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miércoles, 22 de noviembre de 2017

SANTA CECILIA, 22 NOVIEMBRE


Biografía de Santa Cecilia
22 noviembre 



Durante más de mil años, Santa Cecilia ha sido una de las mártires de la primitiva Iglesia más veneradas por los cristianos. Su nombre figura en el canon de la misa. Las "actas" de la santa afirman que pertenecía a una familia patricia de Roma y que fue educada en él, cristianismo. Solía llevar un vestido de tela muy áspera bajo la túnica propia de su dignidad, ayunaba varios días por semana y había consagrado a Dios su virginidad. Pero su padre, que veía las cosas de un modo diferente, la casó con un joven patricio llamado Valeriano. El día de la celebración del matrimonio, en tanto que los músicos tocaban y los invitados se divertían, Cecilia se sentó en un rincón a cantar a Dios en su corazón y a pedirle que la ayudase. Cuando los jóvenes esposos se retiraron a sus habitaciones, Cecilia, armada de todo su valor, dijo dulcemente a su esposo: "Tengo que comunicarte un secreto. Has de saber que un ángel del Señor vela por mí. Si me tocas como si fuera yo tu esposa, el ángel se enfurecerá y tú sufrirás las consecuencias; en cambio sí me respetas, el ángel te amará como me ama a mí." Valeriano replicó: "Muéstramelo. Si es realmente un ángel de Dios, haré lo que me pides." Cecilia le dijo: "Si crees en el Dios vivo y verdadero y recibes el agua del bautismo verás al ángel." Valeriano accedió y fue a buscar al obispo Urbano, quien se hallaba entre los pobres, cerca de la tercera mojonera de la Vía Apia. Urbano le acogió con gran gozo. Entonces se acercó un anciano que llevaba un documento en el que estaban escritas las siguientes palabras: "Un solo Señor, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está por encima de todo y en nuestros corazones." Urbano preguntó a Valeriano: "¿Crees esto?" Valeriano respondió que sí y Urbano le confirió el bautismo. Cuando Valeriano regresó a donde estaba Cecilia, vio a un ángel de pie junto a ella. El ángel colocó sobre la cabeza de ambos una guirnalda de rosas y lirios. Poco después llegó Tiburcio, el hermano de Valeriano y los jóvenes esposos le ofrecieron una corona inmortal si renunciaba a los falsos dioses. Tiburcio se mostró incrédulo al principio y preguntó: " ¿Quién ha vuelto de más allá de la tumba a hablarnos de esa otra vida?" Cecilia le habló largamente de Jesús. Tiburcio recibió el bautismo, y al punto vio muchas maravillas.

Desde entonces, los dos hermanos se consagraron a la práctica de las buenas obras. Ambos fueron arrestados por haber sepultado los cuerpos de los mártires. Almaquio, el prefecto ante el cual comparecieron, empezó a interrogarlos. Las respuestas de Tiburcio le parecieron, desvaríos de loco. Entonces, volviéndose hacia Valeriano, le dijo que esperaba que le respondería en forma más sensata. Valeriano replicó que tanto él como su hermano estaban bajo cuidado del mismo médico, Jesucristo, el Hijo de Dios, quien les dictaba sus respuestas. En seguida comparó, con cierto detenimiento, los gozos del cielo con los de la tierra; pero Almaquio le ordenó que cesase de disparatar y dijese a la corte si estaba dispuesto a sacrificar a los dioses para obtener la libertad. Tiburcio y Valeriano replicaron juntos: "No, no sacrificaremos a los dioses sino al único Dios, al que diariamente ofrecemos sacrificio." El prefecto les preguntó si su Dios se llamaba Júpiter. Valeriano respondió: "Ciertamente no. Júpiter era un libertino infame, un criminal y un asesino, según lo confiesan vuestros propios escritores."

Valeriano se regocijó al ver que el prefecto los mandaba azotar y hablaron en voz alta a los cristianos presentes: "¡Cristianos romanos, no permitáis que mis sufrimientos os aparten de la verdad! ¡Permaneced fieles al Dios único, y pisotead los ídolos de madera y de piedra que Almaquio adora!" A pesar de aquella perorata, el prefecto tenía aún la intención de concederles un respiro para que reflexionasen; pero uno de sus consejeros le dijo que emplearían el tiempo en distribuir sus posesiones entre los pobres, con lo cual impedirían que el Estado las confiscase. Así pues, fueron condenados a muerte. La ejecución se llevó a cabo en un sitio llamado Pagus Triopius, a seis kilómetros de Roma. Con ellos murió un cortesano llamado Máximo, el cual, viendo la fortaleza de los mártires, se declaró cristiano.

Cecilia sepultó los tres cadáveres. Después fue llamada para que abjurase de la fe. En vez de abjurar, convirtió a los que la inducían a ofrecer sacrificios. El Papa Urbano fue a visitarla en su casa y bautizó ahí a 400 personas, entre las cuales se contaba a Gordiano, un patricio, quien estableció en casa de Cecilia una iglesia que Urbano consagró más tarde a la santa. Durante el juicio, el prefecto Almaquio discutió detenidamente con Cecilia. La actitud de la santa le enfureció, pues ésta se reía de él en su cara y le atrapó con sus propios argumentos. Finalmente, Almaquio la condenó a morir sofocada en el baño de su casa. Pero, por más que los guardias pusieron en el horno una cantidad mayor de leña, Cecilia pasó en el baño un día y una noche sin recibir daño alguno. Entonces, el prefecto envió a un soldado a decapitarla. El verdugo descargó tres veces la espada sobre su cuello y la dejó tirada en el suelo. Cecilia pasó tres días entre la vida y la muerte. En ese tiempo los cristianos acudieron a visitarla en gran número. La santa legó su casa a Urbano y le confió el cuidado de sus servidores. Fue sepultada junto a la cripta pontificia, en la catacumba de San Calixto.

Esta historia tan conocida que los cristianos han repetido con cariño durante muchos siglos, data aproximadamente de fines del siglo V, pero desgraciadamente no podemos considerarla como verídica ni fundada en documentos auténticos. Tenemos que reconocer que lo único que sabemos con certeza sobre San Valeriano y San Tiburcio es que fueron realmente martirizados, que fueron sepultados en el cementerio de Pretextato y que su fiesta se celebraba el 14 de abril. La razón original del culto de Santa Cecilia fue que estaba sepultada en un sitio de honor por haber fundado una iglesia, el "titulus Caeciliae". Por lo demás, no sabemos exactamente cuándo vivió, ya que los especialistas sitúan su martirio entre el año 177 (de Rossi) y la mitad del siglo IV (Kellner).

