sábado, 27 de abril de 2013

Los Santos de hoy sábado 27 de abril de 2013

Los Santos de hoy sábado 27 de abril de 2013
Zita de Lucca, Santa
Virgen, Abril 27
Nuestra Señora de Montserrat
Advocación Mariana, 27 de abril
Jaime de Bitetto, Beato
Franciscano, Abril 27
María Antonia Bandrés y Elósegui, Beata
Religiosa, Abril 27
Hosanna de Kotor, Beata
Dominica, Abril 27
Nicolás Roland, Beato
Presbítero y Fundador, 27 de abril

NUESTRA SEÑORA DE MONTSERRAT - 27 ABRIL

Autor: Aurelio Mª Escarre O. S B.
Nuestra Señora de Montserrat
Advocación Mariana, 27 de abril
 
Nuestra Señora de Montserrat
Nuestra Señora de Montserrat

Patrona de Cataluña

La montaña de Montserrat, en Cataluña, famosa entre las montañas por su rara configuración, ha sido desde tiempos remotos uno de los lugares escogidos por la Santísima Virgen para manifestar su maternal presencia entre los hombres. Bajo la advocación plurisecular de Santa María de Montserrat, la Madre de Dios y Madre de la Iglesia ha dispensado sus bendiciones sobre los devotos de todo el mundo que a Ella han acudido a través de los siglos. Pero su maternidad se ha dejado sentir más particularmente, desde los pequeños orígenes de la devoción y en todas las épocas de su desarrollo, sobre las tierras presididas por la montaña que levanta su extraordinaria mole en el mismo corazón geográfico de Cataluña. Con razón, pues, la Iglesia, por boca de León XIII, ratificando una realidad afirmada por la historia de numerosas generaciones, proclamó a Nuestra Señora de Montserrat como Patrona de las diócesis catalanas, señalando. asimismo una especial solemnidad litúrgica para honrar a la Santísima Virgen y darle gracias por todos sus beneficios bajo esta su peculiar advocación.

Aunque la devoción a la Virgen Santísima en Montserrat sea, con toda verosimilitud, bastante más antigua, consta, por lo menos, históricamente que en el siglo IX existía en la montaña una ermita dedicada a Santa María. El padre de la patria Wifredo el Velloso la cede, junto con otras tres ermitas de Montserrat, al monasterio de Santa María de Ripoll. Será un gran prelado de este monasterio, figura señera de la Iglesia de su tiempo, el abad Oliva, quien siglo y medio después, estableciendo una pequeña comunidad monástica junto a la ermita de Santa María, dará a la devoción el impulso que la habrá de llevar a la gran expansión futura.

El culto a Santa María en Montserrat queda concretado bien pronto en una imagen. La misma que veneramos hoy. La leyenda dice que San Lucas la labró con los instrumentos del taller de San José, teniendo como modelo a la misma Madre de Jesús, y que San Pedro la trasladó a Barcelona. Escondida por los cristianos, ante la invasión de los moros, en una cueva de la montaña de Montserrat, fue milagrosamente hallada en los primeros tiempos de la Reconquista y también maravillosamente dio origen a la iglesia y monasterio que se erigieron para cobijarla. En realidad, Santa María de Montserrat es una hermosa talla románica del siglo XII. Dorada y policromada, se presenta sentada sobre un pequeño trono en actitud hierática de realeza, teniendo al Niño sobre sus rodillas, protegido por su mano izquierda, mientras en la derecha sostiene una esfera. El Niño levanta la diestra en acto de bendecir y en su izquierda sostiene una piña. Rostro y manos de las dos figuras ofrecen la particularidad de su color negro, debido en buena parte, según opinión de los historiadores, al humo de las velas y lámparas ofrecidas por los devotos en el transcurso de varios siglos. Así es como la Virgen de Montserrat se cuenta entre las más señaladas Vírgenes negras y recibe de los devotos el apelativo cariñoso de Moreneta.

