jueves, 13 de marzo de 2014

SAN RODRIGO DE CÓRDOBA, SACERDOTE Y MÁRTIR, 13 DE MARZO

Autor: . | Fuente: Bibliotheca hagiographica latina
Rodrigo de Córdoba, Santo
Sacerdote y Mártir, 13 de marzo
 
Rodrigo de Córdoba, Santo

Sacerdote y Mártir

Martirologio Romano: En Córdoba, en Andalucía (España), pasión de los santos Rodrigo, presbítero, y Salomón, mártires. El primero, al negarse a aceptar a Mahoma como el verdadero profeta enviado por el Omnipotente, fue encarcelado. En el cautiverio coincidió con Salomón, que algún tiempo antes había pertenecido a la religión mahometana, y al ser decapitados ambos a la vez, finalizaron gloriosamente el curso de su combate. ( 857)
San Rodrigo mártir vivió bajo el reinado de Mohamed I, hijo de Abderramán II, en el emirato de Córdoba.

San Eulogio, obispo de esta ciudad, da cuenta del martirio sufrido por Rodrigo, juntamente con san Salomón, el día tercero de los dias de marzo (día 13) del año 895.

Natural de un pueblo próximo a Egabro (Cabra), cursó en esta ciudad los estudios eclesiásticos y se ordenó sacerdote.

Uno de sus hermanos, fanático de Mahoma, arremetió un día contra él y lo dejó malherido; y habiéndolo instalado en una camilla, lo paseó por la ciudad, explicando que de esta manera quería demostrar su fe musulmana. Pero habiéndose rehecho Rodrigo de sus heridas, logró escapar.

Su hermano, despechado, lo acusó ante el cadí de prevaricador y apóstata. Conducido a prisión, allí conoció a otro mozárabe, Salomón, acusado como él de haber renegado de Mahoma.

Después de numerosos intentos por convertirlos al Islam, el cadí los sentenció a muerte. Fueron degollados, y sus cuerpos, atados a pesadas piedras, fueron arrojados al río. Pero fueron hallados milagrosamente, y enterrados solemnemente, durante una procesión nocturna, precedida por el obispo Saúl.

La fiesta de san Rodrigo y san Salomón se celebra el 13 de marzo. 

EL EVANGELIO DE HOY: 13.03.2014

Autor: José Fernández de Mesa | Fuente: Catholic.net
Eficacia de la oración
Mateo 7, 7-12. Cuaresma. Dios Padre es tan bueno que no nos concede todo lo que pedimos, sino aquello que conviene a nuestra vida.
 
Eficacia de la oración
Del santo Evangelio según san Mateo 7, 7-12

En aquel tiempo dijo Jesús: «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al llama, se le abrirá. ¿O hay acaso alguno entre vosotros que al hijo que le pide pan le dé una piedra; o si le pide un pez, le dé una culebra? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan! «Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas. 

Oración introductoria

Vengo a orar, Jesús, confiado en tus palabras. Sé que si te pido, me darás; que si te busco, te encontraré; que si toco a la puerta de tu corazón, me la abrirás, porque Tú sólo me das cosas buenas.

Petición

Te pido, Señor, que me ayudes a descubrir siempre cuál es tu voluntad y me des tu gracia para cumplirla.

Meditación del Papa Francisco

¿Cómo oramos, nosotros? Oramos así, por costumbre, con piedad pero tranquilos, ¿o nos introducimos con valentía, ante el Señor para pedir la gracia, para pedir aquello por lo cual oramos?
Una oración que no es valiente no es una verdadera oración. El coraje de confiar en que el Señor nos escucha, el coraje de llamar a la puerta... El Señor lo dice: “Porque todo el que pide recibe, y el que busca encuentra y al que llama, se le abrirá”. Pero se necesita, buscar y tocar a la puerta. Nosotros, ¿nos involucramos en la oración?, ¿sabemos tocar el corazón de Dios? En el evangelio Jesús dice: "Pues si ustedes, siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!" Esto es algo grande. Cuando oramos valientemente, el Señor nos da la gracia, e incluso se da a sí mismo en la gracia: el Espíritu Santo, es decir, ¡a sí mismo! Nunca el Señor da o envía una gracia por correo: ¡nunca! ¡La lleva Él mismo! ¡Él es la gracia! (S.S. Francisco, 10 de octubre de 2013, homilía en misa matutina en la capilla de Santa Marta). 

