sábado, 22 de junio de 2013

SANTO TOMÁS MORO, UN POLÍTICO COMO DIOS MANDA


Autor: Máximo Alvarez
Un político como Dios manda
Tomás Moro



La política bien ejercida es una noble función.

Entre los políticos hay de todo, como en botica, mejores y peores. Los hay que tienen verdadero espíritu de servicio a la comunidad y los hay que sólo van a lo suyo, a enriquecerse, aferrándose al sillón como si fuera una propiedad particular y vitalicia, a cualquier precio.

Es digna de elogio la idea de Juan Pablo II de poner como patrono de los políticos a Santo Tomás Moro. Bueno sería que ahora los interesados se esforzaran en leer su biografía. O si les cuesta mucho leer que procuren ver la película "Un hombre para la eternidad", que recoge bastante bien la vida del santo.

Tomás Moro fue un hombre muy competente en todos los sentidos, inteligente, culto, de carácter afable, querido y apreciado. Y llegó nada menos que a ser Canciller de la Corte de Inglaterra. Pero ante todo era un hombre fiel a sus creencias y a su conciencia. Precisamente por esta fidelidad prefirió la cárcel y la muerte antes que cambiar de chaqueta para complacer al Rey Enrique VIII.

Después de varios meses de encierro en la Torre de Londres, en condiciones lamentables, fue decapitado. No quiso aferrarse al puesto, del que dimitió aunque peligrara el pan de su familia y prefirió morir antes que dejar de ser consecuente con sus principios.


No todo vale para instalarse en el poder.
A la luz de su patrono Tomás Moro, deberían los políticos hacer examen de conciencia:

Si el político es creyente, ¿es coherente permanecer en el poder a costa de renunciar a los principios fundamentales de su fe?
Conozco políticos que por "intereses" se han alejado de la fe o de la Iglesia, o que han renunciado a la defensa de valores fundamentales para agradar a sus partidos.

¿Es ético que un gobernante, llamado a servir a todos, especialmente a los más desfavorecidos, busque ante todo su enriquecimiento personal? ¿Puede en conciencia lavarse las manos y permanecer impasible ante las necesidades y problemas de los demás con tal de no perder el puesto?
Hay políticos que actúan al dictado de las multinacionales o internacionales, que se venden y venden a sus súbditos.

Acaso es condición indispensable para ser un buen político basarse en la mentira y la falsedad?


El mensaje de Tomás Moro está claro: 
Uno no debe acceder a la política para hacerse rico, ni permanecer en el puesto a cualquier precio.

Como alguien ha dicho, "Santo Tomás Moro fue un mártir de la libertad porque se opuso a la pretensión del poder de dominar sobre las conciencias".

¡Qué ejemplo tan hermoso y qué contraste tan enorme con el mundo de la política rastrera de quienes solo buscan trepar!

SANTO TOMÁS MORO, MÁRTIR INGLÉS, JUNIO 22


Autor: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid
Tomás Moro, Santo

Mártir inglés, patrono de los gobernantes
 y los políticos, Junio 22





Tomás Moro nació el año 1477, y completó sus estudios en Oxford; se casó y tuvo un hijo y tres hijas.

Ocupó el cargo de Canciller del reino. Intimo compañero y amigo personal del rey Enrique VIII, abogado distinguido, notable humanista de gran cultura, amigo de Erasmo, cariñoso padre de familia, caballero simpático por su buen humor y, además católico fevoroso.

Cuando vió que era incompatible con su religión el juramento de sumisión a Enrique como cabeza de la Iglesia en Inglaterra, presentó du dimisión, intentando vivir una vida tranquila con su familia, sin más complicaciones. Pero fue apresado y metido en la Torre de Londres.

A todos los esfuerzos de sus amigos para convencerle de que debía prestar su juramento contestó sencillamente que no podía reconciliarlo con su conciencia.

Cuando su propia mujer le insiste a hacerlo por lo que ella juzgaba que era bien para su casa, le contestó: «¿Cuántos años crees que podría vivir en mi casa?» «Por lo menos veinte, porque no eres viejo», le dijo ella. «Muy mala ganga, puesto que quieres que cambie por veinte años toda la eternidad».

Escribió varias obras sobre el arte de gobernar y en defensa de la religión.

Junto con Juan Fisher se opuso al rey Enrique VIII en la cuestión de su pretendida anulación de matrimonio, fue decapitado el año 1535: Juan Fisher el día 22 de Junio, Tomás Moro el día 6 de Julio, después de quince meses de cárcel donde escribió «Diálogo en tiempo de tribulación». El obispo Juan Fisher, mientras estaba en la cárcel, fue designado cardenal por el Papa Pablo III.

Claro, la fe no es sólo una cuestión de cabeza, de saber, quiero de decir de instrucción o de conocimiento; implica a toda la persona creyente y la lleva a determinaciones prácticas que, en ocasiones «límite», se resuelven con la entrega de la vida.