Presidida por esta imagen, la devoción a Santa María de Montserrat se extendió rápidamente por las tierras de Cataluña y, llevada por la fama de los milagros que se obraban en la montaña, alcanzó bien pronto a otros puntos de la Península y se divulgó por el centro de Europa. Las conquistas de la corona catalano-aragonesa la difunden hacia Oriente, estableciéndola sobre todo firmemente en Italia, en donde pasan de ciento cincuenta las iglesias y capillas que se dedicaron a la Virgen negra. Más tarde el descubrimiento de América y el apogeo del imperio hispánico la extienden y consolidan en el mundo entonces conocido. No sólo se dedican a Nuestra Señora de Montserrat las primeras iglesias del Nuevo Mundo, no sólo se multiplican allí los templos, altares, monasterios e incluso poblaciones a Ella dedicados, sino que la advocación mariana de la montaña sigue también los grandes caminos de Europa y llega, por ejemplo, hasta presidir la capilla palatina de la corte vienesa del emperador. Si para España, en los momentos de su plenitud histórica, la Virgen morena de Montserrat es la Virgen imperial que preside sus empresas y centra sus fervores marianos, la misma advocación de Santa María de Montserrat. se presenta en la historia de la piedad mariana como la primera advocación de origen geográfico que alcanza, con las proporciones de la época, un renombre universal.

Es interminable la sucesión de personalidades señaladas por la devoción a Santa María de Montserrat. Los santos la visitan en su santuario: San Juan de Mata, San Pedro Nolasco, San Raimundo de Peñafort, San Vicente Ferrer, San Luis Gonzaga, San Francisco de Borja, San José de Calasanz, San Benito Labre, el Beato Diego de Cádiz, San Antonio María Claret, y sobre todo San Ignacio de Loyola, convertido en capitán del espíritu a los pies de la Virgen negra. Los monarcas y los poderosos suben también a honrarla en su montaña: después del paso de todos los reyes de la corona catalano-aragonesa, con sus dignatarios y con sus casas nobles, el emperador Carlos V visita Montserrat no menos de nueve veces y Felipe II, igualmente devoto de Santa María, se complace en la conversación con sus monjes y sus ermitaños. Es conocida la muerte de ambos monarcas sosteniendo en su mano vacilante la vela bendecida de Nuestra Señora de Montserrat. Los papas se sienten atraídos por la fama de los milagros y el fervor de las multitudes y colman de privilegios al santuario y a su Cofradía. Esa agrupación devota, instituida ya en el siglo XIII para prolongar con sus vínculos espirituales la permanencia de los fieles en Montserrat, constituye uno de los principales medios para la difusión del culto a la Virgen negra de la montaña, hasta llegar a la recobrada pujanza de nuestros días. Las más diversas poblaciones tienen actualmente sus iglesias, capillas o altares dedicados a Nuestra Señora de Montserrat, desde Roma a Manila o Tokio, por ejemplo, pasando al azar por París, Lourdes, Buenos Aires, Jerusalén, Bombay, Nueva York, Florencia, Tánger, Praga, Montevideo o Viena. Los poetas y literatos de todos los tiempos forman también en la sucesión de devotos de Santa María de Montserrat: Alfonso el Sabio la dedica varias cantigas, el canciller de Ayala, Cervantes, Lope de Vega, Goethe, Schiller, Mistral, con los escritores catalanes en su totalidad, cantan las glorias de la Moreneta, de su santuario, de su montaña. Familias distinguidas y humildes devotos se honran en ofrecer sus donativos a la Virgen, para sostener la tradicional magnificencia de su culto, atendido desde los orígenes por los monjes benedictinos, y para cooperar al crecimiento y esplendor de la devoción. Es ésta una bella constante de la historia de Montserrat, desde las antiguas donaciones consignadas en los documentos más primitivos, pasando por el trono de catorce arrobas de plata ofrendado por la familia de los Cardona y el retablo policromado del altar mayor que costeó la munificencia de Felipe II, hasta el trono y la campana mayor de nuestros días, sufragados por fervorosa suscripción popular. También las familias devotas de todas las épocas han tenido un verdadero honor en que sus hijos consagraran los años de la niñez al servicio de Santa María, encuadrados en la famosa Escolanía o agrupación de niños cantores consagrados al culto, importante asimismo por la escuela tradicional de canto y composición que forman sus maestros, existente ya con seguridad en el siglo XIII y probablemente tan antigua como el santuario. Con sus actuaciones musicales, siempre tan admiradas, en la liturgia de Montserrat esos niños constituyen una de las notas más típicas e inseparables de la devoción a la Virgen negra, a cuya imagen aparecen íntimamente unidos en la realidad de su propia vida como en el sencillo simbolismo de las antiguas estampas y las modernas pinturas de Nuestra Señora de Montserrat.