E1 Papa San Pascual I (817-824) trasladó las presuntas reliquias de Santa Cecilia, junto con las de los santos Tiburcio, Valeriano y Máximo, a la iglesia de Santa Cecilia in Transtévere. (Las reliquias de la santa habían sido descubiertas, gracias a un sueño, no en el cementerio de Calixto, sino en el cementerio de Pretextato). En 1599, el cardenal Sfondrati restauró la iglesia en honor a la Santa en Transtévere y volvió a enterrar las reliquias de los cuatro mártires. Según se dice, el cuerpo de Santa Cecilia estaba incorrupto y entero, por más que el Papa Pascual había separado la cabeza del cuerpo, ya que, entre los años 847 y 855, la cabeza de Santa Cecilia formaba parte de las reliquias de los Cuatro Santos Coronados. Se cuenta que, en 1599, se permitió ver el cuerpo de Santa Cecilia al escultor Maderna, quien esculpió una estatua de tamaño natural, muy real y conmovedora. "No estaba de espaldas como un cadáver en la tumba," dijo más tarde el artista, sino recostada del lado derecho, como si estuviese en la cama, con las piernas un poco encogidas, en la actitud de una persona que duerme." La estatua se halla actualmente en la iglesia de Santa Cecilia, bajo el altar próximo al sitio en el que se había sepultado nuevamente el cuerpo en un féretro de plata. Sobre el pedestal de la estatua puso el escultor la siguiente inscripción: "He aquí a Cecilia, virgen, a quien yo vi incorrupta en el sepulcro. Esculpí para vosotros, en mármol, esta imagen de la santa en la postura en que la vi." De Rossi determinó el sitio en que la santa había estado originalmente sepultada en el cementerio de Calixto, y se colocó en el nicho una réplica de la estatua de Maderna.

Sin embargo, el P. Delehaye y otros autores opinan que no existen pruebas suficientes de que, en 1599, se haya encontrado entero el cuerpo de la santa, en la forma en que lo esculpió Maderna. En efecto, Delehaye y Dom Quentin subrayan las contradicciones que hay en los relatos del descubrimiento, que nos dejaron Baronio y Bosio, contemporáneos de los hechos. Por otra parte, en el período inmediatamente posterior a las persecuciones no se hace mención de ninguna mártir romana llamada, Cecilia. Su nombre no figura en los poemas de Dámaso y Prudencio, ni en los escritos de Jerónimo y Ambrosio, ni en la "Depositio Martyrum" (siglo IV). Finalmente, la iglesia que se llamó más tarde "titulus Sanctae Caeciliae" se llamaba originalmente "títulus Caecilia", es decir, fundada por una dama llamada Cecilia.

Santa Cecilia es muy conocida en la actualidad por ser la patrona de los músicos. Sus "actas" cuentan que, al día de su matrimonio, en tanto que los músicos tocaban, Cecilia cantaba a Dios en su corazón. Al fin de la Edad Media, empezó a representarse a la santa tocando el órgano y cantando.

martes, 21 de noviembre de 2017

NUESTRA SEÑORA DEL QUINCHE, PATRONA DE ECUADOR, 21 NOVIEMBRE


Hoy 21 noviembre es la Fiesta de Nuestra Señora de la Presentación del Quinche



 (ACI).- “María no protagonizó nada, ‘discipuleó’ toda su vida. La primera discípula de su Hijo y tenía consciencia de que todo lo que ella había traído al mundo era pura gratuidad de Dios, consciencia de gratuidad”, afirmó el Papa Francisco en su encuentro con los sacerdotes y religiosos en Ecuador durante su visita al Santuario de Nuestra Señora de la Presentación del Quinche en julio de 2015.

La fiesta de la Virgen del Quinche, Patrona del Ecuador, se celebra el 21 de noviembre y sus devotos la llaman cariñosamente “la Pequeñita”. Algunas tradiciones refieren que a fines del siglo XVI la Virgen María se apareció a unos indios en una cueva y les prometió liberarlos de los osos que devoraban a los niños.

Por otro lado, el artista Don Diego de Robles talló una hermosa escultura de madera de la Virgen María con el niño en brazos y como los que se la habían solicitado no le pagaron, decidió dársela a los indios oyacachis, a cambio de unos tablones de cedro fino para sus trabajos.

Los caciques quedaron asombrados cuando vieron la imagen mariana porque reconocieron en ella los rasgos de la Señora que se les apareció en la cueva. Por quince años la imagen estuvo al cuidado de los indios, hasta que en 1604 el Obispo ordenó que se trasladara al pueblo del Quinche.

La imagen mide 62 centímetros de alto y lleva hermosos ropajes. El rostro del niño Jesús evoca las facciones de los pequeños mestizos del lugar. El color de la Virgen es síntesis del alma del inca y del español. Fue coronada canónicamente en 1943 y su templo actual fue declarado Santuario Nacional en 1985.

En honor de la Virgen del Quinche se han entonado cantos en quechua, castellano, jíbaro y otros dialectos de la región. Muchos de ellos se cantan desde hace varios siglos. En el mes de noviembre, miles de devotos emprenden una caminata hasta el Santuario para agradecerle a la Madre de Dios o pedirle un favor especial.

Quinche proviene del quechua “Quin” que significa sol y “Chi” que quiere decir monte. Antes de la llegada de los españoles en aquella región estaba ubicado uno de los principales templos dedicados al “dios sol”.

FIESTA DE LA PRESENTACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL TEMPLO, 21 NOVIEMBRE


Fiesta de la presentación de la Virgen María en el Templo
21 noviembre 




En la Fiesta de la Presentación de la Virgen María al templo, a los padres se les recuerda su responsabilidad de presentar a sus hijos para el bautismo.

La Presentación de la Bienvaneturada Virgen María en el templo, es una fiesta dedicada en honor a María que destaca la enorme pureza y aceptación de esta tierna niña a los designios de Dios y que debe ser reflejo de nuestra respuesta a los dones que nos ha entregado el Señor. En esta fiesta de la Presentación de la Virgen María en el Templo por San Joaquín y Santa Ana, se nos invita a tomar la decisión de entregar nuestra vida al Señor. A los padres se les recuerda por su solemne responsabilidad de presentar a sus hijos para el bautismo.

Todos tenemos el desafío de llevar la Fiesta de la presentación de la Virgen María a este momento de nuestras vidas y de ese modo seguir participando en el plan que Dios tiene para todo el género humano. En ella recordamos la respuesta de la madre y el padre de María en su decisión de presentarla a el templo por la promesa realizada al Señor. Todos los padres están llamados a imitar su respuesta mediante la presentación de sus hijos en el bautismo.


Origen de la Fiesta de la Presentación de la Virgen María en el Templo

Los orígenes de esta fiesta hay que buscarlos en una piadosa tradición que surge en el escrito apócrifo llamado el Protoevangelio de Santiago.

Según este documento la Virgen María fue llevada a la edad de tres años por sus padres San Joaquín y Santa Ana. Allí, junto a otras doncellas y piadosas mujeres, fue instruida cuidadosamente respecto la fe de sus padres y sobre los deberes para con Dios.