Los Santos de hoy sábado 22 de junio de 2013

Los Santos de hoy sábado 22 de junio de 2013
 Paulino de Nola, Santo
Obispo, Junio 22
 Tomás Moro, Santo
Mártir inglés, patrono de los gobernantes y los políticos, Junio 22
 Juan Fisher, Santo
Cardenal y Mártir, Junio 22
 Albano de Inglaterra, Santo
Máritr, Junio 22
 Nicetas de Remesiana, Santo
Obispo, Junio 22
 Inocencio V (Pedro de Tarentasia), Beato
CLXXXV Papa, Junio 22 

viernes, 21 de junio de 2013

Los Santos de hoy viernes 21 de junio de 2013


Los Santos de hoy viernes 21 de junio de 2013
 Luis Gonzaga, Santo
Religioso, 21 de junio
 Inocencio de Mérida, Santo
Obispo, 21 de junio
 Radulfo de Bourges, Santo
Obispo, 21 de junio
 José Isabel Flores Varela, Santo
Sacerdote Mártir Mexicano, 21 de junio
 Tomás de Orvieto, Beato
Sacerdote Servita, 21 de junio
 Lázaro
Personaje ficticio, 21 de junio 

LÁZARO , PERSONAJE FICTICIO, 21 DE JUNIO

Autor: . | Fuente: www.diocesismalaga.es
Lázaro
Personaje ficticio, 21 de junio
 
Lázaro
Lázaro

PERSONAJE FICTICIO MENCIONADO POR N.S. JESUCRISTO EN UNA PARÁBOLA

Este es un caso insólito, aunque no único; La fusión de un Lázaro sano y santo (que si existió) con otro Lázaro leproso y ficticio, pero soporte de un modelo de santidad evangélica, contado y aprobado por el mismísimo Jesús: He aquí el quid del tema de tal fusión.

Las fuentes verídicas para un resultado incorrecto, pero rico en consecuencias de arte, devoción y caridad muy valiosas.» son los dos relatos evangélicos siguientes y bien conocidos de todos:

La resurrección, por Jesucristo, de su amigo Lázaro de Betania (Jn, XI,1-44 y XII,1-11) y la parábola del pobre ulceroso Lázaro y el rico Epulón (Lc, XVI,16-31). El amigo y hospedero de Jesús era sanote y por esto mismo, no venía a la medida para referencia directa con los de piel enferma y , por esto, segregados de la sociedad, pero era acogedor.

El de la parábola carece de cuerpo (es ficticio), pero sí que se le presenta llagado, también con el nom­bre de Lázaro y etiquetado por Cristo (en la parábola) como ciudadano apto para el cielo o santo modélico, en especial para santos leprosos y asimilados.

La coincidencia del nombre y posesión de virtudes: caridad acogedora en el hombre de Betania y la humildad postulante en el modelo para padecidos, son genes estupendos para crear un tipo: en esta circunstancia. San Lázaro.

Ya que las dos fuentes evangélicas las tenemos todos a mano ¿para qué copiarlas aquí?

Pero, visto lo visto, parece conveniente, por el sentir devocional y artístico de los siglos, que no conviene una dicotomía y que debe seguir en los altares la imagen del Lázaro leproso, pero recordando que tan sólo es un personaje ficticio ceado por Jesús como referente de santidad.

Es conocido el uso de este personaje en rituales paganos (p.ej.: en la santería), no es recomendable ni conveniente caer en estos ritos contrarios a nuestra fe.

Lo conveniente es celebrar al Lázaro sano y acogedor hospedero (el amigo del Señor) en las liturgias.

ORACIONES A SAN LUIS GONZAGA





SAN LUIS GONZAGA, RELIGIOSO, JUNIO 21

Autor: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net
Luis Gonzaga, Santo
Religioso, Junio 21
 
Luis Gonzaga, Santo
Religioso

Ferrante Gonzaga, marqués de Castiglione delle Stiviere y hermano del duque de Mantua, hubiera querido que su primogénito Luis, que nació el 9 de marzo de 1568, siguiera sus huellas de soldado y comandante en el ejército imperial. A los cinco años, Luis vestía ya una pequeña coraza, con casco y penacho y cinturón con espada, y jugueteaba detrás del ejército paterno, aprendiendo de los rudos soldados el uso de las armas y su colorido vocabulario. Un día aprovechó la distracción de un centinela y le prendió fuego a la pólvora de un pequeño trozo de artillería. Quedó desmayado más no asustado. Pero ese niño le daría fama a la familia de los Gonzaga, pero con otras armas. Lo enviaron a Florencia como paje del gran duque de Toscana, pero a los diez años le imprimió a su vida una dirección muy precisa, haciendo voto de perpetua virginidad.

Un viaje a España, en donde vivió unos dos años como paje del Infante Don Diego, le sirvió para dedicarse al estudio de la filosofía en la universidad de Alcalá de Henares y a la lectura de libros devotos, como el Compendio de la doctrina espiritual de Fray Luis de Granada. A los doce años, después de haber recibido la primera Comunión de manos de San Carlos Borromeo, resolvió entrar en la Compañía de Jesús. Pero necesitó otros dos años para vencer la oposición del padre, que lo envió a los cortes de Ferrara, Parma y Turín. "Hasta los príncipes- escribirá más tarde- son ceniza como los pobres: tal vez cenizas más fétidas".

Para que su alma se perfumara con las virtudes cristianas, Luis renunció al título y a la herencia paterna, y a los catorce años entró al noviciado romano de la Compañía de Jesús, bajo la dirección de San Roberto Belarmino. Olvidó totalmente su origen noble y escogió para si los encargos más humildes, dedicándose al servicio de los enfermos, sobre todo durante la epidemia de peste que afligió a Roma en 1590. Quedó contagiado probablemente par un acto de piedad: había encontrado en la calle a un enfermo y, sin pensarlo dos veces, se lo echó a la espalda y lo llevó al hospital en donde prestaba sus servicios.

Murió a los 23 años, en el día que él había anunciado: era el 21 de junio de 1591. El cuerpo de San Luis, patrono de la juventud, se encuentra en Roma, en la iglesia de San Ignacio. Este santo, víctima de cierta hagiografía amanerada, a pesar de las apariencias, era de un temperamento fuerte. Las duras penitencias a las que se sometió son el signo de una determinación no común hacia una meta que se había fijado desde su infancia. 
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