A lo largo de más de mil años de historia, en el despliegue de un conjunto tan singular como el que forma la montaña con la ermita inicial, con el santuario y con el monasterio, la Santísima Virgen, en su advocación de Montserrat, ha recibido el culto de las generaciones y ha dispensado sus gracias, sensibles o tal vez ocultas, a quienes la han invocado con fervor. Hoy como nunca suben numerosas multitudes a Montserrat. Peregrinos en su mayoría, pero también no pocos movidos por respetuosa curiosidad. El lugar exige un viaje ex profeso, pero las estadísticas hablan de cifras que cada vez se acercan más al millón anual y que en un solo día pueden redondear fácilmente los diez o doce mil, con un porcentaje siempre acentuado de visitantes extranjeros. En Montserrat encuentran una montaña sorprendente, maravillosa por su configuración peculiar. Encuentran un santuario que les ofrece ciertos tesoros artísticos y humildes valores de espiritualidad humana y sobrenatural. Encuentran la magnificencia del culto litúrgico de la Iglesia, servido por una comunidad de más de ciento cincuenta monjes que consagran su vida a la búsqueda de Dios, a la asistencia de los mismos fieles, a la labor científica y cultural, a los trabajos artísticos. Hijos de San Benito, esos monjes oran, trabajan y se santifican santificando, esforzándose por corresponder a las justas exigencias del pueblo fiel, que confía en su intercesión y busca en ellos una orientación para la vida espiritual y también humana. Por su unión íntima con el monasterio, en fin, el santuario aparece caracterizado como el santuario del culto solemne, del canto de los monjes y especialmente de los niños; pero sobre todo como el santuario de la participación viva de los fieles en la liturgia, o, resumiendo la idea con frase expresiva, como el santuario del misal.

Todo esto encuentra el peregrino en Montserrat. Pero por encima de todas esas manifestaciones, y en el fondo de todas ellas, encuentra a la Santísima Virgen, la cual, como en tantos otros lugares de la tierra, aunque siempre con un matiz particular y distinto, ha querido hacerse presente en Montserrat.

En 1881 fue coronada canónicamente la imagen de Nuestra Señora de Montserrat. Era la primera en España que recibía esta distinción. El mismo León XIII la señalaba como Patrona de las diócesis catalanas y concedía a su culto una especial solemnidad con misa y oficio propios. Hasta entonces la fiesta principal del santuario había sido la de la Natividad de Nuestra Señora, el 8 de septiembre. En realidad, esta solemne fiesta no debía perder su tradicional significación. Todavía hoy conserva su carácter como de fiesta mayor, popular, del santuario. Pero una nueva festividad, con característica de patronal, venía a honrar expresamente a la Santísima Virgen en su advocación de Montserrat. Es la fiesta que no puede dejar de celebrar hoy todo buen devoto de la Virgen negra. Situada al principio como fiesta variable en el mes de abril, después de una breve fluctuación quedó fijada para el día 27. El misterio que la preside es el de la Visitación. En verdad, la Santísima Virgen visita en la montaña a los que acuden a venerarla y, como pide la oración de la solemnidad, les dispone para llegar a la Montaña que es Jesucristo.

SANTA ZITA DE LUCCA - VIRGEN - 27 DE ABRIL


Autor: . | Fuente: Corazones.org
Zita de Lucca, Santa
Virgen, Abril 27
 
Zita de Lucca, Santa

Patrona de las sirvientas domésticas. Se le invoca también por las llaves perdidas.

Nació cerca de Lucca, Italia en 1218 y murió en Lucca el 27 de abril de 1278.