Reflexión

El sermón de la montaña es uno de los pasajes de los cuatro evangelios en que encontramos más claridad y precisión en las palabras de Cristo. Jesús nos transmite dos cosas en este texto: la eficacia total de la oración y la ley de la caridad.

Con frecuencia se puede caer en la tentación de desanimarse en la vida de oración porque no vemos los frutos o no se nos concede aquello que pedimos. Jesús, sin embargo, nos dice todo lo contrario. Todo lo que pidamos a Dios se nos concederá, porque Él es un padre bueno que da a sus hijos aquello que le piden. ¿Qué pensaríamos de un padre que da a su hijo una serpiente, como dice el evangelio, porque éste le ha pedido un pan? Dios Padre es tan bueno que no nos concede todo lo que pedimos, sino aquello que conviene a nuestra vida, aunque no nos demos cuenta.

Finalmente Jesús concluye con la ley que sigue Dios: el amor. Dios nos concede todo por este único motivo. Nosotros, que hemos sido creados a su imagen y semejanza, tenemos que vivir este mismo amor con todos de una manera universal, como lo hace Él. Hagamos un esfuerzo especial estos días de cuaresma para amar más a todos los hombres a ejemplo e imitación de Jesucristo.

Propósito

Dejar, con confianza, mis preocupaciones en manos de Dios y dedicar un tiempo a la evangelización.

Diálogo con Cristo

Jesús, ayúdame a llevar a cabo mi misión, confiado en que Tú me darás la luz y la fortaleza para poder ser ese canal por el cual fluya tu gracia e inunde a mis hermanos de tu amor. Soy un torpe y débil instrumento, pero sé que si te lo pido y te dejo actuar, podré lograr milagros. ¡Gracias, Señor, por permitirme participar en la evangelización! 

miércoles, 12 de marzo de 2014

SAN LUIS ORIONE, FUNDADOR, 12 DE MARZO


Autor: . | Fuente: vatican.va
Luis Orione, Santo
Fundador, 12 de marzo
Sacerdote italiano




Fundador de la Pequeña Obra de la Divina Providencia
y de la Congregación de las Pequeñas Religiosas Misioneras de la Caridad


Martirologio Romano: En Sanremo, en la región de Liguria, en Italia, san Luis Orione, presbítero, que instituyó la Pequeña Obra de la Divina Providencia, para bien de los jóvenes y de todos los marginados. († 1940)

Luis Orione nació en Pontecurone, diócesis de Tortona, el 23 de junio de 1872. A los 13 años fue recibido en el convento franciscano de Voghera (Pavía) que abandonó después de un año por motivos de salud. De 1886 a 1889 fue alumno de San Juan Bosco en el Oratorio de Valdocco de Turín.

El 16 de octubre de 1889 entró en el seminario de Tortona. Siendo todavía un joven clérigo, se dedicó a vivir la solidaridad con el prójimo en la Sociedad de Mutuo Socorro San Marciano y en la Conferencia de San Vicente. El 3 de julio de 1892, abrió en Tortona el primer Oratorio para cuidar la educación cristiana de los jóvenes. Al año siguiente, el 15 de octubre de 1893, Luis Orione, un clérigo de 21 años, abrió un colegio para chicos pobres en el barrio San Bernardino.

El 13 de abril de 1895, Luis Orione fue ordenado sacerdote y, al mismo tiempo, el Obispo impuso el hábito clerical a seis alumnos de su colegio. En poco tiempo, Don Orione abrió nuevas casas en Mornico Losana (Pavía), en Noto (Sicilia), en Sanremo, en Roma.

Alrededor del joven Fundador crecieron clérigos y sacerdotes que formaron el primer núcleo de la Pequeña Obra de la Divina Providencia. En 1899 inició la rama de los ermitaños de la Divina Providencia. El Obispo de Tortona, Mons. Igino Bandi, con Decreto del 21 de marzo de 1903, reconoció canónicamente a los Hijos de la Divina Providencia (sacerdotes, hermanos coadjutores y ermitaños), congregación religiosa masculina de la Pequeña Obra de la Divina providencia, dedicada a «colaborar para llevar a los pequeños, los pobres y el pueblo a la Iglesia y al Papa, mediante las obras de caridad», profesando un IV voto de especial «fidelidad al Papa».En las primeras Constituciones de 1904, entre los fines de la nueva Congregación aparece el de trabajar «para alcanzar la unión de las Iglesias separadas».