La memoria de la Presentación de la Santísima Virgen María, tiene una gran importancia, porque en ella se conmemora uno de los “misterios” de la vida de quien fue elegida por Dios como Madre de su Hijo y como Madre de la Iglesia.

En esta Presentación de María se alude también a la presentación de Cristo y de todos nosotros al Padre.

Históricamente, el origen de esta fiesta fue la dedicación de la Iglesia de Santa María la Nueva en Jerusalén , en el año 543.

Todo eso se viene conmemorando en Oriente desde el siglo VI, y hasta habla de ello el emperador Miguel Comeno en una Constitución de 1166.


Propagación de la Fiesta

Un gentil hombre francés, canciller en la corte del Rey de Chipre, habiendo sido enviado a Aviñón en 1372, en calidad de embajador ante el Papa Gregorio XI, le contó la magnificencia con que en Grecia celebraban esta fiesta el 21 de noviembre. El Papa entonces la introdujo en Aviñón, y Sixto V la impuso a toda la Iglesia.

María, según la promesa hecha por sus padres, fue llevada al templo a los tres años, en compañía de un gran número de niñas hebreas que llevaban antorchas encendidas, con la participación de las autoridades de Jerusalén y entre el canto de los ángeles.

Para subir al templo había quince gradas, que María caminó sola a pesar de ser tan pequeña.


María, sin saberlo, se preparaba para recibir a Dios

Los apócrifos dicen también que en el templo María se nutría con un alimento especial que le llevaban los ángeles, y que ella no vivía con las otras niñas sino en el “Sancta Sanctorum”, al cual tenía acceso el Sumo Sacerdote sólo una vez al año.

La realidad de la presentación de María debió ser mucho más modesta y al mismo tiempo más gloriosa.

Por medio de este servicio a Dios en el templo, María preparó su cuerpo, y sobre todo su alma, para recibir al Hijo de Dios, viviendo en sí misma la palabra de Cristo: “Bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios y la practican.

Virgen María, la eterna enamorada de Dios

María era una mujer enamorada de Dios. Era una mujer de oración, que tenía una conversación permanente y una comunión íntima con Dios.

Entendiendo y viviendo la vida de oración de María, lograremos vivir una vida de amor rendido al Plan supremo de Dios en nuestra vida

En esta fiesta de la Presentación de María, hagamos la elección de rendirnos al mismo Señor. Así es como podemos llevar esta fiesta a nuestra vida y continuar participando en el plan de Dios para todo el género humano.

Oración a la Virgen María

Santa Madre María, tú que desde temprana edad te consagraste al Altísimo, aceptando desde una libertad poseída el servirle plenamente como templo inmaculado, y que confiando en tus santos padres, San Joaquín y Santa Ana, respondiste con una obediencia amorosa al llamado de Dios Padre, tú que ya desde ese momento en el que tus padres te presentaron en el Templo percibiste en tu interior el profundo designio de Dios Amor; enséñanos Madre Buena a ser valientes seguidores de tu Hijo, anunciándolo en cada momento de nuestra vida desde una generosa y firme respuesta al Plan de Dios.

Por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor,

Amén

lunes, 20 de noviembre de 2017

SAN ODON, 19 NOVIEMBRE


 San Odón, Abad
19 noviembre
Por Diego López Marina



 (ACI).- San Odón fue un monje francés conocido por ser el segundo abad de Cluny, el más célebre monasterio de su tiempo, y porque tuvo bajo su dirección más de mil monjes en diversos conventos.

El Papa Benedicto XVI lo calificó, en el 2009, como uno de los grandes escritores de la Iglesia de Oriente y de Occidente de la época medieval, debido a que contribuyó inmensamente al resurgimiento del espíritu religioso tras promulgar varias reformas para la vida monástica.

Odón nació cerca del año 880 en el actual territorio de Francia y de niño fue consagrado por su padre a San Martín de Tours, uno de los santos más populares de la época.  

Cuando era adolescente empezó a profundizar en la Regla de San Benito y a observar algunas de sus indicaciones a pesar de que todavía no era monje. Asimismo, lo calificó como "maestro de disciplina espiritual".

Al quedar fascinado por la forma de vida benedictina, dejó Tours (Francia) y entró como monje en la abadía de Baume, para pasar después a la de Cluny, de la que se convirtió en abad en el año 927. Desde ese centro de vida espiritual pudo ejercer una amplia influencia en los monasterios del continente.

Odón insistía muchísimo en que se rezaran con gran fervor los salmos y en que se observara un gran silencio en el monasterio. Y fue formando monjes tan fervorosos que con ellos logró fundar otros 15 monasterios más.  

En su catequesis, el Papa Benedicto XVI, dijo que “San Odón fue un verdadero guía espiritual tanto para los monjes como para los fieles de su tiempo”.

“Ante el ‘gran número de vicios’ difundidos en la sociedad, el remedio que él proponía con decisión era el de un cambio radical de vida, fundado en la humildad, la austeridad, el desapego de las cosas efímeras y la adhesión a las eternas”, expresó.

San Odón murió santamente el 19 de noviembre del año 942.

jueves, 16 de noviembre de 2017

SANTA GERTRUDIS LA GRANDE, 16 NOVIEMBRE


Santa Gertrudis la Grande
(+1301)
Fiesta 16 de Noviembre
Religiosa de clausura, virgen, vidente del Sagrado Corazón,

-SCTJM



Santa Gertrudis la Grande (1256-1301(2)). Religiosa benedictina alemana, de gran cultura filosófica y literaria, que destacó por su don de contemplación. Una de los primeros apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús.

Del su libro de las Insinuaciones de la divina piedad: Tuviste sobre mí designios de paz y no de aflicción

Nació el 6 de enero de 1256 en Eisleben (Turingia). A los cinco años de edad, fue enviada a estudiar al monasterio benedictino de Helfta donde su maestra, Santa Matilde, era su hermana de sangre y abadesa. Las dos santas eran muy unidas en el amor al Señor. Gertrudis era muy atractiva e inteligente.  Con el tiempo tomó el hábito en el mismo convento. Era amiga de Santa Mechtilde of Hackeborn +1298, quien era de la misma comunidad y también tenía una especial devoción al Corazón de Jesús.

Aun antes que Nuestro Señor se apareciera a Santa Margarita María, Santa Gertrudis la Grande tuvo una experiencia mística del Sagrado Corazón de Jesús.

Santa Gertrudis se adelantó a su tiempo en ciertos puntos, como la comunión frecuente, la devoción a San José y la devoción al Sagrado Corazón. Con frecuencia hablaba del Sagrado Corazón con Santa Matilde y se cuenta que en dos visiones diferentes reclino la cabeza sobre el pecho del Señor y oyó los latidos de su corazón.