Su familia era pobre pero muy devota. Su hermana mayor entró en el convento cisterciense y su tío era ermitaño con fama popular de santidad. No tuvo dinero y ni siquiera se sabe su apellido. Sin embargo, logró lo único que es necesario para que la vida sea un verdadero éxito: la santidad.

Para mantener a su familia, a los doce años de edad se hizo sirvienta de los Fatinelli, una familia rica de Lucca, y les sirvió el resto de su vida, por 48 años.

Desde pequeña demostró un gran amor para con todos, especialmente los pobres y abandonados. Esto no agradaba mucho a la familia Fatinelli. Pero el Señor intervino. En una ocasión, Zita fue a servir a un necesitado dejando momentáneamente su trabajo en la cocina. Otros sirvientes se lo dijeron a la familia Fatinelli, pero cuando ésta fue a la cocina a investigar encontró a ángeles haciendo su trabajo. Desde aquel día le permitieron mas libertad para servir a los pobres. No por eso cesaron las burlas y los ataques de los otros sirvientes.

Una vez que el hambre azotó la ciudad, Zita tenía la costumbre de repartir todo lo suyo, incluso su comida, con los pobres. Pero la necesidad era muy grande, por lo que repartió la despensa de granos de la familia con los pobres. Cuando la familia fue a investigar encontró la despensa repleta. Fueron muchos los incidentes milagrosos de su vida. En la víspera de Navidad, Zita encontró que en la puerta de la Iglesia de San Fredaino, un hombre que temblaba de frío. Ella tomó un valioso manto de la familia y se lo entregó, advirtiéndole que debía devolverlo después de la misa para que ella pudiese a su vez regresarlo a su dueño. Pero el hombre desapareció. Aquello fue demasiado para el Señor Fatinelli quién al próximo día montó en cólera contra Zita. Así estaba cuando un anciano vino a la puerta y devolvió el manto. La gente del pueblo interpretó que aquel anciano era un ángel, por lo que desde entonces la puerta de San Fredaino se llamó "El Portal del Angel".

Zita tenía particular devoción por los prisioneros condenados a muerte.

Murió a los 60 años e inmediatamente su culto se propagó especialmente en Palermo, Sicilia, otras partes de Italia e Inglaterra.

Su cuerpo se venera en la capilla de Santa Zita de la Iglesia de San Fredaino, en Lucca, Italia

Fue canonizada por S.S. León X el 5 de Septiembre de 1696.

viernes, 26 de abril de 2013

SAN ANACLETO - 26 DE ABRIL -

Autor: Domenico Agasso | Fuente: santiebeati.it
Anacleto (Cleto), Santo
III Papa, 26 de abril
 
Anacleto (Cleto), Santo

III Papa

Martirologio Romano: En Roma, conmemoración de san Cleto, papa, el segundo que rigió la Iglesia Romana después de san Pedro. ( 88)
¿Son dos o tan sólo uno?, por mucho tiempo se pensó que Anacleto y Cleto habían sido dos papas distintos del siglo primero. Después resultó claro que el segundo nombre era sólo una abreviación familiar del primero. Y así ha quedó registrado en la sucesión cronológica de los jefes de la iglesia de Roma: Anacleto o Cleto fue el tercero, después de Pedro y Lino. Tercero, entonces, en la serie de papas. Sobre su origen sobreviven incertidumbres, algunos historiadores piensan que era nacido en Roma, pero su nombre de origen claramente griego deja una sombra de dudas sobre este tema.


Relatos muy antiguos le atribuyen la construcción de un santuario sepulcral llamado «Memoria», en el sitio del entierro de Pedro, en los jardines del Vaticano, territorio que entonces pertenecía al dominio imperial y formado por jardines, campos y tierras sin cultivar. A Anacleto se le atribuye también la disposición que prohibía a los hombres de Iglesia usar los cabellos largos, lo que sería un primer ejemplo de tonsura eclesiástica.