Animado por una gran pasión por la iglesia y por la salvación de las almas, se interesó activamente por los problemas emergentes en aquel tiempo, como la libertad y la unidad de la Iglesia, la «cuestión romana», el modernismo, el socialismo, la cristianización de las masas obreras.

Socorrió heroicamente a las poblaciones damnificadas por los terremotos de Reggio y de Messina (1908) y por el de la Marsica (1915). Por deseo de Pío X fue Vicario General de la diócesis de Messina durante tres años.

A los veinte años de la fundación de los Hijos de la Divina Providencia, como en «una única planta con muchas ramas», el 29 de junio de 1915 dio inicio a la Congregación de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad, animadas por el mismo carisma fundacional y, en el 1927, las Hermanas adoratrices Sacramentinas invidentes, a las que se añadirán después las Contemplativas de Jesús Crucificado.

Organizó a los laicos en las asociaciones de las «Damas de la Divina Providencia», los «Ex Alumnos» y los «Amigos». Después tomará cuerpo el Instituto Secular Orionino y el Movimiento Laical Orionino.

Después de la primera guerra mundial (1914-1918) se multiplicaron las escuelas, colegios, colonias agrícolas, obras caritativas y asistenciales. Entre las obras más características, creó los «Pequeños Cottolengos», para los que sufren y los abandonados, surgidos en la periferia de las grandes ciudades como «nuevos púlpitos» desde los que hablar de Cristo y de la Iglesia, «faros de fe y de humanidad».

El celo misionero de Don Orione, que ya se había manifestado con el envío a Brasil en 1913 de sus primeros religiosos, se extendió después a Argentina y Uruguay (1921), Inglaterra (1935) y Albania (1936). En 1921-1922 y en 1934-1937, él mismo realizó dos viajes a América Latina, Argentina, Brasil y Uruguay, llegando hasta Chile.

Gozó de la estima personal de los Papas y de las autoridades de la Santa Sede, que le confiaron numerosos y delicados encargos para resolver problemas y curar heridas tanto dentro de la Iglesia como en las relaciones con el mundo civil. Fue predicador, confesor y organizador infatigable de peregrinaciones, misiones, procesiones, «belenes vivientes» y otras manifestaciones populares de la fe. Muy devoto de la Virgen, promovió su devoción por todos los medios y, con el trabajo manual de sus clérigos, construyó los santuarios de la Virgen de la Guardia en Tortona y de la Virgen de Caravaggio en Fumo.

En el invierno de 1940, intentando aliviar los problemas de corazón y pulmones que sufría, fue a la casa de Sanremo, aunque, como decía, «no es entre las palmeras donde deseo vivir y morir, sino entre los pobres que son Jesucristo». Después de tan sólo tres días, rodeado del afecto de sus hermanos, Don Orione falleció el 12 de marzo de 1940, suspirando «!Jesús! !Jesús! Voy».

Su cuerpo, intacto en el momento de la primera exhumación en 1965, fue puesto en un lugar de honor en el santuario de la Virgen de la Guardia de Tortona, después de que, el 26 de octubre de 1980, Juan Pablo II inscribiera su nombre en el elenco de los Beatos.

Su Santidad Juan Pablo II lo canonizó el 16 de Mayo de 2004.

Los Santos de hoy miércoles 12 de marzo de 2014

Los Santos de hoy miércoles 12 de marzo de 2014
 Inocencio I, Santo
XL Papa, 12 de marzo
 José Tshang-Dapeng, Santo
Mártir, 12 de marzo
 Vicente, Ramiro y Doce Compañeros, Santos
Mártires, 12 de marzo
 Fina o Serafina de San Geminiano, Santa
Virgen, 12 de marzo
 Luis Orione, Santo
Fundador, 12 de marzo
 Ángela (Aniela) Salawa, Beata
Virgen Seglar, 12 de marzo
 Jerónimo de Recanati, Beato
Sacerdote, 12 de marzo
 Pablo Aureliano de León, Santo
Obispo, 12 de marzo
 Maximiliano de Tébessa, Santo
Mártir, 12 de marzo 

SAN PABLO AURELIANO DE LEÓN, OBISPO, 12 DE MARZO

Autor: . | Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Pablo Aureliano de León, Santo
Obispo, 12 de marzo
 
Pablo Aureliano de León, Santo

Obispo

Martirologio Romano: n la ciudad de Léon (hoy Saint-Paul-de-Léon), en la Bretaña Armórica, san Pablo Aureliano, primer obispo de esta ciudad (s. VI).