Murió el 17 de Noviembre del 1301

Se discute si Santa Gertrudis fue benedictina o cisterciense ya que ambas órdenes reclaman la pertenencia de su convento en aquella época y ambas veneran a Santa Gertrudis.


REVELACIONES DE SANTA GERTRUDIS

Alrededor de sus veintiséis años, Santa Gertrudis tuvo la primera de sus revelaciones. Cuando iba a acostarse, le pareció ver al Señor en forma de joven.

"Aunque sabía yo que me hallaba en el dormitorio, me parecía que me encontraba en el rincón del coro donde solía hacer mis tibias oraciones y oí estas palabras `yo te salvaré y te libraré. No Temas.` Cuando el Señor dijo esto, extendió su mano fina y delicada hasta tocar la mía, como para confirmar su promesa y prosiguió: `Has mordido el polvo con mis enemigos y has tratado de extraer miel de las espinas. Vuélvete ahora a Mí, y mis delicias divinas serán para ti como vino.`" Entonces se interpuso un seto de espinos entre los dos. Pero Gertrudis se sintió como arrebatada por los aires y se encontró al lado del Señor: "Entonces vi en la mano que poco antes se me había dado como prenda, las joyas radiantes que anularon la pena de muerte que se cernía sobre nosotros."

Tal fue la experiencia de Gertrudis que podría llamarse su "conversión", a pesar de que se trataba del alma más pura e inocente. A partir de entonces, se entregó con plena conciencia y toda deliberación a la conquista de la perfección y de la unión con Dios. Hasta entonces, los estudios profanos habían sido sus delicias; en adelante, se dedicó a estudiar la Biblia y los escritos de los Padres, sobre todo de San Agustín y de San Bernardo, quien había muerto no hacía mucho tiempo. En otras palabras, del estudio de la gramática pasó al de la teología"; y sus escritos muestran claramente la influencia de la liturgia y de sus lecturas privadas.

Comentarios sobre la muerte

Exteriormente, la vida de Santa Gertrudis fue como la de tantas otras contemplativas, es decir, poco pintoresca. Sabemos que solía copiar pasajes de la Sagrada Escritura y componer pequeños comentarios para sus hermanas en religión, y que se distinguía por su caridad para con los difuntos y por su libertad de espíritu. El mejor ejemplo de esto último es su reacción ante las muertes súbitas e inesperadas. "Deseo con toda el alma tener el consuelo de recibir los últimos sacramentos, que dan la salud; sin embargo, la mejor preparación para la muerte es tener presente que Dios escoge la hora. Estoy absolutamente cierta de que, ya sea que tenga una muerte súbita o prevista, no me faltará la misericordia del Señor, sin la cual no podría salvarme en ninguno de los dos casos."

Continúa la presencia del Señor y las revelaciones

Después de la primera revelación, Gertrudis siguió viendo al Señor "veladamente", a la hora de la comunión, hasta la víspera de la Anunciación. Ese día, el Señor la visitó en la capilla durante los oficios de la mañana y, "desde entonces, me concedió un conocimiento más claro de El, de suerte que empecé a corregirme de mis faltas mucho más por la dulzura de Su amor que por temor de su justa cólera". Los cinco libros del "Heraldo de la a bondad de Dios" (Comúnmente llamados "Revelaciones de Santa Gertrudis"), de los que la santa sólo escribió el segundo, contienen una serie de visiones, comunicaciones y experiencias místicas, que han sido ratificadas por muchos místicos y teólogos distinguidos.

La santa habla de un rayo de luz, como una flecha, que procedía de la herida del costado de un crucifijo. Cuenta también que su alma, derretida como la cera, se aplicó al pecho del Señor como para recibir la impresión de un sello y alude a un matrimonio espiritual en que su alma fue como absorbida por el corazón de Jesús. Pero "la adversidad es el anillo espiritual que sella los esponsales con Dios".

Recuesta la cabeza en el costado de Jesús

En la fiesta de San Juan Evangelista, Santa Gertrudis tuvo una visión de Nuestro Señor, quién le permitió descansar su cabeza en la Llaga de Su costado.  Al escuchar el palpitar de Su Corazón, ella se tornó hacia San Juan, quién estaba también presente. Le preguntó si había escuchado lo mismo en la Ultima Cena, cuando se reclinó sobre el pecho del Señor y de haberlo escuchado, por qué no lo relató en su Evangelio. San Juan contestó que la revelación del Sagrado Corazón de Jesús estaba reservada para tiempos posteriores cuando el mundo, aumentando en frialdad, necesitaría ser reavivado en el amor. 

Escritos

A la santa se le atribuyen cinco libros que componen el "Heraldo de la amorosa bondad de Dios" (Comúnmente llamados "Revelaciones de Santa Gertrudis"). El primero fue escrito por amigos íntimos de la santa después de su muerte, el segundo fue escrito por la santa y los restantes fueron compuestos bajo su dirección.

Sus escritos relatan visiones, comunicaciones y experiencias místicas.  Habla de un rayo de luz, como una flecha, que procedía de la herida del costado de un crucifijo. Cuenta también que su alma, derretida como la cera, se aplicó al pecho del Señor como para recibir la impresión de un sello y alude a un matrimonio espiritual en el que su alma fue como absorbida por el corazón de Jesús. Enseña al mismo tiempo que "la adversidad es le anillo espiritual que sella los esponsales con Dios".

Se le atribuyen además ciertas oraciones del siglo XVII  aunque no son de ella.

Final

Santa Gertrudis sufrió diez años de penosas enfermedades y murió el 17 de Noviembre de 1301 o 1302. Tenía alrededor de los cuarenta y cinco años.

Ni Santa Gertrudis ni su hermana fueron canonizadas formalmente, pero Inocencio XI introdujo el nombre de Gertrudis en el Martirologio Romano en 1677. Clemente XII   ordenó que se celebrase su fiesta en toda la Iglesia de occidente. 

SANTA MARGARITA DE ESCOCIA, 16 NOVIEMBRE


Santa Margarita de Escocia
c. 1045- 16 Nov. 1093
16 Noviembre, memorial



Vivió ejemplarmente como madre y como reina.

Día de su fiesta: Santidad del matrimonio y de la familia

Nieta del rey Edmund Ironside de Inglaterra. 
Bisnieta-sobrina de San Esteban de Hungría.

Nació en Hungría alrededor del año 1046 mientras su familia estaba exilada por la invasión danesa de Inglaterra.

Fue dada en matrimonio a los 24 años al rey de Escocia, Malcon III. Tuvo ocho hijos, uno de los cuales fue San Maud, esposa de Enrique I.

Margarita fundó abadías y utilizó su posición para trabajar en favor de la justicia y los pobres.

Su esposo e hijo mayor murieron defendiendo a Escocia de la invasión de Inglaterra. Ella le entregó su profundo dolor a Dios y cuatro días mas tarde murió también. 
 Murió en Edimburgo el año 1093.  Enterrada frente al altar mayor en Dunfermline, Escocia.