Su pontificado se desarrolla en algunos años de paz, bajo el emperador Vespasiano (que reina del 69 al 79), y bajo su hijo mayor Tito (79 al 81). En tiempos de este último Italia conoce una de las más importantes catástrofes de su historia: la erupción del Vesubio en agosto del 79, con la destrucción de Herculano y Pompeya. Y poco después Roma verá surgir el edificio destinado a convertirse en su emblema: el anfiteatro Flavio (Coliseo) para los juegos públicos, sede de luchas mortales entre gladiadores y de suplicios para los cristianos. El mismo lugar que diecinueve siglos después sería elegido por los sucesores de Pedro, Lino y Anacleto para presidir el Vía Crucis con el que se rememora el calvario de Cristo en Viernes Santo.

Finaliza pronto el reinado de Tito, y con el arribo de su hermano Domiciano comienza la persecusión. Pero no sólo contra los cristianos. De hecho, las primeras víctimas son los judíos, forzados a derivar al Estado el tributo debido al templo de Jerusalén destruido por Tito. Una persecución por razones financieras: porque las grandes obras públicas han desangrado las finanzas imperiales; también los judeocristianos deberán pagar. Después la persecusión va a ensañarse a los cristianos en general, no sólo contra sus bienes. Contra ellos se lanza la acusación de “ateísmo”, es decir, de no adorar a los dioses del Estado, y esta acusación comporta la pena capital.

No sabemos cómo murió Cleto; la persecusión a los cristianos continuó luego de su muerte. No se conoce el lugar de su sepultura, aunque es presumible que haya sido en los jardines vaticanos.

jueves, 25 de abril de 2013

Los Santos de hoy jueves 25 de abril de 2013

Los Santos de hoy jueves 25 de abril de 2013
Marcos, Santo
Evangelista, 25 de abril
Aniano de Alejandría, Santo
Obispo de Alejandría, 25 de abril
Erminio de Lobbes, Santo
Abad y Obispo, 25 de abril
Juan (Giovanni) Piamarta, Santo
Presbítero y Fundador, 25 de abril
Pedro de San José Betancurt, Santo
Terciario Franciscano de Guatemala, 25 de abril
José Trinidad Rangel, Beato
Sacerdote y Mártir, 25 de abril
Andrés Solá y Molist, Beato
Sacerdote y Mártir, 25 de abril
Leonardo Pérez Lários, Beato
Laico Mártir, 25 de abril
Franca de Piacenza, Santa
Virgen y Abadesa, 25 de abril
Bonifacio Valperga, Beato
Obispo, 25 de abril
Otros Santos y Beatos
Completando el santoral de este día, 25 de abril

SAN MARCOS EVANGELISTA - 25 DE ABRIL


Autor: . | Fuente: Corazones.org
Marcos, Santo
Evangelista, 25 de abril


Marcos, Santo
Evangelista
Martirologio Romano: Fiesta de san Marcos, evangelista, que primero acompañó en Jerusalén a san Pablo en su apostolado, y después siguió los pasos de san Pedro, quien lo llamó su hijo. Es tradición que en Roma recogió en su Evangelio la catequesis de Pedro a los romanos y que fue él quien instituyó la Iglesia de Alejandría, en el actual Egipto. († c.68)

Etimológicamente: Marco = Aquel que es recio como un martillo, o nombre relativo al dios Marte, es de origen latino

Patrón de los abogados, notarios, artistas de vitrales, cautivos, de Egipto, Venecia, contra la impenitencia y las picadas de insectos.

San Marcos es judío de Jerusalén, acompañó a San Pablo y a Bernabé, su primo, a Antioquia en el primer viaje misionero de estos (Hechos 12, 25); también acompañó a Pablo a Roma. Se separó de ellos en Perga y regresó a su casa. (Hechos 13,13). No sabemos las razones de esa separación pero si sabemos que causó una separación posterior entre San Pablo y Bernabé, cuando San Pablo rehusó aceptar a San Marcos. Bernabé se enojó tanto que rompió su asociación misionera con San Pablo y se fue a Chipre con Marcos (Hechos 15,36-39). Años mas tarde San Pablo y San Marcos volvieron a unirse en un viaje misionero.

Fue discípulo de San Pedro e intérprete del mismo en su Evangelio, el segundo Evangelio canónico (el primero en escribirse). San Marcos escribió en griego con palabras sencillas y fuertes. Por su terminología se entiende que su audiencia era cristiana. Su Evangelio contiene historia y teología. Se debate la fecha en que lo escribió, quizás fue en la década 60-70 AD.