Etimológicamente: Pablo = Aquel que es pequeño o débil, es de origen latino.
Los bretones tuvieron la fortuna de haber podido escribir en su país, antes de quedar destruido por las invasiones de los nórdicos, la vida de uno de los padres de la cristiandad, con algunos de los detalles peculiares de su autor. Este era un, monje de Landévennec, llamado Wrmonoc, quien conocía bien la región de León. Terminó de escribir su obra en el año 884. El siguiente es el resumen de este documento.

Pablo Aureliano (más tarde conocido como San Pablo de León) fue el hijo de Perplises, jefe británico. Nació en Penychen (o en otro lado), en Gales del Sur. En la escuela monástica a la cual pidió ser enviado, tenía por compañeros a los santos David, Sansón y Gilas: esto sucedía en Ynys Byr, en tiempos de San Illtyd y Pablo estuvo presente en el conocido milagro del ensanchamiento de esa isla. Cuando cumplió 16 años, su patrón le permitió retirar se a un lugar solitario, pero en otro lado (¿Llanddeeusant, en Carmarthenshire?). Pablo se dirigió a un sitio donde construyó unas celdas y una capilla. Allí llevó durante varios años una vida de oración, meditación y estudio; después se ordenó sacerdote y reunió a doce compañeros para llevarlos consigo a vivir en celdas cercanas a la suya. De su retiro fue sacado a un mundo de problemas por el rey Marco, quien le pidió que se trasladara a la "Villa Bannheddos" y evangelizar a su pueblo. Esto lo hizo con tan buen éxito, que todos quisieron elegirlo obispo; pero él rehusaba aceptar y, mientras pensaba en lo que convenía hacer, un ángel se le apareció y le dijo que su vocación se encontraba más allá del mar. El rey Marco estaba poco dispuesto a dejarlo ir y con aspereza se negó a darle como regalo de despedida la campanita que pedía, una de las siete que se tocaban antes de las comidas.

A pesar de todo el santo partió con sus doce compañeros y llegó a la costa de Armónica o Británica. Pero antes de alejarse de la costa, se detuvo en una bahía (¿Cornwall?), donde su hermana llevaba una vida solitaria en compañía de unas cuantas monjas(1). Ella lo convenció para que permaneciera algunos días y, en la víspera de su partida, le rogó llorando que le obtuviera un favor de Dios. El lugar, aunque conveniente a sus propósitos, estaba demasiado cerca de "familiares molestos". "Es fácil para ti, le dijo, obtener lo que quiero con sólo pedírselo a Dios: pide que el mar se recoja en su lecho y la tierra pueda ser un poco más ancha". Entonces San Pablo y su hermana se arrodillaron en la orilla a rezar, después de poner dos hileras de piedras a lo largo del límite de las aguas bajas. Inmediatamente, el mar retrocedió, dejando la tierra seca y las piedras crecieron hasta convertirse en poderosas columnas que formaron un dique.

San Pablo y sus discípulos llegaron a la isla de Ushant, al lugar que ahora se llama Porz-Pol. Allí construyeron celdas y vivieron felizmente durante un tiempo, hasta que el ángel que San Pablo había visto antes, le indicó que avanzaran más adelante. Al llegar al continente, se internaron y se establecieron en Ploudalmezeau. Luego Pablo, nuevamente instado por el ángel, se dirigió al señor del distrito, un buen cristiano llamado Withur, quien se hizo amigo suyo y les dio la Isla de Batz, donde se estableció Pablo y construyó un monasterio. Se cuentan relatos maravillosos sobre los beneficios que dispensó el santo. Mató un dragón que había causado grandes daños, enseñó a la gente cómo obtener miel, agrupando a las abejas salvajes y colocándolas en panales, y domesticó a un jabalí, cuyos descendientes permanecieron en León por muchas generaciones.