Canonizada en 1251 por el Papa Inocencio IV 

jueves, 9 de noviembre de 2017

DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DE SAN JUAN DE LETRÁN, 9 NOVIEMBRE


Hoy 9 de noviembre se celebra la Dedicación de la Basílica más antigua de la Iglesia Católica




 (ACI).- Cada 9 de noviembre, la Iglesia celebra la “dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán”, la primera Basílica de la Iglesia en ser construida y donde una imagen de Cristo derramó sangre.

“Esta Basílica fue la primera en ser construida después del edicto del emperador Constantino, el cual, en el año 313, concedió a los cristianos la libertad de practicar su religión”, contó el Papa Emérito Benedicto XVI a los fieles, en noviembre del 2008.

“El mismo emperador donó al Papa Melquíades la antigua propiedad de la familia de los Laterani y allí hizo construir la Basílica, el baptisterio y patriarquio. Es decir, la residencia del Obispo de Roma, donde vivieron los Papas hasta el período aviñonés”, añadió.

Fue consagrada por el Papa San Silvestro un 9 de noviembre del 324. Se le llama Basílica de San Juan (de Letrán) porque tiene dos capillas, una en honor a San Juan Bautista y otra por San Juan Evangelista.

“Basílica del Divino Salvador” es otro nombre por el que se le conoce ya que en el 787, cuando fue nuevamente consagrada, una imagen del Divino Salvador derramó sangre al ser golpeada por un judío.

“Honrando el edificio sagrado, se quiere expresar amor y veneración a la Iglesia romana que, como afirma San Ignacio de Antioquía, “preside en la caridad” a toda la comunión católica”, expresó el Papa Benedicto XVI.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

SAN ADEODATO I, LXVIII PAPA, 8 NOVIEMBRE

Adeodato, Santo
Adeodato, Santo

LXVIII Papa, 8 Noviembre 


Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04 



El Papa Adeodato I, o Deusdedit, fue pontífice en un momento en que se empezaba a sentir cada vez más claro y fuerte el sentimiento de intolerancia y de independencia hacia el poder bizantino.

Hubo levantamientos en Rávena, en Nápoles y en la misma Roma. Los territorios gobernados por los Lombardos. por lo contrario, gozaban de cierta tranquilidad.

Pocas son las noticias históricas: hijo del subdiácono romano Esteban, fue durante cuarenta años sacerdote en Roma antes de suceder en la cátedra pontificia al Papa Bonifacio IV el 19 de octubre del 615.

Murió en noviembre del 618, amado y llorado por los romanos, que pudieron apreciar el buen corazón durante las grandes calamidades que atormentaron a Roma durante los tres años de su pontificado: el terremoto, que dio el golpe de gracia a los marmóreos edificios del Foro, ya desbastados por las continuas invasiones de los bárbaros, y una terrible epidemia llamada elefancía. 

Fue el primer Papa que estableció con testamento donaciones para distribuir al pueblo con ocasión de los funerales del sumo pontífice. En Roma el Papa no sólo era el obispo y el pastor espiritual, sino también el guía civil, el juez, el supremo magistrado, el que garantizaba el orden. A la muerte de todo pontífice los romanos se sentían sin protección, expuestos a las invasiones de los bárbaros nórdicos o a las venganzas del imperio de Oriente. La teoría medieval de los "dos soles", el Papa y el emperador, que deberían gobernar unidos al mundo cristiano, no era aceptada en Constantinopla.

El Papa Adeodato se demostró un hábil mediador y paciente interlocutor con el otro "sol" que en realidad de verdad fue muy poco solícito con Italia, excepción hecha de la vez que envió al exarca Eleuterio a dominar la revolución de Ravena y de Nápoles. Fue la única ocasión en que el Papa Adeodato, ocupado en aliviar la suerte de los habitantes de Roma por las calamidades ya referidas, tuvo un contacto, aunque indirecto, con el emperador. 

Tuvo fama de ser un taumaturgo: curaba las formas más graves de peste con sólo apoyar sus labios sobre las llagas inmundas de los enfermos. Baronio pone en el Martirologio Romano un episodio que confirma la fama de santidad que rodeaba al venerable pontífice "dado por Dios" (como dice la etimología del nombre) como guía de los cristianos en una época tan atormentada: durante una de sus visitas a los enfermos, los más abandonados, esto es lo más atacados por la terrible enfermedad de la lepra, habría curado a uno de estos infelices después de haberlo abrazado y besado cariñosamente.

El Liber pontificalis, recordando dos hechos de su pontificado, afirma que Adeodato amó mucho a su clero, al que defendió respecto del clero monástico o regular, privilegiado desde cuando Gregorio Magno les había confiado a los monjes importantes cargos en el apostolado misionero y en la misma organización eclesial. El segundo hecho se refiere a la facultad de celebrar una segunda misa el mismo día (binación).

De él se conoce el sello de plomo con el que solía marcar los documentos oficiales: el Buen Pastor entre las ovejas y los símbolos cristológicos de alfa y omega. Fue el primero que lo usó. Su forma es redonda, grande como una moneda y en latín se llama bulla, de la que deriva bula. Dejó un regalo de plata a cada clérigo presente en sus funerales.

martes, 7 de noviembre de 2017

BEATO FRANCISCO PALAU, 7 NOVIEMBRE


Beato Francisco Palau
7 noviembre


Francisco Palau y Quer, fundador de las Carmelitas Misioneras, nació en Aytona, Lérida, el 29 de diciembre de 1811. Consciente de su llamada al Carmelo Teresiano, hizo su profesión en momentos difíciles para la vida religiosa; su respuesta fue irrevocable:

a palau sepia"No ignoraba yo el peligro apremiante a que me exponía... me comprometí sin embargo, con votos solemnes, a un estado cuyas reglas creía poder practicar hasta la muerte, independiente de todo humano acontecimiento... De ningún modo temía que las revueltas políticas de la sociedad me hubieran podido ser obstáculo para el cumplimiento de mis votos".


Quién era?
Nace el 29 de diciembre de 1811 en Aytona (Lérida), España. Estudia filosofía y teología en el Seminario de Lérida. Profesa como Carmelita Descalzo el 15 de noviembre de 1833. Por los azares políticos producidos en España, es exiliado a Francia desde 1840 a 1851. En los alrededores del santuario de Nuestra Señora de Livrón lleva una intensa vida solitaria en 1843. Regresa a España en abril de 1851; se incardina en la diócesis de Barcelona; funda la "Escuela de la Virtud" en noviembre del mismo año. Suprimida la "Escuela", es confinado a Ibiza el 9 de abril de 1854, dónde vive profundamente el misterio de la Iglesia. En las islas Baleares funda las congregaciones de los Hermanos y de las Hermanas Carmelitas. En enero-marzo de 1872 redacta y publica las Reglas y Constituciones de la Orden Terciaria de Carmelitas Descalzos, que se imprimen en Barcelona. Muere en Tarragona el 20 de marzo de 1872.