Juntos con Pedro fue a Roma. San Pedro por su parte se refería a San Marcos como "mi hijo" (1P 5,13).

A veces el Nuevo Testamento lo llama Juan Marcos (Hechos 12,12).

Evangelizó y estableció a la Iglesia en Alejandría, fundando allí su famosa escuela cristiana.

Murió mártir aprox. el 25 de abril del 68 AD en Alejandría y sus reliquias están en la famosa catedral de Venecia.

Su símbolo es el león alado. Tanto este símbolo como el de los otros tres evangelistas (Apoc. 4, 7-8), son muy antiguos. De ellos hablan San Jerónimo y San Agustín, explicando que San Marcos, en su primer capítulo, habla de Juan el Bautista en el desierto y el león es el rey del desierto (Mc. 1,3).

En Venecia se veneran, en la preciosa catedral de su mismo nombre, los restos mortales del evangelista, cuyo traslado de Alejandría se remonta al siglo IX.


SAN MARCOS EVANGELISTA - 25 DE ABRIL


San Marcos, 25 abril 
Recordando a un santo evangelista
Autor: José Guillermo García Olivas | Fuente: Catholic.net

Marcos, cuyo atributo era el león y su nombre judío Juan, redactó su Evangelio sin transmitir largos discursos.

 

Recordando a un santo evangelista

Posiblemente la festividad de San Marcos no sea un día muy conocido a nivel general, a no ser que en el entorno de la familia exista algún miembro con este bonito nombre.

En cualquier caso, el día 25 de Abril, la Iglesia celebra la festividad de San Marcos y con tal motivo se celebra en mi Parroquia una solemne Eucaristía a la que acudimos muchos fieles seguidores del evangelista.

Uno, ha ser totalmente honesto y confesar que a pesar de haber oído infinidad de veces, su Evangelio en las distintas celebraciones litúrgicas a las que ha asistido, ha tenido que leerlo y sobre todo reflexionarlo para enriquecerse con él.

A través de su prosa narrativa, sencilla y a la vez viva y real, nos ha dejado impresos en nuestro corazón, cuarenta años después de la muerte del Maestro, la vida y enseñanzas de Jesús de Nazaret, al que por cierto al parece ofreció su propia casa para que celebrara su última cena.

Marcos, cuyo atributo era el león y su nombre judío Juan, redactó su Evangelio sin transmitir largos discursos a través de escritos, parábolas y hechos de Jesús partiendo de conversaciones mantenidas en  Roma con Pablo y añadiendo muchos detalles que supo por Pedro.

En sus escritos que no nos habla de la infancia de Jesús ni de su vida en Nazaret junto a María y José, inicia la primera línea de su Evangelio afirmando que Jesús era el Hijo de Dios y lo proclama en la última página el oficial romano que vio morir a Jesús (15, 39).

Por todo ello Marcos, contesta con hechos a la afirmación de que Jesús era el Hijo de Dios, en los 16 capítulos de que consta su Evangelio.

Reúne en su primer capítulo tres hechos importantes que son el punto de partida de la predicación de Jesús: "La predicación de Juan el Bautista", "El bautismo de Jesús por Juan" y "La permanencia en el desierto".

Capítulo tras capítulo, el evangelista va desgranando la vida pública del Maestro, llevando la Buena Nueva en la curación del leproso y sanando el paralítico de su pecado y de su enfermedad. No se queda en palabras, sino que trae un cambio. Si quieres puedes curarme. Jesús se compadece y le dice "yo quiero" y le perdona los pecados a ese que pide a Dios con humildad y confiado en su misericordia.

En otro pasaje Jesús nos dice: "He venido a llamar a los pecadores", porque Dios no odia ni a los ricos ni a los mal educados, ni a los de derechas e izquierdas, porque su misericordioso plan contempla la salvación de todos.

El relato del grano de mostaza, demostrándonos que aún siendo tan pequeño al dejarle crecer se convierte en la planta más alta del huerto, el evangelista con esta narración simbólica, intenta hacer saber a los creyentes que no deben encerrarse en sus capillas, sino que han de salir a conquistar almas de buena voluntad, recordando a los Apóstoles que predicaron con humildad el Reino de Dios por todas partes.