Un día, cuando Pablo estaba conversando con Withur, un pescador se les acercó a enseñarles un pez que había sacado. En su cabeza tenía encajada una campana que (curiosamente) resultó ser la misma que el rey Marco había rehusado a San Pablo. (Como prueba de la autenticidad de este incidente, los campesinos de León señalan la antigua campana que se guarda en su catedral, hecha con una aleación de cobre y plata. Se le atribuyen propiedades milagrosas).

La gente que había sido beneficiada con las enseñanzas y los milagros de San Pablo, comenzó a pedirlo como obispo. Withur también lo deseaba, pero sabía la indisposición del santo para aceptar tal dignidad y por lo tanto, tuvo que recurrir a una estratagema. Le dio una carta y le pidió que la llevara él mismo a manos del rey Childeberto, en París, ya que contenía asunto de gran importancia. En realidad, era una petición para que designaran obispo a San Pablo. Este protestó con tenacidad, pero el rey lo hizo consagrar y luego lo mandó de regreso a León, donde fue recibido entre aclamaciones. El nombre del "Oppidum" donde se hallaba su sede, se cambió a St-Paul de León, en su memoria. Ahí llevó la misma vida austera de antes, alimentándose sólo de pan y agua, con excepción de los días festivos, en los que comía un poco de pesca do. Parece que Withur le cedió su casa en la Isla de Batz, como monasterio para sus monjes. Ahí gustaba de retirarse el santo obispo para dedicarse a la oración y contemplación. Vivió hasta edad muy avanzada y renunció a su cargo algunos años antes de morir. Terminó sus días en el monasterio de Batz, luego de haber visto morir a dos obispos que él mismo consagró para que le sucedieran. San Pablo gozaba del don de profecía y previó las incursiones de los nórdicos, según Wrmonoc, el testigo que relata los últimos momentos del santo en forma sencilla y emocionante.

Para la discusión de esta narración, que de ninguna manera deberá tomare como válida en toda su extensión, el lector puede remitirse a las obras mencionadas posteriormente. Puede agregarse que existen muchas huellas de San Pablo Aureliano en Gales y en Cornwall, en Paul, cerca de la orilla occidental de Mount´s Bay. Si el pequeño monasterio de su hermana estaba de verdad cerca, en el Lago Gwavas (como creyó Charles Henderson), es una coincidencia interesante, que, cuando la Revolución Francesa lo desterró, el último obispo de León, Juan Francisco de la Marche, arribara a Mount´s Bay en 1791, nueve días antes de la fiesta de San Pablo. Esta fiesta se observa ahora en la diócesis de Quimper y en el monasterio de Caldey. 

martes, 11 de marzo de 2014

¿QUIÉN ES SAN JOSÉ?



¿QUIÉN ES SAN JOSÉ?


Marzo 19 : Esposo de la Virgen María
Mayo 1 : San José obrero  Oficio de lectura
Domingo después de Navidad : La Sagrada Familia

San José es cabeza de la Sagrada Familia. El hombre en quien Dios confió sus mas valiosos tesoros. Esposo de María Santísima, padre virginal de Jesús. No hay en el cielo santo mas grande después de su esposa, María. 

El Papa Pío IX nombró a San José, en 1847, Patrono de la Iglesia universal. Si la fiesta, 19 de marzo, cae en Semana Santa, se anticipa al primer sábado anterior a ella. Esta festividad, que ya existía en numerosos lugares, se fijó en esta fecha durante el siglo XV y luego se extendió a toda la Iglesia como fiesta de precepto en 1621.

La paternidad de San José alcanza no sólo a Jesús sino a la misma Iglesia, que continúa en la tierra la misión salvadora de Cristo. El Papa Juan XXIII incorporó su nombre al Canon Romano, para que todos los cristianos -en el momento en que Cristo se hace presente en el altar- veneremos su memoria.

EL EVANGELIO DE HOY: 11.03.2014

Autor: Arturo Escalona | Fuente: Catholic.net
Se sentará en su trono de gloria
Mateo 25, 31-46. Cuaresma. Si amo a Dios no puedo dejar de amar a mi hermano. Y por ello todo lo que haga a mi prójimo se lo hago a Dios Nuestro Señor.
 