¿Cómo era?
De rasgos fuertes y bien marcados. Mediana estatura y de constitución recia se proyecta como figura adusta y severa. Enamorado del silencio, del retiro y de la soledad, es y se siente a la vez apóstol de actividad múltiple y desbordante. Predicador incansable: Ve la recristianización del ambiente español y europeo como una auténtica obra de evangelización. La dirección fue uno de los cauces por los que transmitió con mayor eficacia y autenticidad su espíritu a los miembros de la familia religiosa del Carmelo Misionero; queda reflejado en sus cartas. Su faceta de catequista y renovador se hizo patente en la gran obra de la "Escuela de la Virtud" de Barcelona.

Fue escritor, más por exigencias pastorales que por vocación o consagración a la pluma. Logró, sin embargo, componer páginas originales que ocupan lugar privilegiado en la literatura religiosa y espiritual del siglo XIX español. Sus obras son: Lucha del alma con Dios; La vida solitaria; Catecismo de las Virtudes; Mes de María; La Escuela de la virtud vindicada; La Iglesia de Dios figurada por el Espíritu Santo; y otras. Mención especial merecen las páginas de índole autobiográfica recogidas modernamente en dos libros: Las Cartas y Mis Relaciones con la Iglesia. Las 169 piezas reunidas en el epistolario son fuente insustituible para conocer y comprender al P. Francisco Palau. Ha sido considerado exorcista por la arriesgada y azarosa actividad en favor de los marginados que acudían a su residencia de Santa Cruz de Vallcarca (Barcelona).

SAN PROSDÓCIMO DE PADUA, OBISPO, 7 NOVIEMBRE

Prosdócimo de Padua, Santo
Obispo, 7 Noviembre 


Por: Xavier Villalta A. | Fuente: Catholic.net 



Primer Obispo de Padua

Martirologio Romano: En Padua, de la región de Venecia, san Prosdócimo, a quien se tiene por el primer obispo de esta Iglesia.
Breve Biografía

Según una piadosa tradición, san Prosdócimo, primer obispo de Padua, fue enviado por el apóstol san Pedro a anunciar la buena nueva en tierras euganeas.

Santo patrón de la ciudad de Euganean, y también, según la opinión de muchos estudiosos, probable evangelizador de la Venecia occidental entera.

Santa Justina, Virgen y Mártir, fue convertida y bautizada por San Prosdocimo, siendo este un claro ejemplo de la labor apostólica del santo Obispo de Padua

domingo, 5 de noviembre de 2017

SAN GUIDO MARÍA CONFORTI, 5 NOVIEMBRE


S. GUIDO M. CONFORTI
5 Noviembre



TODO COMENZÓ EN 1865

Se podría decir que todo comenzó en 1865, cuando Guido María Conforti nace en Casalora de Ravadese (Parma, Italia). Vive una infancia y adolescencia empeñada seriamente en el estudio y ayudando en lo que puede en la hacienda agrícola de la familia. Serio, serenamente jovial, responsable y empeñado en el cumplimiento de sus deberes y en la vivencia de la fe que le había transmitido su madre. A los seis años, Guido se traslada a Parma para estudiar en el colegio de los Hermanos de la Salle y, a los 11 años, ingresa en el seminario de Parma donde será ordenado sacerdote en 1888.

Dos encuentros decisivos

En la trayectoria personal, de fe y vocacional de Guido María Conforti, hay dos momentos, o períodos, destacables que determinaron su vida cristiana y su vocación sacerdotal y misionera. Durante toda su vida, Conforti interpretará estos dos momentos como cruciales y profundamente significativos para el proyecto que el Señor le invitó a hacer realidad.

El encuentro con Cristo

Durante sus primeros años en Parma, camino del colegio, Guido pasaba por delante de la Iglesia de Santa María de la Paz, en ella había un crucifijo de tamaño natural, ante él diariamente hacía Guido un rato de oración. Uno de los días se acercó al altar y se sintió envuelto por una mirada particular: “Yo le miraba y Él me miraba y pareció decirme tantas cosas”, referiría Conforti más tarde. “Tantas cosas” que fueron labrando en su corazón su respuesta sacerdotal y misionera.

Todas las biografías de Conforti y el testimonio de amigos y confidentes coinciden en la importancia y transcendencia de estos encuentros de Guido con este Cristo. En Jesús clavado en la cruz, ve al Señor que ha dado la vida por todos, al Salvador del mundo al que hay que amar, entregarse y darle a conocer a todo el mundo. Este crucifijo acompañó a Conforti durante toda su vida, se lo llevó al palacio episcopal, cuando era obispo de Parma y hoy se encuentra en nuestra Casa madre. Un día le dijo a su amigo y colaborador D. Ormisda Pellegri: “ves este Cristo, a Él le debo mi vocación”.

El encuentro con San Francisco Javier

Estamos aún en los tiempos del seminario, Guido estudia para llegar a la meta del sacerdocio y ejercer su ministerio en la diócesis de Parma. Conforti había leído más de una biografía de San Francisco Javier y varios de sus escritos y cartas en circulación en revistas misioneras italianas.

Durante su permanencia en el seminario menor cae en sus manos otra biografía de Javier. El P. Bonardi, uno de los primeros javerianos, dice: “el rector del seminario regaló a un seminarista una vida de San Francisco Javier, Conforti se la vio y se la pidió prestada, la leyó y esta vez fue una revelación para él”. La primera vez que Conforti nombra a Javier por escrito fue en unos propósitos juveniles, al final de unos ejercicios espirituales en 1884, de aquí hasta su muerte en 1931 hace referencia a él más de cien veces. La figura de Javier estuvo presente en el ánimo y en el corazón de Conforti toda su vida, como ejemplo a imitar y en el cual inspirarse.

De Javier, Conforti admira su fe en Dios, su conversión, su celo apostólico, su capacidad de afrontar las dificultades, su obediencia, su entrega total e incondicional a la difusión del Evangelio, piensa en Javier como el ideal del misionero al que se debe imitar y al que propone como modelo a sus hijos javerianos.

Hombre de encuentro y comunión

Conforti fue un hombre de encuentro y comunión, dos realidades que marcaron su vida personal y pastoral, como sacerdote y obispo, y como fundador de nuestra familia misionera. Encuentro y comunión vividos constantemente, con entrega, cordialidad, poniéndose en el lugar del otro, realizando lo mejor aunque el “perdiera”, haciendo triunfar siempre la caridad. Todo ello desde una profunda y sentida vida de fe y de amor a los demás, a los cercanos y a los lejanos. Desde una profunda, gozosa y esforzada pasión por Cristo y por el hombre al cual deseaba lo mejor: que se encontrara con Cristo y viviera en comunión con Él.