En el centro del Evangelio de Marcos, nos encontramos el pasaje de la transfiguración de Jesús que conduce a Pedro, Santiago y a Juan hasta un cerro, al igual que Moisés subió al cerro a encontrar la Gloria de Dios sobre el Monte Sinaí.

La nube luminosa, la luz y la ropa brillante que se encontraron en el cerro, nos describe, signos exteriores que nos indican el misterio del Hijo de Dios, el día que resucite de entre los muertos, que será la respuesta del Padre a los Apóstoles que esperaban su Reino.

También Marcos nos enseña expresiones y costumbres judías (5,41) y nos ofrece formación catequista y pastoral. Y nos anima para cuando cometamos fallos y nos desespere nuestra soberbia, intentar entender que también sus discípulos los cometieron (14,32.40), incluso lo negaron y lo traicionaron

Además la desconfianza de Pedro cuando le dice a Jesús: "Maestro, nosotros hemos dejado todo para seguirte" y Jesús que no solo habla del premio para la otra vida, le contesta con rotundidad: "Ya en este vida el que se sacrifica por el Reino, encontrará amistades, alegría y una superación humana que no podría esperar".

Y nos describe con dolor, la última cena de Jesús, su agonía en el huerto de Getsemaní y finalmente su muerte en la cruz, y con gozo nos anuncia su feliz Resurrección.

La última cena de Jesús, nos dice, fue la primera del culto cristiano, donde Jesús se hace pan de Vida. Por ello la Eucaristía instituida por el Hijo de Dios aquel día no es solamente el recuerdo de la muerte de Jesús, sino que nos anuncia el día en que Cristo celebrará el Banquete del Reino con toda la humanidad reunida con El.

Pero también significó esta cena, el silencio del Hijo de Dios en ese instante lleno de dolor, en el cual siente que deberá cargar con toda la maldad de los hombres y pagar con su muerte, ante su Padre, justo y amado, la tristeza de su Pasión.

Su muerte, continúa Marcos, comienza con un grito de desesperación: “Dios mío Dios mío, por que me has abandonado? Y termina con la certeza del triunfo, por la reconciliación del Crucificado que moría agotado y asfixiado pero entregando al mundo una prueba más del amor del Hijo de Dios para nosotros que nos empuja por un camino de liberación.

Y termina su Evangelio con las últimas palabras de Jesús después de su Resurrección, que hablan de fe y de milagros y en las que les entrega sus últimas instrucciones: "Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará. El que se resista a creer se condenará (16,15)", mensaje que les acompañaba, en el signo de la semilla que se sembrará en el mundo y producirá frutos a su debido tiempo en todos los campos de la actividad humana.

De este modo el Hijo de Dios, después de hablar con ellos fue llevado al Cielo y se sentó a la derecha del Padre. Y sus discípulos saldrían a predicar por todas partes.

Los que se salvarán no son almas ni individuos aislados, sino toda la creación que ha sido renovada por el Bautismo, en todas sus actividades y trabajos, siendo el fermento que transforma la historia de la humanidad. Esa humanidad que debe superar esas aptitudes temerosas de tantos "creyentes" que solo buscan en sus devociones un refugio contra las desgracias del tiempo presente. Marcos pregona que estamos en el mundo para sanarlo y santificarlo, no por nosotros mismos, sino por Cristo a través de nosotros.

Así las cosas, pienso que lo importante, además de lo que pasó contado por los evangelistas, es lo que está pasando. La venida del Reino nos llega tranquilo, despacio, sin grandes alegorías, porque está claro que el Hijo de Dios quiere que su Reino sea en un mundo nuevo, diferente, libre y verdadero para que pueda producirse.

Por último recordando a San Marcos, me viene a la memoria el gran mérito de Santa Teresa, que hacía las cosas ordinarias, de manera extraordinaria.

Y así, con este mismo mérito califico yo el Evangelio de este hombre, que el pasado 25 de Abril, la Iglesia conmemora su festividad.
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