Se sentará en su trono de gloria
Del santo evangelio según san Mateo 25; 31-46

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Cuando el Hijo del hombre venga, en su gloria, acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el Rey a los de su derecha: "Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme". Entonces los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?". Y el Rey les dirá: "En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis". Entonces dirá también a los de su izquierda: "Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; era forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis". Entonces dirán también éstos: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?". Y Él entonces les responderá: "En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo". E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna. 

Oración introductoria

Jesús mío, al contemplar este evangelio me pueden llegar diferentes sentimientos, de miedo, de confianza, de dolor, de amor; pero lo importante, mi Jesús, es que tengo la seguridad que Tú vas a ser mi juez. Gracias porque tú sólo quieres mi salvación. Ayúdame a vivir la virtud de la caridad con los demás, Tú sabes que es muy costosa pero no me dejes abandonado sino que sienta tu apoyo que me sostiene para no desfallecer.

Petición

Señor, que en esta primera semana de Cuaresma me esfuerce por vivir la caridad, que es el mejor camino para acompañarte en tu dolor. Ayúdame a amar más a los demás.

Meditación del Papa Francisco

Nuestro corazón desea "algo más", que no es simplemente un conocer más o tener más, sino que es sobre todo un ser más. No se puede reducir el desarrollo al mero crecimiento económico, obtenido con frecuencia sin tener en cuenta a las personas más débiles e indefensas. El mundo sólo puede mejorar si la atención primaria está dirigida a la persona, si la promoción de la persona es integral, en todas sus dimensiones, incluida la espiritual; si no se abandona a nadie, comprendidos los pobres, los enfermos, los presos, los necesitados, los forasteros (cf. Mt 25,31-46); si somos capaces de pasar de una cultura del rechazo a una cultura del encuentro y de la acogida.[...] Al mismo tiempo que animamos el progreso hacia un mundo mejor, no podemos dejar de denunciar por desgracia el escándalo de la pobreza en sus diversas dimensiones. Violencia, explotación, discriminación, marginación, planteamientos restrictivos de las libertades fundamentales, tanto de los individuos como de los colectivos, son algunos de los principales elementos de pobreza que se deben superar.(S.S. Francisco, Mensaje del santo padre por la Jornada Mundial del emigrante y del refugiado 2014). 

Reflexión 

Cristo, el día de hoy, nos viene a recordar lo propio de su mensaje: la caridad.
La caridad no como mera filantropía, sino como verdadero amor a Dios que vive realmente en mi prójimo. Esta caridad brota naturalmente del amor a Dios. Si amo a Dios no puedo dejar de amar a mi hermano. Y por ello todo lo que haga a mi prójimo se lo hago a Dios Nuestro Señor porque él habita en mi persona y en los demás.
No basta conformarnos con no criticar a los demás, hace falta hablar bien de mi prójimo, promover lo bueno y silenciar lo malo, hablar bien de los demás.
No hace falta inventarse virtudes o cualidades donde no las hay, hay que reconocer y hablar de las que tienen los demás. Se dice fácil, pero cuesta. Haz la prueba de hablar bien de los que están a tu alrededor y verás que es fácil. Más, Dios lo quiere, y sobre todo, recuerda que Dios vive en tu prójimo.

Propósito

Hoy, por amor a Cristo, hablaré bien de la persona que no me cae muy bien. Consciente de que Jesús está presente en esa persona.

Diálogo con Cristo

Dios mío, en estos momentos que me estoy preparando para la Semana Santa, te pido que me perdones todas las veces que he ofendido a los demás y he herido tu corazón. Te pido que ahora me des las fuerzas necesarias para afrontar cualquier enemigo que me encuentre para faltar a la caridad, que aprenda a descubrirte en el pobre, en el rico, en los enfermos, en mis familiares, para que con el auxilio de tu gracia, me entregue a los demás y yo también reciba tus palabras consoladoras:"Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo...".