La misión es encuentro con Jesús, con el mundo, con las culturas y pueblos, con las religiones. Conforti nos indica lo necesario para vivir nuestra vocación: fe profunda, ver a Dios en todo, santidad, fraternidad a toda prueba, cultura amplia y variada, estudio de las lenguas, conocimiento de las culturas, cercanía y atención a la gente.

Una Santidad “ordinaria”

“La santidad es posible, ya que no es - lo repito - la grandeza de las hazañas, no es lo elevado del puesto, no son las obras maravillosas y extraordinarias lo que constituye la santidad” (Conforti-1917).

“Mons. Conforti no hizo gestos espectaculares, no pronunció ni escribió frases originales y revolucionarias… No hacía nada de extraordinario y no decía más que verdades ya sabidas. ¿Por qué sus ademanes ponderados, su voz cristalina, tenían un significado y un poder superior a la apariencia de los contenidos?” (V. C. VANZIN s.x., Un pastore, due greggi, p. 6).

En la vida de Mons. Conforti, lo que impacta es el hecho de que en él no hay nadaextraordinario, (no hay milagros, previsiones que se hayan cumplido, penitencias extraordinarias…) sino lo ordinario vivido de manera extraordinaria.

También en su enseñanza, este aspecto es constante. “A veces, pensando en nuestra santificación, elaboramos grandes proyectos para llevarlos a cabo, actos heroicos por cumplir, mientras que la santidad, en cada una de sus partes y elementos, se compone de pequeñas acciones” (Conforti-1923). “Algunos colocan la santidad en las oraciones, otros en las penitencias, otros en los dones extraordinarios. La perfección consiste en una sola cosa, hacer la voluntad de Dios” (Conforti-1926).



NACE UNA FAMILIA PARA EL MUNDO
Nacen los misioneros Javerianos

La trayectoria vocacional y espiritual de Conforti le va impulsando a responder a la llamada a dedicar su vida a la evangelización de los pueblos. Su delicada salud y la obediencia a los obispos que se suceden en Parma van haciendo difícil su deseo de ser misionero. Percibiendo que marchar a misiones no parecía posible va madurando un “audaz proyecto”, como él lo llama, que es el de ser padre de misioneros: fundar una institución que forme misioneros para anunciar a Cristo donde no es conocido.

Diálogo con sus obispos, contactos con la Santa Sede, superación de dificultades e insistencia hacen que Conforti vaya, con lentitud aunque con perseverancia, avanzando en su proyecto. En Marzo de 1894 escribe al Cardenal Ledóchowski, prefecto de la Sagrada Congregación para la Propagación de la Fe. En la carta le describe la situación de su vocación misionera y lo que a este respecto desearía hacer: “Desde mis años más jóvenes siempre he sentido un fortísimo deseo de dedicarme a las misiones extranjeras y no habiendo podido realizar esta santa inclinación, por razones independientes de mí a su debido tiempo, estoy pensando, desde hace varios años, fundar yo mismo un Seminario destinado a este sublime fin”.

El proyecto avanza

Con el parecer favorable del Obispo y la aceptación de la Santa sede, Conforti abre la primera casa de formación misionera en Parma en 1895, pronto irán llegando aspirantes. Mons. Magani, obispo de Parma, inaugurará la modesta sede del Instituto el 3 de diciembre de 1895, durante la Eucaristía de esta celebración los dos primeros javerianos emiten sus votos religiosos y el de dedicarse a misiones, tres meses más tarde partirán para China.

El sueño de Conforti se está haciendo realidad. En 1900 se comienza a construir una casa más grande para el seminario de misiones que va acogiendo cada vez a más jóvenes, en 1987 eran ya 40. Será la casa Madre. En 1906 el Instituto javeriano recibe de la Santa sede el “Decretum Laudis” que declara a los javerianos como Congregación Religiosa Misionera de derecho pontificio. Las Constituciones definitivas serán aprobadas en 1921.

El sueño hecho realidad

Cuando Mons. Conforti muere, a los 66 años de edad, el 5 de noviembre de 1931, lo hacehabiendo vivido plenamente su vocación misionera sin haber trabajado nunca en ninguna misión. La vocación misionera que sintió desde muy joven la vivió con la fundación de los Misioneros Javerianos. Durante su vida abrió cinco casas de formación en Italia: Parma, Vicenza, Poggio san Marcello, Grumone y Vallo Della Lucania.

Conforti quería formar misioneros preferentemente para Asia, si podía ser para China para poder hacer lo que San Francisco Javier no pudo al morir a sus puertas. En 1898 parten los dos primeros javerianos para China. Durante su vida, Mons. Conforti mandará unos 44 javerianos a este país. En 1906 se crea la Prefectura Apostólica de Honan Occidental y en 1929la de Loyang, las dos encomendadas a Prefectos Apostólicos javerianos y atendidas pastoralmente por javerianos. A pesar de las dificultades encontradas, los fracasos, las decepciones y las contrariedades que Mons. Conforti tuvo que afrontar, a la hora de su muerte se puede decir que su sueño se había cumplido durante

Obispo de Parma y misionero del mundo

El 5 de noviembre de 1931 moría en Parma Mons. Guido María Conforti. Dos familias lloraban la despedida: la diócesis de Parma de la cual fue pastor durante 24 años y el Instituto Javeriano que había fundado 36 años antes.

Sus contemporáneos recuerdan su figura apacible y la evocan como si fuese ayer. Su despedida definitiva, ritmada por tantas pequeñas despedidas, subraya su gran humanidad y la admiración que le circundaba.

China: En 1928, Conforti va a China para encontrarse con sus misioneros. La bondad de su rostro había cautivado inmediatamente la imaginación de los chinos a quien habían saludado como “el Gran Obispo”. Mons. Conforti, entrando en la catedral de Cheng Chow, había entonado un Te Deum de agradecimiento a Dios que le concedía ver el trabajo realizado por sus hijos, la coronación de su vocación misionera. Al finalizar aquella visita memorable, murmuró: “Señor, ¡ya he visto! Ahora puedo irme en paz”.


Parma: Existe una fotografía significativa del 1931: el obispo se encuentra en la montaña, a caballo, con una mano levantada en signo de saludo y bendición para la gente que lo recibía en su visita pastoral. De hecho, estaba visitando por quinta vez las 304 parroquias de su diócesis.

