar al acusado un nuevo juicio ante los delegados papales. Mientras tanto, Belisarius, después de la sencilla conquista de Sicilia, se preparaba para una invasión de Italia.

    El rey Gótico, Theodehad, como último recurso, mendigó al viejo pontífice proceder a Constantinopla y traer su influencia para lidiar con el Emperador Justiniano.

    Para pagar los costos de la embajada, Agapito se vio obligado a prometer las naves sagradas de la Iglesia de Roma.

    Se embarcó en pleno invierno con cinco obispos y un séquito imponente. En febrero del 536, apareció en la capital del Este y fue recibido con todos los honores que convienen a la cabeza de la Iglesia Católica.

    Como él había previsto sin duda, el objeto aparente de su visita fue condenado al fracaso. Justiniano no podría ser desviado de su resolución para restablecer los derechos del Imperio en Italia. Pero desde el punto de vista eclesiástico, la visita del Papa a Constantinopla marcó un triunfo escasamente menos memorable que las campañas de Belisario.

    El entonces ocupante de la Sede Bizantino era un cierto Anthimus, quien sin la autoridad de los cánones había dejado su sede episcopal en Trebizond, para unir el cripto-Monophysites que, en unión con la Emperatriz Teodora, intrigaban para socavar la autoridad del Concilio de Calcedonia.

    Contra las protestas del ortodoxo, la Emperatriz finalmente sentó a Anthimus en la silla patriarcal.

    No bien hubo llegado el Papa, la mayoría prominente del clero mostró cargos en contra del nuevo patriarca, como un intruso y un herético. Agapito le ordenó hacer una profesión escrita de la fe y volver a su sede abandonada; sobre su negativa, rechazó tener cualquier relación con él.

    Esto enfadó al Emperador, que había sido engañado por su esposa en cuanto a la ortodoxia de su favorito, llegando al punto de amenazar al Papa con el destierro. Agapito contestó con el espíritu: "Con anhelo ansioso vengo a mirar hacia el Emperador Cristiano Justiniano. En su lugar encuentro a un Dioclesiano, cuyas amenazas, sin embargo, no me aterrorizan." Este atrevido idioma hizo que Justiniano tomara una pausa; siendo convencido finalmente de que Anthimus era poco sólido en la fe, no hizo ninguna objeción al Papa en ejercitar la plenitud de sus poderes a deponer y suspender al intruso, y, por primera vez en la historia de la Iglesia, consagrar personalmente a su sucesor legalmente elegido, Mennas.

    Este memorable ejercicio de la prerrogativa papal no se olvidó pronto por los Orientales, que, junto con los Latinos, lo veneran como un santo.

    Para purificarlo de cualquier sospecha de ayudar a la herejía, Justiniano entregó al Papa una confesión escrita de la fe, que el último aceptó con la juiciosa cláusula, "aunque no pudiera admitir en un laico el derecho de enseñar la religión, observaron con placer que el afán del Emperador estaba en perfecto acuerdo con las decisiones de los Padres".

    Poco después Agapito cayó enfermo y murió, después de un glorioso reinado de diez meses. Sus restos fueron introducidos en un ataúd y dirigidos a Roma, siendo depositados en San Pedro.

    Su memoria se mantiene el 20 de septiembre, el día de su deposición. Los griegos lo conmemoran el 22 abril, día de su muerte. 
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