"Hay que hacer las cosas ordinarias, con un amor extraordinario"(Beata Madre Teresa de Calcuta)


  • Preguntas o comentarios al autor
  • Arturo Escalona 

    SAN EULOGIO DE CÓRDOVA, PRESBÍTERO Y MÁRTIR, 11 DE MARZO

    Autor: _ | Fuente: EWTN.com
    Eulogio de Córdoba, Santo
    Presbítero y Mártir, 11 de marzo
     
    Eulogio de Córdoba, Santo

    Presbítero y Mártir

    Martirologio Romano: En Córdoba, en la región de Andalucía, en Hispania, san Eulogio, presbítero y mártir, degollado por su preclara confesión de Cristo. Su memoria litúrgica se celebra el 9 de enero (859).

    Etimológicamente: Eulogio = Aquel que habla bien.
    Dicen que San Eulogio es la mayor gloria de España en el siglo noveno. Vivió en la ciudad de Córdoba, que estaba ocupada por los musulmanes o mahometanos, los cuales solamente permitían ir a misa a los que pagaban un impuesto especial por cada vez que fueran al templo, y castigaban con pena de muerte al que hablara en público de Jesucristo, fuera del templo.

    Nació el año 800 de una familia que se conservaba fervientemente católica en medio de la apostasía general cuando la mayoría de los católicos había abandonado la fe por miedo al gobierno musulmán. Este santo será el que logrará renovar el fervor por la religión católica en su ciudad y los alrededores.

    Su abuelo, que se llamaba también Eulogio, lo enseñó desde pequeño a que cada vez que el reloj de la torre daba las horas, dijera una pequeña oración, por ejemplo: "Dios mío, ven en mi auxilio, Señor, ven a prisa a socorrerme".

    Tuvo por maestro a uno de los más grandes sabios de su tiempo, al famoso Esperaindeo, el cual lo formó muy bien en filosofía y otras ciencias. Como compañeros de estudios tuvo a Pablo Alvarez, el cual fue siempre su gran amigo y escribió más tarde la vida de San Eulogio con todos los detalles que logró ir coleccionado.

    Su biógrafo lo describe así en su juventud: "Era muy piadoso y muy mortificado. Sobresalía en todas las ciencias, pero especialmente en el conocimiento de la Sagrada Escritura. Su rostro se conservaba siempre amable y alegre. Era tan humilde que casi nunca discutía y siempre se mostraba muy respetuoso con las opiniones de los otros, y lo que no fuera contra la Ley de Dios o la moral, no lo contradecía jamás. Su trato era tan agradable que se ganaba la simpatía de todos los que charlaban con él. Su descanso preferido era ir a visitar templos, casas de religiosos y hospitales. Los monjes le tenían tan grande estima que lo llamaban como consultor cuando tenían que redactar los Reglamentos de sus conventos. Esto le dio ocasión de visitar y conocer muy bien un gran número de casas religiosas en España".

    Ordenado de sacerdote se fue a trabajar con un grupo de sacerdotes y pronto empezó a sobresalir por su gran elocuencia al predicar, y por el buen ejemplo de su santa conducta. Dice su biógrafo: "Su mayor afán era tratar de agradar cada día más y más a Dios y dominar las pasiones de su cuerpo". Decía confidencialmente: "Tengo miedo a mis malas obras. Mis pecados me atormentan. Veo su monstruosidad. Medito frecuentemente en el juicio que me espera, y me siento merecedor de fuertes castigos. Apenas me atrevo a mirar el cielo, abrumado por el peso de mi conciencia".

    Eulogio era un gran lector y por todas partes iba buscando y consiguiendo nuevos libros para leer él y prestar a sus amigos. Logró obtener las obras de San Agustín y de varios otros grandes sabios de la antigüedad (cosa que era dificilísimo en esos tiempos en que los libros se copiaban a mano, y casi nadie sabía leer ni escribir) y nunca se guardaba para él solo los conocimientos que adquiría. Trataba de hacerlos llegar al mayor número posible de amigos y discípulos. Todos los creyentes de Córdoba, especialmente sacerdotes y religiosos se fueron reuniendo alrededor de Eulogio.

    En el año 850 estalló la persecución contra los católicos de Córdoba. El gobierno musulmán mandó asesinar a un sacerdote y luego a un comerciante católico. Los creyentes más fervorosos se presentaron ante el alcalde de la ciudad para protestar por estas injusticias, y declarar que reconocían como jefe de su religión a Jesucristo y no a Mahoma. Enseguida los mandaron torturar y los hicieron degollar. Murieron jóvenes y viejos, en gran número. Algunos católicos que en otro tiempo habían renegado de la fe por temor, ahora repararon su falta de valor y se presentaron ante los perseguidores y murieron mártires.