En cada aniversario de su muerte, la diócesis de Parma y los Javerianos irán descubriendo con mayor hondura, el gran don que su obispo y fundador había sido para toda la Iglesia. Con el pasar de los años, el carisma y la santidad de Mons. Conforti han adquirido realce y han sido plenamente ratificados mediante la beatificación por parte del Papa Juan Pablo II en 1996, y canonización por parte del Papa Benedicto XVI el 23 de octubre de 2011. El Papa Juan Pablo II resumió el mensaje de vida de Guido María Conforti: “La divina Providencia quiso que él experimentara, por un lado la fuerza y la urgencia de la misión ad gentes y por el otro la responsabilidad en relación con la Iglesia particular de la cual era Pastor. Esta tensión apostólica, por la acción de la gracia, se reveló en él singularmente fecunda, así que la Iglesia entera, puede hoy reconocer en su existencia un luminoso ejemplo de misionariedad que definiríamos como plenamente pastoral y católica, constituida por la cooperación constante y equilibrada entre comunión y misión, entre la preocupación por la comunidad y el impulso hacia cuantos todavía no son parte de ella”.

Obispo y misionero

De varias partes de Italia se miraba con atención hacia las iniciativas del obispo de Parma. Lo que impresionaba era su capacidad de conciliar el servicio pleno a la Iglesia local, con la pasión misionera por la Iglesia universal. Mons. Conforti estaba convencido de que la Iglesia necesitaba renovarse para responder mejor a las nuevas tareas de su misión en el mundo. El obispo de Parma fue como un imán para los que sentían la urgencia de la formación misionera del pueblo de Dios. También lo buscó un joven sacerdote, José Ángel Roncalli, el futuro Papa Juan XXIII, que dirá: “Buscaba a Mons. Conforti como a la más distinguida expresión episcopal de Italia de aquel feliz movimiento misionero, suscitado por la encíclica Maximum Illud del Papa Benedicto XV. Lo buscaba como representante de aquella plenitud del ministerio sagrado de las almas, que asocia el Obispo al Misionero: Obispo de Parma, pero Misionero para el mundo”.

El último viaje

Salió de Marsella el 21 de septiembre de 1928 y regresó a Parma el 28 de diciembre del mismo año. El viaje a China lo hizo por “deber y necesidad del corazón”. Deber de Superior general y necesidad de un Padre que quería encontrarse con sus hijos personalmente y unirlos siempre más entre ellos.

El viaje le confirió un nuevo sentido de las proporciones: “Para China no son suficientes 3.000 misioneros: ¡serían necesarios 50.000!... ¡Llegará un día en que la inmensa China será cristiana!” El proyecto misionero de San Guido María Conforti estaba arraigado en la mirada misericordiosa del Crucifijo y se exaltaba en la visión de los frutos del Evangelio: “La formación de una sola familia que abrace toda la humanidad”.

Animación misionera de la Iglesia

La MISIÓN es la conclusión lógica y gozosa del encuentro con Cristo, por ello Conforti funda un INSTITUTO MISIONERO y por ello trabaja para que la ANIMACIÓN MISIONERA en Italia –y más tarde en el mundo- sea una realidad, comenzando por los sacerdotes, para que sean animadores misioneros en sus parroquias.

Pontificia Unión Misional

La Congregación Misionera ya la había fundado, ahora se empeña en la Animación Misionera de la Iglesia local por medio de la Pontificia Unión Misional que inició con el nombre de Unión Misionera del Clero. Su fundador es el beato Paolo Manna que encontró en Guido María Conforti a un obispo activo en la sensibilización de las iglesias locales para la propagación de la fe a los no cristianos.

El P. Paolo Manna percibe la necesidad de implicar a los sacerdotes diocesanos en la animación de los fieles para sostener la Obra de la Propagación de la Fe (conocida como DOMUND). La idea central de la Unión Misionera del Clero reside en la organización de sacerdotes comprometidos en la animación y la cooperación misionera del pueblo cristiano y el fomento de las vocaciones misioneras.

El P. Manna se percata de que para interesar a los obispos y a la Santa Sede la persona más indicada era Guido María Conforti, obispo de una diócesis italiana, superior y fundador de un Instituto Misionero. Mons. Conforti, una vez informado, se adhiere sin dificultad y con entusiasmo al proyecto.

Actividad de Conforti

En 1916 Conforti, en Roma, hablaría al papa Benedicto XV del proyecto de la Unión Misionera del Clero, el Papa la aprobará el 23 de octubre del mismo año.

En 1917 Conforti escribía una carta al clero de su diócesis para motivar la Unión Misionera del Clero y desarrollar la conciencia del deber que todos tienen en interesarse por la propagación de la Fe. “Italia, escribía Conforti, debería estar a la vanguardia en personal y contribución a las misiones, su generosidad misionera aún era escasa”. Esta situación aún persiste, hoy en día, en muchas Iglesias locales.

Primer presidente

A la Unión Misionera del Clero san Guido dedicará gran empeño, y de ella será nombrado primer presidente. La Unión Misionera del Clero es elevada a Obra Pontificia en 1956 por Pío XII, a la que en 1949 había integrado la vida consagrada. En 1980 se abre a los laicos, se conoce hoy como la PUM (Pontificia Unión Misional).

sábado, 4 de noviembre de 2017

SAN CARLOS BORROMEO, 4 NOVIEMBRE

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4 de noviembre

SAN CARLOS BORROMEO
Obispo



 San Carlos BorromeoSan Carlos cuyo nombre significa "hombre prudente" ha sido uno de los santos extraordinariamente activos a favor de la Iglesia y del pueblo que sobresale admirablemente. San Carlos Borromeo, un santo que tomó muy en serio aquella frase de Jesús: "Quien ahorra su vida, la pierde, pero el que gasta su vida por Mí, la ganará", murió relativamente joven porque desgastó totalmente su vida y sus energías por hacer progresar la religión y por ayudar a los más necesitados. Decía que un obispo demasiado cuidadoso de su salud no consigue llegar a ser santo y que a todo sacerdote y a todo apóstol deben sobrarle trabajos para hacer, en vez de tener tiempo de sobra para perder.

Nació en Arjona (Italia) en 1538. Desde joven dio señales de ser muy consagrado a los estudios y exacto cumplidor de sus deberes de cada día. A los 21 años obtuvo el doctorado en derecho en la Universidad de Milán. Un hermano de su madre, el Cardenal Médicis, fue nombrado Papa con el nombre de Pío IV, y éste admirado de sus cualidades nombró a Carlos como secretario de Estado. Más tarde, renunció a sus riquezas, se ordenó de sacerdote, y luego de obispo y se dedicó por completo a la labor de salvar almas.

San Carlos fundó 740 escuelas de catecismo con 3,000 catequistas y 40,000 alumnos.

Fundó además 6 seminarios para formar sacerdotes bien preparados, y redactó para esos institutos unos reglamentos tan sabios, que muchos obispos los copiaron para organizar según ellos sus propios seminarios. Fue amigo de San Pío V, San Francisco de Borja, San Felipe Neri, San Félix de Cantalicio y San Andrés Avelino y de varios santos más.

Murió cuando tenía apenas 46 años, el 4 de noviembre de 1584. En Arona, su pueblo natal, le fue levantada una inmensa estatua que todavía existe.
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