    Algunos más flojos decían que no había que proclamar en público las creencias, pero San Eulogio se puso al frente de los más fervorosos y escribió un libro titulado "Memorial de los mártires", en el cual narra y elogia
    Eulogio de Córdoba, Santo

    con entusiasmo el martirio de
    Eulogio de Córdoba, Santo
    los que murieron por proclamar su fe en Jesucristo.

    A dos jóvenes católicas las llevaron a la cárcel y las amenazaron con terribles deshonras si no renegaban de su fe. Las dos estaban muy desanimadas. Lo supo San Eulogio y compuso para ellas un precioso librito: "Documento martirial", y les aseguró que el Espíritu Santo les concedería un valor que ellas nunca habían imaginado tener y que no les permitiría perder su honor. Las dos jóvenes proclamaron valientemente su fe en Jesucristo y le escribieron al santo que en el cielo rogarían por él y por los católicos de Córdoba para que no desmayaran de su fe. Fueron martirizada y pasaron gloriosamente de esta vida a la eternidad feliz.

    El gobierno musulmán mandó a Eulogio a la cárcel y él aprovechó esos meses para dedicarse a meditar, rezar y estudiar. Al fin logra salir de la cárcel, pero encuentra que el gobierno ha destruido los templos, ha acabado con la escuela donde él enseñaba y que sigue persiguiendo a los que creen en Jesús.

    Eulogio tiene que pasar diez años huyendo de sitio en sitio, por la ciudad y por los campos. Pero va recogiendo los datos de los cristianos que van siendo martirizados y los va publicando, en su "Memorial de los mártires".

    En el año 858 murió el Arzobispo de Toledo y los sacerdotes y los fieles eligieron a Eulogio para ser el nuevo Arzobispo. Pero el gobierno se opuso. Algo más glorioso le esperaba en seguida: el martirio.

    Había en Córdoba una joven llamada Lucrecia, hija de mahometanos, que deseaba vivir como católica, pero la ley se lo prohibía y quería hacerla vivir como musulmana. Entonces ella huyó de su casa y ayudada por Eulogio se refugió en casa de católicos. Pero la policía descubrió dónde estaba y el juez decretó pena de muerte para ella y para Eulogio.

    Llevado nuestro santo al más alto tribunal de la ciudad, uno de los fiscales le dijo: "Que el pueblo ignorante se deje matar por proclamar su fe, lo comprendemos. Pero Tú, el más sabio y apreciado de todos los cristianos de la ciudad, no debes ira sí a la muerte. Te aconsejo que te retractes de tu religión, y así salvarás tu vida". A lo cual Eulogio respondió: "Ah, si supieses los inmensos premios que nos esperan a los que proclamamos nuestra fe en Cristo, no sólo no me dirías que debo dejar mi religión, sino que tu dejarías a Mahoma y empezarías a creer en Jesús. Yo proclamo aquí solemnemente que hasta el último momento quiero ser amador y adorador de Nuestro Señor Jesucristo".

    Un soldado le abofeteó la mejilla derecha y nuestro santo le presentó la mejilla izquierda y fue nuevamente abofeteado. Luego lo llevaron al lugar de suplicio y le cortaron la cabeza. Poco después martirizaron también a Santa Lucrecia.

    San Eulogio: ¡Consíguenos un gran entusiasmo por nuestra religión!. 

    Los Santos de hoy martes 11 de marzo de 2014

    Los Santos de hoy martes 11 de marzo de 2014
     Eulogio de Córdoba, Santo
    Presbítero y Mártir, 11 de marzo
     Constantino de Escocia, San
    Rey y Mártir. 11 de marzo
     Claudia Russo, Sierva de Dios
    Fundadora, 11 de marzo
     Sofronio de Jerusalén, Santo
    Obispo, 11 Marzo
     Juan Bautista Righi de Fabriano, Beato
    Presbítero, 11 de marzo
     Pionio, Santo
    Presbítero y Mártir, 11 de marzo
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